viernes, 14 de junio de 2019

"OTROSÍ" - Extra del 1 de mayo del 2000 "LAS CONSTANTES DE UN APELLIDO O LA IMAGINACIÓN AL PODER"


 

Significado de la palabra:

OTROSÍ. (Del lat. alterum, otro, y sic, así.) adv. c. Demás de esto, además. Ú. por lo común en lenguaje forense. Il m. Der. Cada una de las peticiones que se ponen después de la principal.

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"OTROSÍ" Nº 19 - Extra del 1 de mayo del 2000 "LAS CONSTANTES DE UN APELLIDO O LA IMAGINACIÓN AL PODER"

"OTROSÍ" - Extra del 1 de mayo del 2000

"LAS CONSTANTES DE UN APELLIDO O LA IMAGINACIÓN AL PODER"

Duras e impecables opiniones sobre los juicios en Córdoba

Es difícil sino imposible explicar y explicarse la actuación, tan inédita como insólita, de la jueza GARZON de Lascano que se considera en aptitud de suprimir la libertad de varios hombres - que, aunque le moleste y la sorprenda, son sus semejantes y compatriotas - aunque sea por un corto tiempo, para que "reflexionen".A esta altura no interesa demasiado saber en qué texto legal se basa ni en qué construcción jurisprudencial se refugia para proceder como lo hizo y como, aparentemente, está dispuesta a seguir. Hoy en todas las esferas del país - aun en las más comprometidas con esa tramposa multivocidad que se llama "derechos humanos" - se entiende que esta suerte de justicia virtual, aparente, farisaica, toscamente arbitraria, terminó en un delirante y patológico manipuleo de seres humanos y de principios básicos.


Si se mira un poco a fondo, más allá del asombro y de la indignación, se comprobará que no es solo el destino de estos desdichados soldados víctimas de la arbitrariedad lo que está en peligro: es el país todo, es la sociedad, es el orden institucional, somos todos y cada uno de nosotros las mismas potenciales víctimas de tanto abuso.

Jueces así y fallos como éstos destruyen no sólo la confianza en el Estado en general y en el poder judicial en especial sino el sentido de seguridad jurídica que debe sostener a los ciudadanos para una convivencia racional.-

Ese es el gran riesgo que encierra este tipo de decisiones judiciales: tanta arbitrariedad, tanto exceso, tanto gusto en remover un pasado del que se sabe no podrá concluirse ninguna sanción penal sino - en todo caso, apenas y forzando los hechos- una de carácter moral, pone en colapso integramente a todo el ordenamiento institucional y aun social argentino.

A partir de aquí todo será posible porque el Estado - por la vía de lo inexplicable e injusttificable - ha roto sus propios límites de contención, ha avanzado sobre la sociedad y comenzó a construir un derecho marginal, paralelo, de facto, que nadie - o muy pocos, los iniciados - conoce, un derecho que puede variar, adaptarse, distorsionarse según las inclinaciones y necesidades de su ejecutor (o ejecutora).

Es decir, un derecho que es, en realidad, su opuesto y su negación, si se prefiere seguir con la idea de lo que hasta hace poco se llamaba "derecho justo". Pues bien, toda esa tradición, toda esa riqueza acumulada -por supuesto, con sus puntos oscuros, marchas y contramarchas, sus adquisiciones y sus pérdidas- está a punto de ser echado por la borda.

De prosperar o de repetirse comportamientos como los de Córdoba el país quedará a merced de los devaneos temperamentales, del ansia de vedetismo de cuanto personaje se empeñe en saltar a la luz pública a cualquier precio, estará sujeto a las inspiraciones ideológicas, a los títeres que se dejan manejar desde las sombras, a los impulsos de quienes no sólo no acatan las leyes sino que las modifican e interpretan en función de motivaciones que conservan "in péctore".

En fin, un desastre se aproxima o se anuncia desde la adopción de medidas como éstas en las que se castiga a quienes ejercen un derecho constitucional que, por lo demás, es rigurosamente respetado para los auténticos delincuentes, comunes o subversivos.

Más irritativo aun es, aparte de la injusticia en sí, la hipócrita razón invocada para justificar la detención, una invitación a reflexionar; si hasta suena a burla. Pero no es una burla, es una afrenta no sólo a los perjudicados sino al sentido común.

¿Porqué suponer que los militares citados necesitaban de ese plazo para mejor pensar su resolución de no declarar? ¿No hay aquí una especial - aunque no muy refinada - perversidad, una voluntad de persecución, un deseo de mortificación, una vocación de ensañamiento?

¿No está la señora GARZON de Lascano en condiciones de abandonar su puesto y de ser sometida a un juicio político por "exceso de subjetividad" y de "hipersensibilidad constitucional" al obligar a sus presos a reflexionar sobre la actitud que deben adoptar en los juicios que se les sigue?.-

Hablamos en serio. Hablemos en serio. El Estado de Derecho, que tanto se pregona y en el que tanto se confía, ha empezado a resquebrajarse o, mejor dicho, ha acelerado su ruina con magistrados como ésta y algunos más que, aparentemente, han decidido ponerse al frente de un movimiento izquierdista que sea simultáneamente "políticamente correcto"; porque perseguir, humillar, practicar actos improcedentes que bordean lo vesánico es, a su criterio, lo que corresponde para satisfacer a la nueva ortodoxia que reclama justamente eso: hacer del derecho un medio para otra cosa y no un fin en sí mismo como debiera, un instrumento no ya para castigar delitos ciertos o no sino para atender vindictas bajo la inspiración de ideólogos y estrategas que, cerrados los caminos racionales y jurídicos intentados antes, han hallado en esta insólita búsqueda de "la verdad histórica" una última posibilidad para satisfacerse.-

Temblemos ante estos jueces devenidos historiadores que empeñan sus esfuerzos en objetivos por completo fuera de su competencia jurisdiccional y de su esfera profesional como es la determinación de lo ocurrido en el pasado y el esclarecimiento de acontecimientos que ya no pueden ser juzgados.

Se han erigido de esta manera en "super jueces" que no reconocen fronteras para su accionar en el tiempo ni en el espacio y pareciera que incluso pueden incursionar en lo más recóndito del alma humana. Y a todo esto ¿para qué investigar "la verdad histórica", con qué propósito, con qué resultado, para beneficiar a quien, para castigar a quien?

Sea lo que fuere de lo que se trate en estas tan extrañas causas, bien o mal, todas ellas se encuentran resueltas judicialmente desde hace mucho tiempo ya por prescripción, ya por indulto o amnistía, ya por cosa juzgada. Intentar esta nueva vía significa que se pretende eludir principios fundamentales del derecho (en rigor, los subsistentes después de las reformas procuradas por los humanistas de los derechos humanos), cambiar el frente de ataque para lograr por un flanco lo que no se pudo frontalmente, esto es mediante juicios serios llevados a cabo en tribunales competentes y con mayor seriedad (no siempre serenidad) que la que proporcionan los actuales GARZONES en actividad.

O sea que mediante pronunciamientos como estos que comentamos se ha abierto un nuevo fuero no previsto por nuestras leyes. Esperemos que la aparición de estos pesquisadores del pasado (por falta de utilidad de estas intervenciones judiciales, técnicamente se podría decir que se está ante causas abstractas) no pretendan proyectarse hacia el futuro de modo que estos renovadores magistrados lleguen a indagar en el porvenir de cada uno de nosotros.-
Si de Estados Unidos se ha dicho que es el gobierno de los jueces, de la Argentina a partir del 2000 se puede sospechar que es su tiranía.-

Dr. Víctor Eduardo Ordóñez

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