“Por sus frutos los conoceréis”, San Mateo 7- 16.
¿Débiles o asesinos?
El
obispo de Bariloche, Monseñor Juan José Chaparro, declaró: “El RAM no
sé qué entidad tiene. Se está armando un enemigo. Yo no conozco su
existencia”, lastima que el matrimonio Werner Luchsinger y Vivianne
Mackay, incendiado en Chile junto a su propiedad, no puedan aclararle a
Monseñor quienes son los RAM, acusados de más de setenta atentados en
Argentina y hechos mucho más graves en Chile. Según él Su Santidad esta
al tanto del conflicto Mapuche. Cosa que dudamos. ¿Está al tanto del
reclamo territorial contra la soberanía Argentina en Argentina, en el
cual estuvo involucrado violando el artículo 119 de la Constitución
Nacional Santiago Maldonado? ¿Están informados tanto su Santidad como
Monseñor, del asesinato de un policía neuquino hace dos años? ¿Están al
tanto que Facundo Jones Huala, autoproclamado líder de la RAM, declaró
públicamente que tomarían territorio argentino por la violencia?
Que
se debe proteger a los débiles como afirman Su Santidad y Monseñor,
estamos de acuerdo, pero aquí los débiles son las víctimas de sus
atentados y además proteger a los débiles no implica proteger a asesinos
en desmedro de sus víctimas y de la Soberanía Nacional.
¿Mapuches?
Por
empezar cumplo en informarles a ambos que al parecer ignoran que el
nombre Mapuche se creo entre 1902 y 1904, nadie lo había mencionado
antes, ni el Padre Thomas Falkner S.J. en su obra “Acerca de los
Patagones” (1778), ni Estanislao Zeballos, quizá quien más vio a los
Araucanos en Argentina, lo mismo que los misioneros que intentaron
convertirlos, tampoco el Comandante Prado en su “Guerra al Malón”, ni
José Hernández en su Martín Fierro. ¿Cómo surgió entonces el nombre
mapuche?
Casualmente en 1902 se había firmado recientemente el
Tratado de Límites entre Argentina y Chile. Este último estado siempre
ambicionó los territorios patagónicos. Es llamativo que esta nueva
denominación que implicaba un avance sobre nuestra soberanía y
beneficiaba a Chile en aquel tiempo, se creara en aquellas
circunstancias por las ambiciones de otro estado, pero se explota ahora
al servicio de una ideología materialista y violenta, que nada tienen
que ver con la Fe de nuestra Iglesia.
La Invasión
Nos
cuentan los autores mencionados, la tragedia vivida por los criollos
argentinos ante la invasión del Malón. Porque ni los ejércitos de Rosas
ni Roca invadieron, sino que se defendieron de la invasión Araucana,
proveniente de Chile. En consecuencia su Santidad y Monseñor Chaparro no
han sido informados que los ahora llamados “mapuches” eran araucanos
chilenos y no originarios de nuestra Patagonia.
La invasión
araucana violenta provino de Chile a partir de 1821, cuando los Boragas
(araucanos, ahora con el nombre nuevo de mapuches) cruzaron la
cordillera perseguidos por los patriotas chilenos, durante la guerra de
la independencia. Esta tribu apoyó a los realistas.
Los Borogas
mataron y exterminaron a nuestros Pampas originarios, denominados así
por el Padre Falkner S.J., que eran distintos racial y culturalmente de
los araucanos Borogas. Estos establecieron sobre los cadáveres de los
Pampas Serranos, y en nuestro territorio, un imperio que denominaron
Chilihue, “Nuevo Chile”.
Así comenzó el único autentico genocidio
que conoce nuestra historia, donde la limpieza étnica incluyo a niños,
mujeres y ancianos.
También en 1821, los HUILLICHES (Araucanos),
comandados por sus caciques Yanqueruz y Carhue, atacaron a los pampas
Huarpes de Mendoza y también los exterminaron, en un acto de genocidio
atroz, a niños, mujeres y ancianos. Luego hicieron retroceder a al
General Huidobro que los enfrentó con los “Auxiliares de los Andes”.
La
invasión araucana no terminó aquí. En 1825 José Miguel Carrera; enemigo
de O’Higgins y de San Martín; comandando otra tribu araucana, atravesó
los Andes y ataco el Fuerte de Salto (Provincia de Buenos Aires),
matando a todos los pobladores.
Todos estos ataques, con excepción
del de Carreras, se hicieron con el apoyo de los guerrilleros realistas
de Pincheira, suboficial que después de la derrota de Maipú, fiel a
Fernando VII siguió combatiendo con guerrillas a las tropas del General
San Martín.
En
1834, el Cacique Huilliche, Cavullcura, cruzó los Andes con 2.000
indios de lanza y exterminó a los caciques boroganos. Después negoció
con los Ranqueles y formo el poderoso imperio de Salinas Grandes, sur de
San Luis, Córdoba, Santa Fe, sudeste de Buenos Aires. Ataco
directamente con el malón, como sus antecesores, a las ciudades
argentinas de dicha región.
Su hijo Cavullcura lanzo la ofensiva
llamada el Malón Grande (1875), que devasto el sur de las provincias
argentinas mencionadas. Ante los miles de muertos, cautivas y robos, el
gobierno nacional debió actuar y en 1879, el General Roca, lanzo la
campaña denominada Conquista del Desierto, frente a las atrocidades
sufridas por nuestros compatriotas que fueron mucho más originarios que
los araucanos, ahora rebautizados políticamente como Mapuches,
Esta
campaña costo menos de 1.500 bajas araucanas, mientras que los
asesinatos genocidas de éstos superaron los diez mil muertos y quizá
mucho más, entre ellos más de mil soldados de los ejércitos bonaerense o
nacional, civiles, cautivas, víctimas de la limpieza étnica araucana.
El
Malón es una creación araucana. Nuestros pampas originarios desmontaban
y combatían a pie con sus boleadoras. El malón carga de lanceros de
caballería, lo trajeron los araucanos de Chile y con esta técnica
vencieron a nuestros Pampas, en batallas sangrientas, entre otras, como
la de Choele Choel o frente a la fortaleza de Bahía Blanca.
Como
vemos la invasión y la guerra del malón, no la iniciaron las tropas
nacionales y de las mencionadas provincias argentinas, sino los
araucanos (ahora rebautizados mapuches).
En consecuencia, los
araucanos, no son pueblos originarios de nuestro territorio, además
invadieron el mismo, cometieron un genocidio con nuestros pueblos
originarios y con nuestros compatriotas ya establecidos antes de su
violenta invasión desde Chile.
Nuevo Terrorismo
Consecuentemente
Monseñor Chaparro, en honor al 8vo Mandamiento, “No levantar falso
testimonio ni mentir”, usted debería informarle a Su Santidad, ya que su
servicio de Inteligencia al parecer no lo hace, que en los últimos dos
años el RAM cometió mas de 77 atentados, tiene atemorizada a la
población pacífica de la región y presiona a los jueces federales,
quienes están aterrorizados frente a ellos.
El tema es más grave,
el entonces director general de la Policía Nacional de Colombia, José
Roberto León Riaño, declaró que Las FARC (Fuerza Armadas Revolucionarias
de Colombia) entrenaron entre 2009 y 2010 a grupos radicales mapuches y
el entonces jefe de estos Raúl Reyes, murió en el bombardeo a un
campamento de la guerrilla en territorio ecuatoriano.
Deben tener
en cuenta tanto Su Santidad como Monseñor Chaparro, que las FARC además
de terroristas marxista leninistas, son la más importante organización
de narcotráfico del mundo.
Creo que no es pasando por alto el 5to
Mandamiento de la Ley de Dios, “No Matar”, como se trabaja por la paz.
Tengamos en cuenta la experiencia de la Teología de la Liberación.
Traición
Si
estos llamados mapuches no son originarios, como queda probado, tienen
no obstante todos los derechos como ciudadanos argentinos, pero deben
tener en cuenta Su Santidad y Monseñor Chaparro, el artículo 119 de la
Constitución Nacional. Recordémoslo, porque es muy claro: “La traición
contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o
en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro…” El RAM existe y
ha incurrido en asesinatos y actos manifiestos de guerra, proclamando
públicamente que quiere tomar por la fuerza de las armas una porción de
nuestro territorio, para establecer otro estado soberano. Roguemos a
Dios que Su Santidad vea la gravedad y las consecuencias trágicas que
pueden darse si se apoya a este grupo.