lunes, 12 de junio de 2017

Periodismo para todos EL REINADO DE SATANÁS EN EL PERIODISMO

Periodismo para todos





EL REINADO DE SATANÁS EN EL PERIODISMO



Hoy se escribe contra todo, se discuten los dogmas más sagrados, los principios más elementales, y se llega hasta querer impedir la defensa de la verdad. No exagero. Nadie dirá que exploto el tema o que digo sencillamente una novedad, cuando afirmo que se insultan por momentos las más caras esperanzas de los cristianos; y cuando nos empeñamos en querer defendernos, se nos pretende imponer como a San Pedro, silencio, para no herir los oídos de los mismos que, en nombre de la libertad, se arrogaron el derecho de discutir nuestros dogmas y hasta vilipendiarlos…


Se agazapan tras las columnas del periódico, espías que exploran la opinión, traidores que acechan el momento oportuno para entregar el orden social en manos de todos los incontrolados, cobardes que huyen de la verdad sin tener ni siquiera la conciencia de la responsabilidad necesaria para confesar errores, indolentes que prefieren traicionar un ideal antes que fatigar la cabeza, y complotados que, cuando no pueden contemporizar con los canallas apelan al recurso del silencio, de la reticencia infidente o la parodia impune…
El puñal de la traición, de la perfidia, de la venganza, de la sevicia, del asalto, antes que el armero, lo puso en el corazón el periodista, con sus ideas sin criterio moral fijo, con sus insolencias contra toda autoridad, con sus paliativos ante las infamias manifiestamente condenables, con sus atenuaciones ante el error vencible, con sus descripciones espeluznantes de los crímenes más nauseabundos, con sus apologías indirectas de la sagacidad usada en los atracos, con su patológica descripción de las delicadezas femeninas ultrajadas, con su conspiración contra la verdad…
El periódico es el vehículo de las ideas. Si éstas son elevadas solidifican el genio de las gentes, maduran el espíritu y acercan la pureza de las costumbres. Pero si las ideas son subversivas, declaramos paladinamente que no hay corruptor más criminal que el periodista. El pistolero mata el cuerpo, el ladrón roba metales, pero el periodista corrompe costumbres. Es el peor enemigo de la sociedad…
El subversor de las gentes usa del pretexto de la ilustración para esconder en el fondo de sus artículos periodísticos, el fin condenable de la perversión. No hay que confundir curiosidad con insensatez, cultura con desvergüenza, información con difamación, encuesta periodística con presión aviesamente interesada, aclaración con negocio de bajo fondo.
Pbro. Virgilio Filippo
El reinado de Satanás, Ed. Tor, Bs. As., 1937, págs. 55 a 58.