miércoles, 21 de marzo de 2018

CABILDO Nº 28 Abril 2003- MIRANDO PASAR LOS HECHOS-DEL CAOS A LA CONTRANATURALEZA

 Publicado por Revista Cabildo Nº28
Mes de Abril de 2003-3era.Época
 CABILDO Nº 28 Abril 2003-
MIRANDO PASAR LOS HECHOS-
 por Víctor Eduardo ORDÓÑEZ-
 DEL CAOS A LA CONTRANATURALEZA

iMOZO!
 POR supuesto y como estaba cantado desde el primer momento, Luisito Barrionuevo zafó; un poco apretado pero continuará en el senado, un cuerpo ya tan desprestigiado que verdaderamente el frustrado candidato a gobernador de Catamarca, con su victoria, no le sumará mayor desdoro: tan digno es uno del otro. Sólo que el episodio sirve para aclarar, por si hiciera falta, la complicidad de los miembros de la partidocracia entre sí y aun contra sí; porque el hecho es que los radicales que solicitaron alguna sanción contra el líder de los gastronómicos devenido legislador procuraron obtener un rédito y esto queda acreditado por el dato que no se pidió su exclusión lisa y llana, como hubiera correspondido, sino que se insinuaron sanciones menores de modo de poder negociar la salida. 


Pero sin duda el justicialismo, obligado por las reglas de su interna, pagó un precio no muy alto y en la medida en que en la Argentina de hoy el desprestigio sea un costo. Porque lo cierto es que para un pueblo escéptico, como en el que nos hemos transformado, nada de esto tiene demasiada importancia si es que tiene alguna. Todos sabíamos que el justicialismo, con sus inescrutables tragaderas, iba a absorver este y cuantos más escándalos fueron o sobrevengan, desde Palito Ortega para atrás y para adelante. A propósito, Barrionuevo, siguiendo el ejemplo de sumencionado ex colega también llorisqueó ante cámaras. Al verlo en tan triste papel, los espectadores coincidieron en que es mejor que el senador vuelva a trasigar platos y bandejas (si es que alguna vez lo hizo).

PATRICIA VA
López Murphy se alió en la Capital con Patricia Bulrich lo que en rigor no es sorprendente porque la ex montonera y ex ministro de De la Rúa ha tiempo que hizo de la promiscuidad un arma de trabajo, estrictamente la única. La cuestión consiste en no quedarse sin el mismo y para eso -para vivir sin trabajar y para figurar- está dispuesta a hacer lo que venga, cual inmigrante trepadora. Aunque hay que reconocer que no está dispuesta a renunciar del todo a sus viejos principios y así por ejemplo, figura en su haber -aunque ella preferiría que la cosa se olvidara- tiene presentado un proyecto en la Cámara de Diputados (no recordamos con qué bandera) de despenalización del aborto y otro de legalización de las uniones de homosexuales. Ricardo López, su más reciente socio, esto lo sabe pero -católico práctico y hombre de orden- prefiere disimularlo. Al fin y al cabo, es un liberal en todas sus manifestaciones y amistades. Ahora bien ¿qué se aporta el uno al otro? ¿Cuáles son los términos de un contrato que se disolverá a fecha cierta?
La campaña electoral, mientra tanto, continúa cansina, aburrida, sin que nadie aporte proyectos concretos, sin que nadie despierte confianza ni menos aun entusiasmo en una sociedad alertagada por una dirigencia fracasada. Como todo sigue igual, se invierten enormes sumas sin rendir cuentas de su monto ni proveniencia. Se mienten las cifras de concurrencia a los actos montando una apariencia de calor popular cuando se trata de aparatos bien aceitados que pagan para conseguir asistentes, aburridos e incrédulos que se alquilan al mejor postor. Esta es la democracia argentina, una caricatura de la teórica que en los papeles aparece más risueña. Pero es igualmente una deformación. Por lo que podemos decir que lo que está ocurriendo entre nosotros es la democracia auténtica según los partidos. No es la peor, es la única.

¡AY DE TI, BUENOS AIRES!
Los partidos argentinos se caracterizan por dos rasgos comunes a todos ellos: su inclinación a elegir a los peores y su total ausencia de programas viables y creibles. Los ejemplos se precipitan cruelmente a medida que se acercan las  elecciones.   Un  notorio pomócrata como Gerardo Sofovich -que apenas si ha dejado atrás su paso por la administración del canal estatal de TV, con su inevitable secuela judicial y su habitual sobreseimiento- se presentará como candidato a jefe de la ciudad de Buenos Aires promovido por Menem. Cuestión de amistad, se dirá o, mejor, de complicidad y de participación en esas noches interminables de pizza y champagne ¿Están obligados los porteños a soportar a un personaje que, aparte de saber hacer negocios y negociados y de diseñar los éxitos más torpes de la televisión, no tiene ningún antecedente para gobernar la ciudad más importante del país? Otro caso es la aspiración, hasta ahora adormilada del actor Artaza, también personaje de la noche y de la procacidad, aspiración para algo, para lo que sea. Otra improvisada es la mencionada Bulrich cuyo interés por la Capital Federal es de muy reciente data y ciertamente no garantiza la mínima idoneidad. De Macri, otro aspirante a intendente del puerto, no se puede decir nada diferente. Hombre del imperio que fundó su padre viene beneficiándose sin interrupción-con la protección del poder. Su sector fue el único exceptuado de la feroz política libertaria de Cavallo y, caído éste, consiguió -mediante una descarada presión pública- que el Estado se volviera a hacer cargo de la deuda privada de los empresarios aventureros y fraudulentos como los de la dinastía del candidato; que, para no desentonar, fue uno de los primeros empresarios en trasladar sus fábricas a Brasil en procura de ventajas que aquí ya no podría conseguir. Además fue otro protegido de la justicia (¿) argentina cuando Marquevitch le disimuló un desliz de u$s ocho millones por comprobada evasión impositiva.
Esta selección al revés no solo ilegitima al acto eleccionario sino que perjudicará a la Argentina que sigue siendo víctima de un-ritual perverso, de una vaciedad hipócrita.

EL TIGRE DE LA CASA BLANCA
Menem a la hora de prometer no se anda con chiquitas. Dijo que iba a construir 10.000 kms. de caminos, 500.000 casas y, por si fuera poco, ¡las complejísimas obras del río Bermejo! Como todo en él, es una propuesta improvisada y engañosa, destinada, por supuesto, a no ser cumplida. En su afán de sumar y ante las perspectivas un tanto sombrías que le pintan las encuestas, se manifestó dispuesto a nombrar a su hoy por hoy rival López Murphy ministro de economía. Esto tampoco se hará; se trata de una maniobra para quitarle clientela al candidato ortodoxo liberal y que, por su supuesta idoneidad técnica, merece más la confianza de Estados Unidos que el ex presidente. Que es demasiado corrupto aun para las prácticas del "gran país del norte".

SENSUALIDAD ELECTORAL
Lo que se le oculta a la gente es que en los comicios del 27 se juega, como pocas veces antes, mucho; pero lo terrible-es que gane quien gane las consecuencias serán las mismas. Porque la oferta electoral es no sólo limitada sino apenas diferenciada más allá de la retórica discursiva. Los candidatos no puede superar una situación dual que entre nosotros no se suele dar y es que, ausente el personaje carismático que convoca y al que todo se le perdona, ninguno de los vociferantes pretendientes que empezaron a animarse a volver a la calle -bien que resguardados por fornidos guardias de corp- presenta el atractivo suficiente para ganar. Irracionales como son estas consultas populares, en un momento dado comienzan a pesar la imagen bien lograda, la frase impactante, el bocadillo pegadizo. De todo esto se benefició, para mal de los argentinos, De la Rúa, como se recuerda. Peros somos así, de flaca memoria, un poco sentimentales y bastante frivolos por lo que seguimos inclinándonos por esos impactos que, como un caledescopio alucinante, nos sumerge en un alegre desconcierto del que después algunos se arrepienten. Lo cierto es que el gobierno venidero será el más débil del ciclo democrático abierto en 1983 (exceptuando el postrer tramo del De la Rúa que se cayó precisamente por quebradizo) no podrá ejercer un poder integral, continuado ni coherente. Sin apoyo legislativo ni suficiente consenso social, sin programas claros ni objetivos confesados estará obligado a consensuar todo con sus adversarios e, incluso, con sus aliados; consensuar que quiere decir simplemente negociar, vender, comprar, intercambiar. Así es la democracia, no realista sino pragmática, no prudente sino acomodaticia. Nuestros políticos esto lo saben hacer muy bien no por vocación de bien común sino por sensualidad.

LO CUBRÍA CON SU MANTO
La siempre disponible jueza Servini de Cubría les sacó en tiempo récord una resolución muñequeada por el jefe de la SIDE, • Toma para postergar las elecciones en la Capital. El actual alcalde Ibarra se le rebeló y reiteró la fecha consiguiendo el apoyo de una alzada menos complaciente.
 Un desaire más que sufre la magistrada -cuyo desprestigio, al servicio de Menem, ya es comparable con el de los miembros de la Corte- pero que queda borrado con el espectáculo de esta democracia cargada de vueltas, tramoyas y truculencias de diverso calibre; que van desde las trampas recíprocas intentadas en la interna radical hasta la supresión lisa y llana de las justicialistas, desde las toscas indignaciones de Barrionuevo hasta los traspasos imprevistos de uno al campo rival según vea y sopese las posibilidades; es el caso del fiero Dante Gullo que abandonó a la Garrió en busca de perspectivas más saludables ya que, abandonadas las armas sólo le quedan los votos y éstos le son pocos. En un panorama como éste los intecambios, las alianzas y las rupturas están a la orden del día y nada puede extrañar. Los virtuosos de ayer son los malvados de hoy sin perjuicio de recuperar sus méritos a la luz de le próxima encuesta. Con práctica; así y Con hombres (o mujeres) as el porvenir no permite el mínimo optimismo. Porque una vez alcanzado el poder las cuentas habran que pagarlas. Como nadie se propone nada serio estas facturas podrán ser satisfechas con dinero público o privado,  con aporte presupuestarios, con subsidios escondidos o con silencios y complicidades, que todo es buen precio cuando el hambre arrecia y los escrúpulos se disuelven en el aire. Lo peor y lo más sintomático de la realidad de los partidos es que detrás de ellos no hay nada orgánico ni genuino ni vivo.
De ahí su incapacidad de representación y de comunicación, su endeblez y su artificiosidad, de ahí también la razón de fondo de sus fracasos sean liberales o progresistas. Y de ahí asimismo que todos se parezcan tanto entre sí.»