La radical ideología de género reta a las bases científicas de ser varón o mujer, y
durante el proceso, debilita las realidades biológicas socialmente
importantes asociadas con los dos sexos. Promueve la fantasía de que una
persona puede nacer en el cuerpo equivocado y de que las personas
pueden cambiar su sexo mediante hormonas y operaciones quirúrgicas de
mutilación, que amputan o de alguna forma alteran órganos sanos. Crea
confusión acerca de la esencial singularidad de varones y mujeres y de
las relaciones que definen a la familia, que a la vez plantean una seria
amenaza a la salud de las sociedades.
Posiblemente usted esté familiarizado con el término “LGBT” que
significa “lesbiana”, “gay”/”homosexual”, “bisexual” y
“transgénero”/”transexual”. Gran parte del enfoque de los activistas de
derechos LGBT durante las pasadas décadas ha sido avanzar en los
componentes de la “L”, la “G” y la “B” de la agenda LGBT. En muchos
países desarrollados, los activistas han sido exitosos en grandes logros
de su agenda, que oscila desde la legalización del matrimonio del mismo
sexo, hasta la perpetración del mito de que la gente “nace gay u
homosexual”, aun prohibiendo el acceso a psicoterapia comprobada que
podría ayudar a individuos que luchan con atracción no deseada al mismo
sexo.
Con dichos éxitos LGB bajo su control, los activistas de
derechos sexuales ahora se han estado enfocando en el elemento “T” de la
agenda LGBT – la promoción de la ideología de género y leyes y políticas de afirmación transgénero.
Aquéllos defensores de la familia aprendieron algunas duras lecciones de
las pérdidas en las batallas sobre varios elementos de la agenda
homosexual que deben ser aplicados si queremos ser exitosos al proteger a
individuos y a la sociedad de la radical ideología de género. Una de
las lecciones aprendidas, es que necesitamos hacer públicos los hechos
médicos y científicos tan pronto y ampliamente como sea posible, para
contrarrestar la propaganda que proviene de estos activistas.
Al respecto, Family Watch elaboró 16 Facts on Gender Confusion o 16 Hechos Sobre la Confusión de Género para desmentir muchas de las falsas afirmaciones que son hechas sobre la confusión de género.
Y afortunadamente acaba de estar disponible otra excelente herramienta.
Estoy especialmente emocionada por el nuevo libro que acaba de darse a
conocer, escrito por Ryan T. Anderson, Ph.D., titulado “When Harry
Became Sally: Responding to the Transgender Moment” (“Cuando Harry Se
Convirtió en Sally: Respondiendo al Momento Transgénero”). Los lectores
del boletín de noticias de FWI reconocerán a Ryan como el autor de
muchas de las esclarecedoras noticias de opinión que hemos presentado
durante años. Soy afortunada de haber estado en la presentación de su
libro recientemente en Washington, D.C. (Ver abajo el video de su
presentación durante ese evento).
El nuevo libro de Ryan consiste en el análisis más definitivo al
presente, de los orígenes, falsas afirmaciones, inconsistencias,
peligros e implicaciones futuras de la ideología de género. Puede ser leído fácilmente, está bien organizado y contiene exhaustivamente muchas fuentes, con casi 700 notas al pie de página.
Ryan enfatiza la necesidad de dar tratamiento a aquellos quienes
experimentan la disforia de género extrema que es un reconocido
trastorno mental, con respeto, compasión e interés. Ésta ciertamente, es
también la postura de Family Watch. Él deja claro que son estos mismos
individuos quienes están de hecho sufriendo el mayor daño por parte de
la creciente aceptación pública de la ideología de género.
Este es un libro fascinante pero también profundamente alarmante que se
enfoca al medio ambiente social y normativo que permitió algo tan
ilógico y sin rigor científico como la ideología de género, para que
emergiera como la novedad social y médica crecientemente influyente en
que se ha convertido.
De especial interés y preocupación es cómo un mayor número de
reconocidos expertos en los campos médico y mental están permitiendo lo
políticamente correcto para corromper sus posturas profesionales y
normativas. Ryan identifica y analiza algunas de estas posturas
y expone su ilógica y ridícula naturaleza. Al ayudarnos a entender los
orígenes del movimiento transgénero, él nos ha hecho un servicio al
exponer sus debilidades e inconsistencias.
Un capítulo muy útil se enfoca específicamente en demandas de activistas
LGBT y las tácticas que éstos emplean. Ryan identifica la insidiosa
manera que estas tácticas están infectando prácticamente todos los
aspectos de la sociedad, y muestra cómo estos esfuerzos pueden ser
retados y expuestos.
Algunas de las partes más alarmantes de este libro, son las
secciones que ponen una cara humana sobre el daño que está causando la
ideología de género. Un capítulo reseña las historias y
experiencias de individuos quienes intentaron “transitar” al sexo
opuesto y después determinaron que habían cometido un error y
“transitaron” hacia atrás a su sexo biológico.
Tristemente, ya que la ideología de género ha impulsado cada vez más a
las personas que experimentan disforia de género a que se sometan a
tratamientos hormonales transgénero y a otras intervenciones, existen
más y más de estos “arrepentidos” cada año. La suya es una historia
esencial en gran medida sin revelar, acerca de la parte obscura del
movimiento transgénero, pero una que demanda mayor atención del público.
Quizá aun más inquietantes, son las trágicas y dañinas cuestiones que se están cometiendo hacia la niñez por profesionistas médicos y de la salud mental, por educadores y hasta por los padres, quienes han creído en la agenda de la ideología de género. Ryan
habla de los peligros de bloqueadores de pubertad, medicamentos
hormonales del sexo opuesto y las trágicas implicaciones de ignorar
evidencia científica bien documentada acerca de que la vasta mayoría de
niños(as) con confusión de género, dejarán atrás la confusión si se les
permite desarrollarse naturalmente y no son detenidos en su crecimiento
por las insidiosas intervenciones demandadas por activistas transgénero.
Otros capítulos del libro señalan las diferencias biológicas entre varones y mujeres y
el contexto cultural de género, ya que ambos son importantes para
lograr perspectivas necesarias sobre las falacias y peligros de la
ideología de género.
Este libro es especialmente valioso porque también ofrece
recomendaciones concretas, tanto en lo que debe ser una buena política
pública en esta área y para aconsejar a cualquiera que esté interesado
en combatir la difusión de la radical ideología de género. Como dice
Ryan, él cree que muchos norteamericanos “pueden reconocer el momento
transgénero como novedad políticamente correcta construida sobre una
plataforma inestable, y muchos están ya impulsando el regreso. Este
libro intenta dotarlos de conocimiento.”
Este libro es una lectura esencial para cualquiera que esté
involucrado con la ideología de género y con el movimiento transgénero, ya
sean legisladores, miembros de los medios, educadores o miembros de las
familias. Espero que todos ustedes quienes estén interesados sobre la
radical agenda de derechos sexuales y especialmente sobre los
componentes de la ideología de género, utilicen estos recursos y
distribuyan esta información a cualquiera que esté involucrado en
batallas sobre ideología de género o a aquéllos quienes pueden tener a
un miembro de la familia que experimente disforia de género.
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