domingo, 15 de enero de 2017

¿Cómo y por qué fue posible? G.R.A. 1969-79

¿Cómo y por qué fue posible? G.R.A. 1969-79



Jorge Fernández Zicavo

Dado que en el ensayo 'Guerra Revolucionaria Argentina 1969-1979' no fue posible incluir algunos datos relativos al papel jugado por el Estado cubano en su gestación, ni otras consideraciones de interés en el Epílogo, ofrecemos a los lectores esta Entrada complementaria.
Dividiremos las aproximaciones a posibles respuestas en tres puntos.
- Gestación de la guerra revolucionaria.
- Seguridad del Ejército Argentino.
- Conducción política de la guerra contrarrevolucionaria.
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Gestación de la guerra revolucionaria

América Latina tiene una larga tradición guerrillera: contra el ejército español, en la revolución mexicana, en la Nicaragua de Sandino, y en Colombia desde 1952 hasta el presente. El triunfo de la guerrilla castrista en 1959, convenció a las izquierdas de que la lucha armada era la única estrategia posible para tomar el poder y proclamar un régimen socialista. En ese contexto surgieron grupos decididos a copiar la experiencia cubana resumida por el 'Che' Guevara en su manual Guerra de guerrillas.
Tanto él como Castro tuvieron como referencia la doctrina política-militar que Mao, Ho Chi Min y especialmente el general Nguyen Vo Giap (Guerra del pueblo, Ejército del pueblo) elaboraron durante sus guerras de liberación. Esas imitaciones literales del "modelo" cubano ignorando las peculiaridades nacionales resultaron catastróficas; incluso para el propio 'Che' en Argentina (1964) y en Bolivia (1967).

En Argentina se abrieron tres focos rurales:

1959: Ejército de Liberación Nacional-"Uturuncos", en Tucumán. Fundado en La Habana por John William Coocke.
1963: Ejército Guerrillero del Pueblo, en Salta. Fundado en La Habana por el Che Guevara.
1968: Fuerzas Armadas Peronistas, en Tucumán.
Estos 'ejércitos' y 'fuerzas armadas' fueron fácilmente desarticulados por la Gendarmería Nacional. La única acción de Uturuncos consistió en copar un pequeño destacamento policial para robar armas; y las FAP fueron capturadas apenas cinco días después llegar al monte. En cuanto al 'ejército guerrillero del pueblo', sólo accionó una vez: el 18.04.1964, cuando sostuvo un enfrentamiento con la Gendarmería Nacional en el río Piedras a la altura de El Bananal-Santa Rosa (Salta), muriendo el capitán del Ejército cubano Hermes Peña Torres y el cabo de Gendarmería Juan Adolfo Romero. Este EGP fue fundado en La Habana a instancias del 'Che' mediante la Operación Penelope, y en Salta estaba bajo el mando del argentino Jorge Masetti y del citado capitán cubano.
La red de apoyo político de la Operación Penélope diseñada por el general cubano Abelardo Colomé Ibarra, alias "Furry", la integraban John W. Cooke y su esposa Alicia Eguren desde La Habana; y Roberto Mario Santucho, Liliana Delfino, Ciro Bustos, Juan Carlos Portantiero y Luis Mangieri en Argentina.
El 21.07.1964 explotó un arsenal en la calle Posadas, 1168 de la Capital Federal muriendo 5 terroristas y 6 vecinos; pertenecía al grupo Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional liderado por el trotskista Ángel Bengochea -uno de los muertos-, que desde 1961 venía operando como guerrilla urbana y había brindado apoyo logístico al EGP del 'Che'-Massetti.
En 2005 el gobierno cubano pidió al argentino repatriar los restos de Hermes Peña Torres reconociendo así la participación de militares cubanos en Salta. En plural, porque fueron capturados otros dos. Las biografías oficiales de "Furry" -actual ministro del Interior- informan que el entonces jefe de la inteligencia y contrainteligencia de las Fuerzas Armadas entró en Bolivia con un falso pasaporte argelino y compró una finca en Cochabamba para organizar con Masetti el grupo que luego se estableció en Salta en septiembre de 1963.
El carácter cubano del EGP fue tan descarado, que su bandera fue una réplica exacta de la del castrista Movimiento 26 de Julio.

 Años después, gracias a la vergonzosa colaboración del montonero Néstor Kirchner, los restos del terrorista Hermes Peña Torres que invadió el territorio argentino y causó la muerte de un gendarme, fueron depositados en el Memorial 'Che' Guevara de Santa Clara en ceremonia oficial presidida por el citado ministro y miembro del Comité Central del Partido, Colomé Ibarra.

Captura de guerrilleros "uturuncos"

Derecha: "Tirofijo"-FARC. Abajo: EGP en Orán-Salta
 
Guerrilleros EGP capturados. De izqda a dcha: Federico Frontini (argentino); Oscar del Hoyo y Alberto Castellanos (cubanos); Víctor E. Fernández (Policía Federal infiltrado)
Armamento capturado al EGP
Izqda: Hermes Peña Torres. Jefe de la custodia del 'Che'
 
Fuerzas Armadas Peronistas. Mujer: Amanda Peralta. Abajo: capturados por Gendarmería Nacional antes de que comenzaran a operar
La guerrilla cubana en Salta no fue una agresión aislada; formaba parte de una estrategia destinada a exportar la Revolución a toda América Latina. Entre 1959 y 1967 Fidel Castro envió un total de 240 oficiales y suboficiales del Ejército cubano, y 340 civiles latinoamericanos entrenados en Cuba, a iniciar focos guerrilleros en Panamá, Santo Domingo, Haití, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Argentina y Bolivia. Por estas agresiones, Venezuela y Colombia lograron que Cuba fuera expulsada de la OEA en 1962. Los mayores envíos cubanos de hombres y armas fueron a Venezuela, tal como confirma la izquierdista Web argentina CEDEMA en base a un documento publicado por la Universidad Bolivariana de Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez. A modo de muestra, reproducimos el siguiente párrafo:
"A comienzos de 1966 partió desde las aguas del Caribe un barco con 40 guerrilleros (opuestos a Douglas Bravo, primer comandante de las FALN del Partido Comunista), al mando de Baltasar Ojeda Negretti, rumbo a Cuba donde recibirían entrenamiento urbano y rural, por lo que fueron llevados a la Escuela de Entrenamiento “Punto Cero” los que se quedan en Cuba, mientras Luben Petkoff (2º comandante de FALN), partió desde Cuba en julio de 1966 en una expedición de 14 internacionalistas cubanos al mando del general Arnaldo Ochoa, (error: entonces era capitán), los que una vez ingresados a Venezuela tienen contradicciones con Douglas Bravo y regresan (a Cuba) en 1969 (o sea, que los invasores cubanos siguieron combatiendo durante ¡tres años!), razón por la cual el comandante Fidel Castro cancela relaciones con Bravo, hecho éste que se hace público en un discurso de Castro en la Universidad de La Habana"

A. Ochoa en Venezuela, 1966. Última fila, tercero por la izquierda
Asimismo, como tropas mercenarias de la URSS en África, entre 1965-66 una fuerza guerrillera al mando del 'Che' combatió en el Congo; y entre 1975 y 1992 un Ejército expedicionario cubano de 275.000 hombres al mando del entonces general de brigada Arnaldo Ochoa lo haría en las guerras de Angola y Namibia. Esas invasiones eran llamadas 'luchas solidarias con los pueblos oprimidos', y las tropas 'combatientes internacionalistas'. El 02.12.2005, durante la celebración del 30º Aniversario de la primera expedición a Angola, Fidel Castro reivindicó la doctrina intervencionista del Estado cubano: "Una vez más, ratificamos el eterno compromiso con nuestros muertos gloriosos, de llevar adelante la Revolución". También, en 1973-74 Cuba participó con una brigada de tanques al mando del general Colomé Ibarra en la invasión de Israel por fuerzas de Siria y Egipto armadas por la Unión Soviética: guerra de Yom Kipur.

El 'Che' en el Congo, 1965
Raúl Castro inspeccionando el frente de Angola en 1976
El 31.07.1967 todas las izquierdas latinoamericanas fueron convocadas en La Habana a una conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) que fue clausurada el 10 de agosto por el Jefe del Estado y Primer Secretario del Partido Comunista, Fidel Castro. Los puntos 3, 4 y 5 de la Resolución Final acordaban desencadenar en toda América Latina "la lucha armada por el socialismo y orientada por los principios del marxismo-leninismo". Integraban la delegación argentina Mario Roberto Santucho, Roberto Quieto, Fernando Abal Medina, los hermanos Lewinger, Norma Arrostito, García Elorrio, Graciela Daleo, Juan Carlos Cibelli, Rodolfo Walsh, John William Cooke, Marcos Osatinsky, "Joe" Baxter, etc.
La singular biografía de Baxter merece un inciso porque da el "tono" de la época: en años anteriores había mantenido reuniones con Perón y con el líder argelino Ben Bella, combatido en Argelia y Vietnam, cofundado Tupamaros, y graduado en la Escuela de Cadetes Extranjeros (China) tras cuatro meses de entrenamiento en la Escuela Popular de Liberación. En 1970 redactó con Santucho el documento fundador del ERP. Murió el 11 de julio de 1973 al estrellarse en el aeropuerto parisino de Orly el avión de Varig en el que viajaba desde Río de Janeiro.
En las reuniones extraoficiales de la Conferencia se decidió crear un gran Ejército de Liberación Nacional (ELN) a escala continental y dividido en "Sectores", que estaría bajo el mando del "Che" Guevara.
A los argentinos se les asignaron:
Sector 1: Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
Sector 2: Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Frente Argentino de Liberación (FAL) que luego cambiaría de nombre pero manteniendo la sigla FAL.
Sector 8: Grupos peronistas (FAP, Descamisados y Cristianismo y Revolución), que más tarde fundarían Montoneros.
Cuba aportaría entrenamiento militar en el famoso campamento Punto Cero dirigido por los coroneles soviéticos del KGB, Vadim Kochergin y Victor Simonov por el que pasarían 1.500 terroristas. Entre ellos, el venezolano Ilich Ramírez Sánchez ("Carlos" o "Chacal"), el nicaraguense Tomás Borge, el peruano fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, el argentino Enrique Gorriarán Merlo que asesinó a Anastasio Somoza o el mexicano Rafael Guillén ("subcomandante Marcos"). El ambicioso proyecto del ELN fue bautizado como "Operación Fantasma".

Terroristas argentinos. Campamento Punto Cero, en Guanabo
La fotografía fue tomada en septiembre de 1972 en el Campamento PETI "cero": Punto de Entrenamiento de Tropas Irregulares. Algunos de ellos, el mes anterior se habían fugado del penal de Rawson y encontrado refugio en el Chile gobernado por Salvador Allende.
De izquierda a derecha:
*Enrique Haroldo Gorriarán Merlo (ERP)
*Doménico Menna (ERP)
*Carlos Goldenberg (FAR luego MONTONEROS)
*Victor Fernández Palmeiro (ERP-22)
*Mario Roberto Santucho (ERP)
*Marcos Osatinsky (FAR, luego MONTONEROS)
*Ana Weisen (FAR, luego MONTONEROS)
*Alejandro Enrique Ferreyra Beltrán (ERP)
*Roberto Quieto (FAR, luego MONTONEROS)
*Fernando Vaca Narvaja (MONTONEROS)
También se acordó crear una Junta Coordinadora Revolucionaria con la participación del PRT argentino, el MIR chileno, el ELN boliviano y Tupamaros de Uruguay.
Después de cuatro años de contactos individuales, en noviembre de 1972 el MIR celebró en Chile una reunión con Santucho, Menna y Gorriarán Merlo; y el 11 de enero de 1974 se hizo pública la existencia de la JCR con un documento publicado en su revista Che Guevara. El primer Comunicado llamaba a "tomar con decisión las armas e incorporarse activamente a la lucha revolucionaria antiimperialista y por el socialismo que ya se está librando en nuestro continente bajo la bandera y el ejemplo del Comandante Guevara". Aquí el PRT ya firmó como ERP, fundado en 1970. En el combate de Manchalá, Tucumán (mayo, 1975) morirían un cuadro MIR y otro Tupamaro.
En abril de 1975, durante la 'revolución de los claveles', la JCR se reunió en Lisboa con ETA, IRA, BRIGADAS ROJAS y la RAF Baader-Meinhof.
La JCR dependía del Depto. América (Inteligencia del PC cubano) y del Ministerio del Interior. Ambos organismos, y el espionaje exterior, fueron organizados por la STASI de Alemania Oriental. En 1960 la agente argentina de la STASI, Haydée Tamara Bunke Bider ('Tania'), se estableció en La Habana e ingresó en el equipo del 'Che', con quién operaría en el Congo, y en Bolivia junto con 16 oficiales y suboficiales cubanos. Murió en combate al cruzar el Río Misicuri el 31 de agosto de 1967.

 
Buenos Aires, 1937. Vivió nueve años en la República Democrática Alemana. En 1966 ingresó en Bolivia con falso pasaporte argentino a nombre de Laura Gutierrez Bauer, se casó con un boliviano para tener buena cobertura, fue contratada como "periodista" por la Secretaría de Prensa de la Presidencia e impartió clases de alemán a niños de la alta sociedad, lo que le permitió acceder a las casas de los generales Ovando y Barrientos
Declaraciones de Manuel Piñeiro Lozada ("Barbarroja")
Viceministro y Director General de Inteligencia del Ministerio del Interior. Jefe del Depto. América del PCC y miembro del Comité Central. Esposo de la comunista chilena Marta Harnecker:
"A partir de la orientación de Fidel, el Viceministerio Técnico del MININT respaldó al Che en todo cuanto él solicitaba en relación con la misión futura en Bolivia. Todos los detalles técnicos fueron elaborados por nuestros oficiales, pero cada paso era analizado y aprobado por el Che. Para recoger esa información enviamos 20 agentes".
Fuente


"Barbarroja" y el Che. Detrás, el jefe de su custodia Hermes Peña Torres
Durante la Conferencia de la OLAS, John William Cooke y su esposa Alicia Eguren que vivían en Cuba, más Norma Arrostito que haría tres viajes a la isla, formalizaron su compromiso operacional como agentes del Depto. América, sumándose a Rodolfo Walsh, que tras la muerte de Masetti en Salta dirigía la Agencia de noticias Prensa Latina.
La agencia había sido fundada el 17 de abril de 1959 para divulgar los logros de la Revolución Cubana y como cobertura de operaciones de Inteligencia para exportar la revolución. En mayo de 1959 Walsh abrió una oficina en Río de Janeiro y luego regresó a Cuba donde residió hasta su retorno a Argentina en octubre de 1961. Durante esos años diseño un sistema criptográfico aprendido de la STASI para asegurar sus comunicaciones.
Desde La Habana, Cooke dirigía su comando Acción Revolucionaria Peronista y Walsh su Ejército Nacional Revolucionario. Ambos mantenían relaciones con Tacuara, FAP y Descamisados. De todos estos grupos salió el comando capitaneado por Walsh que asesinó a Augusto Vandor el 30.06.1969. Estos grupos, más los 'cristianuchis' de Firmenich y García Elorrio, fundaron Montoneros en 1969. En 1975, Walsh, jefe de Inteligencia de Montoneros, viajaría a Beirut para establecer un acuerdo con la terrorista OLP de Yasir Arafat: montarles una fábrica del sofisticado explosivo plástico C.2 a cambio de que oficiales montoneros adquirieran experiencia de combate en la guerra del Líbano.
Dejamos aquí a los argentinos de la Inteligencia cubana y nos situamos en Argentina, 1969. El Frente Argentino de Liberación (FAL - sector 2 del ELN) fundado por ex militantes del PC y PCR bajo el liderazgo de Juan Carlos Cibelli; las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR- sector 2 del ELN) fundadas en 1967 por Olmedo, Quieto y Osatinsky para abrir un foco en la frontera con Bolivia si el foco del 'Che' se consolidaba; y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT - sector 1 del ELN) liderado por Santucho, iniciaron bajo el control de la JCR y el Depto. América la Guerra Revolucionaria en Argentina. Su primera operación fue copar el vivac del Regimiento de Infantería 'Patricios' en Campo de Mayo (FAL de Cibelli). El romanticismo guerrillero de aficionados se daba por terminado. Ahora la lucha armada sería integral y paramilitar hasta lograr construir un Ejército Guerrillero regular, y coordinada por una JCR de profesionales entrenados militarmente por el Estado cubano y asesorados por la STASI en Inteligencia y seguridad. En 1979, erpianos comandados por Gorriarán Merlo, y montoneros por Firmenich y Vaca Narvaja, combatirían en Nicaragua gracias a un acuerdo entre la JCR y el Frente Sandinista de Liberación.


Para finalizar con la 'conexión cubana', reproducimos un párrafo del libro El Furor y el Delirio, escrito por Jorge Masetti (hijo).
"Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia de Cuba, hubiéramos ahogado al continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero, hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo; y soy consciente de que yo hubiera actuado de esa forma".
El autor es hijo de Jorge Ricardo Masetti, el 'comandante segundo' de la guerrilla EGP del 'Che' aniquilada en Salta. En 1974, Jorge, argentino de nacimiento pero educado en Cuba, tras casarse con una hija del general Patricio de la Guardia y Font, comandante del Ejército expedicionario cubano en la guerra de Angola, comenzó a operar para "la Revolución" en Argentina, Chile, México y Nicaragua. Más tarde, puso fin a estas actividades subversivas y se desvinculó del Departamento América del Partido Comunista Cubano, pero el régimen le denegó durante dos años el permiso para abandonar Cuba. Este sincero revolucionario influenciado por el romanticismo guevarista, entró en crisis al preguntarse si estaba operando para la Revolución o para el Estado cubano; una ambigüedad que en 1989 supuso para su suegro una condena de 30 años de cárcel y el fusilamiento de su hermano Antonio de la Guardia y Font; coronel de Inteligencia que en 1976 planificó el asesinato en París del general boliviano Joaquín Zenteno Anaya.

Seguridad del Ejército

Ya hemos apreciado en nuestro ensayo anterior la facilidad con que las fuerzas paramilitares revolucionarias copaban batallones, regimientos y guarniciones, causaban bajas a sus defensores, capturaban oficiales y saqueaban sus arsenales. Y aplicando siempre el mismo esquema táctico, lo cual los tornaba previsibles.
Podría explicarse que hubiera fallos de seguridad en el primer ataque a un cuartel, pero no en los siguientes. Era inadmisible que la Fuerza destinada a asegurar por tierra la inviolabilidad del territorio nacional no pudiera garantizar sus instalaciones.
La falta de respuesta, de una revisión en profundidad de los dispositivos de seguridad durante siete años (abril 1969-marzo 1976), supuso una falta gravísima por parte de los altos mandos del Ejército, cuyas incompetencias provocaron bajas mortales, entregaron a los terroristas las armas de la Nación y ridiculizaron al Ejército ante la sociedad.
Y no se trataba sólo de los ocho cuarteles copados hasta diciembre del 75. Ya vimos que estuvieron a punto de dinamitar seis cazabombarderos Mirage, derribaron un avión Hércules lleno de tropas, y dinamitaron una planta del edificio Cóndor de la Fuerza Aérea. También dinamitaron una sala del Ministerio de Defensa donde altos oficiales de Inteligencia celebraban una reunión sobre la lucha antiterrorista, y la fragata Santísima Trinidad. Podían entrar en unidades y edificios militares con una facilidad pasmosa. En las FFAA había una laxitud generalizada, y suicida.
Tal vez el ejemplo paradigmático sea el asesinato del general Cesáreo Cardozo. Como es sabido, la miliciana montonera que colocó la bomba bajo su cama había sido detenida unos días antes por su militancia en la JP, pero al ser amiga de su hija, el general de brillante carrera y... Jefe de la Policía Federal, ordenó que fuera liberada sin investigarla a fondo. Los custodios nunca se atrevieron a revisarle bolso en sus frecuentes visitas a la casa por no tener órdenes al respecto. Para colmo, el padre, la madre y el hermano de la asesina también eran activistas montoneros, y su padre -médico- había sido expulsado del hospital donde trabajaba debido a sus actividades subversivas.

Conducción política de la guerra contrarrevolucionaria
En 1971 el gobierno del general Lanusse creó la Cámara Federal en lo Penal que hasta el 25 de mayo de 1973 ya había encarcelado a 1.100 terroristas. Pero a pocas horas de asumir el gobierno, Cámpora indultó a los 371 que había entonces en distintas cárceles por considerarlos 'presos políticos', y disolvió el citado Tribunal. Envalentonados, y ante una Policía Federal paralizada por el ministro del Interior Righi, los subversivos se apresuraron a copar toda clase de edificios públicos en nombre del Poder Popular garantizado por el 'compañero Cámpora'. Santucho incitó a desarmar al Ejército y organizar milicias, y tres meses después lanzó el ataque contra el Comando de Sanidad donde murió en combate el teniente coronel Duarte Ardoy. Todo lo demás es bien conocido. Incluida la autorización de Righi a los montoneros para formar una custodia presidencial paralela a semejanza de las GAP chilenas: custodia de Salvador Allende organizada por el MIR.
La negociación con Perón y convocatoria de elecciones ha sido siempre explicada como el resultado del acoso político y terrorista de Perón a Lanusse hasta conseguir acorralarle en su propio Gran Acuerdo Nacional; la rendición del llamado 'partido militar'.
Pero cabe preguntarse, ¿la situación era tan desesperada y sin alternativas? ¿Qué ventaja obtuvieron las Fuerzas Armadas y la sociedad argentina con la normalización institucional en aquellas condiciones; sin aniquilar antes a la subversión armada, y rindiéndose ante un anciano de 78 años y con cáncer de próstata muy avanzado?
Ninguna. Los gobiernos peronistas provocaron altas cotas de corrupción y una hiperinflación del 350% en 1975. En cuanto a la seguridad del Estado, las organizaciones armadas desataron una ofensiva terrorista tras otra y alcanzaron un poder de fuego y de reclutamiento que permitió al ERP pasar de los pequeños comandos de 10 pistoleros a Compañías de infantería ligera entrenadas para operaciones de asalto. Los montoneros por su parte, pudieron fabricar subfusiles, lanzagranadas y explosivo plástico. Todo ello en medio de matanzas entre la extrema izquierda de la Patria Socialista y la extrema derecha de la Patria Peronista reforzada por la Triple A, que sembraron las calles de cadáveres.

 
Subfusiles y lanzagranadas fabricados por Montoneros con planos robados a la fábrica Halcón
En resumidas cuentas: el pueblo argentino se vio involucrado en una insoportable violencia cotidiana de secuestros, asesinatos y atentados con explosivos que le aterrorizó; el país caminaba hacia una guerra civil. Todos los éxitos obtenidos con la lucha contraterrorista legal hasta mayo del 73 no sirvieron de nada. A partir de la criminal amnistía de Cámpora, que debió ser fusilado por traición al Estado, la subversión no paró de crecer; dejando claro que el duelo táctico Perón-Lanusse supuso para ella un triunfo estratégico, por cuanto la recomposición de sus fuerzas les permitió pasar a una fase militar superior con operaciones más complejas: siete ataques a unidades del Ejército, y el frente rural de Tucumán que el Ejército tardó un año y medio en aniquilar.
Concluyendo. El desarrollo alcanzado por la guerra revolucionaria fue posible por, al menos, tres causas:
1-
La débil respuesta militar, política, penal y policial por parte de los primeros gobiernos militares. Especialmente durante el de Onganía, incapaz de comprender lo que se estaba gestando: en sólo doce meses las izquierdas armadas coparon el vivac del Reg. Patricios, organizaron el Cordobazo, asesinaron a Vandor y Aramburu... forzándole a dejar la Presidencia. Tampoco el 'legalista' general Lanusse estuvo a la altura, aunque fundó la Cámara Federal en lo Penal para delitos de terrorismo. Parálisis, desconcierto, vacilaciones. Una contraofensiva 'termidoriana' no entraba en los cálculos de un Ejército que tenía el poder. Todo el poder.
2-
Desde 1969 a 1975 las fuerzas insurgentes tuvieron a su favor la iniciativa. Con la excepción de Monte Chingolo (recién en diciembre del 75), el SIE nunca logró saber donde y cuando lanzarían sus ataques. Esta iniciativa se reflejó también durante la mayor parte de la campaña del ERP en Tucumán. En términos generales, durante seis años la seguridad del ERP fue excelente. Ya sabemos que el Ejército se fue adaptando a aquel tipo de guerra irregular contra fuerzas clandestinas, pasó a la ofensiva, consiguió perforar su seguridad y les aniquiló. Pero lo que aquí nos interesa destacar son los años que necesitó para ello. Una demora inaceptable para un Ejército en guerra contra fuerzas civiles insurgentes.
Finalmente, es inevitable señalar la inutilidad de los cursos de contrainsurgencia impartidos en la Escuela de las Américas. Ante el insólito fenómeno de una guerra revolucionaria 'urbana', sin precedente en el mundo, el Ejército argentino debió buscar pautas doctrinales en otros ámbitos; concretamente en el Ejército Francés.
3-
Igual lentitud y falta de contundencia se dio en el terreno de las decisiones políticas: pudo haberse condenado a los terroristas a cadena perpetua y en régimen de estricto aislamiento en Ushuaia o en la isla Martín García. Más aún, había suficientes razones de seguridad del Estado, y base jurídica, para implantar tribunales de guerra que dictaran sentencias de muerte, pero Onganía, Levingston, Lanusse, Perón e 'Isabel' Perón, no se atrevieron a dar ese paso.
El 19.11.1976 lo haría la Junta Militar mediante el decreto Ley 21.461 creando Consejos de Guerra Especiales para delitos de terrorismo que podían dictar penas de hasta 25 años de prisión, y de muerte; pero no hay constancia de que el decreto se aplicara, al menos respecto a las penas de muerte, puesto que ya desde marzo se había decidido que las ejecuciones fueran secretas. Esto nos lleva a la vieja polémica respecto a si no hubiera sido preferible optar por los procedimientos establecidos en el decreto. Que el proyecto de esta ley estuviera en manos de la presidencia desde el 11 de mayo, obliga a preguntarse sobre las razones que llevaron a decretarla en noviembre y sabiendo que no se aplicaría. Este es un asunto todavía rodeado de muchas incógnitas.
Pero estas causas o respuestas al ¿cómo y por qué? solo son aproximaciones; hipótesis que deberán profundizar, y sumar a otras, historiadores con acceso a los archivos militares de la época. Si es que queda alguno.

FARC:
Esta organización no forma parte del fenómeno guerrillero nacido al calor de la Revolución Cubana, por varias razones:
Fundada en 1964 (PC), pero sus cuadros operaban desde 1952 con otros nombres.
En un país con larga tradición guerrillera y con Repúblicas Independien-tes, como Marquetalia, en poder del PC entre 1952 y 1961.
Controlan un territorio de 40.000 Km 2.
La cocaína y las esmeraldas les aportan inmensas sumas de dinero que les han permitido formar un Ejército guerrillero regular con combatientes asalariados.
Son, en definitiva, un doble poder militar. Y en algunos aspectos, un Estado paralelo.