viernes, 14 de octubre de 2016

Viaje de Justicia y Concordia a Tucumán




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Viaje de Justicia y Concordia a Tucumán

Estimados amigos asociados:
Emprendimos  este viaje a Tucumán Alberto Solanet, Gerardo Palacios Hardy, Ricardo Saint Jean y Carlos Bosch.
El miércoles 28/9 llegamos al anochecer y fuimos espléndidamente recibidos, en casa de Elvira Cossio de Quesada, por un grupo de grandes luchadores que ella integra, todos amigos y amigas de Luz García Hamilton y de su marido Luis Paz. Charlamos esa noche largo y tendido sobre el juicio en marcha vinculado con el Operativo Independencia, sobre los jueces, los imputados, los acusadores. Y también sobre otras muchas cosas.
Además de la dueña de casa y del matrimonio Luis Paz-Luz García Hamilton, estaban el coronel José María Menéndez, hermano del general, y su mujer Yethel; el comisario Camilo Orce, que nos buscó en el aeropuerto, y su esposa, Ana Peña; Gustavo Silvetti y su esposa Martita; Maria Helena Gonzalez Górgola de Svensen (éste está preso y lo conocimos en el tribunal). También al día siguiente Vicky Herrera de Padrós, quien hace la Vírgen de la Eucaristía y la difunde.


Alberto Solanet perdió su avión ese día, pero no se rindió: sacó otro pasaje para más tarde, asumiendo el doble costo y llegó nomás, aunque bastante más tarde.
Empezamos bien temprano el jueves. Visitamos en tribunales a varios imputados que esperaban el comienzo de la audiencia de ese día. Luego, mientras Saint Jean visitaba al Teniente coronel Eduardo del Río, los demás hicimos lo mismo con el coronel Zírpolo (preso hace 10 años), hombre digno y sereno, y luego con el policía Reyes Quintana.
Almuerzo rápidamente con el abogado defensor Facundo Maggio e inmediatamente partimos el Penal de Villa Urquiza, donde estuvimos con cuatro presos, el Coronel Stel, los guardia cárceles Valenzuela y Álvarez, y el agente Carlos de Cándido. Valenzuela y Álvarez, con seis años de cárcel, esperan la domiciliaria.
Visitamos también – separados en dos grupos - al cardenal Villalba y al Obispo Zecca.
Luego, al anochecer, fue el acto programado en el hotel Carlos V, con la presencia de unas 200 personas. Todo organizado cuidadosamente por Luz García Hamilton y su equipo.
Luz hizo la presentación de los visitantes, y habló en primer término Palacios Hardy.
Palacios Hardy
Trazó un panorama de nuestra situación política, enfatizando la enorme farsa de los juicios de lesa humanidad. Este problema es político, aseveró. Lo político se está usando como medio de venganza y la venganza para obtener los fines buscados en la guerra: es la continuación de la guerra por otros medios. La perdieron militarmente, pero la prosiguen ahora, así.
De esta situación – explicó -, en teoría podría salirse por dos canales: la amnistía y la anulación de los juicios. El primero, el mejor y más inteligente, no es factible en esta Argentina de hoy, pese a los 40 años transcurridos: la propaganda ha impuesto con fuerza en los jóvenes el slogan del “terrorismo de Estado”.
Tampoco el segundo canal mencionado es viable hoy. Es claro que los juicios son nulos, y vergonzosos además, pero los tribunales actuales, y esta Corte, y este gobierno no lo admitirán.
¿Qué hacer, entonces? Por lo pronto, tres cosas: un diagnóstico claro de la situación y sus causas; una consigna que sintetice y exprese el remedio; y generar un fuerte ambiente colectivo, espeso, para que la consigna se convierta en exigencia. Eso para empezar.
En cuanto al diagnóstico, se preguntó el disertante cómo pudo ocurrir esto de un día para el otro por impulso de los mismos tribunales que habían avalado las leyes de pacificación. Es que en realidad estos juicios – aclaró - son parte de un plan mayor que tiene por fin la colonización ideológica de la administración de justicia. E integra una estrategia global lanzada en la Argentina desde 1983. Este plan destructivo ataca en todos los frentes: el Estado, la educación, la cultura, la economía, la familia. Se trata de un proceso revolucionario. Y el caso es que esta farsa judicial, resultado del trabajo de infiltración de los organismos de derechos humanos, es una parte de ese plan y de ese proceso. Lo cual es confirmado por lo que pasa hoy en otros países: Colombia, Chile, Perú. Se trata de la venenosa infiltración de las instituciones por parte de las organizaciones de los Derechos Humanos.
Con esas dos palabras: derechos humanos, han construido la ideología de los Derechos Humanos. Con ellas interpretan toda la realidad según sus designios. Así, establecieron en el sistema interamericano de Derechos Humanos la presunción absoluta de que sólo el Estado puede vulnerar esos derechos. No así los que atacan al Estado, aunque maten policías, o civiles o chicos en las calles. Es terrorista el Estado cuando los viola. No los grupos terroristas que atacan a la Nación y a todos los argentinos.
La pregunta de hoy, entonces, es qué hacer. Según lo dicho, hay que pasar a la acción. Buscar unidad estratégica y camaradería. Aprender cómo comunicar. Formar la red desde abajo. Trabajar fuerte con hombres y mujeres que compartan la crítica, que adviertan el peligro. Hay que crear esa red, como han hecho ellos.
Ricardo Saint Jean
Luego tomó la palabra Ricardo Saint Jean y esbozó, desde el plano jurídico, la respuesta al interrogante de cómo se sale de esto, es decir de esta absurda y destructiva situación política y judicial a la cual fuimos conducidos a partir del gobierno de Alfonsín.
Las posibles medidas legislativas y del Poder Ejecutivo para solucionar el problema fueron analizadas por Palacios Hardy y descartadas en las circunstancias actuales creadas por la revolución que ha venido sufriendo la Argentina.
Queda entonces la vía judicial, que puede ser inmediata o gradual. La primera, sería un fallo de la Corte que se pronuncie ahora en el sentido que lo hicieron en su momento los votos minoritarios en Arancibia Clavel, es decir declarando la inaplicabilidad de la calificación de lesa humanidad (nacida a partir del Estatuto de Roma) a los delitos de los años 70, y por ende estableciendo la prescripción de todos ellos.
La segunda, gradual, sería la declaración de insubsistencia de la acción penal. Esta se encuentra contemplada en tratados y ha sido también aceptada – en general - por jurisprudencia de la Corte argentina. Según ella, la continuación de la acción penal es inadmisible cuando ha transcurrido un muy largo plazo. No se trata de la prescripción, sino de un instituto diferente. La lejanía del hecho, el transcurso del tiempo sin resolución, torna insubsistente la acción penal. 
Por ello, la Corte en su nueva conformación, o algún tribunal de Casación, podría pronunciarse en ese sentido. Habrá que ver – aclaró- dónde se aplica ese “corte”: si se aplica sólo a los juicios aún no iniciados para terminar con la permanente instauración de nuevos procesos, o también a los que están en trámite pero aún no sentenciados. Respecto de los ya sentenciados la solución será la aplicación del dos por uno y la prisión domiciliaria.
Y, enlazando con lo que dicho por Palacios Hardy, finalizó señalando la necesidad de una red comunicacional que permita coordinar acciones e iniciativas tendientes a crear un clima de revisión del “relato” instaurado y promover la verdad y la concordia.
No es casualidad – dijo - que Tucumán, donde familiares y amigos de los perseguidos se organizan, asisten a las audiencias y presionan en los medios, tenga hoy sólo 4 hombres en la cárcel, dos de los cuales tienen ya concedida domiciliaria y están a la espera de la pulsera, mientras todo el resto de los detenidos están excarcelados, en domiciliaria o absueltos. 
Bien, este resumen que se ha hecho de las dos disertaciones no refleja en manera alguna el ambiente de intensa atención y de aprobación que hubo en ese acto por parte del público, al punto de notarse una fuerte emoción en muchos de los presentes.
Esa noche, nueva recepción de nuestros amigos, cada vez más alegre y amistosa. Esta vez en casa de Sebastían y sofía, hijos de Yethel. Generosamente pusieron la casa y nos convidaron con excelentes pizzas hechas por ellos mismos.

El viernes por la mañana temprano nos entrevistamos en tribunales con el presidente del tribunal, Dr. Casas. Nos señaló el juez que nosotros lo hemos denunciado ante el Consejo de la Magistratura pidiendo su remoción. La reunión fue, sin embargo, amable.
Más tarde presenciamos la audiencia de ese día. Recibimos algunos cantitos amenazadores del sector de la izquierda (visto desde el tribunal), todos munidos de carteles de desaparecidos, sector al cual nuestras patricias hacen frente sin retroceder un ápice, con la Virgen de la Eucaristía al frente. La impresión de esa audiencia, más allá de que el tribunal pareció más bien ecuánime en sus decisiones sobre planteos de las partes, fue lamentable en cuanto a la seriedad que debería imperar en un proceso judicial. Aplausos, carteles, testigos que saludan victoriosos a los presuntos familiares de víctimas, una fiscal, ¡bien digo, una fiscal!, que a vista y paciencia del tribunal hace muecas y  morisquetas al defensor mientras este expone, omitiendo los jueces la condigna sanción pese al pedido expreso del defensor; otro fiscal o abogado de querellante que es pariente del testigo, etc.
En fin, la sensación clara de que, mejores o peores los tribunales, la judicatura argentina ha caído en un impresionante grado de “chanterío”, del cual será muy difícil salir. ¿Cómo salir de eso cuando nada menos que el presidente de la Corte Suprema sostiene una y otra vez públicamente que el camino de persecución y arbitrariedad desatado por el kirchnerismo y por la izquierda subversiva contra militares y policías es una “política de Estado”?  
Por la tarde, visitamos al coronel Fernando Torres, preso domiciliario. Luego Palacios Hardy, visitó también al agente Pasteris, en la misma situación.
Realmente salimos muy impresionados de esta visita. En primer lugar, el grupo de mujeres y varones luchadores, alegres, valientes, amistosos, que nos acogieron como si estos cuatro abogados fuéramos realmente personas muy importantes. Siempre dentro a de este primer lugar, la gran capitana Luz y su marido Luis Paz, desbordante de amistad y de un humor a toda prueba. Nos llevaron y trajeron, nos abrieron Villa Nougues, nos acompañaron en todo momento. En segundo lugar, el acto del jueves noche. Formidable, todo organizado por este magnífico grupo de patriotas.
A las charlas que dieron GPH y RSJ, se las define con una palabra compartida por todos los que los escuchamos esa noche: magníficos.
Saludos a todos.