Sin baldazo.
Nun desafió a Cristina a donar parte de su fortuna a los
pobres
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José Nun fue el secretario de Cultura de Néstor y luego de Cristina
hasta 2009 cuando se fue y ocupó su cargo Jorge Coscia. Este viernes
(22/08) fue muy duro con el gobierno de Cristina Fernández al que acusó
de "ineptitud" y "falta de consistencia" en su modo de gobernar. Luego
lanzó una suerte de desafío a la primera mandataria: “Desearía que
Cristina done parte de su fortuna a la gente empobrecida en los últimos
años”, en clara alusión a los pobres creados por su gobierno.
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Para Nun, el Gobierno va "a dejar un país muy debilitado, muy vulnerable
y con un lastre de cuentas pendientes que va a tener afrontar el
próximo gobierno".
José Nun reemplazó al polémico Torcuato Di Tella en la Secretaria de
Cultura de la Nación, hoy convertida en ministerio con Teresa Parodi a
la cabeza. Acompañó a Néstor Kirchner y a Cristina por 4 años: desde
noviembre de 2004 a julio de 2009 cuando se alejó tras la caída K en las
elecciones legislativas de ese año.
Pero Nun se había cansado de reclamar fondos para su sector y realizar
con esfuerzos proyectos culturales en vistas al Bicentenario de la
Nación. De hecho en 2009 le habían reducido el presupuesto en un 20%.
Luego, Nun se convirtió en un fuerte crítico de los K. En una entrevista
al diario El Cronista este viernes (22/08) habló de la herencia del
Gobierno y los "problemas de fondo" sin resolver. Le dedica duras
palabras a la mandataria, a la que acusa de "ineptitud" y de
"encerrarse" tras la muerte del "Lupo".
A continuación la nota completa publicada por El Cronista:
A poco más de un año de las elecciones 2015, ¿cómo encuentra a la
Argentina en el final de este ciclo político que lleva más de 10 años en
el poder?
- La encuentro en uno de esos movimientos lamentablemente pendulares a
los que nos tiene acostumbrados el país desde hace muchos años. Sin
duda, en 10 años se han hecho cosas, y cosas estimables. Al mismo
tiempo, no se han atacado los problemas de fondo del país y por eso es
que vuelve el movimiento cíclico al que yo me refería. Por ejemplo, los
datos de inversión en este período terminan por ser similares a los de
la década del 90.
Queda poco del modelo que propiciaba Kirchner en su primera etapa:
superávit gemelos, dólar competitivo... En cambio tenemos déficit,
inflación, desempleo en ascenso y ahora default. ¿Qué le pasó a Cristina
para que el país enfrente este impensado escenario económico?
- En 2003 estábamos enfrentados a una crisis tremenda y las medidas que
se tomaron fueron atinadas. Ya se venían tomando antes de llegar al
gobierno Kirchner. Se mantuvo al mismo ministro de Economía, que
profundizó esas medidas que permitieron que se recuperara la inversión,
el empleo, aumentaran las exportaciones y Argentina ingresara a una
etapa de recuperación. Esa etapa explica los altos niveles de
crecimiento de los cuatro primeros años del gobierno de Kirchner. Porque
no son la misma cosa el gobierno de Néstor Kirchner y los gobiernos de
Cristina, por más que el relato oficial se empeñe en arrancar los logros
de este gobierno a partir de 2003.
¿Dice que desde 2007 empezó el declive?
- Por empezar, nos hemos acostumbrados a una enormidad similar a que los
hijos le peguen a los padres cuando naturalizamos desde 2007 que
Argentina carezca de estadísticas. Que un dictador manipule las cifras
es esperable, pero que en un país que se quiere democrático los datos
del Indec sean reconocidamente falsos es una enormidad que por cotidiana
se toma como natural.
Se han naturalizado varias cosas. También tener un Vicepresidente
procesado por presuntos hechos de corrupción...
- Afortunadamente lo que ocurre con el Vice se ha naturalizado menos que
lo del Indec, porque hay una indignación pública con Boudou que a mí me
gustaría que hubiera respecto del Indec.
¿Por qué el Gobierno ha decidido ignorar esa indignación? A Boudou se lo
sostiene y defiende.
- La indignación existe, incluso en el oficialismo. La prueba está en el
modo en que lo tratan a Boudou los senadores oficialistas. Es una carga
política pesada para ellos también. Creo que no hay casi nadie en el
país que seriamente dude que la elección que hizo la Presidenta fue
absolutamente desastrosa e inconsulta.
¿Por que lo mantiene Cristina?
- Las respuestas que se ensayan van desde la obstinación en no reconocer
sus errores hasta que la familia presidencial haya estado de alguna
manera vinculada a los negocios de Boudou, y que éste amenace con
hacerlo público. Son todas suposiciones y resultan muy extrañas. En
otros países apenas un ministro o funcionario de alto rango es acusado
de corrupción, no digamos procesado, renuncia para ponerse a disposición
de la Justicia.
Cristina ha tenido una actitud opuesta en ese sentido a la de Dilma en
Brasil, que echó a varios funcionarios sospechados.
- El problema es mucho más generalizado. Otra cosa que se normaliza en
la Argentina y ni siquiera la oposición bate el parche como debiera, es
que una fuente importante de estímulo a la corrupción es que todos los
organismos de control que deben vigilar al Ejecutivo están dominados por
el Ejecutivo. El único que se salva es la AGN de Despouy. El problema
es que la Auditoría eleva sus informes al Congreso y allí la mayoría
oficialista los cajonea. Reposo sigue al frente de la Sigen...
¿Está nivelando cada vez más para abajo la política argentina?
- No es una tendencia general de la política, pero acá hay un desprecio
por la ética pública que es fundamental. No hay ningún teórico de la
democracia que no haya sostenido que para que una democracia funcione no
se necesita solo ganar una elección sino tener burocracias
incorruptibles, eficientes, y tener dirigentes cuya principal
preocupación no sea enriquecerse y perpetuarse en el poder. Se necesitan
requisitos morales que acá se ignoran en nombre de una concepción
insostenible en otros países y es que la democracia es simplemente ganar
elecciones.
¿También en lo político hay cambio de modelo ? El caso de Milani al
frente del Ejército es una contradicción para un Gobierno que ha
levantado la bandera de los derechos humanos.
- No hay tal cosa como una separación entre la economía y la política.
No hay ningún programa económico que se pueda mantener sin una
orientación política clara y una legislación que acompañe. En este
momento lo que estamos sacando como balance es que Argentina tuvo en
esta década todas las condiciones favorables como para iniciar un cambio
de matriz productiva y no lo hizo. Seguimos dependiendo del sector
agropecuario, que afortunadamente ha progresado de manera impresionante,
pero seguimos sin tener industria. La industria creció durante el
gobierno de Kirchner y después dejó de crecer. Crece al 1% anual o
menos. No se cambió la matriz productiva y los intelectuales del
kirchnerismo no han dicho palabra sobre este tema, así como no se
pronuncian sobre Boudou y las violaciones a la ética pública. Me
gustaría que Carta Abierta denunciara que todos los organismos de
control, salvo la AGN, están controlados por el Gobierno.
¿Por qué no lo hacen?
- Porque son fieles seguidores del Gobierno con anteojeras. Ven lo que
quieren ver.
Usted tiene amigos, colegas en ese espacio. ¿Mantiene el diálogo con
alguno de ellos?
- Ya no. Para tener diálogo tiene que haber un piso común de valores y
ese piso se ha ido perdiendo en nombre de una equivocada creencia acerca
de qué es la defensa de los intereses populares. Y así no se defienden
los intereses populares.
¿Cree que ellos han comprado el relato K o hay una cuestión de
conveniencia en algún caso?
- Hay algo por lo menos sospechoso, y es que muy poca gente defiende
públicamente a este gobierno si no tiene cargos públicos o si no está en
consultoras que financia el Gobierno. Y esto resulta curioso, por lo
menos.
¿Por qué piensa que el Gobierno eligió el camino del default en su pelea
con los fondos buitre?
- No hay duda de que los fondos buitre son la expresión más voraz del
capitalismo financiero. Ahora, hay una cosa que conviene marcar y es:
¿por qué no recompramos nosotros, el Gobierno, los bonos que no habían
entrado a la restructuración de la deuda? ¿Por qué fueron más vivos los
fondos buitre que los tan vivos dirigentes argentinos? Lo hizo Correa en
Ecuador y gracias a eso no tiene problemas. El Gobierno tenía
instrumentos y recursos para ir recomprando lo que los fondos buitre
compraron. Pero no se hizo.
¿Y por qué no se hizo?
- Por una de las razones que se considera poco en el análisis político,
que es la ineptitud. Acá ha habido manejos ineptos de temas cruciales
para el desarrollo de la Argentina y falta de consistencia del proyecto
oficial.
¿Manejos que tienen que ver con la conducción económica o más con la
política?
- Con la conducción política y la concentración del poder. Un gobernante
no se puede encerrar porque los consejos que recibe de los expertos, en
parte, tienen que ver con la sapiencia de los expertos pero, en gran
parte, con el sentido común de ellos, es decir, con sus propias
experiencias. Kirchner desde que se despertaba estaba en el teléfono
hablando, discutiendo, consultando.
También tenía un estilo de conducción cerrado.
- No como la Presidenta. La señora Presidenta escucha dos o tres voces y
eso es fatal.
Ahora escucha a Kicillof.
- Bueno, están Zannini, Máximo. El tema del default lo deberían haber
previsto hace dos años y medio. Lo ningunearon a Griesa, estaban
convencidos de que la Corte no iba a fallar a favor del fallo de Griesa,
todo implica falta de previsión, de capacidad negociadora. Ineptitud en
el desempeño del cargo. Ahora lo que pasa es que se descubre que, por
las malas razones, esto empieza a dar algún rédito político. Porque se
trata de reproducir Braden o Perón; Patria o Buitres...
Hay encuestas que dicen que CFK ha recuperado imagen a partir de este
planteo.
- Depende, hay encuestadores que dicen que no es cierto... Pero si lo
fuera; la demagogia rinde frutos en el corto plazo. Las consecuencias se
van a hacer sentir, porque va a aumentar como está aumentando la
inflación, seguir cayendo las importaciones, estamos pendientes de cómo
se va a comportar el agro que este año no va a tener el desempeño que
tuvo antes. Estamos colgados del pincel y hacemos alarde.
¿Cómo cree que va a terminar su mandato la Presidenta?
- No me parece que vaya a terminar en una forma catastrófica, porque la
Argentina está bastante sólida y el Gobierno está haciendo emparches
continuos para sostener al máximo posible el empleo y el ingreso de los
sectores más pobres, pero se le complica cada día más porque para hacer
eso tiene que aumentar cada día más el gasto público.
¿Qué herencia cree va a dejar?
- Va a dejar un país muy debilitado, muy vulnerable y con un lastre de
cuentas pendientes que va a tener afrontar el próximo gobierno. Estos
movimientos pendulares solo se van a terminar cuando la política tome
las riendas para hacer un cambio en la matriz productiva del país.
Un sector del kirchnerismo quiere a Kicillof como sucesor de Cristina.
¿Cómo lo ve?
- Sí, a lo mejor lo llaman a Messi para que sea el candidato, tiene una
importancia menor. De la misma manera que ahora han ungido a Kicillof, a
pesar de su carencia de experiencia política y sus contradicciones,
porque sin duda es un buen profesor de Ciencias Económicas, pero con
esto no alcanza. Y si ahora lo quieren hacer encima candidato a
Presidente y él deja que lo hagan... Porque también está la posibilidad
de decir no, esto me queda grande, no voy a ser títere de nadie. Sería
la manera de empezar a recuperar algo de una moralidad pública que está
tan dañada.
El Gobierno anunció la aplicación de la ley antiterrorista a la imprenta
Donnelley y después dio marcha atrás. ¿Por qué se empeñan en crear
zozobra económica?
- Es la línea Braden o Perón. Tratar de hacer lo que se pueda para
quedar como los héroes de una instancia épica y con eso tapar lo que no
se ha hecho. No defiendo a esta empresa, pero que no hay estímulos para
inversiones, no los hay. Una cuestión fundamental para empresarios de
cualquier pelaje es la previsibilidad.
La última: usted siempre hace hincapié en diferenciar los gobiernos de
Néstor y de Cristina...
- Sobre todo después de la desaparición de Néstor, ahí vino el encierro.
No hay duda de que, por derecha o por izquierda, la Presidenta ha
amasado una fortuna considerable, incluso siendo mujer y madre. Yo no
conozco una sola obra filantrópica que haya realizado. El presidente de
Uruguay dona su sueldo porque dice que con lo que gana su esposa como
senadora le alcanza para vivir. Evita hizo la Fundación Evita. Yo
desearía que, por lo menos, la Presidenta en el último año de su gestión
done parte de su fortuna para toda la gente que ha sido empobrecida en
los últimos años.