domingo, 26 de abril de 2015

ENTREVISTA PUBLICADA EN EL PERIÓDICO “AZUL Y BLANCO”, EL 27 DE JUNIO DE 1956, A: Rodolfo Irazusta


ENTREVISTA PUBLICADA EN EL PERIÓDICO “AZUL Y BLANCO”, EL 27 DE JUNIO DE 1956, A:

Rodolfo Irazusta



¿PUEDE HABLARSE OTRA VEZ DE QUE LA ARGENTINA FORME PARTE  VIRTUALMENTE DEL IMPERIO BRITÁNICO?
 
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Las declaraciones reiteradas hechas  por la Unión Republicana, señalando, al principio, el escamoteo de un enorme crédito en libras que tendría que existir a nuestro favor en el Banco de Londres, y luego, la escala rui8nosa de los precios que paga Inglaterra por nuestras  mejores carnes, declaraciones, a su vez, en igual forma escamoteadas a la opinión pública por nuestra prensa liberada, nos indujeron a solicitar precisiones más completas sobre ambas cuestiones a Rodolfo Irazusta, uno de los pensadores políticos más lúcidos y penetrantes del escenario americano y presidente de dicho partido.
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La orientación del pensamiento de los hermanos Irazusta –pues Julio casi siempre aparece asociado en los escritos políticos a Rodolfo- es claramente nacionalista, en el sentido de no propugnar una dictadura adversa a toda idea u organización nacida fuera de nuestro territorio o ajena a nuestra mentalidad, sino de impedir que en la realización del destino histórico de la Argentina se interpongan intereses de otra nación en detrimento  de los nuestros legítimos. Misión que pueden cumplirla, inclusive, según su pensamiento, los partidos tradicionales, sin cambio alguno de la organización  constitucional vigente. 

Hace más de veinte años que el nombre de los hermanos Irazusta está unido a una demoledora campaña contra el “imperialismo británico”, llevada con documentación irrebatible y brillante estilo. Sus artículos fueron  contribución decisiva en la formación del clima que había  de provocar la Revolución del 4 de Junio, pero no sólo no actuaron en ella, sino que, cuando sobrevino el “fenómeno Perón”, lo combatieron encarnizadamente desde el primer momento. Si la Revolución Libertadora ha venido a convertirse  en el pensamiento de algunos de sus autores y usufructuarios en una reacción, no tanto contra Perón, como contra el espíritu nacionalista que presidió el movimiento de junio, es evidente que resulta lícito  plantearse el interrogatorio de nuevo acerca de si vuelve a girar la Argentina virtualmente en la órbita del Imperio Británico.

Nuestra impresión, leyendo los folletos de la Unión Republicana, es que el escamoteo de varios centenares de millones de libras esterlinas constituye tal monstruosidad, que difícilmente pueda hacerse  uno  a creerlo ¿Cómo todo  un equipo de funcionarios de ley y de técnicos  puede complicarse en la sustracción de suma semejante a la Nación para regalarla a otro país? Pero como siempre en nuestras relaciones con las grandes potencias imperiales ha habido una que otra monstruosidad, no podemos desechar sin detenido examen su posibilidad, máxime no habiendo juzgado pertinente las dependencias aludidas del gobierno publicar las informaciones estadísticas anteriores a 1950, donde estaría la clave del hecho.

El lector podrá juzgar, pues, las cosas por su cuenta al tenor que ha tenido a bien dar Rodolfo Irazusta a nuestras preguntas.
 

a) Hemos leído el folleto de la Unión Republicana titulado  “Informe sobre nuestros comercio con Inglaterra”. Según el mismo , la Argentina disponía a fines de 1948 de un saldo favorable en Londres de 86.800.000  de libras que, aplicada la cláusula de ‘garantía de revaluación en términos de oro’ se elevaba a unos 100.000.000 de libreas. En la página 7 se afirma que a dicho saldo hay que agregar 200.000.000 de libras en concepto de ‘saldos del intercambio comercial anglo argentino posteriores a la guerra’, con lo que nuestras disponibilidades en Londres ascendían a 300.000.000 de libras esterlinas. ¿A que fecha hay que considerar existente este saldo?

- Nuestro cálculo, -naturalmente aproximado-  por ello reclamamos una inmediata investigación-, se refiere al cierre del ejercicio de 1955.

b) En suma, hechas todas las deducciones, por concepto de importaciones del área de la libra, rescate de empréstitos, etc  ¿Qué saldo tenía a su favor la Argentina en Londres  a fines de 1949, según ustedes? ¿Y qué saldo señala el informe del Ministerio en marzo pasado?

- De acuerdo  a los datos registrados por el gabinete económico financiero de la Unión Republicana, el saldo del fondo de guerra ascendía en 1939 a cien millones de libras, saldo que en los balances del Banco Central no figura.

MOTIVOS DE UNA OMISIÓN.

c) ¿Cómo se podría explicar semejante omisión? ¿No publicó posteriormente el Ministerio de Finanzas un informe acerca de los saldos del balance depagosentre1946 y 1949 inclusive?

-Los balances del Banco Central durante esos años son  evidentemente incompletos y deliberadamente confusos. El año 1948 no se publicó el balance de pagos. En cambio se publicó  un balance comercial realmente extraordinario, en que figuran todas las importaciones del área de la libra, pero solamente las exportaciones a Inglaterra.

d) ¿A qué se debe según sus suposiciones, esta omisión tan importante, pues los cálculos de ustedes se fundaban justamente en las cuentas de dichos años?

-Es claro que tal omisión se debe al propósito de escamotear los créditos de la República sobre Inglaterra.

e) Nos parece monstruoso que pueda escamotearse una suma tan extraordinaria. ¿No habrá un tratado secreto por el cual la Argentina renuncia a cobrar ese saldo, como contribución a la “causa de la democracia”?

- Si existiera ese tratado, cosa que ignora, lo mismo que el resto de los argentinos, no obligaría en manera  alguna al actual gobierno. Toda estipulación internacional que no haya sido aprobada por el Congreso, carece de fuerza legal y sólo podría constituir un compromiso personal para los gobernantes que los hubieran firmado.  Lo mismo puede decirse de las cláusulas reversales que, a veces, se han invocado para  explicar alguno de los abusos de los frigoríficos. Lo que el pueblo no ha otorgado por medio de sus representantes y con la debida publicidad e inscripción oficial no tiene fuerza de ley. Ellos es condición indispensable en todo régimen republicano. 

¿LOS POLÍTICOS NO OPINAN?

f) No podemos esperar de los jefes militares que se apliquen directamente al estudio de estas cuestiones tan especializadas y engorrosas. Pero suponemos que habrán comunicado ustedes personalmente sus indagaciones a los dirigentes de los partidos que censuraron siempre la política peronista. ¿Qué opinan sobre las mismas el Dr. Arturo Frondizi, el doctor Luciano E. Molinas, el doctor Nicolás Repetto?

-Un folleto publicado por la Unión Republicana con el título “Informa  sobre nuestro comercio con Inglaterra” ha sido ampliamente difundido en todos los medios políticos y económicos. Previamente pedimos una audiencia al señor Presidente Provisional, para informarle con toda amplitud de la cuestión, y transmitirle ciertos datos que considerábamos confidenciales. La audiencia fue denegada.

g) ¿A qué atribuyen ustedes que políticos de mente tan  vigilante y críticos tan  experimentados de nuestra  economía no se hayan pronunciado sobre la misma?

-La pregunta no me concierne. Ocurrir a quien corresponda.

EL CONSUMIDOR FAVORECIDO

h) Respecto a la cuestión de las carnes, tratada también  en el informe que comentamos de la Unión Republicana, dicen ustedes en la página 10 que la tonelada FOB de ‘chilled’ se pagó en Smithfield a 481 dólares  antes de la devaluación del peso, y  a 412 después de ésta. La misma para el congelado : 428 y 312, respectivamente. Quiere decir que se favoreció al consumidos británico entre un 15 y un 30%, aproximadamente. ¿Qué ventajas obtuvo, por su parte, en compensación nuestro país? Se supone que una moneda  no se devalúa por el mero gusto de aproximarse a la realidad o  normalidad, sino porque  produce algún beneficio al Estado devaluador. ¿Cuáles han sido en nuestro caso  tales beneficios? ¿O no hemos conseguido más que abaratar nuestras exportaciones  y encarecer nuestras importaciones?

- La ventaja obtenida por el comprador no tiene compensación alguna para nosotros. Actualmente los precios son muy inferiores. El desplazamiento de los tipos de cambio no ha mejorado en nada  el comercio de carne, ni ninguna otra actividad comercial, pues el Banco Central no exige el depósito de las letras de embarque. De manera que el precio debe calcularse en pesos nacionales al cambio de 18 el dólar, y desde hace unos meses inferior a 100 dólares la tonelada. Los exportadores ganan la diferencia, y esa diferencia es en contra del país, puesto que la mayor parte son extranjeros, como la mayoría de los frigoríficos y los consorcios internacionales con agencias locales que operan en el ramo de cereales.

i) Dicen también ustedes que vendemos la conserva, que es la carne de más baja calidad, a Estados Unidos un 32,2% más caro que lo que cobramos a Inglaterra por el “chilled”, que es la carne de mejor calidad. Y más o menos lo mismo respecto al congelado. Con lo que en 1955 habíamos perdido en tal concepto  unos 100.000.000 de dólares, suma resultante de la diferencia de precios entre lo que paga Inglaterra por nuestras mejores carnes. Asimismo, de venderle a Inglaterra el ‘chilled’ y el congelado al precio a que se venden dichos tipos en EEUU, hubiéramos obtenido en 1955 un ingreso adicional de unos 200 millones de dólares. Nos permitimos hacer algunas observaciones, que le rogamos contestar separadamente.

LIBERARNOS DEL FEUDO.

j) El precio mayor de la conserva puede explicarse por diversos factores: un proceso completo de elaboración, el envase de hojalata, la comodidad del transporte y la facilidad de colocarla en cualquier mercado y en cualquier tiempo. Lo mismo no ocurre con los tipos superiores.¿No cree Ud. que estamos enfeudados por causa del bendito ‘chilled’ y que, si dispusiéramos de grandes cantidades de hojalata, podríamos liberarnos del ‘chilled’ y el mito consiguiente  del ‘mercado único’, pues, evidentemente, mientras produzcamos ‘chilled’ no tendremos más cliente grande que Inglaterra?

-Sus últimas preguntas  adquieren ya perfiles de polémica, pero sus objeciones son justificadas en cierto modo por la poca difusión que tienen en el  país las modalidades del comercio de carne. La elaboración de la ‘conserva’ y el costo del envasado se compensan ampliamente  con el menor costo del flete. La conserva va en pila y ocupa muy poco lugar, como cualquier mercadería de peso bruto; el ‘chilled’ requiere cámaras amplias y paga por tonelada 44 dólares de flete de Buenos Aires a Londres; si a esto se agregan los descuentos por descarga en puerto, transporte al mercado de Smithfield, transporte de distribución en provincias y el importe del ‘in-come fax’, cobrados hasta  a los frigoríficos argentinos (lo cual es una tremenda afrenta a la soberanía argentina), Ud. verá que la comparación es imposible; la conserva que va a Estados Unidos y a otras partes del mundo se despacha libre de flete y no paga esas gabelas.

EL MITO DEL MERCADO ÚNICO.

k)  Inglaterra  tiene derecho a pedir mejores precios  porque compra en bloque y mediante órdenes anticipadas enormes cantidades. ¿O cree Ud.  que todos los años podríamos vender grandes cantidades de carne a los demás países, inclusive a mejor precio? En suma,  Inglaterra no es estrictamente el ‘mercado único’, pero sí parece ser el único mercado que se compromete a colocar todos los años en bloque y por anticipado grandes  órdenes de compra.¿Está realmente Inglaterra atada  a la carne argentina, y tendrá realmente que someterse  a pagar mejores precios y a compartir las ofertas argentinas con otras naciones , como en un mercado libre, si así le planteáramos las cosas?

-Inglaterra es el mercado único porque así lo quiere el Estado argentino, que se niega sistemáticamente a vender a otros. En cuanto, a pedir mejores precios por la cantidad que adquiere el comprador inglés, debo decirle que mientras los ingleses pagan  menos de 100 dólares la tonelada de ‘chilled’ , los alemanes pagan 380 por el  congelado, sin descuento alguno en el puerto de Buenos Aires, y compraría mucho más si se les permitiera.  Italia aspira a comprar ‘chilled’ , y ha llevado los primeros cargamentos, siempre a un precio superior al que pagan los ingleses; lo mismo puede decirse de Rumania, de Hungría, de Suiza, aparte de Bélgica y Holanda, que adquieren nuestras carnes en el mercado de Londres a 900 dólares la tonelada. El ministro de Agricultura declaró en su último discurso que perdemos un peso por kilo en nuestras exportaciones a Gran Bretaña. De acuerdo a los datos que poseo, afirmo que la pérdida es mucho mayor, de manera que si el país no exportara nada a Gran Bretaña ganaría ingentes sumas.

l) Los frigoríficos  extranjeros en la Argentina y la flota inglesa transportadora  de carnes están en gran medida subordinadas a la producción de ‘chilled’. El segundo problema no nos interesa resolverlo a nosotros, pero el primero sí: un aumento de la exportación de ganado en pie –a países vecinos- y de conserva, ¿No acarrearía desocupación en dichos frigoríficos?

-No creo que el caso pueda presentarse, pues la carne tiene siempre  un mercado en ascenso. Pero aún así sería inadmisible que el país se perjudique  por el posible perjuicio de un determinado gremio; esto sería equiparar el gremio de la carne al gremio de los ganaderos, que reclamó en 1933 el tratado Roca-Runciman.+