Elena Valenciano pide censurar el bus que muestra la verdad del aborto: ‘es violencia’
Elena Valenciano ha dicho hoy en su Facebook que este bus es “terrorismo publicitario”,
y olvidándose de que vivimos en una democracia, ha añadido: “Pido a la
Delegación del Gobierno que intervenga y evite la exhibición de estas
imágenes en las calles de la Comunidad de Madrid. Porque esto, también
es violencia”. El mundo al revés: ¿’violencia’ y ‘terrorismo’ es
mostrar en qué consiste un aborto, y no lo es matar y descuartizar a
niños por nacer?
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En 2009 Valenciano negó que los niños por nacer fuesen seres vivos
Parece obvio que la vicesecretaria general del PSOE ha perdido los papeles al ver circular por Madrid las pruebas gráficas de todas sus mentiras sobre el aborto. Recordemos que en 2009 Valenciano llegó a negar que los niños por nacer sean seres vivos, con lo que fue un paso más allá de la afirmación de su compañera de partido Bibiana Aído de que “un feto de 13 semanas es un ser vivo pero no es un ser humano”. Pues ahí tienen las fotos de las víctimas del aborto. Elena
Valenciano no parece dispuesta a explicarnos qué se supone que vemos en
esas fotos: prefiere censurarlas para no quedar como una mentirosa, demostrando, con ello, que no sólo miente, sino que además carece del más elemental espíritu democrático.
Pide usar una ley que según ella misma busca “reprimir el derecho de la gente a manifestarse”
Pero lo más curioso es que Elena Valenciano ha preguntado al gobierno: “¿No cabe aplicar en este caso su famosa Ley de Seguridad Ciudadana?”
Estamos ante la prueba de que la dirigente socialista pretende usar una
ley que ni siquiera ha sido aprobada aún para reprimir a los que
muestra la realidad del aborto. Y es que ayer ella misma denunció
que esa norma busca “reprimir el derecho de la gente a manifestarse y a
protestar por una realidad que para muchos es terrorífica”, y al respecto añadió: “Le tienen miedo a que la gente diga lo que piensa, pero la gente tiene derecho a decirlo”. Muchas
gracias, señora Valenciano, por retratar a la perfección su propio afán
de reprimir al discrepante y su miedo a que se diga la verdad.
