domingo, 15 de enero de 2017

La Corrupción K-CAPÍTULO XXIII-CRISTÓBAL LÓPEZ, EL EMPRESARIO MÁS CORRUPTO DE LOS 30 AÑOS DE DEMOCRACIA





La Corrupción K en la “Década Ganada” (Capítulo XXIII)


CAPÍTULO XXIII 

CRISTÓBAL LÓPEZ, EL EMPRESARIO MÁS 

CORRUPTO DE LOS 30 AÑOS DE DEMOCRACIA

  
¡Colgadlos bien alto sobre el pueblo! Quien llore por éstos, llora por la corrupción. Noel Clarasó
 1. Complicidades políticas y mediáticas[1] 
Sorprendió esta semana que los matutinos La Nación, Perfil y también Clarín dieran cuenta de los escandalosos acuerdos por las tragamonedas en la Capital Federal, Rosario y Chubut, donde el zar del juego Cristóbal López lidera la corrupción transversal en la que tienen cabida el cristinismo, el macricaputismo, y el socialismo santafesino. Y también están sus bases en los medios de comunicación.
López compró el multimedios de Daniel Hadad y la productora Ideas del Sur de Marcelo Tinelli, aparte de los pases de jugadores de fútbol del club San Lorenzo de Almagro, más los negocios petroleros y campos en lugares clave de la zona núcleo.
Pero lo grave de este empresario polirubro es que todo lo que adquiere lo hace con fondos del Estado nacional o provincial. Por ejemplo, para comprar la refinería de San Lorenzo y más de 300 estaciones de servicio de Petrobras, el multimedios C5N y Radio 10, dejó de pagar durante un año el impuesto a la transferencia de combustibles.
Después entró en una moratoria impositiva, en una operatoria muy parecida a lo que pasó en Repsol-YPF, donde se compró un porcentaje accionario con los dividendos futuros, hasta que el Estado decidió nacionalizar y ahora indemnizar.


2. Las tragamonedas 

El caso es que ahora estalló un pequeño escandalete. Ya le condonaron una deuda con la Ciudad de 2.000 millones de pesos, que le permitió comprar la productora de contenidos de espectáculos a Tinelli y el grupo Clarín. Y los doce años de pérdidas que tendrá la productora se cubrirán gracias al acuerdo con el macricaputismo, que le permitió ahorrarse 2.000 millones pesos.

Lo que sí tendría que desembolsar es todo lo que cueste la campaña Macri 2015, que se supone será de 100 millones de dólares, aunque eso no figure en el convenio con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Dijimos que sorprendió que tres matutinos denunciaran ese acuerdo escandaloso, porque durante todo el año Periodismo para Todos, conducido por Jorge Lanata, que denunció la ruta del dinero K, en ninguna oportunidad habló de los negociados de Cristóbal López.

Clarín, a través de uno de sus editores, Ricardo Roa, denunció algún negociado pero por el otro lado el Canal 13 negoció con Marcelo Tinelli su vuelta al canal de la calle Constitución, aunque el dueño de la productora es el zar del juego. Pero lo escrito por Ricardo Roa demuestra que el grupo Clarín no le concede ningún blanqueo ni se comprometería con López a no investigarlo en el futuro.

También destacamos en esta columna la compra de campos en la zona núcleo por parte del zar del juego, con créditos salidos del fideicomiso del Banco Nación, presidido por Ignacio Forlon.

Una demostración más de que la fabricación de plata negra es una característica de los negocios del empresario chubutense y que en todo su emporio solo son privados la producción de aceite de oliva y de cordero patagónico.

No se explican tan fácilmente sus otros negocios rentables, los cuales producen miles de millones de dólares, mientras la pobreza llegó para quedase y aumentar al 27%.

Este modesto empresario, a comienzos de los 2000, se convirtió en un magnate durante estos diez años y medio de cristinato y ofende a la moral republicana que partidos políticos importantes de la oposición sean cómplices en la formación de un conglomerado multirubro.

Un holding que se irá convirtiendo en un peligro para la democracia y el nuevo gobierno que se instale en el 2015. López sería socio del matrimonio presidencial en todos los demás negocios fuera de las tragamonedas, con las que tiene varios socios privados.

Como ya están las cosas, ni el Estado nacional ni las distintas jurisdicciones locales pueden controlar las ganancias ilimitadas de este grupo.

 3. Compra de Petrobras[2]

 a) Impuestos impagos 

El empresario patagónico Cristóbal López compró los activos de Petrobras en la Argentina y fondeó su holding de compañías con más de $ 1200 millones en impuestos que dejó de pagar a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Lo hizo durante más de un año y luego incluyó esta deuda tributaria en un plan de pagos a 10 años, que licua lo adeudado gracias a una tasa de interés inferior a la inflación.

La compra de Petrobras Argentina por parte de López repitió así la estrategia con que la familia Eskenazi, también de estrecho vínculo con el kirchnerismo, ingresó en YPF, cuando pagó a Repsol con las utilidades futuras de la propia petrolera.

En el caso de López, acordó pagar en cuotas a 30, 60 y 90 días que solventó, no con las ganancias de la refinería y las estaciones de servicio que recibió el 2 de mayo de 2011, sino con los impuestos que no giró a la AFIP.

López y su socio Fabián de Sousa también usaron el fondeo generado por esos impuestos impagos para financiar empresas del Grupo Indalo, entre otras, la Inversora M&S y Oil M&S, con las que pagaron los salarios en Paraná Metal y completaron la llegada al Banco Finansur y a medios que eran del empresario Daniel Hadad.

La maniobra tributaria quedó registrada en los balances de Oil Combustibles, según verificó La Nación. Allí consta que Petrobras entregó la refinería San Lorenzo y sus estaciones de servicio con sus cuentas fiscales en orden.

Pero en junio de 2011, apenas un mes después del ingreso de López y De Sousa, el rojo tributario subió a $ 179,9 millones, y saltó a $ 1262,9 millones en junio de 2012, cuando la empresa cerró su último balance.

Desde la compañía confirmaron que la compra de los activos de Petrobras −que se investiga si se completó gracias al pago de sobornos a ejecutivos brasileños− se fondeó con esos impuestos impagos.

Pero indicaron que se trató de una maniobra legal y que la empresa se acogió de inmediato a sucesivos regímenes de asistencia financiera (RAF) previstos por la AFIP, para luego unificar esos regímenes en un único plan de pagos cuando el organismo abrió esa opción durante los primeros meses de este año.

Expertos energéticos y tributarios indicaron a La Nación, sin embargo, que la maniobra jugó al límite de la legalidad y que la cercanía con el poder político tuvo efectos evidentes: el resultado hubiera sido distinto si cualquier otra petrolera hubiera retenido los fondos ingresados por el impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC), que debe abonarse en cuatro anticipos y a mes vencido.

“Digamos que si Shell, que está enfrentada con el Gobierno, hubiera intentado eso con sus declaraciones juradas de venta de combustibles, la AFIP habría procedido a embargar sus cuentas hasta cobrar la deuda y, de no haber sido posible, habría suspendido su CUIT y radicado una causa penal contra la compañía, sus directores y representantes legales, empezando por su presidente”, argumentó uno de los expertos a los que La Nación pidió que analizaran los balances de Oil Combustibles.

Según el balance que cerró el 30 de junio de 2012, esa petrolera acumuló un pasivo corriente −es decir que debía abonar en el transcurso de los 12 meses siguientes− por $ 1230 millones en “impuestos sobre los combustibles a pagar”, otros $ 19,5 millones en “retenciones a depositar”, $ 6,3 millones en “impuestos y tasas municipales” y otros $ 7 millones en otros impuestos, para un total que superó los 1262,9 millones de pesos.

 b) Descalce de liquidez 

Al mismo tiempo que acumuló esa deuda gigantesca con la AFIP, Oil Combustibles comenzó a girar dinero a otras empresas del grupo. Lo registró como “créditos no corrientes”, o sea que no cobraría durante los 12 meses posteriores. Es decir, un multimillonario descalce de liquidez que la firma auditora de sus cuentas, Deloitte, no señaló en sus notas el balance.

¿Cómo distribuyó ese fondeo? Giró $1170,5 millones a Inversora M&S (con la que antes había desembarcado en Paraná Metal y, luego, en el banco Finansur), otros $ 251,2 millones a Oil M&S (con la que al fin adquirió la refinería San Lorenzo) y $ 78,4 millones más a CPC SA (la constructora que utilizó Cristóbal López para ingresar en la concesionaria vial de las rutas atlánticas 2 y 11).

Para sortear ese riesgo de liquidez, De Souza inscribió la petrolera en sucesivos regímenes de asistencia financiera de la AFIP, con plazos de repago de solo unos meses y tasas de interés elevadas.

Pero luego se acogió al plan de facilidades que Ricardo Echegaray anunció el 25 de marzo pasado, con lo que tanto deudas como créditos de la petrolera quedaron como “no corrientes”.

El anuncio de Echegaray se plasmó en la resolución general 3451 de la AFIP, que habilitó un plan de hasta 120 cuotas mensuales, con una tasa del 1,35% también mensual (cerca del 17% anual), cuando la inflación real anualizada ronda el 25 por ciento, y en pesos en un contexto de paulatina pero constante devaluación.

Ese plan de pagos levantó críticas entre los tributaristas, entre otras razones por resultar injusto (para aquellos contribuyentes que sí pagaron sus impuestos en orden) y arbitrario, ya que se excluyó de manera discrecional a firmas cerealeras y de medios, como también algunos impuestos, como el de ganancias y al cigarrillo. Pero sí incluyó al ITC.

c) Cómo funciona el impuesto a los combustibles 

El impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC) impone a las firmas petroleras como Oil Combustibles SA actuar como agentes de recaudación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en ente oficial a cargo de Ricardo Echegaray.

¿Cómo funciona? En el caso de las naftas, la empresa debe pagar cuatro anticipos: los días 8,20 y 24 del mes en curso y el 3 del mes siguiente, abonando el saldo (si es que lo hay) de lo efectivamente recaudado por el ITC en las estaciones de servicio el 22 de ese segundo mes.

En el caso del gasoil, en tanto, se debe pagar un anticipo del 30 por ciento el 24 del mes y el saldo (70 por ciento) el 22 del mes siguiente. En el caso de Oil Combustibles, la empresa de Cristóbal López, solo se abonaron algunos de esos pagos, mientras que se retuvo y prestó a otras firmas del grupo otro porcentaje, hasta acumular un rojo superior a los $ 1200 millones con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). 

Del editor: qué significa. Las facilidades impositivas para la operatoria de compra de Petrobras Argentina parecen ser beneficios de pertenecer al club de “empresarios amigos” del poder. 
[1]           Fuente de información: Informador Público, 15/12/13, http://site.informadorpublico.com.

[2]           Fuente de información: La Nación, 9/9/13, “Cristóbal López financió su compra de Petrobras con impuestos impagos”, http://www.lanacion.com.ar. Más información: La Nación, 9/9/13, “Un ‘riesgo’ que reconocen haber asumido, pero que desapareció gracias a la AFIP”, http://www.lanacion.com.ar.