martes, 26 de septiembre de 2017

La diplomacia vaticana de Francisco y Parolín: funcional a la tiranía castrocomunista del NOM en Venezuela

Como se pide

La diplomacia vaticana de Francisco y Parolín: funcional a la tiranía castrocomunista del NOM  en Venezuela

En la primera semana de septiembre del corriente el Profesor Dr. Carlos Augusto Casanova Guerra (51), católico venezolano exiliado en Chile con su mujer y cinco hijos, visitó Buenos Aires para participar de un Congreso de Filosofía del Derecho en la Universidad Católica Argentina. Tiene una fecunda trayectoria académica en Venezuela, Estados Unidos, Liechtenstein y en Chile. Ha publicado 8 libros  y numerosos artículos. https://onepeterfive.com/author/cguerra/. Luego de firmar la carta que 45 teólogos dirigieron al Papa Francisco en línea con las dubia de cuatro cardenales  sobre el escándalo de los errores de Amoris Laeticia, fue “misericordeado” perdiendo su cátedra en una universidad chilena.
  Tuve el gusto de conocerlo personalmente y de conversar sobre la dramática y dolorosa situación de la Venezuela contemporánea. A continuación sigue una síntesis de su testimonio, análisis y críticas.
 

Rómulo Betancourt (1908-1981), ex miembro del partido comunista venezolano, era un político de izquierdas cuando asumió como Presidente de Venezuela en 1959. Entonces su amigo, el historiador y publicista Mariano Picón Salas, lo persuadió que un gobierno de orientación marxista era una locura para Venezuela. La desilución de los revolucionarios comunistas venezolanos y cubanos fue mayúscula. Por lo cual redoblaron la apuesta y decidieron desembarcar en Venezuela. Betancourt y el ejército los aplastaron. Fidel Castro y sus aliados comunistas continentales juraron venganza. El camino elegido fue la estrategia sin tiempo típica del comunismo: la infiltración de las instituciones de estado.

 

Entre los años 1960 y finales de los 90 Venezuela progresó desde un punto de vista económico y social. La falta de renovación polítca, el desgaste y la corrupción de la partidocracia liberal-socialdemócrata favorecieron el ascenso de un militar de izquierdas como Hugo Chávez Frías (su hermano y mentor ideológico era un conocido profesor comunista). Detrás de una fachada nacionalista de izquierdas, de una retórica antiimperialista y de un estilo demagógico y populista, la influencia política de Chavez Frías creció, hasta llegar a la Presidencia de Venezuela. Luego de diversos avatares, Chávez logró consolidar su “Revolución socialista Bolivariana”, régimen de progresivo control totalitario, con el respaldo ideológico del Foro de San Pablo y la ayuda del régimen cubano, cuyos agentes cooptaron y manejan hasta hoy el aparato del estado venezolano, a cambio de abundantes petrodólares que van directamente a La Habana a sostener su misérrima economía, y a financiar la “marea rosa” latinoamericana (Morales, Correa, Lula, Kirchner, etc). Todo esto con el consentimiento tácito de las democracias liberales del Nuevo Orden Mundial, el cual como bien se ha dicho, opera el equilibrio de un sistema global de explotación, usura, alienación cultural y demográfica de cuño totalitario, cual un ciclista, es decir, presionando a derechas y a izquierdas en las bandas del sistema.

  (Recordemos, a modo de ejemplo de la naturaleza dialéctica intrínseca del sistema democrático mundialista dominante, cómo cuando en 1989 cayó el muro de Berlín, liquándose el poder comunista soviético, en “Occidente” se alimentó con recursos y operaciones encubiertas de todo orden un nuevo polo dialéctico : el narco-terrorismo en America Latina. En el Sudoeste Asiático y en Medio Oriente, el fantasma del terrorismo islámico).

  Muerto Chávez en La Habana en marzo del 2013, hoy en Venezuela se asiste al desguase del país con vistas al reparto de sus inmensas riquezas y reservas de petróleo, oro y otros codiciados minerales, por parte de los Estados Unidos, China, et al. y la usura internacional, que medran en el caos).


Venezuela bajo la tiranía del regimen castro-comunista  que encabeza el agente cubano de origen colombiano Nicolás Maduro está literalmente devastada: el aparato productivo agroindustrial destruído, el pueblo con hambre, la deuda externa por las nubes para benefico de la usura internacional (Goldman Sachs), una gravísima crisis demográfica consecuencia de las campañas de esterilización ‒conforme las instrucciones del Memorandum 200 de Henry Kissinger‒ y de la fuga de más de tres millones de venezolanos de clase media ‒los más capacitados profesionalmente‒ exiliados en Colombia, Estados Unidos , Chile, Brasil, Ecuador, la Argentina etc. Los derechos humanos pisoteados: según el Profesor Casanova Guerra, en lo que va del régimen chavista ‒casi 20 años‒ se han producido más de 400.000 asesinatos a manos de las fuerzas parapoliciales del gobierno y de los “revolucionarios de baja intensidad” (Foucault), delincuentes comunes liberados y respaldados por el chavismo.

  En este contexto, el pueblo desarmado ha resistido manifestándose valientemente en las calles y poniendo en evidencia la ilegitimidad del régimen, a pesar de la infiltración chavista de la oposición: los Borges y Caprile, por ejemplo, son traidores funcionales a la tiranía de Maduro y Diosdado Cabello. No así los encarcelados Leopoldo López (41) y Antonio Ledesma, alcalde de Caracas.

  Sin embargo, en momentos en que el régimen tambalea, los demócratas globalistas salen al rescate de régimen con “mesas de diálogo”. Y la diplomacia vaticana de Francisco y su Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolín ‒bomberos al servicio del Nuevo Orden Mundial‒, está desempeñando un papel vergonzoso. El Cardenal Parolín dijo recientemente en una entrevista publicada por Vatican Insider el 3 de agosto del 2017, que la diplomacia de la Santa Sede es una diplomacia de “paz”, sin “intereses de poder, político, económico o ideológico”. Es “proactiva, no tanto reactiva”. En relación con Venezuela, agregó que lo importante es tener en cuenta “las condiciones de la población y el bien común, que deben antemponerse a cualquier otra cosa”. Parolín, carente de todo realismo, obligaba a la oposición a negociar e ir a elecciones. Y ahora a aceptar una Asamblea Constituyente del todo ilegítima.

  Ya en el 2014, mientras los obispos venezolanos, solidarizándose con el pueblo oprimido, denunciaban que régimen de Nicolás Maduro llevaba el país al totalitarismo, el Nuncio Apostólico de la Santa Sede, Monseñor Aldo Giordano, afirmó que el gobierno estaba buscando “el bien común” , que “cualquier uso de la fuerza es ilegítimo y que el diálogo es siempre un deber moral”.

  Entonces, el Dr. Carlos Casanova Guerra se pregunta con realismo:

  “¿No saben Francisco, Parolín y el Nuncio que “un movimiento totalitario como el comunismo no busca el bien común, que los totalitarismos no negocian, excepto cuando se sienten débiles y sólo con la esperanza de ganar tiempo para hacerse fuertes y suprimir al oponente, que para ellos es siempre un enemigo?. ¿No saben que la compañía Smartmatic, responsable del control del sistema electrónico del escrutinio, reconoció fraude?” Y agrega: “Si el Vaticano no quiere inmiscuirse en derrocar una tiranía totalitaria, ¿no debería al menos mantenerse al margen y simplemente hacer lo posible por proteger de la manera más efectiva posible los derechos de todos y especialmente de los cristianos?” “ No es acaso el régimen chavista el único que viola los derechos humanos y que está llevando adelante un verdadero genocidio?” “Cómo puede equipara a un pueblo oprimido, desesperado y desarmado manifestándose en las calles con un régimen opresor y represor armado hasta los dientes?”

  Mirando un poco más allá, en Colombia, el profesor Casanova Guerra vuelve a preguntar: “¿cómo puede el Papa Francisco salir a garantizar acuerdos de paz con las FARC, una organización narco-terrorista comunista activa abastecida por Venezuela, Cuba, diversos traficantes y aún colaboradores de la CIA,* cuando el pueblo colombiano los rechazó mediante un referendum cuya validez fue ratificada el 5 de agosto de 2017 por el Consejo de Estado de Colombia?”

  Finalmente, católico fiel defraudado por la errada política vaticana, Casanova Guerra dice casi clamando transido de dolor por el estado de su patria:

  “No deseo ver a futuros historiadores sostener que un papa ayudó a que el régimen totalitario chavista consumara un genocidio. El Papa Francisco y su Secretario de Estado Parolín deben rectificar urgentemente el curso de la diplomacia vaticana en Venezuela y en Colombia so pena de ser coresponsables del latrocinio y los crímenes de lesa humanidad de un régimen negador de la paz y el bien común del pueblo católico venezolano”.
 
Luis Alvarez Primo

Bella Vista, 16 de septiembre de 2017

Festividad de San Cornelio y San Cipriano

*(El Tiempo, 25/01/2004, Germán Castro Caycedo http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1541567)