martes, 23 de octubre de 2012

MAS SEÑALES DE RESQUEBRAJAMIENTO


Desde hace dos días, el Informador Público está hakeado como si fuera un anticipo de lo que sucederá si se impone la llamada Ley de Medios.
Este será el único que existirá para llegar a aquellos lectores que posean computadoras, lo que define desde el primer momento al público que recibirá noticias distintas a las oficiales. En el mismo sentido, ayer habló nuevamente por la cadena la Presidente de la ex República para explicar y defender ante un público adicto y aplaudidor una nueva legislación importante.
Los asesores de Cristina W. Fernández de Kirchner consideraron necesario que explique algunas cosas que están en la mente cada vez más enojada de los argentinos, en un vano intento por revertir una situación que se profundiza por momentos. Una de las tantas señales de esto último, es que en varias partes de la ciudad sonaban cacerolas  en tanto cayó verticalmente la medición de la audiencia. Si reunimos estos pequeños componentes de la situación, del ánimo social y sus exteriorizaciones, podemos acercarnos a la definición de anarquía a la que nos referimos desde hace mucho. En una ruta provincial, camiones que transportaban cereal fueron atacados a balazos por la negativa de sus dueños a ingresar a una organización sindical y es factible que el caso no quede esclarecido pese a la gravedad que entraña. Casi al mismo tiempo, a varios centenares de kilómetros, se creó una situación enojosa que empeñó a la policía marplatense y obligó a los organizadores del Coloquio de IDEA que se realizaba en el Hotel Sheraton, a solicitar custodias privadas, en tanto los efectivos policiales debieron frenar a un piquete que aprovechó la concentración de empresarios y periodistas nacionales y extranjeros para hacerse conocer y ampliar la trasmisión de sus inquietudes. Por la forma en que se desenvolvieron los hechos, pudo advertirse un nada disimulado malestar entre los responsables del orden. Lo que dejamos dicho, expresa también un mismo sentimiento entre todo el aparato policial de la Provincia. El tema es algo más que una advertencia. ¿Un preludio…?
En medios periodísticos ya se supo que hizo su aparición un nuevo Sergio Schoklender. Se trata del doctor Juan Manuel de Rosa, médico personal de Hebe de Bonafini y dirigente nacional de Quebracho, quien montó una clínica organizada legalmente con sociedades que, declaró, obedecen a los fondos provenientes de la Fundación Madres de la plaza de Mayo. Todo sirve para hacer negocios y en este caso se reúnen varios factores que surgieron a partir de la relación entablada en el Sanatorio de Ensenada entre la cuestionada beneficiaria de los dineros públicos y el mencionado profesional que la atendía. Hoy uno no se despega del otro y parece que “la historia vuelve a repetirse”, como dice la letra de una canción romántica. Veremos si la denuncia que ya circula por la red es tomada en cuenta o su contenido se deja crecer gracias a la vocación por el escándalo que ha demostrado el kirchnerismo.
A propósito, otra denuncia, proveniente de un intendente cordobés, expresa que el giro de millones y millones de pesos para la realización de obras dependía de su adjudicación a determinada empresa, esfuerzo que debía orientarse a los ediles que debían poner su firma. Todo un tema que recuerda que el ministro Julio De Vido, autoridad máxima de quien depende el sistema de transporte, salió indemne del inicio de acciones judiciales contra Jaime, Schiavi, los hermanos Cirigliano y otros responsables de los accidentes ferroviarios que produjeron decenas de muertos. Esta inexplicable situación queda flotando en el ambiente y pone de manifiesto que, pese a todo, el santacruceño mantiene el poder suficiente para escapar a las acciones judiciales. Ser dueño de secretos importantes -muchos de ellos puntuales y significativos e íntimos- permite, en política, ciertas ventajas. Sin embargo, la gente, la opinión pública, las familias de los muertos, saben todo esto y miran con fijeza hacia Olivos y la Casa Rosada.
Cristina lo sabe o al menos, lo intuye. Cuando anoche habló, la televisión mostró su inquietud, los rasgos severos de su rostro y los movimientos nerviosos con los que se refirió a una actualidad que comenzó a acosarla. Al final, después de referirse al mundo idílico en el que vive, la Presidente se sintió obligada a decir dos palabritas sobre uno de los escándalos más intenso al que está sometida la Argentina ante el mundo y ante sí misma: el reclamo jurídico de tenedores de bonos en default contra uno de los emblemas más sensibles y estimados por la opinión pública, la Fragata Libertad, buque insignia de la Armada Nacional. Más allá del virtual desguace al que está sometida, como el resto de las Fuerzas Armadas, y la persecución a muchos de sus hombres, la cuestión posee entretelones significativos e hipócritas: cuando Néstor Kirchner fue presidente, convalidó acuerdos anteriores que extraen a los instrumentos y bienes públicos -como son los buques de guerra, por ejemplo- de los beneficios internacionales que los convierten inembargables. Por cierto, nadie del gobierno recuerda esta norma cedida durante la presidencia de Néstor Carlos que, de todos modos, ingresará en la discusión jurídica para permitir el rescate de la nave. La retórica de Cristina al final de su discurso convenientemente aplaudido, sólo demostró su alejamiento de la realidad. En síntesis, otra confirmación de la enfermedad que la aqueja.
A propósito, quien habría sido uno de los impulsores para que la Libertad ingrese al puerto de Ghana, Héctor Timerman, hizo lo mismo al hablar de la soberanía que “será defendida a toda costa”, aunque se olvidó que adoptó la ciudadanía norteamericana a la que renunció para retomar la argentina y convertirse en el Canciller que más papelones ha cometido en el ejercicio de su cargo. Entre ellos, el insólito episodio con un avión norteamericano que vino al país a prestar ayuda, aportar experiencia y donar elementos para enfrentar el gran drama de hoy: el auge del delito. Timerman, en ejercicio del desconocimiento e improvisación que lo caracterizan, tenía que hacer algo por la Libertad y se dirigió a las Naciones Unidas para plantear el problema sin mayor éxito. Aseguró que la Fragata sería liberada pero mientras hablaba, se conocía que la tripulación y sus invitados volverían al país esta semana por vía aérea. Sólo quedará el capitán, oficiales, suboficiales y tripulantes indispensables para atender la seguridad del buque. Entre tanto, la avalancha de los sucesos hizo que se olvidara un detalle importante: cómo se decidió el cambio de rumbo, evitándose el puerto de Nigeria y anclando en Ghana.
Entre tanto, circulan otras noticias que son de dominio público. Las principales nos dicen que el cepo al dólar -que según Cristina no existe- determinó un avance de la inflación y un incremento de las tasas de interés bancario, todo lo cual incide cada vez con más fuerza sobre la economía en general. Concurrentemente y mientras Mauricio Macri se reunía públicamente con Hugo Moyano en un suceso político de trascendencia, se conocieron detalles sobre el avance estatal sobre la caja de las obras sociales sindicales. El avance aún no ingresó al terreno del debate intenso, excepto el anuncio que se confirmó durante dicha reunión en el sentido de que habrá un paro general con la participación de todas las corrientes gremiales. En pocas palabras, se sumará a otros acontecimientos de decidida importancia, que se reúnen con naturalidad para conformar un final de año “a toda orquesta”, sin música y por lo menos, a garrotazos.
Esto no cierra el reducido peso del rol al que fue llevada nuestra ex República, pues el drama de la droga está nuevamente sobre el tapete y pone de relieve todo lo que se anunció al respecto desde hace mucho, cuando estos vaticinios no fueron tomados en cuenta y los políticos -con las excepciones del caso- miraban hacia otro lado. En Santa Fe, el jefe de la Policía Provincial fue denunciado, se escapó, fue apresado y llevado ante la justicia por connivencia con el narcotráfico. El escándalo obligó al gobernador Binner a contestar los requerimientos de la prensa, pero ante una pregunta específica negó que existan vínculos con el ámbito de la política. Cómo tenía esta certeza no fue explicado y cabe esperar que lo haga pronto, pues este asunto ahora crece imparable ante la opinión pública. En Orán, Salta, la frontera con Bolivia apenas si es una línea de agua del río Bermejo y existe un tráfico entre los dos países. En Orán, en 1964, la Gendarmería Nacional tenía una activa presencia en la zona hasta tal punto, que batió a una guerrilla que contó con el apoyo militar de Cuba. La operación se llamó Santa Rosa, tuvo un muerto y heridos en combate y puso de relieve el papel que cumplía como defensora de nuestras fronteras en el mismo terreno. Hablamos en tiempo pasado pues hoy fue retirada en gran proporción de esos lugares y funciones concretas, para atender el creciente delito, que crece en todo el territorio pero especialmente en los centros urbanos. Amparado por la legislación, el negocio de los derechos humanos y la estupidez de las dirigencias, la insoportable inseguridad se ha convertido en un problema puntual y peligroso. Hace unas horas, en la calle principal de la residencial San Isidro, cercana a la Capital Federal, una mujer fue secuestrada a la vista de todos, llevada en su automóvil a retirar dinero y hacer compras con sus tarjetas de crédito y luego abandonada en las cercanías de una villa de emergencia.
Las anécdotas, incluidos los muertos, heridos y secuestrados, son cosa de todos los días, pero con el relato no se soluciona el drama. Nuestro país es el único que no aplica “la ley de derribo” de los aviones contrabandistas, como lo hacen otros países que combaten el narcotráfico. Agreguemos que la ausencia o reducción de la Gendarmería en sus lugares de trabajo favorece el crecimiento de toda la actividad que rodea a la droga y ha convertido a la Argentina en un centro que combina al tráfico con la producción y el consumo. Todo un logro del gobierno “nacional y popular” que reúne más y más elementos acerca de este tema que afecta a la misma Presidente en la persona de su hijo Máximo.
Pero aquí no terminan las cosas. Ya en otro nivel de negociados pero con importante contenido, dos extremos han llegado al periodismo: la estafa del piquetero Luis D’Elía, que para variar la hizo con viviendas, y lo que sería otro gran escándalo del que hablamos en su momento y que amenaza con extenderse: la creación de algo así como un Ejército paralelo en el que están comprometidos jefes y oficiales que dependen del subjefe, general Milani, a su vez jefe de la inteligencia de la Fuerza, quien desarrollaría negocios con la necesaria participación de la Ministro de Seguridad, Nilda Garré, quien ofrece un apasionante historial político y como funcionaria que pasó por distintos gobiernos. ¿Será por eso que hackearon al Informador Público…?
Carlos Manuel Acuña