martes, 26 de noviembre de 2013

CAMBIO DE ESTRATEGIA, ¿CAMBIO DE RUMBO TAMBIEN?

Cambio de estrategia, ¿cambio de rumbo también?

ByT 
Título: Cambio de estrategia, ¿cambio de rumbo también?
Autor: Alejandro Villarreal
Recientemente se nos ha informado de una serie de rectificaciones que tienen que ver con el papa Francisco, al parecer, se habría dado cuenta que su estrategia inicial fue demasiado liberal y descuidada, y hoy hasta le agradece a dos periodistas conservadores por sus críticas, pasando por una aclaración sobre su entrevista con Scalfari, donde éste ha dicho que se tomó demasiadas licencias literarias y al final puso lo que él quiso, y por supuesto, se ha quitado dicha entrevista del sitio oficial del Vaticano. Francisco incluso ha alabado al Concilio de Trento y ha reconocido que la escuela de Bolonia, liberal, cae en excesos y hasta en errores en su interpretación del II Concilio Vaticano.


Para el mundo Francisco es “conservador” porque no apoya sin reservas sus errores más representativos: actos homosexuales, aborto, eutanasia, etc. Corrigió su estrategia, ¿corregirá el rumbo también?. Caricatura de Rob Rogers.

Todo lo anterior suena como un sueño o como el despertar de una pesadilla, pero, ¿lo es? Este cambio de estrategia papal y de sus allegados es, un innegable cambio de estrategia, diferente a lo que se planteó desde el principio de su pontificado, eso es evidente, pero, ¿es esto un cambio de rumbo también? Esta situación me recuerda las negociaciones de paz de Israel, las cuales, más que servir para restituir el daño que le ha hecho a los habitantes de Jerusalén y sus alrededores, sirve para que se olvide todo lo que ha hecho y se tome eso como un “comenzar de nuevo”, desde el punto donde quedaron las cosas sin regresar al punto donde comenzaron los abusos, sin resarcir ningún daño pasado y que todos agradezcan que ese “país”, que ha sido un bastardo sin escrúpulos, hoy quiera la paz y mañana… sólo Dios sabe.
En el caso de Francisco es positivo que haya dado estos pasos, pero, ¿servirá sólo para que lo alcanzado hasta hoy quede asentado permanentemente (¡aún más!) sin resarcir ningún daño atribuible al “espíritu del Concilio”?, en otras palabras, se cambia de estrategia pero no de rumbo, e incluso, los católicos debemos sentirnos agradecidos de que el papa diga cosas que parecen católicas (eso ya es suficientemente extraño), aunque en realidad no haya cambiado nada, no se esté cambiando nada: los abusos litúrgicos siguen, la comunión de pie y en la mano siguen, los ministros “extraordinarios”, que son cosa de todos los días, siguen, el amiguismo traidor con judíos, protestantes y demás, sigue, ¿se acabarán las reuniones ecuménico-sincretistas?, lo dudo, cardenales que muestran tan poca Fe católica y hasta caen en lo herético como Walter Kasper y Karl Lehmann (para quien el C. de Trento ya no aplica), por citar dos, ¿finalmente serán tratados como lo que son?, ¿quién está al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe?, ¿el heterodoxo Müller será removido por alguien quien realmente represente a la Iglesia, el Concilio de Trento y en general toda la enseñanza de la Iglesia sin ambages ni contradicciones?, ¿se condenará formalmente a la teología de la liberación y se retirará toda esa basura liberal de las librerías que supuestamente deben ser católicas?, ¿se condenará formalmente las desviaciones de la escuela de Bolonia y de sus principales exponentes?; no olvidemos que por el “espíritu del Concilio” es que hoy tenemos mesas en lugar de altares y por lo mismo sacerdotes que siempre dan la cara a los fieles y nunca incluyen el latín en sus Misas, y la lista podría seguir, pues de ese tamaño es el cambio de rumbo que estuvo fundado en el “espíritu del Concilio”, de ese tamaño es el daño asestado a la Iglesia.

Otra caricatura más acorde a lo que sucede hoy, un Francisco tratando de reconstruir la Iglesia, hecha pedazos por el  Concilio Vaticano II, a base de usar “pegamento tradicional” y “pegamento radical”, donde sea necesario; dicho de otro modo, parecería decirle a todos lo que quieren oír; al final ¿sus actos a quien beneficiarán?
Vemos así que el cambio de estrategia es infinitamente más sencillo que el cambio de rumbo que debería estar ligado a la estrategia propuesta, sin embargo, hoy las solas palabras parecen ser suficientes, nos están vendiendo una conformidad hacia los cambios que salieron del “espíritu del Concilio” hace cincuenta años diciéndonos que la escuela de pensamiento que lo impulsó no siempre está en lo correcto, es excesivo y hasta erróneo… si, ¿y luego?, ¿para variar se hará algo al respecto, se actuará o sólo nos dirán lo que ya sabemos?
Mi apuesta es que nada cambiará, que muchos se sentirán satisfechos y respirarán profundamente, como si se hubiese superado una tormenta por las recientes declaraciones papales, pero en los hechos todos seguirá igual, impulsándose desde las sombras, como se ha hecho desde que nació el Vaticano II, tendremos así un nuevo Asís y quizás como nunca antes (después de todo, ¡”Francisco” iría a Asís!), muchas reuniones ecuménico-sincretistas locales donde se tratará de locos y “fuera de la Iglesia” a quienes se les opongan, los rabinos seguirán entrometiéndose en los asuntos de la Iglesia y seguirán gozando de las preferencias de Francisco, sin mencionar que no se moverá un dedo para corregir los abusos del día a día y que ya pocos los tiene como tales, quienes se opongan a estos excesos serán ridiculizados… nada cambiará, quizás incluso tengamos más opiniones desde los medios de comunicación globales lamentando que Francisco haya resultado ser todo un “conservador”, sin diferenciarse de sus antecesores inmediatos.
Disculparán mi aparente pesimismo, pero “la burra no era arisca, la hicieron a palos”… quisiera estar equivocado.
SOBRE la REPRODUCCIÓN del CONTENIDO de B&T: Se concede el permiso para reproducir, total o parcialmente, las traducciones originales de este blog, en otras páginas o blogs, con la condición de mencionar el origen del mismo, así como a su autor original y el nombre del traductor. El autor de B&T hace lo correspondiente al tomar material de otras páginas, sin excepción, y a pesar de no concordar totalmente con las ideas de otras webs o autores, creyendo que en esto reside un simple pero no despreciable acto de honestidad.