domingo, 28 de enero de 2018

El “Ciudadano Ilustre”. Por Ariel Corbat



El “Ciudadano Ilustre”. Por Ariel Corbat


¡Qué lindo escuchar el silencio de Putin
 ante las desopilantes críticas de Macri
 hacia mi querida Venezuela!

Diego Armando Maradona
Ciudadano Ilustre de la Provincia de Buenos Aires


En Enero de 2017, publicación en el Boletín Oficial mediante, tuvo lugar una de esas noticias que se comentan en el momento y se olvidan. Se olvidan a pesar de sus consecuencias; que vienen luego a refrescarnos la memoria…

A instancias de los senadores del Frente para la Victoria (FPV), Santiago Carreras y Darío Díaz Pérez, la Legilsatura Bonaerense aprobó la Ley 14.878 que fue promulgada por la Gobernadora María Eugenia Vidal, justo el Día de los Inocentes, 28 de Diciembre de 2016, declarando “Ciudadano Ilustre de la Provincia de Buenos Aires” a Diego Armando Maradona, y considerándolo además “emblema del deporte argentino”.

La existencia de esa ley merece algunas consideraciones respecto a lo que debe considerarse un “Ciudadano Ilustre” y un “emblema del deporte argentino”.
Queda fuera de toda discusión que Diego Maradona ha sido un destacado futbolista, sin duda uno de los más habilidosos que se han visto en un campo de juego; pero lamentablemente no es lo único que se vio de él.
Un buen jugador no es necesariamente un deportista. Jugador y deportista son dos cosas distintas. La condición de buen jugador la otorga el talento para el juego. La condición de deportista, en cambio, depende de la conducta que acompaña ese talento o la voluntad que despierta su falta. Ser deportista implica cosas que van más allá del campo de juego y que poco tienen que ver con la habilidad específica. Es un estilo de vida sano y leal. Maradona, reputado drogadicto, expulsado de la competencia en un Mundial de Fútbol por consumir sustancias prohibidas, no puede ser considerado deportista. Mucho menos “emblema del deporte argentino”. Darle ese título a quien avergonzó escandalosamente al país cuando lo representaba en un campo deportivo, es agraviante para muchos otros que siempre honraron su condición de deportistas al competir por la República Argentina o simplemente ser deportistas argentinos.
Más allá del campo de juego, lo que se conoce de Maradona tampoco lo califica como buen ciudadano, mucho menos para ser considerado “Ciudadano Ilustre”. Un ciudadano es, esencialmente alguien responsable y Maradona no lo es. Tristemente son demasiado conocidas las miserias de su vida privada, en todos los órdenes, como para enlodarnos con su larga enumeración. Y tampoco es justificable que se llame “ciudadano ilustre” a quien apoya abiertamente dictaduras que se pretenden eternas y gobiernos corruptos. Pero claro, esa, es exactamente la razón por la que el kirchnerismo lo hizo “Ciudadano Ilustre”. No podía esperarse otra cosa de los que en 12 años de régimen oprobioso quisieron degradar la ciudadanía a masa embrutecida y repetidora de frases hechas.
Lo inadmisible de todo esto, es la pasividad con que CAMBIEMOS dejó que esa ley se aprobase, porque denostar ese proyecto era parte de la necesaria batalla cultural que debe darse en el país y se viene postergando por tibiezas incomprensibles.
Y así siguen las cosas, con el legalmente declarado “Ciudadano Ilustre de la Provincia de Buenos Aires”, apoyando desde la demencia criminal de Nicolás Maduro a la corrupción del condenado Lula.
Compréndase entonces que no escribo sobre Maradona, redacto un llamado de atención, un parte sobre el estancado frente de la batalla cultural, en el que CAMBIEMOS no se decide a tomar la ofensiva; y si pudieran leer mis labios en este momento verían que estoy repitiendo:
“¡Es la cultura, imbéciles!”
https://plumaderecha.blogspot.com.ar/