domingo, 27 de julio de 2014

El vuelo MH17 de Malaysia Airlines: ¿Un suceso que nos recuerda el asesinato de Francisco Fernando?

El vuelo MH17 de Malaysia Airlines: ¿Un suceso que nos recuerda el asesinato de Francisco Fernando?

 

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Por Alexander Nekrassov.- ¿Recordó usted a Francisco Fernando cuando escuchó por primera vez la noticia del accidente del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, en el este de Ucrania, en el que perecieron 298 personas, la mayoría de ellas holandesas (189) y malasias (29)? Hablo del archiduque austriaco Francisco Fernando, cuyo asesinato hace 100 años provocó la Primera Guerra Mundial.
La reacción de algunos políticos y periodistas sugiere que recordaron ese fatídico episodio nada más tener noticias del accidente del MH17. Algunos incluso señalaron que el mundo nunca sería lo mismo.
El Boeing 777 de Malaysia Airlines, en su ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur, se estrelló en la región de Donetsk en el este de Ucrania, en un área controlada por fuerzas antigubernamentales, conocidas como “separatistas prorrusos”.
Antes de que cualquier detalle del accidente fuera confirmado, Rusia se encontró bajo sospecha y con todos los focos apuntando en su contra.
La parte más increíble de toda esta saga dramática tuvo lugar durante una conversación telefónica “programada” entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homónimo de Estados Unidos, Barack Obama, mientras las llamas calcinaban los restos del avión del vuelo MH17 en una zona no muy lejana de la ciudad de Shahtersk. ¿Vaya coincidencias, no?
Según declaraciones del Kremlin y la Casa Blanca sobre la citada charla telefónica, Obama y Putin discutían sobre la crisis en Ucrania y las posibles soluciones diplomáticas antes de que Putin informara a su colega que un avión malayo se había estrellado en territorio ucraniano.
Los detalles de la conversación entre ambos líderes acerca del suceso no fueron revelados, pero no sería descabellado imaginar que Putin declinó cualquier responsabilidad de Rusia en relación con el derribo del avión comercial. Tampoco que Obama lo creyó, aunque posteriormente le interesara seguir el guión elaborado por sus consejeros nacionales de seguridad, sin duda deseosos de una tragedia de tamañas proporciones para apuntar directamente al corazón del Kremlin.
Naturalmente, el Gobierno ucraniano secundó la farsa desde el primer momento. Sin tener una sola prueba indiciaria, Ucrania trasladó a Moscú la carga de la culpa, acusando al Ejecutivo ruso de armar y respaldar a los rebeldes en el este del país.
Providencialmente, se produjo una grabación de una supuesta conversación telefónica entre dos “oficiales rusos”, uno en el este de Ucrania y el otro en Rusia, con la intención de probar que hablaban sobre el derribo del avión.
Pero, con toda honestidad, sería difícil para el Gobierno ucraniano y para sus aliados explicar cómo un ejército desorganizado pudo lograr derribar el avión que volaba a una altitud de 10 kilómetros, a una velocidad de 1,287.4 kilómetros por hora.
Algunos periodistas televisivos señalaron sin pudor que si los separatistas ya habían derribado antes varios aviones ucranianos, bien pudieron hacerlo también con el MH17.
Solo que hay un problema: todos los aviones anteriores volaban a altitudes mucho más bajas, y algunos incluso a escasos metros del suelo, mientras que el vuelo MH17 estaba fuera del alcance de todos los misiles antiaviones que las fuerzas antigubernamentales tienen en su posesión.
Así que derribar un avión de pasajeros a esa altitud hubiera necesitado un sistema mucho más sofisticado, sin mencionar la necesidad de contar con personas con entrenamiento específico para desarrollar este tipo de operaciones.
Sin embargo, Putin tendrá dificultades para convencer al mundo de que Rusia no tuvo nada que ver con el derribo del vuelo MH17 debido a que todas las evidencias circunstanciales están en su contra. Así que en el Kremlin se preparan para una ofensiva a gran escala, con el Pentágono filtrando informes sobre lo que “pudo” haber ocurrido y la prensa occidental echando leña al fuego de los rumores y las denuncias sin fundamento real alguno.
En medio de la actual vorájine de especulaciones, el líder ruso ha respondido con habilidad al negarse a aceptar las dos cajas negras del vuelo MH17, que fueron recuperadas por combatientes antigubernamentales en el lugar del accidente. En teoría, eso le niega a Kiev la oportunidad de afirmar que Rusia “manipula” la evidencia… pese a que Ucrania afirmó este viernes que Rusia disponía de los dispositivos de grabación.
Lo que sí cambiará tras el derribo del vuelo MH17 es que la guerra civil en Ucrania, que estaba siendo opacada por otros acontecimientos internacionales, tales como la carnicería que está perpetrando Israel en Gaza, con la muerte ahora de casi 300 ciudadanos extranjeros volverá a tener una dimensión mundial.
Y quizás, solo quizás, todas las partes clave en el conflicto hagan un esfuerzo por detener el derramamiento de sangre. Puede que entonces el recuerdo de Francisco Fernando sólo haya sido un erróneo presagio.