lunes, 29 de junio de 2015

El figurón – por Augusto TorchSon



El figurón – por Augusto TorchSon

  Triste y esforzado (o más bien forzado), se encuentra entre nosotros el nacionalista católico figurón.  Haciendo enormes sacrificios, en la “movida” tradicional, siempre quiere estar. Obnubilado por quienes considera “reconocidos” católicos del ambiente, siente que a pesar de sus humildes orígenes, en dicha “aristocracia” él también merece estar. En la causa cree sin dudar, pero la suya tiene más que ver con al grupo pertenecer, que a la primera defender. 
 
  Sus esfuerzos valen la pena si valorados públicamente son, y el reconocimiento su objetivo termina siendo antes que la defensa de los valores que dice sostener.
  Sabe que Dios todo lo ve, pero no deja de considerar injusto que “tan grandes sacrificios” por sus “pares” no sean reconocidos, por lo que empieza a considerar que “si un árbol cae en el bosque y no hay nadie que lo escuche, ¿hace ruido?”, y él ruido quiere hacer y escuchado también.
  De cruzados le gusta hablar pero caminar dos cuadras de noche lo hace asustar, se justifica sin embargo, diciéndose a sí mismo que “soldado que huye sirve para otra batalla”.
  En ambientes muy cuidados en contra de heterodoxos con vehemencia él suele disparar, sin embargo al establishment en público se pone a adular, ya que según dice él, hay que ser “prudente” para a los “simples” no escandalizar.
  Quiere magnánimo ser más sin antes la pusilanimidad vencer, quiere ser valiente sin el miedo superar; quiere formado ser y mucho leer, más no para llegar a la profundidad de la verdad sino para su valía demostrar. 
  Con agrupaciones poco reconocidas no le gusta colaborar, más acepta sin rezongar los serviles encargos que les ofrecen aquellos a cuyos grupos él se esfuerza por pertenecer.
   Se autodenomina antidemocrático, pero en el ambiente político “moderado” se busca acomodar,  jurándose que habiendo conseguido “estabilidad económica” contra el sistema ha de luchar.
  Su problema de autoestima es, y tanto quiso reconocido ser, que terminó cambiando el ser por el parecer.
  Defraudó a los que los que su bien quisieron y se quedó con el plato de lentejas y así prefirió con los enemigos ganar, antes que, con sus amigos perder.

Augusto TorchSon

“De entre nosotros han salido, más no eran de los nuestros, 
pues si de los nuestros fueran, habrían permanecido con nosotros” 

(1°Carta de Juan 2,19)

Nacionalismo Católico San Juan Bautista