martes, 14 de marzo de 2017

¡Todo ese oro y plata que se han robado… ¿los españoles en sus provincias de ultramar en América?!

¡Todo ese oro y plata que se han robado… ¿los españoles en sus provincias de ultramar en América?!, ¡No, hoy día los canadienses y las mineras extranjeras!

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Título: ¡Todo ese oro y plata que se han robado… ¿los españoles en sus provincias de ultramar en América?!, ¡No, hoy día los canadienses y las mineras extranjeras!
Autor: Alejandro Villarreal
¿Quién no ha escuchado ese cuento de “toda la plata que los españoles de la conquista de América se robaron o se llevaron de México” (y América en general –continente–)? Este es el “argumento” de batalla de todo aquel que quiere despertar un sentimiento dizque mexicano (o llanamente chovinista) para alguna causa política, y muy en particular de los grupos de izquierda que se han unido y han esparcido la leyenda negra antiespañola y antieclesiástica (generalmente no saben separar estos ámbitos). Es cierto que España extrajo mucho oro y mucha plata de sus provincias y reinos de ultramar, ¡si, sus provincias y reinos!, es decir, España extraía estos tesoros en sus propias tierras, en las tierras que había conquistado, que había habitado, en las que había erigido virreinatos o gobiernos oficiales y cuya población indígena había evangelizado y con la cual se había mezclado y en donde había contruido ciudades que hoy todavía podemos admirar y gozar; 

¿Cuántos piratas, quiero decir, colonos ingleses y holandeses pueden decir esto de sus incursiones por América del norte? Un cálculo somero sobre las extracciones españolas de oro y plata en los Reinos de Ultramar en América dice que fueron unas 180 toneladas de oro y unas 16,000 toneladas de plata entre los años 1500 y 1650, es decir, durante 150 años (413 mil kilos por año de oro y 106.6 toneladas de plata por año). No cabe duda que por sí solas son cifras muy apantallantes, pero si hacemos la comparación de las extracciones actuales por parte de las empresas mineras, principalmente canadienses (y en menor proporción otros países), estas cifras palidecen y parecen un chiste, sobre todo porque la extracción española de los siglos XVI y XVII debe repartirse en 150 años, en cambio, la extracción de oro, por ejemplo, durante el año 2012 en México fue de 88.6 toneladas, y en cuanto a la plata en este mismo año se alcanzó la cifra de 4,510 toneladas. Es decir, manteniendo constante la producción de oro y plata en México del año 2012, la producción actual de plata cubre en 2.03 años lo que la España virreinal hizo en 150 años; y respecto al oro, la producción actual de oro cubre en 3.55 años lo que la España virreinal hizo en 150 años. Esto con cifras congeladas del año 2012, pero la realidad es que año con año desde el 2012 la producción aumentó significativamente. Entonces, ¿qué clase de chiste es este con el que nos quieren ver la cara de imbéciles al sacar el cuento de la España virreinal que se “robó” el oro de América?
Pero esto no es lo más indignante, pues habría que ver la forma en cómo lo están haciendo y las ganancias que le han dejado al país, a México. Para comenzar, desde el gobierno de Ernesto Zedillo, las mineras canadienses tienen en su poder más del 70% de la extracción de oro y plata en México (74% tienen participación canadiense y 15%, estadunidense, con la participación menor de otros países –año 2013–); un encabezado de una noticia del año 2013 dice: “Mineras canadienses: Ejemplares en su país, corruptas en México”, el problema es que la situación no ha cambiado, las mineras siguen tan corruptas como siempre y con el respaldo de los gobiernos federal y estatal, pues es de adivinarse que los únicos beneficiados, además de las empresas mineras extranjeras, son los gobernantes corruptos. Otra situación preocupante que viene aparejado con este robo de metales preciosos, es cómo se han burlado de las comunidades indígenas, pues les pagan una miseria por la renta de sus tierras, las cuales disponen en su totalidad y no hay poder humano que los saque de ahí, y como ya he mencionado, cuando los pobladores locales tratan de expulsarlos a la fuerza, el ejército y la policía federal están ahí en la defensa de las empresas extranjeras, ¿cuál sería el motivo por el que tienen hartos a los pobladores y dueños de las tierras?, además de la miseria que les pagan (algo así como 1,200 pesos anuales por hectárea), el problema mayor es que están contaminando las fuentes de agua con arsénico y otras sustancias venenosas utilizadas o producidas en la extracción minera, por lo que si ya era difícil sembrar en tierras semidesérticas, ahora ni pensarlo porque el agua está contaminada e inutilizada. Pero, ¿al menos dejan ganancias al país?, no, un reporte dice que ni pagan impuestos y el promedio de las ganancias que dejan es menos del 2% (dos por ciento) según un reporte, o el 0.6% según otro, de lo que extraen.
Leer todas estas noticias y reportes no hacen más que enardecer de indignación al ciudadano común, con mucha razón, no es posible tanta corrupción en este país, tanta maldad por mantener en la miseria a tanta gente, traicionándola y engañándola, no obtante eso, nos salen con historias estúpidas, con sus traumas seudo históricos. En este sentido quiero denunciar un caso aquí, no porque sea el único, no lo es, como ya he mencionado, es de uso común en la propagación del chovinismo mexicano y la leyenda negra antiespañola, pero sí es un tanto doloroso porque es de alguien que se dice católico y dice que la verdad es su guía, y no es otro que el Dr. Alfredo Jalife-Rahme, quien en sus conferencias suele hablar de “la plata que se robaron los españoles”, lo cual salpimenta con una promoción de un indigenismo (también seudo histórico), de lo grandes que fueron las culturas precolombinas, etc., acompañado de un deprecio a lo hispano (será porque él es semita), todo lo cual me parece sorprendente en alguien que obviamente es muy culto en unos temas, pero que deja mucho que desear en otros, o como me ha parecido en estos casos, tiene una actitud mercenaria-demagógica, pues da a cada audiencia lo que quiere escuchar, y desafortunadamente al pueblo mexicano le han enseñado que no hay nada digno en la España virreinal, la Nueva España, y que todo lo indígena es sinónimo de bueno y elevado; esta visión, por supuesto, es maniquea, pues no todos los españoles que vinieron a América fueron malos, ni todo lo indígena es elevado, y a la vista de las cifras y los argumentos reales, vemos que sacar el cuento del “robo de la plata por parte de los epañoles” es una burla a la luz de lo que sucede hoy, y yo jamás he escuchado que el Dr. Jalife (y virtualmente a ningún político o partido político) haya denunciado a las mineras canadienses que en 3 años se roban más de lo que a él le parece indignante respecto a la extracción española virreinal en sus provincias de ultramar. Finalmente también me parece destacable la actitud de López Obrador (AMLO) en este tema, pues teniendo como característica un discurso incendiario y violento contra aquellos a quienes él considera sus opositores o sus enemigos, en el tema de las minas mexicanas y Canadá se muestra excesivamente amable y apacible, incluso en uno de sus discursos “contra” Trump, menciona a Canadá (a los 12 min. y 55 segundos), tibia, rápida y tímidamente, pidiendo intercambiar más (aún más) concesiones con Canadá en materia minera a cambio de empleos de piscadores para los mexicanos, pero, en primer lugar, ¿por qué dejarles este pastel, riquísimo pastel, a los extranjeros?, ¡es absurdo!, ¿todo lo que merecemos es un intercambio de nuestra riqueza de oro, plata, petróleo, agua, etc., a cambio de migajas?,  ¿de empleos subpagados y menospreciados en EEUU y Canadá?, y ya ni eso, porque ambos países se dan el lujo de desdeñarnos a pesar de que nos han robado tanto por tanto tiempo (¡y el hipócrita Trump diciendo que los mexicanos se han aprovechado de los gringos!).
Las mineras de Canadá han pisoteado a México

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