martes, 23 de septiembre de 2014

Sale a luz impresionante complemento del mensaje de Fátima

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Biografía de la Hermana Lucía escrita por las religiosas del Carmelo de Coimbra, donde ella vivió.

Sale a luz impresionante complemento del mensaje de Fátima

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Bajo el título “Novedades apocalípticas de Fátima”, el periodista italiano Antonio Socci informa sobre una extraordinaria aparición de la Virgen María a Sor Lucía dos Santos, la testigo sobreviviente de Fátima, ocurrida en 1944 pero que sólo se conoció recientemente. Es un complemento de las cada vez más actuales profecías de Fátima y, por una coincidencia providencial, sale a la luz precisamente cuando los acontecimientos mundiales ya parecen cercanos al desenlace que aquellas profecías hacen prever.

Cómo se conoció la aparición

Por la importancia del tema, hemos buscado la propia fuente de esa información, un manuscrito dado a conocer el año pasado en el cual Sor Lucía narra la visión.
El documento fue incluido en una biografía de la religiosa, escrita por sus hermanas de hábito con base en sus cartas y en su Diario espiritual aún inédito. Titulada Un camino bajo la mirada de María, la biografía fue publicada en 2013 por el Carmelo de Coimbra, donde Sor Lucía vivió desde 1948 hasta su muerte en 2005 [1].
Pero hasta ahora ese libro de casi 500 páginas ha tenido una difusión limitada, sin mayor publicidad. El artículo de Antonio Socci, en cambio, publicado el pasado 17 de agosto, permitió que el relato de la visión sea conocido por el público corriente y saltara rápidamente a las redes sociales [2].

Los antecedentes de la visión

La aparición relatada por Lucía ocurrió al comienzo del año 1944, cuando era monja en el convento de las Hermanas Doroteas en Tuy (Galicia). Dos años antes, en diciembre de 1941, ella ya había escrito por orden superior las dos primeras partes del secreto de Fátima (la visión del infierno y los avisos y predicciones de la Virgen), pero dejó pendiente la tercera parte.
El obispo de Leiría —la diócesis de Fátima— la instaba reiteradamente a redactar también ese “tercer secreto”; pero como la Virgen le había mandado guardar reserva, ella se abstuvo de hacerlo. Sin embargo, interiormente su perplejidad era muy grande: estando el mundo en plena II Guerra Mundial, ¿no habría llegado el momento de escribirlo?

El relato de Lucía, paso a paso

En esas circunstancias, hacia las 4 de la tarde del día 3 de enero de 1944 —relata Lucía—, mientras rezaba en la capilla del convento ante el tabernáculo, “pedí a Jesús que me hiciese conocer cuál era su voluntad”, y con el rostro entre las manos esperaba alguna respuesta: “Sentí entonces que una mano amiga, afectuosa y materna, me toca el hombro. Levanto la mirada y veo a la querida Madre del Cielo”.
La Virgen le dice: “«No temas, quiso Dios probar tu obediencia, fe y humildad. Queda en paz y escribe lo que te mandan, pero no aquello que te es dado comprender de su significado»”. Le instruye guardar lo que irá a escribir en un sobre lacrado y anotar por fuera de este «que sólo puede ser abierto en 1960».
Enseguida, prosigue Lucía, “sentí el espíritu inundado por un misterio de luz que es Dios y en Él vi y oí: la punta de la lanza como llama que se desprende, toca el eje de la Tierra. Ella se estremece: montañas, ciudades, villas y aldeas con sus habitantes son sepultadas. El mar, los ríos y las nubes salen de sus límites, desbordándose, inundando y arrastrando en un remolino, casas y gente en un número que no se puede contar, es la purificación del mundo, por el pecado en el cual está inmerso. – ¡El odio, la ambición, provocan la guerra destructora!
“– Después sentí en el palpitar acelerado del corazón y en mi espíritu el eco de una voz suave que decía: ‘En el tiempo, una sola fe, un solo bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica, Apostólica – En la eternidad, ¡el Cielo!’
“Esta palabra ‘Cielo’ llenó mi corazón de paz y felicidad, de tal forma que, casi sin darme cuenta, me quedé repitiendo por mucho tiempo: ’el Cielo, el Cielo’”.
Alentada por estas maravillosas palabras finales, Sor Lucía cobró fuerzas para escribir el Tercer Secreto, tal como la Virgen le había ordenado: “Apenas pasó la mayor fuerza de lo sobrenatural, fui a escribir y lo hice sin dificultad, el día 3 de enero de 1944, de rodillas apoyada sobre la cama que me sirvió de mesa. Ave María”. Así concluye el relato manuscrito de la visión (Um caminho..., cit., p. 267).
Obviamente ella escribió sólo lo que le fue revelado el 13 de julio de 1917 —el Tercer Secreto—, omitiendo, conforme las instrucciones que acabara de recibir de la Madre de Dios, cualquier referencia a esta nueva aparición.

¿Cómo interpretar esa visión?

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Facsimil del diario espiritual de la Hermana Lucía, donde ella narra la aparición de 1944. Hacer click en la imagen para ampliar (pdf).
Lo extraordinario de esa visión particular es que viene acompañada de palabras que la interpretan. Y de esa manera, complementa y realza la grandeza y seriedad del propio mensaje de Fátima.
Aparte de mostrar su inefable bondad con sor Lucía —a la que conforta con su “mano amiga, afectuosa y materna” y con expresiones de aprecio por su obediencia—, y de autorizarle a escribir el Tercer Secreto, la Virgen la premia con esta visión y le hace “comprender su significado”, aunque advierte que no debe añadirla al escrito oficial: sólo pudo anotarla en su Diario personal.
La imagen que Lucía ve en Dios, “la punta de la lanza, como una llama que se desprende”, es notablemente parecida a la espada de fuego que sostiene el Ángel en la visión del Tercer Secreto [3]. Y esa llama, tocando el eje de la Tierra, convulsiona de tal manera toda la naturaleza que hasta “ciudades, villas y aldeas son sepultadas con sus habitantes”. Lo cual a su vez coincide con la predicción del mensaje de Fátima, “varias naciones serán aniquiladas” si los hombres no atendiesen los pedidos de la Virgen.
A ese escenario pavoroso se suma la “guerra destructora”, que Lucía entiende que tiene dos causas: “el odio” y “la ambición” . Las atroces masacres de cristianos en Medio Oriente a manos de los islamitas de ISIL y congéneres, que revelan un odio satánico (casi diríamos odio en estado puro); y la sanguinaria invasión rusa a Ucrania, en que la ambición territorial se vuelve cada vez más notoria, ¿no son ya primicias de esa calamidad?
Es digno de nota que paralelamente a la visión, a Lucía le fue dado entender que esas catástrofes son causadas por el pecado que cubre la Tierra, y tienen por objeto la “purificación del mundo”.Tras la purificación viene un gran triunfo universal de la Iglesia, representado por la voz que proclama “una sola fe, un solo bautismo, una sola Iglesia”.
Todo ello confirma de manera notable los análisis y previsiones que, a lo largo de las décadas, Plinio Corrêa de Oliveira realizó sobre los rumbos de la situación internacional, advirtiendo que podría desembocar en el caos generalizado, antes de una gran victoria de la Iglesia.
Nótese además la consonancia con el triunfo del Inmaculado Corazón de María previsto en Fátima, y con predicciones similares de la Virgen en apariciones igualmente reconocidas por la Iglesia, como La Salette (1846), Akita (1973) y otras.

¿En el umbral del desenlace de Fátima?

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Sor Lucía, la vidente de Fátima, fue monja Dorotea hasta su ingreso en el Carmelo de Coimbra en 1948.
Más allá de lo que esta visión de Lucía tiene de terrible y grandioso, cabe resaltar su encaje perfecto como pieza clave en el entramado del mensaje de Fátima —ese apasionante mosaico profético cada vez más próximo a completarse— al cual enriquece con importantes pormenores hasta ahora ignorados.
Es también muy significativo el hecho de que la visión se dé a conocer sólo ahora, 70 años después de ocurrida, cuando amenazantes focos de violencia estallan por todas partes y hasta el mismo Papa Francisco sorprende al mundo declarando que ya “hemos entrado en la tercera guerra mundial”  [4].
En verdad, la descripción de Lucía no podía llegar en momento más oportuno: este contexto tan convulsionado permite que todos la entiendan sin dificultad, y por eso nos parece providencial que sea revelada ahora.
Su difusión podrá ayudar a comprender el castigo que vendrá si los hombres no renuncian a la impiedad y la corrupción, y estimularlos a “enderezar sus sendas” (Marcos 1: 3) por medio de la enmienda de vida, a que la Santísima Virgen los instó en Fátima.
Así se harán acreedores a una misericordia especial de Dios, a la hora de un castigo cada vez más probable. Y ese podrá ser el mayor beneficio del celestial mensaje, que a todos debe hacernos reflexionar.
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[1CARMELO DE COIMBRA – Um caminho sob o olhar de Maria: Biografia da Irmã Maria Lúcia de Jesus e do Coração Imaculado, O. C. D. Marco de Canavezes: Ediciones Carmelo, 2013, 495 páginas.
[2ANTONIO SOCCI, Novità apocalittiche da Fatima, “Libero”, Milán, 17-8-2014; disponible en http://www.antoniosocci.com/2014/08/novita-apocalittiche-da-fatima-lultimo-mistero-il-silenzio-delle-suore-ma-chi-tace/
[3“... hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo” (Congregación para la Doctrina de la Fe, El Mensaje de Fátima, 26 de junio de 2000, disponible en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000626_message-fatima_sp.html).
[4Il Papa: ’La Terza guerra mondiale è già iniziata’, “La Repubblica”, Roma, 18 de agosto de 2004, www.repubblica.it/esteri/2014/08/18/news/papa_francesco_terza_guerra_mondiale_kurdistan-94038973/