martes, 20 de septiembre de 2016

Manipulación mediática de las masas- Democracia y publicidad

Publicado por Revista CabildoNº118
Mes de Agosto de 2016-3era.Época


   

MEDIOS MASIVOS
Augusto ESPÍND0LA
Manipulación mediática de las masas

Democracia y publicidad
Fragmento de una conferencia impartida en Tucumán el 13 de Agosto de 2016
Lamentamos no poder reproducirla íntegramente. En tal sentido,
remitimos a los lectores interesados al autor del blog del autor:
http-y/nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/

LA idea de esta charla es demostrar que efectivamente 'estamos siendo sometidos a una agresión mediática, que trata de cambiar nuestra forma de ver la realidad y condicionar la forma en la que actuamos. Con esto el análi­sis se va a centrar un poco en la his­toria de la manipulación mediática así como su técnica, para terminar develando finalmente quien está detrás.

Edward Bernays es considerado el padre de la propaganda moder­na. De origen judío y sobrino de Sigmund Freud, es la primera perso­na en tomar las ideas de su tío y las aplicó a lo que desde ese entonces se llama "la ciencia de la persua­sión de masas", satisfaciendo dese­os innecesarios a través del consumismo.


Bernays era agente de prensa en Estados Unidos y el Presidente Wilson lo invitó a participar en una conferencia para la paz donde pa­radójicamente, se anunció que iban a entrar en la Primera Guerra Mun­dial para hacer del mundo un lugar más seguro y democrático, contra­viniendo lo que previamente había prometido Wilson a su pueblo, y di­cho sea de paso fue galardonado con el "premio nobel de la paz".

Cabe acotar que Woodrow Wil­son es el mismo que le otorgó a la banca judía el control de la Reserva Federal norteamericana, banco central que actúa sin ningún tipo de auditorías y emite los dólares del mundo entero. Así vio Bernays que en tiempos de guerra con propa­ganda se movía a las masas y quiso hacer lo mismo en tiempos de paz.

Decía en su libro Propaganda en 1928, "Si entendemos los me­canismos y motivos de la mente de grupo, ahora es posible contro­lar y reglamentar las masas a nuestra voluntad, sin que ellos lo sepan ".

Para mejor utilizar el encanta­miento de las masas, solicitó ayuda a su tío por lo que Freud le envió sus escritos en donde afirmaba que el hombre se mueve por fuerzas irra­cionales sexuales y autodestructivas que provienen de nuestros antepa­sados animales (Freud, como se sa­be, adhería a las ideas de Darwin). Y Bernays sacó la idea que la infor­mación guía el comportamiento no solo del individuo sino de los grupos. Entonces se propuso con la infor­mación experimentar con los com­portamientos de las masas.

Así fue contratado por Ameri­can Tobacco Corporation, cuyo di­rector consideraba que perdían la mitad del mercado al carecer de clientela femenina, ya que fumar era una conducta impropia de una mujer decente según el pensamien­to de la época.

Entonces Bernays investigó lo que significaba para las mujeres el cigarrillo a un psiquiatra discípulc de su tío, quién le dijo que para la féminas el cigarrillo era un símbolo fálico e implicaba para ellas una manifestación de poder, haciendo las sentir tan poderosas como los hombres. Y convenció a un grupo de mujeres en el desfile de Pascua en Nueva York para que al pasar frente al palco sacaran un cigarrillo y le prendieran en lo que llamaron la: "antorchas de la libertad". Para ese evento convocó a la prensa pare tener publicidad. Entonces usandc esa frase en sentido racional, "an­torchas de la libertad" activaba fuer­zas irracionales: Y salió en todos los diarios y las ventas de cigarrillos se duplicaron en Estados Unidos a. hacer aceptable socialmente el con­sumo de cigarrillos por parte de mu­jeres.

Aquí vemos cómo se impone la idea de "sentirse libre", contrapuesta a "ser libre". ¿Cuál era la técnica? Vincular los deseos y sentimientos emocionales a un producto. Es completamente irracional pensar que el fumar hace que las mujeres sean más libres pero las hacía sentir (o creerse) más independientes. Era la forma en que las mujeres querían que las vieran los demás.

Entonces Bernays se dio cuenta que la forma de vender un producto no era vendérselo al intelecto. Entonces proponía: "No es necesa­rio que compres un automóvil, pero si /o haces uas a sentirte me­jor". Así cambia la necesidad por la emoción, la percepción de sentirse mejor. La idea era entonces conec­tar al producto con una emoción.

La democracia trajo el consumismo, y para los países los ciuda­danos dejan de ser importantes co­mo tales para pasar a serlo como consumidores. Se creó lo que Bernays llamó "La ingeniería del con­sentimiento" que llevaba a la gente a ser manipulada por fuerzas irra­cionales y esta manipulación en­contró el ámbito ideal para desarro­llarse a través de la democracia.

De esta forma al estimular el consumo, no solo mejora la econo­mía sino que tiene a la gente feliz y dócil. Se trabaja entonces para dar­le a la gente un medicamento que le alivie y oculte el dolor pero que no cure la enfermedad ni ataque las causas. Para Edward Bernays la gente era estúpida, y en masa lo eran más.

En el documental "The century of the self (El siglo del individualis­mo) es su hija la que cuenta esto. Al perfeccionar las técnicas de mani­pulación a través de la publicidad, Bernays fue buscado por la CÍA y así trabajaron para manejar las mentes de los ciudadanos norteamericanos con el fin de crear una sociedad más estable. Y eso lo conseguían mani­pulando a las masas para que sean no solo buenos ciudadanos sino también buenos consumidores.

Así su discípulo el psicoanalista Ernst Dichter fundó el "Instituto de Investigación Motivacional" a prin­cipios de los '50, para descubrir el YO secreto del consumidor ameri­cano. Los hacían ver muchas publi­cidades y observaban su reacción, por ejemplo como se dilataban sus pupilas.

Un experimento interesante resulta de las comidas instantáneas que estaban empezando a imponer­se en esa época: en este caso con los bizcochuelos Betty Crocker, ya que en un principio se los rechazaba porque las amas de casa tenían un sentimiento de culpabilidad por el rotulo de "fácil y cómodo" que te­nía la caja. Así para hacerlas sentir protagonistas a las mujeres, decidieron agregarle al producto como in­grediente a poner por el consumi­dor: un huevo. Las ventas aumen­taron considerablemente. La idea, entonces, es tratar de eliminar las barreras defensivas de las personas.

La democracia es el ámbito ideal para la aplicación de estas técnicas ya que promete el cielo en la tierra y así se hace creer a la gente que participa de las decisiones en los gobiernos y eso no es cierto. Así, se empezó a manipular a las masas democráticas con la idea que la gente generalmente sé equivoca y por eso debían ser dirigidos desde arriba. De ahí surgen ideas como que las masas se mueven por la pa­sión y las élites por la razón.

Textualmente dice Bernays en su libro "Propaganda": "Aquellos que manipulan el mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el ver­dadero poder que gobierna nues­tro país. Somos gobernados, nuestras mentes moldeadas, nues­tros gustos formados, nuestras ideas sugeridas mayormente por hombres de los que nunca hemos oído hablar. Esto es un resultado lógico de la manera en que está organizada nuestra sociedad de­mocrática... En casi cualquier ac­to de nuestras vidas, sea en la es­fera de la política o de los nego­cios o en nuestra conducta social o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un núme­ro relativamente pequeño de per­sonas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes manejan los hilos que controlan la opinión pública".

Fueron los colegas y discípulos de Bernays quienes se dedicaron a influir en las decisiones de las perso­nas mediante mensajes publicitarios que se repiten miles de veces.

De Bernays y su gente surge la idea de generar paradigmas que se consideran axiomas sin posibilidad de discutirse ni de comprobarse "confíe en nosotros, somos espe­cialistas".