viernes, 10 de agosto de 2018
Aborto: nada que festejar - Augusto TorchSon
Otra vez nos toca la cada día
más ingrata tarea de ser la voz disonante y manifestar las incómodas verdades
que nadie quiere decir o quiere ver.
No se pretende aquí de ninguna
manera atacar ni cuestionar las buenas intenciones de quienes con sus más
sinceros deseos apoyan la causa provida que consideramos absolutamente errónea
en muchos de sus esenciales postulados. La buena intención no suple la verdad.
Respecto al "vale toda
vida", ya se refirió el Dr. Caponnetto al señalar que no
somos jainístas[1]
por lo que dicho postulado resulta tan abarcativo como inexacto y más teniendo
en cuenta los alcances y los límites que se les pone de hecho al término. Nada
se plantea pues de la terrible realidad de los innumerables crímenes que se cometen
legalmente con la multiabortiva práctica de la fertilización asistida, o las
referidas a los casos de violación, o lo que es peor, a los realizados ante supuestas
violaciones en las que no hace falta denuncia formal sino solamente alegar la
misma.
En ese sentido y con toda su maldad proabortiva, la diputada Donda decía
la verdad en la Cámara de Diputados al acusar de hipócritas a quienes habiendo
votado la fertilización asistida hoy se oponían a la despenalización del
aborto, así como quienes dicen defender las dos vidas pero nada dijeron
respecto al aborto en el caso de violación como si el hijo del violador no
tuviera vida[2].
Se festeja el rechazo a la
despenalización del aborto como un triunfo de la vida, del amor, de la patria,
de la Virgen, de las iglesias evangélicas, de la biología, de las verdaderas
estadísticas, y hasta de la democracia. Creemos sin embargo que sólo este
último caso es el que refleja el verdadero triunfo en esta cuestión.
Quienes hayan tenido
oportunidad de escuchar las exposiciones a favor y en contra del proyecto tanto
de miembros del cada día menos honorable Congreso de la Nación, así como de los
participantes del plenario de las comisiones, deberían entender qué es lo que
realmente subsiste después de esta parodia democrática, y lo que se sacó en
claro es algo para lo cual hubo un consenso casi unánime.
Con una llamativamente grande
cantidad de expositores judaicos en relación a la proporción que representan de
la población, y casi absolutamente manifestando posturas abortistas; lo
realmente grave de los mismos fueron los desvergonzados ataques a la Iglesia
Católica y la exigencia de terminar con todo vestigio de confesionalidad del
Estado. Al requerimiento judaico se plegaron entusiastas, muchos traidores bautizados.
Para no extenderme en cada caso puntual recomiendo mirar las exposiciones de
los siguientes representantes de etnia judaica: Mara Brawer, Daniel Filmus,
Mario Weschler, Carlos Rozanski, Myriam Bregman, Martha Rothemberg, Mario
Pecheny, Leandro Pitlevnik, Debora Plager, Beatriz Mirkin, Aida Kemelmajer,
para dar algunos ejemplos. Todos los videos correspondientes se encuentran en
la página del Congreso de youtube. Igualmente pueden verse declaraciones a los
medios como las de los israelitas Marcos Aguinis, del diputado Lipovetzky,
Alejandro Rozitchner, o de Ernesto Tenembaum, las mismas no sólo apuntando a la
Iglesia, sino que en más de una oportunidad con alguna blasfemia incluida.
Cabe la aclaración que las personas
mencionadas solo son un ínfimo grupo en una grandísima cantidad de expositores
de ese "pueblo elegido", los cuales elegimos por lo representativos
del pensamiento judaico, así como de su ensañamiento en contra de la Iglesia
instituida por el único Dios verdadero contra el cual se rebelaron y al cual
continúan combatiendo.
Uno de los principales logros
del debate fue reforzar la idea de Estado laico, repetido hasta el cansancio
por los expositores judíos y refrendados por los cipayos laicistas goyim. Otro
logro fue el de polarizar en simétricas proporciones bandos antiabortistas como
abortistas, cuando antes, los segundos estaban reducidos a pequeños grupos
marxistoides. Pero el más descollante triunfo conseguido, fue el de lograr que
se acepte casi sin objeciones la idea de la necesidad de la "educación
sexual para no abortar". En esto los provida cada día menos católicos y
los infanticidas lograron un lamentable acuerdo.
La "Educación Sexual
Integral" (ESI) que es ley y que pretende ahora hacerse cumplir coercitivamente,
es abortiva. En la revista de dicho programa "educativo" "para
charlar en familia" que se distribuye en tanto en escuelas, colegios
privados, como en centros asistenciales, se promueve la homosexualidad como
normal y la hipersexualización de los jóvenes y niños (desde los 4 años) de las
formas más grotescas, así como se denigra de la figura paterna; pero además
se promueven métodos abortivos como el DIU y la "píldora del día
después" mintiendo sobre su verdadera acción. Lo que es peor aún, se
"educa" a los jóvenes en su "derecho"
a recibir información y métodos anticonceptivos "incluso si concurren solos"; con lo que se destruye el
derecho de los padres a la formación en cuestiones concernientes a la moral
sexual de sus hijos, vulnerando elementos esenciales de la patria potestad, así
como el tercer principio no negociable para católicos, que mencionaba el Papa
Benedicto XVI que referido a la "Libertad de Enseñanza" sostiene que
"Los padres tienen el derecho y el
deber de educar a sus hijos. Son ellos -no el Estado, ni los empresarios
educativos, ni los profesores- los titulares de ese derecho".
El material, según lo informa
el mismo Ministerio de Educación está basado en la perversa ideología de
género, que es la que promovió el aborto legal, pero que además pervierte el
orden natural así como empuja a la promiscuidad no sólo a los adolescentes sino
a los niños, pretendiendo que por medio de dicha "educación" estos
ejerzan sus derechos a una "sexualidad responsable". Los cada día más
rebeldes y desprejuiciados jóvenes educados con información sin valores,
siguiendo los estímulos de los medios de comunicación masivos, viven sus vidas de
acuerdo a ideales carentes absolutamente de principios, por lo que ridículo
resulta el pretender que los mismos observen una promiscuidad responsable.
Lo que de hecho ya se produce
a través de esta reingeniería social que impone el imperio de la lujuria, es el
aumento desmedido de embarazos juveniles ya que, a los adolescentes, debido a
su propia y natural inmadurez, no se puede pedirle responsabilidad o cuidado en
el ejercicio de las actividades en las cuales las pasiones son las que suelen
dominar aun en adultos. Y al incrementarse los embarazos infanto-juveniles, es
lógico que aumenten los abortos de estos jóvenes formados en el hedonismo en el
cual un hijo es un obstáculo para seguir ejerciendo sus viciosos “derechos”. De
la misma manera, resultado lógico es la proliferación de enfermedades venéreas.
Todo esto provocado por el precoz estímulo a la actividad sexual, y se pretende
curar la enfermedad con los mismos medios que la provocaron. Esto como
verdadero resultado y triunfo de la democracia, de la dictadura de las masas,
manejadas y estupidizadas hasta científicamente. Y así como todas las
perversiones producidas por la democracia, pretenden solucionarse con más
democracia, a la crisis moral de quienes van a ser el futuro de nuestra Nación,
se pretende "ayudarlos" con la libertad para pecar más y mortalmente.
Los católicos hace mucho que
no buscan el bien supremo sino que se concentran en los males menores. Son
miedosos, no se atreven a enfrentar al mal y a sus fautores con una vehemencia
proporcional a los ataques recibidos; responden a las agresiones, blasfemias y
ultrajes con muestras de "respeto y tolerancia" que pretenden conductas
cristianas, cuando en realidad muestran no sólo irenismo sino la más atroz
falta de coherencia en el que debería ser un firme y formal compromiso para dar
el buen combate por los derechos de Dios. El humanismo masónico se infiltró en
las clases acomodadas católicas por medio del pensamiento burgués, y el miedo a
perder el confort llevó a aceptar todas las perversiones modernas como
inevitables, haciéndolos huir de cualquier tipo de enfrentamientos, aunque los
mismos son los que deben realizarse para mayor gloria de Dios, de nuestra
Patria o hasta por el alma de nuestros hijos. El irenismo actual no es producto
del error sino de la cobardía. Se aduce poner la otra mejilla pero no lo hacen
con la suya sino con la que representa el honor de la Iglesia, de nuestras
naciones y familias.
Sincerándonos, la consigna
ahora es “promiscuidad sí, aborto no”. Y es por eso que la gran mayoría
de los católicos, empezando por sus pastores, buscaron hacer un frente común
con todo tipo de herejes en marchas inclusivas y multirepresentativas en las
cuales el único excluido fue Dios. Y no negamos que hubieron honrosas
excepciones, pero nos consta que en las misas y los llamados del clero, se
pedía rezar en las mismas más no en las manifestaciones púbicas para no ofender
a los infieles y respetar la “santa pluralidad democrática”. La mayor
concentración provida del día 4 de agosto fue convocada por la “Alianza
Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina”[3],
y tampoco dudamos que la misma se realizó con mayoría de manifestantes
católicos, pero los protestantes lo hicieron en representación de sus iglesias,
los católicos simplemente como providas. En la inmensa mayoría del catolicismo,
en referido a la cuestión del aborto se puso a la creatura por sobre el
Creador. Se buscó defender la vida omitiendo mencionar al Dador de la misma.
En esta lucha no ya metafísica
sino de pañuelos y de puños levantados al modo comunista pero con diferente
color, lo que quedó absolutamente demostrado, fue la falta de coherencia, de
información y el impulso reactivo movido más por los sentimientos que por la fe
y la razón. Esto puede predicarse en casi idénticas proporciones para ambos
bandos. Pero decimos casi idéntica porque en los infanticidas se mostró más
coherencia, ya que plantearon la lucha con el nivel de agresión adecuado a su
satánica empresa, y así en medio de destrozos hasta de cosas sagradas,
manifestaron su deseo paralelo al aborto de “matar al macho, al hermano, al
novio y al padre”, de alimentarse de fetos, de quemar todo si no salía la ley
satisfaga su sangriento deseo. Del lado católico se buscó en cambio respetar las
satánicas conductas, se dice defender la vida pero se omite llamar asesinos a
quienes quieren suprimirlas, y si tenemos en cuenta que el crimen se propone
masivo, lo correcto es llamarlos genocidas, y si encima está agravado por el
vínculo, corresponde llamar filicidas a los aborteros. Pero para los católicos
no debía plantearse como una “guerra” y hasta la máxima autoridad de la Iglesia
argentina manifestó su satisfacción con el debate considerando al intento de
legalizar esta atrocidad como “saludable ejercicio de la democracia”[4].
Si hay algo que resulta claro
en la historia, es que cada vez que gana la democracia, pierde la Iglesia.
No pretendo que resulten
simpáticas mis palabras y asumo que van a generar no pocos rechazos, sin
embargo invito a que no se crea en mi persona, sino que se investigue la
información que brindo y que se actúe en consecuencia. En muchos casos el error
surge de la falta de correcta formación, pero también puede existir no pocas
veces desidia y apatía. Si permitimos que judíos y masones excluyan a Dios de
nuestras Patrias, si dejamos que la acción evangélica sea recluida al ámbito
exclusivo de las parroquias, si pretendemos salvar los cuerpos sin temer perder
las almas desoyendo las advertencias de Nuestro Señor; poco faltará para que se
nos persiga y se nos cace como a los peores criminales, pero llegado ese
momento, si no supimos ser fieles en lo poco, difícilmente lo seamos en lo
mucho, y como la rana en la olla con agua que se calienta gradualmente, cuando
intentemos reaccionar, ya no vamos a tener ni oportunidad, ni voluntad.
Augusto Espíndola
[1] https://www.ncsanjuanbautista.com.ar/2018/06/repudio-al-aborto-clerical-antonio.html
[2] https://www.youtube.com/watch?v=_Lzjunamdtw
[3] http://www.perfil.com/noticias/politica/organizaciones-pro-vida-marchan-contra-el-proyecto-de-ley-del-aborto.phtml
[4] https://www.lanacion.com.ar/2160675-fue-un-saludable-ejercicio-de-la-democracia-dijo-el-cardenal-poli
Nota de NCSJB: Agregamos
a continuación imágenes para ilustrar lo que piden algunos sectores
provida. Asimismo recomendamos mirar la exposición de la abortista Mara
Brawer en la Cámara de Diputados ya que se refirió detalladamente a esta
cuestión y fue ella una de las que confeccionó el material pervertidor
de adolescentes y niños. Aquí el enlace: Mara Brawer - Debate Aborto
Nacionalismo Católico San Juan Bautista