domingo, 29 de octubre de 2017

HACIA OTRA DÉCADA INFAME

martes, 24 de octubre de 2017

HACIA OTRA DÉCADA INFAME





 El gatopardismo de "cambiemos" para que nada cambie


  Por: Xavier de Bouillon


Luego de la "década perdida" por el nacional- populismo de la izquierda kirchnerista, todo parece indicar que se viene una versión aggiornada de lo que fuera entre nosotros la Década Infame. Al menos eso parece significar el triunfo de "Cambiemos": cipayismo y colonialismo cultural, tolerancia con la ideología de género y la dictadura del relativismo, mayor endeudamiento externo, sometimiento a los dictados del FMI, alianza con EE.UU- Gran Bretaña- Israel, destrucción de las PYMES, desempleo, inflación, alta presión tributaria, peligrosa flexibilización laboral, mayor concentración económica, restauración de la línea Mayo- Caseros, pérdida del poder adquisitivo del salario, continuidad en lo que hace a la nefasta política de DD.HH y a la situación de los prisioneros de guerra, entre tantas otras cosas. 

Muchos votaron al macrismo por odio visceral al kirchnerismo. Pero no se puede combatir el mal con otro mal. 

Que ni siquiera es menor. Cualquiera que conozca la historia argentina y que sepa que la "grieta" tiene por lo menos cinco siglos (desde que Hernandarias se enfrentara a los contrabandistas porteños), que las potencias anglosajonas han sido nuestro enemigo histórico (como que tienen ocupado parte de nuestro territorio y balcanizaron Hispanoamérica), que la deuda externa ha sido desde Rivadavia un instrumento de dominación, que de los partidos "democráticos y liberales" ha surgido el laicismo militante y masónico (basta recordar el conflicto del Partido Unitario con la Iglesia, el liberalismo católico de la Constitución del 53 o el anticlericalismo roquista), cualquiera que sepa el drama de las Dos Argentinas sabrá tener "olfato" para ver en el macrismo un modelo economicista, funcional a la oligarquía (corrupción de la sana aristocracia hispano- criolla) y al Imperialismo Internacional del Dinero. 
Macri es el símbolo más acabado del "medio pelo" argentino, ignorante de nuestras raíces, desconectado del pueblo y sus tradiciones (al cual en el fondo desprecia, siguiendo las enseñanzas alberdianas y sarmientinas) y embelesado con los "espejitos de colores" del Primer Mundo. Nada que tenga sabor a Cultura Católica, a Patria, a Hispanidad y Latinidad, a Soberanía Política, a Independencia Económica, a Justicia Social, a Federalismo y a República en sentido clásico. 
Esto no es más que el regreso de los "perduelis", de las "relaciones carnales" con el Enemigo histórico, la continuidad del capitalismo prebendario y de la oligarquía financiera internacional, la sumisión al Nuevo Orden Mundial "por derecha", la política gatopardista de "Cambiemos" para que nada cambie. En síntesis, la pequeña Argentina colonial en vez de la Patria Grande argentina e hispanoamericana. Más allá de los hombres de bien que se sumaron a esta alianza creyendo que se podía hacer con la misma una patriada y a quienes no juzgamos. Pero se equivocan esos "nacionalistas PRO" cegados por el antikirchnerismo como yerran los "nacionalistas K", que confunden el modelo Nac&Pop con el verdadero Movimiento Nacional, católico, hispanista, humanista y federal. Mientras no salgamos de la dialéctica oligarquía vs populismo o del falso esquema derecha vs izquierda, no podremos reconstruir la Grande Argentina edificada por encima de las diferencias de clase, de partido o de sector. 
Pero vale la pena seguir peleando por la Patria de todos, según aquello del Padre Castellani: "No se nos pide vencer sino no ser vencidos".