Por Agustín De Beitia

 

La inminente beatificación de monseñor Enrique Angelelli (1923-1976), que tendrá lugar el próximo sábado en La Rioja, quedará en la memoria como una de las más controversiales de la historia moderna. No sólo porque la actuación del obispo en aquella época merece serios reparos, sino porque el fundamento mismo de su elevación a los altares, es decir, su presunto martirio, es más que dudoso. La inconsistencia de este postulado ha sido tan notoria, y tan refutada desde dentro y fuera de la Iglesia, que cuesta encontrar antecedentes similares.