domingo, 4 de octubre de 2015

DECLARACIONES DEL P. JUAN A. IGLESIAS


DECLARACIONES DEL P. JUAN A. IGLESIAS

[Ernesto  nos envía el siguiente texto, tan actual y relevante para nosotros y tan oportuno en el blog]

DECLARACIONES DEL P. JUAN A. IGLESIAS

Los siguientes textos han sido extraídos literalmente de dos homilías del P. Juan A.Iglesias………..
“Termino con este llamamiento hacia toda la Tradición: hagamos un frente común. Tenemos al enemigo. Cuando queramos reaccionar no vamos a tener ni tiempo.”
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“No confío para nada en que, ni con estas palabras, pueda haber algo que nos una a los tradicionalistas. Estamos absolutamente divididos, absolutamente separados. No nos consideramos hermanos unos a otros. Es imposible. Pero, quizá, nuestra Madre Santísima pueda unir lo que está separado. Habrá que acudir a Ella; queda muy poco tiempo.”
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“Nos queda muy poco tiempo ¡Unámonos, unámonos! Dejemos ya las bobadas, que el diablo se nos mete. Queremos saber más que los demás, tener más razón que los demás y estar por encima de los demás. ¡Dejaos ya de contemporizar con el diablo! ¡Hermanos míos, dejaos ya de querer ser más! ¡Esa soberbia que tenemos, esa soberbia que se nota en escritos…! ¡Dejad ya la soberbia de una vez! ¡Mirad que vienen momentos verdaderamente graves!”
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“¡Dejaos de vuestros capillismos y de estar felices con vuestras capillitas!” “¡Hay que recuperar a la Madre, hay que recuperar a Roma! ¡Hay que recuperar a la Iglesia Católica! Es el momento ya de alzarse en contra de toda esta mentira, de toda esta falsedad. ¡Iremos a la cárcel, iremos a la muerte, derramarán nuestra sangre, seremos mártires, pero es la única manera…!
Esto que ha ocurrido en estos cincuenta años sólo se puede lavar con sangre, nuestra sangre… No vamos a recuperar Roma más que de una manera: derramando nuestra propia sangre. Los ejércitos conquistan lo que les han robado, derramando la sangre ajena y la propia. Nosotros no tenemos más que una sangre que derramar: no la de los demás, sino la nuestra. Así que ¡alzaos!, alzaos en contra del enemigo común, alzaos en contra de estos anticristos, de estos satánicos, de estos que están controlados por la masonería internacional, de estos que están controlados también por el judaísmo.
¡Alzaos ya en contra de todo eso! Ya no es momento de callar, ya no es momento de aguantar, yano es momento de tragar. Tenemos que alzarnos, presentar un frente común de católicos tradivi onalistas; no podemos callar, no podemos seguir en este capillismo, cada cual metido de su cueva, pensando que su cueva es la Iglesia… ¡Mentira! ¡La Iglesia es la Iglesia Universal y nos
la han robado, y tenemos que recuperarla… con nuestra sangre…!”
ya no necesitamos más, y nos da exactamente igual que nos hayan echado de nuestra casa, nos da exactamente igual que la iglesia conciliar esté absolutamente corrompida, como si no tuviéramos nada que ver con ello… ¡Estáis equivocados! Nos van a pedir cuenta de por qué nosotros, como soldados de Cristo, no luchamos por recuperar a la Madre, por recuperar nuestra casa, y nuestra casa es la Iglesia Católica. ¡No esa cueva, ni esa capillita, ni esa iglesita…! ¡Nuestra casa es la Iglesia Católica, la de siempre, y hay que recuperarla! Y hago este llamamiento a toda la Iglesia,porque, además, nos viene encima una persecución tal, que no vamos a tener lugar en este mundo para vivir. No creáis que va a ser necesario que vengan por nosotros: se nos va a echar el mundoencima, se nos va a echar la gente encima a los tradicionalistas. Ya lo veréis.”
“¡Ojalá que nos unamos! ¡Ojalá que estas palabras de este pobre sacerdote pudieran servir para hacer reaccionar a mucha gente sobre lo gravísimo del momento que estamos viviendo, y que nos sirva para unirnos en la Tradición y alzarnos en contra de este enemigo común.”
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“Yo vuelvo a hacer un llamamiento a toda la Tradición; sedevacantistas…, Fraternidad San Pío X…(¡la Fraternidad San Pío X que está ya más muerta que viva!). Un llamamiento a que nos unamos; que dejemos ya las tonterías que nos separan, y que presentemos un frente común. Y os voy a proponer una idea, una idea que me viene rondando estos días la cabeza; pensando, pensando… A mí, este tema de la unidad en la Tradición verdaderamente me preocupa enormemente, y yo no entiendo a veces cómo podemos vivir tan faltos de caridad hacia los hermanos; cómo podemos vivir  en lugar de preocuparnos por la salvación de las almas y gloria de Dios- “a ver si el obispo, o no sé quién, dijo no se qué…; y ahora yo le voy a decir no sé qué otra cosa…” ¿Pero, qué es esto? “Si aquel sacerdote dijo no sé cuánto…” Pero, ¿Ud. no tiene otra cosa que hacer, que andar metiéndole el ojo al obispo no sé cuánto…? ¡Déjelo tranquilo y haga Ud. su vida! ¡Dé Ud. gloria a Dios y busque la manera de salvar las almas, y déjese de perseguir al obispo éste o al obispo de más allá, o al cura de no sé dónde…! Por supuesto, siempre que sean tradicionales, es claro. ¡El enemigo es hoy Bergoglio! ¡El enemigo son los obispos unidos a Bergoglio! ¡El enemigo son los que quieren unirse a Bergoglio! ¡Ésos son el enemigo, pero no los que estamos en la Tradición, aunque entre nosotros haya posturas discutibles…!”
“Y ésta es la idea que os voy a dar, y en la que quisiera trabajar. Y quisiera que hubiera personas que se interesaran y que me ayudaran, porque yo solo no lo puedo hacer.
La idea es la siguiente: yo quisiera que el año que viene, en la ciudad italiana de Trento hubiera un congreso eucarístico internacional de toda la Tradición, de todos los tradicionales, al cual estuvieran invitados todos los sacerdotes y obispos que están en la Tradición, y todos los fieles católicos tradicionales.
. Un congreso eucarístico para unirnos a Cristo Señor; para pedirle a Él que nos una, porque Él es la Eucaristía, Él es Cristo eucarístico, y la Eucaristía es Sacramento de Unidad… ¡Sacramento de Unidad…! Y como esto que se nos viene encima es tan grave, creo que sería maravilloso que pudiéramos reunirnos en la ciudad de Trento, donde -precisamente- se celebró el concilio más importante  de la historia de la Iglesia. Un congreso eucarístico como los que se celebraban antes del Concilio Vaticano II; un congreso eucarístico al que asistan todos los obispos y sacerdotes válidamente ordenados y que estén en la Tradición.
Dejo esa idea. Quisiera trabajar por ello, y quisiera que se materializara, el año que viene, 2014. Dejo esa idea para que se difunda. Quisiera que se hablara, quisiera que se pudiera formar un comité, un comité formado por sacerdotes de las diversas denominaciones: con “sedevacantistas”, con “la resistencia”, etc. etc.”
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