miércoles, 23 de abril de 2014

Jaime aseguraría que CFK precipitó el final de su esposo dándole whisky y salamines mientras convalecía

Jaime aseguraría que CFK precipitó el final de su esposo dándole whisky y salamines mientras convalecía

abril 23, 2014
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Cuando Néstor Kirchner asumió como presidente en mayo del 2003, dos dirigentes de la provincia de Buenos Aires que habían trabajado en Santa Cruz sabían que en el área de Transporte había una caja importante, porque lo escucharon al futuro Eternauta que iba a desarrollar la red ferroviaria y hacer todo lo contrario a Carlos Menem, quien dijo la famosa frase “ramal que para, ramal que cierra”, y así lo declaró Ricardo Jaime en el juicio oral de la tragedia de Once. Los dirigentes citados son Carlos “Cuto” Moreno y Dante Dovena, que aspiraban al cargo de Secretario de Transporte. Pero Kirchner sorprendió con la designación de Jaime, un agrimensor cordobés que se fue en los ‘90 al sur y que se convirtió rápidamente en el compañero de juergas del entonces gobernador. Ambos tenían caracteres similares, eran jodones y entradores y les gustaban las mujeres sureñas con la que salían de fiesta juntos. Así fue que Jaime llegó a director general de escuelas provincial, una especie de ministro de educación. El gobernador tenía por entonces dos apasionados romances, uno con la esposa de un importante hotelero de El Calafate y después con una jueza penal del pueblo de puerto San Julián, con la cual tuvo un hijo natural. Según fuentes santacruceñas, cuando el Eternauta salía de travesuras, le decía a Cristina que se iba a tomar whisky con Jaime y otros amigos. De ahí que la actual presidente le dedicara un particular odio a ese personaje cordobés que supuestamente lo incitaba a su marido a meterle los cuernos, lo cual no era verdad.

Una dieta mortal

Al gobernador realmente le gustaban las bebidas, las mujeres y el juego pero luego de aguantarse su odio durante muchos años la presidente logró inventarle una acusación de supuesto acoso sexual a Jaime y Kirchner lo deportó a su tierra natal, Córdoba, donde ocupó el cargo de Subsecretario de Educación de José Manuel de la Sota con un perfil bajísimo. Como dijimos cuando Kirchner ya como presidente se acordó de su viejo amigo de juergas y lo nombró Secretario de Transporte con total autonomía de su jefe Julio de Vido y estallaron rápidamente los primeros escándalos de corrupción en el transporte Jaime decía: “si Néstor me llama es para tomar un café”. Tal era la confianza que tenía por el respaldo total y absoluto de su jefe, quien respetaba a los funcionarios que más caja hacían. Esto explica que tanto de Vido como Jaime fueran los preferidos, especialmente éste, quien recaudaba todos los días de los colectivos y trenes de la capital y conurbano. Como señaló la ex secretaria del ex presidente, Miriam Quiroga, en un programa de Jorge Lanata, Jaime le llevaba a una valija todos los días. En el juzgado federal que tramita la causa declararon un montón de funcionarios, entre ellos Alberto Fernández que, como Jefe de Gabinete, tenía un despacho al lado de Kirchner. Obviamente ninguno vio nada, por lo cual esa causa está cajoneada, porque no se pueden probar las valijas que Jaime le llevaba al Eternauta. Cuando el 27 de octubre del 2010 Néstor Kirchner fallece y se convierte en el Eternauta, la situación de Miriam Quiroga y Ricardo Jaime estaba sellada.
Guille-3-14-2En privado, este último responsabilizaría a CFK de que dejó morir a su marido. Se refiere a que, después de los incidentes cardíacos que Kirchner sufrió en marzo y octubre del 2010, cuando él recibía visitas en Olivos ponía sobre la mesa salamines picados gruesos y Johnnie Walker etiqueta azul, una combinación explosiva para un enfermo cardíaco. El que traía los salamines y el Johnnie Walker era Eduardo Carbone, el ex jefe de la custodia de Cristina, ahora puesto en disponibilidad por la Policía Federal y que ella nombró luego secretario presidencial.