lunes, 19 de marzo de 2018

Excelencias Reverendísimas

Buenos Aires, 13 de Marzo del  2018

Excelencias Reverendísimas

Acuciado por la preocupación de ver a los abortistas avanzar en su criminal tentativa de imponer el aborto en la argentina, habilitando legalmente la comisión de ese crimen nefando, me veo obligado a escribir esta Carta Abierta que quisiera ser una llamado a la conciencia de VVEE.
Me parece por demás necesario hacerlo en vista de que desde que el Presidente Macri convocó a un ilícito "debate" sobre la legalización del aborto, para ser cometido aún con mayor facilidad que la que ya le otorgó el art. 86 del Código Penal, aprobado por ley 11.179 del año 1922, VVEE se han limitado a emitir el 23 de Febrero ppdo. un comunicado que transcribo al final de esta Carta que es contrario a la enseñanza de la Iglesia y gravemente desatinado en tanto y en cuanto coincide con el Presidente en la convocatoria a un "debate" sobre este asunto.


Es contrario a la doctrina de la iglesia porque Ella ha enseñado siempre que el aborto es un crimen contrario a la ley de Dios cuyo quinto Mandamiento ordena "NO MATAR". VVEE saben que existe un consenso mundial de la moral, la ciencia y los Tratados Internacionales de que la vida del hombre comienza en el momento de la concepción (art. 4, inciso 1ro, del Pacto de San José de Costa Rica) que ha sido elevado al rango constitucional por la reforma del año 1994. Sólo de muy mala fe se puede, actualmente, discutir esta afirmación categórica. Luego, aprobar una ley que autorice el aborto es lo mismo que aprobar el asesinato lo cual convierte en apologistas del crimen a quienes propician el aborto y en partícipes necesarios a quienes pudiendo impedirlo, no lo hacen.

La campaña abortista desatada por el Presidente Macri supone que la ley de Dios -en este caso el quinto Mandamiento- puede discutirse y lo que es peor, dejar implícitamente "abierta" la posibilidad de legalizar ese crimen si en el "debate" resultaran "victoriosos" sus promotores.  Con el agravante de que no se estableció regla alguna para el supuesto "debate" que resulta ser, de hecho, una violenta campaña unilateral en la que sólo los abortistas tienen acceso a los grandes medios de comunicación y los defensores de la ley de Dios, ninguno.  Es decir, los antiabortistas están reducidos a la impotencia y la razón principal es que quienes se oponen al aborto son en su casi totalidad católicos y les falta el principio de unidad en la acción que sólo VVEE pueden darles.

El 7 de Marzo hubo un acto frente al Congreso para repudiar el aborto, pero quienes lo convocaron carecían totalmente de autoridad y de seriedad, motivo por el cual fue un fracaso y hasta una burla de la buena causa. No hubo más de 1.000 asistentes y no todos con la suficiente seriedad. Actos como éste son más bien una especie de entrega de los niños por nacer a la muerte, porque parecería probar que quienes los defienden son una minoría insignificante y sin argumentos.  

Sin embargo, al día siguiente, las mujeres abortistas hicieron una marcha gigantesca anunciada y promovida por toda la prensa, en evidente solidaridad con sus inadmisibles propuestas y el furioso entusiasmo con que se pronunciaban no dejaban dudas sobre la inspiración diabólica del evento.  

Sin embargo, VVEE tienen autoridad y argumentos poderosos para realizar una campaña victoriosa contra esta infame intentona. Me limito a indicar algunos de esos argumentos que VVEE no usaron en la insuficientísima y cómplice declaración del 23 de Febrero:

1) En primer lugar recordar que Dios existe y es el Creador de la naturaleza humana a la cual le impuso una ley natural -además de la divina- contra la cual ninguna ley positiva, por mayoritariamente que sea votada, puede tener valor alguno.  VVEE ni siquiera nombran a Dios en el comunicado del  23 de Febrero.

2) Es intrínsecamente ilícito "abrir un debate" sobre el poder de Dios de imponer Su ley a los hombres, en especial, el quinto Mandamiento "No matar". Aunque la totalidad de un pueblo resolviera "derogar" ese Mandamiento y aprobar el aborto esa decisión sería inválida y tan estúpida como querer negar que Dios exista o que si existe, no ha creado al hombre o que si lo creó no  le impuso ley alguna.

El punto 58 del "Syllabus" de Pio IX condena la siguiente proposición: "Las leyes morales no tienen necesidad alguna de sanción divina; ni es tampoco necesario que las leyes humanas se conformen con el derecho natural o reciban de Dios su fuerza obligatoria". Lo mismo enseña Leo XIII cuando dice que "si el juicio sobre la verdad y el bien queda exclusivamente en manos de la razón humana abandonada a sí sola, desaparece toda diferencia entre el bien y el mal" ("Enciclica LIbertas, pto. 12).

3) Removido el alto criterio del poder divino, pasa a dominar la opinión del más fuerte, por depravado que sea, como lo estamos viendo hasta las náuseas en las manifestaciones de las "abortistas", descaradas inmorales que no se detienen ante ninguna impudicia ni blasfemia, y a las decisiones de los políticos corruptos que venden su poder al mejor postor, sin importarles el daño irreparable que le están causando al pueblo, en especial, a las buenas gentes, en todas sus clases sociales.

4) Y si la autoridad de los Papas Pio IX y Leon XIII les parece "anticuada", les recuerdo que el mismo Concilio Vaticano II, que parecería ser la única autoridad que VVEE aceptan, en violación flagrante de la continuidad perpetua de la Iglesia, dice en su Constitución "Gaudium et spes": "No sólo esto. Cuanto atenta contra la vida -homicidios de cualquier clase...aborto..- todas estas prácticas...son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador". (pto. 27)

5) VVEE deberían recordar enfáticamente que quienes promueven la legalización del aborto, como partícipes necesarios de los miles abortos que efectivamente se  practiquen  a continuación, están excomulgados "ipso facto", por aplicación del canon 1398 del Código de la materia y quienes desprecien esa sanción y se atrevan a comulgar, cometen sacrilegio, pecado también gravísimo. Ambos bastan para precipitar en el infierno a quienes osen cometerlos, si es que no se arrepienten, se confiesan, reparan el mal realizado en cuanto puedan y hacen penitencia, cosas todas estas que están muy lejos de la mentalidad de los malvados que ahora se esfuerzan con rabia satánica para imponer el aborto.

6) VVEE, como Obispos que son, deben, de acuerdo al canon 378, ser "insignes por la integridad de la fe, buenas costumbres, piedad, CELO POR LAS ALMAS, sabiduría, prudencia, y virtudes humanas"  entre las cuales se encuentra la de fortaleza, que les haría despreciar todos los peligros y amenazas de los políticos, para cumplir con el deber que tienen de salvar a los cientos de miles de niñitos inocentes que serán asesinados si el aborto es aprobado como ley.

Deberían enfrentar resueltamente al Presidente Macri puesto que ya saben que cuando era Intendente aprobó un  "protocolo" para facilitar el aborto, pergeñado por su ministro de Salud de la Ciudad, Jorge Lemus, cuya la resolución Nro. 1.252/2012 (MSGC), garantiza los abortos en casos de violación hasta la semana 12 de gestación y lo mandó practicar aún en casos que podían asimilarse al infanticidio porque ese plazo estaba claramente excedido.

Igualmente deben combatir a la izquierda y a los poderes mundiales que quieren imponer el aborto como una exigencia global. Sin respeto humano y "sin hacer acepción de personas", como lo hizo Nuestro Señor Jesucristo que murió por nosotros en abierta lucha contra la Sinagoga de Satanás y para mayor claridad dijo: "No tenéis que pensar que yo haya venido a traer la paz a la tierra: no he venido a traer la paz sino la espada." (S. Mateo, 10, 33).

La declaración del 23 de Febrero es un vergonzoso vagido de cabra domesticada y no el rugido del león de Judá, como debe ser cada Obispo imitando a Quien lo fue por excelencia. Si ese rugido no se deja oír, los malos ganarán esta batalla que deberíamos ganar los argentinos de bien, católicos o no, porque es nuestro deber salvar a los inocentes que van a morir si no vencemos.

Si VVEE no encabezan ya mismo la resistencia a esta inicua iniciativa del hipócrita abortista que ostenta la banda presidencial, se les podría aplicar la terrible execración de la Sagrada Escritura que dice así: "Vosotras las bestias todas del campo, todas las fieras de bosque, venid a devorar (el rebaño). Ciegos son todos sus guardianes, ignorantes todos; perros mudos, impotentes para ladrar, dormilones y aficionados a sueños. Y estos perros voraces jamás se ven hartos. Los pastores mismos están faltos de inteligencia: todos van por su camino, cada cual a su propio interés, desde el más alto al más bajo" (Isaías, 56, 9-11).

Ruego a VVE que consideréis este clamor como un angustiado pedido de auxilio y la expresión del derecho que otorga el canon 212 a todos los fieles de manifestar su pensamiento fundado a los Pastores, por duro que sea, a salvo siempre el respeto que como católico guardo por las investiduras de VVEE.

Que Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina y Madre de los niñitos que van a morir si se aprueba el aborto, los ilumine.

Me despido besando vuestros anillos pastorales y rogando vuestra bendición

Cosme Beccar Varela
    
PD: Enviada al correo electrónico de la Conferencia Episcopal, Mons. Oscar Ojea

ANEXO

23/02/2018

Declaración de la Comisión Ejecutiva: Respetuosos de la vida

La vida humana es un don. Esta es una experiencia compartida de muchos hombres y mujeres, sean creyentes o no. Se refleja en el rostro de los padres cuando contemplan por primera vez a sus hijos. El anuncio de la espera de un hijo es una alegría que se comparte con familiares y amigos.

Pero a veces en la historia de otras personas no es así, no es algo deseado, esperado, decidido, aunque en ocasiones en los meses siguientes se redescubre la belleza de esa vida que viene en camino.

Para otros, la concepción de esa vida no fue fruto de un acto de amor, y hasta pudo haber sido consecuencia de una acción de abuso y violencia hacia la mujer.

Allí es cuando surge la pregunta humana y ética sobre qué hacer. En la forma de responder la pregunta se cae muchas veces en plantear un enfrentamiento entre dos personas en situación de vulnerabilidad. Por un lado la mujer, que no decidió ser madre, suele encontrarse en soledad y la mayoría de las veces en un contexto de pobreza;  por otro lado, la vulnerabilidad de la vida humana concebida que no se puede defender. Debiéramos escuchar tanto a las madres embarazadas que sufrieron una terrible violencia sexual, como así también contemplar el derecho a la existencia de los inocentes que no pueden defenderse.

La pregunta humana y ética es: ¿hay que optar por una vida y eliminar a otra?

La eliminación de la vida humana del que no se puede defender instaura el principio de que los más débiles pueden ser eliminados; acepta que unos pueden decidir la muerte de otros. Hace unos años con la sanción de la Ley “Asignación Universal por Hijo”, el Honorable Congreso de la Nación demostró una vez más en su historia republicana un alto grado de sensibilidad humana a favor de la familia y de la vida de los niños y jóvenes más pobres. ¿No se podrá continuar por ese camino legislativo?

La solución o el camino para abordar estas situaciones es la implementación de políticas públicas que:
- Establezcan como prioritaria la educación sexual integral de la ciudadanía, en la que se  fomente y capacite para la decisión libre y responsable de concebir una vida humana. Todos tenemos necesidad y derecho de ser recibidos como hijos.
- Reconozcan la dignidad de la vida humana desde el comienzo de su concepción pasando por todas las etapas de su desarrollo, la dignidad e igualdad de la mujer y el varón, y se implementen acciones tendientes a encarar las causas de la violencia hacia la mujer generando nuevas pautas de conductas basadas en el respeto al otro
- Acompañen, desde lo social, las situaciones de conflicto y atiendan las heridas que quedan por sanar en quienes están atravesando por estas situaciones.

El diálogo democrático

Estamos ante el debate parlamentario de distintos proyectos de ley. Es necesario, que más allá del buen funcionamiento de nuestro sistema republicano en el cual se legisla a través de los representantes del pueblo, se tenga en cuenta que este tema toca profundamente el tejido de nuestra sociedad.
Que este debate nos encuentre preparados para un diálogo sincero y profundo que pueda responder a este drama, escuchar las distintas voces y las legítimas preocupaciones que atraviesan quienes no saben cómo actuar, sin descalificaciones, violencia o agresión.
Junto con todos los hombres y mujeres que descubren la vida como un don, los cristianos también queremos aportar nuestra voz, no para imponer una concepción religiosa sino a partir de nuestras convicciones razonables y humanas.  

Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires, 23 de febrero de 2018