lunes, 29 de diciembre de 2014

Masacre familia Viola: ¡Ni Olvido ni Perdón!

Masacre familia Viola: ¡Ni Olvido ni Perdón!




Jorge Fernández Zicavo
Domingo 1 de diciembre de 1974. San Miguel de Tucumán. Gobierno constitucional presidido por María Estela Martínez de Perón.
Resumen:
El capitán del Ejército Humberto Antonio Viola, su esposa María Cristina Picón embarazada de cinco meses, y sus hijas María Cristina de tres años y María Fernanda de cinco, fueron rodeados por terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) que dispararon sobre el grupo familiar matando al capitán y a María Cristina, e hiriendo a María Fernanda. La madre resultó ilesa.

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La masacre conmocionó a la sociedad argentina, y ante esa reacción "políticamente negativa para la imagen de la Organización" el ERP decidió terminar con su campaña de "ejecutar" 16 oficiales del Ejército como represalia por la muerte de 16 de sus miembros tras el fallido intento de copar el Regimiento de Infantería Aerotransportada 17 de Catamarca. Esos guerrilleros habían muerto en combate, pero como era habitual en estos casos, por razones de propaganda todas las organizaciones terroristas calificaban esas bajas como asesinato. Viola fue el noveno oficial "ejecutado". Asimismo, el ERP emitió un Parte diciendo que la muerte de María Cristina había sido "un accidente producido por rebotes de los balines", lo cual, como veremos, era falso.
A continuación se reconstruye el ataque a la familia Viola a partir de los datos proporcionados por Carlos Picón, hermano de María Cristina Picón de Viola, a la revista digital La Historia Paralela. Estos datos los obtuvo de la Causa abierta sobre el suceso.
1- María Cristina Picón estaba abriendo la cochera de la casa de sus suegros, que les esperaban para almorzar. Dentro del automóvil aguardaban el capitán Viola al volante y en el asiento trasero las dos niñas. Un terrorista A se situó en la parte trasera izquierda del automóvil y disparó con una escopeta Itaka un cartucho 12x70 de Postas (proyectiles esféricos de plomo con mayor diámetro y peso que los Perdigones). Cristina recibió tres que le destruyeron el cráneo causándole la muerte en el acto; María Fernanda una que le atravesó el cráneo hasta quedar alojada en el lado derecho del frontal y su padre recibió la quinta en un pulmón. Como ya mencionamos, para relativizar o minimizar la masacre el ERP aludió cínicamente a "balines".
Para información de los lectores: los cartuchos de Postas fueron diseñados con cinco variantes de proyectiles en su interior para la caza mayor, pero también se utilizan militar y policialmente en la variante 00-Buck cargada con nueve proyectiles calibre 8.40mm que pesan en total 36 gramos. A corta distancia (sin dispersión todavía) y a una velocidad de 410 metros por segundo, estos 36 gramos de plomo se transforman en una brutal fuerza de choque de 70 kilos. Todas las organizaciones terroristas utilizaban esta munición que está considerada 'de guerra' y se vende a cazadores con Licencias especiales.
2- Al mismo tiempo, desde un auto en movimiento dispararon sobre el de Viola una ráfaga de cuatro tiros que no impactaron a sus ocupantes. El capitán salió corriendo en zig-zag (seguramente para atraer el fuego sobre él y salvar a las niñas). En ese momento, un terrorista B le disparó otra ráfaga que no dio en el blanco pero un terrorista C le disparó con una Itaka por la espalda y a corta distancia produciéndole una enorme herida de 15cm. de diámetro.
3- A continuación un terrorista D lo remató con una pistola. La esposa relató que antes de dispararle, la miró y sonrió haciéndole ver cuánto disfrutaba.
4- Las lesiones cerebrales de María Fernanda fueron tan graves que debió ser operada ocho veces. Milagrosamente, no le quedaron secuelas.
Relato de Carlos Raúl Picón a La Historia Paralela y reproducido por Periodismo de Verdad el 14.12.2009
María Cristina Picón. Marido y Cristina masacrados. Fernanda entre la vida y la muerte

Palabras del general Luciano Benjamín Menéndez en el sepelio del Mayor Post Mortem Humberto Viola, y María Cristina:
(...) "porque venceremos, Mayor Viola y María Cristina. Venceremos porque el crimen que se ha cometido merece el repudio de nuestro pueblo que es piadoso, altivo, generoso, que no concibe el asesinato y mucho menos de seres inocentes. Venceremos, porque estos enemigos que hoy enfrentan a la Patria, deben sus mezquinos éxitos exclusivamente a su acción traicionera y solapada, a ese asesinar y esconderse, pero ahora, detectados gracias a la repulsa unánime del pueblo, apremiados por una ofensiva generalizada, serán destruidos inexorablemente. Venceremos porque el pueblo argentino, ha armado un Ejército siempre triunfante, un Ejército que no conoce la derrota. Este Ejército, victorioso en todas las guerras que libró, aniquilará a estos delincuentes que hoy quieren someter la invicta Argentina a los dictados sangrientos de regímenes importados".
Al día siguiente el diario LA NACION publicó una declaración de Ricardo Balbín repudiando "el horrendo crimen cometido por los que pretenden desintegrar la sociedad" y reiterando la solidaridad de la Unión Cívica Radical con las Fuerzas Armadas.
Cinco años después, la revista GENTE en una edición especial titulada "Fotos, Hechos y Testimonios de 1035 Dramáticos Días" impresa el 05/10/79, recordaría:
"El caso Viola será un símbolo. A partir del episodio de la calle Ayacucho los argentinos saben a qué atenerse. Saben ya sin dudas a qué clase de enemigo tienen que enfrentar. Saben que las balas de ese enemigo no reconocen límites. Que para esas balas no hay diferencia entre los hombres de uniforme, sus mujeres, sus hijos. Muchas veces el Capitán Viola le había dicho a María Cristina (su esposa): "Todos corremos peligro. Esto es una guerra, pero no te preocupes con las familias no se meten"... Se había equivocado dolorosamente, trágicamente. Ese enemigo había atravesado todas las barreras morales. Lo que se entablaba no era una lucha convencional. Era una lucha sórdida, desconocida para los argentinos... Por primera vez la Argentina enfrentaba la lucha contra la subversión en forma profesional, organizada, masiva y sin cuartel. La guerra se libraría en la ciudad y en el monte. Muchos soldados caerían en el frente, pero el terrorismo sufriría golpes mortales..."
Todos los integrantes del comando que atentó contra la familia Viola fueron detenidos entre febrero-abril de 1975 y encarcelados a Disposición del Poder Ejecutivo Nacional mediante los Decretos 396/75 y 1455/75. La investigación judicial identificó como autores materiales de los homicidios del capitán Viola y de María Cristina, y de la tentativa de homicidio contra María Fernanda, a:
Francisco Antonio Carrizo
José Martín Paz
Rubén Jesús Emperador
Fermín Ángel Nuñez
Miguel Norberto Vivanco
Debido a la proverbial lentitud de la justicia argentina las sentencias que condenaron a Reclusión Perpetua a Paz, Emperador, Nuñez y Vivanco se dictaron el 28.12.1979 y la de Carrizo el 28.12.1982.
Sin embargo, a pesar de que la Reclusión Perpetua estaba limitada a un máximo de 20 años, gracias a la Ley 23.070 aprobada en julio de 1984 (gobierno de Alfonsín), que computaba 2 días como 3 (el tiempo de la Pena se reducía a 121 días anuales: un tercio) y a partir de la fecha de detención; Carrizo, Paz y Emperador quedaron en Libertad Condicional en diciembre de 1988 y Nuñez en julio de 1989. Vivanco había fallecido en 1980. Lo escandaloso de esta Ley, es que se redactó exclusivamente para beneficiar a los "presos políticos" habidos entre 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.
El 13.10.1989 La Nación publicó un artículo basado en argumentaciones accesorias dadas por un juez respecto a Fermín Ángel Nuñez. Es evidente que el redactor desconocía que se les había aplicado la Ley 23.070, pero hoy el texto es un buen documento histórico porque recoge la indignación y desconcierto de la sociedad.
"Había sido condenado a reclusión perpetua. Liberaron a uno de los asesinos del Capitán Viola"
Fermín Angel Nuñez, uno de los asesinos del capitán Viola y de su hija María Cristina, fue puesto en libertad condicional. Nuñez había sido condenado a reclusión perpetua en 1979, como uno de los autores del mencionado asesinato, ocurrido en pleno centro de la ciudad de Tucumán en 1974. El juez federal Jorge Parache dispuso la medida, que provocó airadas reacciones.
Los diputados radicales Alfredo Terraf y Carlos Muiño, en una dura crítica, expresaron su estupor ante la resolución:
"El terrorismo, más aún el que busca sorprender a la víctima rodeada de su familia para tomarla indefensa, no tiene como meta inmediata la toma del poder político sino solamente la muerte y el terror subsiguiente. La limpieza de una celda y la buena conducta de un penado no bastan para inclinar la facultad discrecional de un magistrado para otorgar libertades. El bien jurídico atacado bárbaramente no puede ceder ante la urbanidad del condenado, y la potestad del juez debe inscribirse en la conciencia pública. Hay libertades que no ayudan a la libertad de los argentinos".
El 18.10.1983 el Presidente 'de facto' Reynaldo Bignone indultó mediante Decreto 2714/83 a otros cinco integrantes del comando que atentó contra la familia Viola y estaban encarcelados desde 1975 a Disposición del Poder Ejecutivo Nacional:
Oscar Rolando Figueroa
Ángel Oscar Villavicencio
Florentino Antonio Nieva
Pascual Ignacio Nuñez
Miguel Ángel Nuñez
Finalmente, el Presidente Menem indultó mediante Decreto 1003/89 de fecha 07.10.1989 a los cuatro homicidas condenados a Reclusión Perpetua que hemos citado al principio y que estaban en Libertad Condicional:
Francisco Antonio Carrizo
José Martín Paz
Rubén Jesús Emperador
Fermín Ángel Nuñez
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María Cristina con su papá

Con su hermana María Fernanda


Con su mamá