lunes, 24 de diciembre de 2012

SOCIEDAD RURAL

OPINIÓN
Hubo en 1826 una Sociedad Rural Argentina entre cuyos principales accionistas se encontraban Bernardino Rivadavia, Félix Frías, Narciso Martínez de Hoz, Evaristo Lavalle, Ramón Larrea, José María Rosa, que era una sociedad comercial con propósitos de colonizar campos y comerciar con haciendas. En 1829 un malón le llevó seis mil vacas y todos los yeguarizos y la sociedad empezó a liquidarse hasta desaparecer en 1861.
Ya en 1801 don Félix de Azara había propuesto una sociedad de fomento, y en 1814 el director Posadas decreta la creación de una junta de amigos del país para tratar “de materias de agricultura, cría de ganados y todo lo que tenga relación con estos”, pero en esos años no se concreta la idea.
Mucho después, en 1858, Gervasio Posadas, hijo del director, organiza una exposición agrícola en Palermo, en la finca que fuera de Rosas. La idea está latente y Eduardo Olivera, que ha visto exposiciones en Europa, se reúne con Sarmiento y Posadas para redactar las bases y reglamentos. La guerra civil lo impide, y recién el 18 de agosto de 1866 quedará constituida la Sociedad Rural con las bases propuestas por Olivera y con José Martínez de Hoz como presidente.
La sociedad se propone velar por los intereses de la campaña, promover mejoras, orden y arreglo de los pastoreos. Estudiar los medios para combinar pasturas con labranzas. Estimular a los hombres de ciencia en sus estudios para proveer de aguas y para desaguar bañados. Promover la moralidad del hombre de campo. Estudiar las especies de ganado más convenientes. Propagar los conocimientos agrícolas. Introducir mejoras en los aparejos de labranza. Estudiar la aplicación de la química a los usos agrarios. Investigar semillas y plantas. Estudiar mercados nacionales y extranjeros, fundar biblioteca, museos, hacer exposiciones de ganado y experiencias agrícolas.
En 1867 aparece su publicación, “Anales de la Sociedad Rural Argentina”, dirigida por Ángel Estrada y con un artículo de Sarmiento en el primer número.
Esta institución, que por el número de sus miembros y por las riquezas que estos manejan tiene un indudable peso político, ha sido criticada a veces con injusticia por entender que se influía en favor de los intereses extranjeros que manejaban ciertos frigoríficos. Pero su influjo fue reemplazado por otros. En su primera presidencia Perón decía que los oligarcas son unos tontos, sus campos no rinden nunca una utilidad mayor al diez por ciento del capital, mientras que cualquier industria da el treinta.
La Sociedad Rural, como las demás destinadas a velar por las ganancias de un sector, puede a veces pecar poniendo sus intereses por encima, o al menos al margen, del interés general de la nación. Sin embargo tiene a su favor que se Trata de gente ligada a la tierra, al suelo, a la gleba, al substrato de la patria, y que su profesión consiste en hacerlo producir, y que eso sembrar para que nazca la vida es la esencia del amor.
En ocasiones se la ha acusado de falta de patriotismo. Sin embargo ahora, en la actualidad, un enorme sector de la sociedad en sus distintas esferas ha valorado su accionar como  una clara manifestación de respaldo al campo, a la autonomía en sus distintos aspectos y a la defensa indeclinable del sistema federal.
 El rechazo a las retenciones confiscatorias está inspirado en motivo de legítimo patriotismo por ser la misma absolutamente inconstitucional lo mismo que el embargo sobre el predio que intenta el Gobierno es un acometida  a la moralidad del hombre de campo en su conjunto.

DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN