jueves, 27 de febrero de 2020

EL CENACULO - PROFECIAS ESCÁTOLOGICAS MARIANAS

PUBLICADO 26-02.2020


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SUPRIMIR A LA LEGIÓN DE CRISTO

viernes, 21 de febrero de 2020

SUPRIMIR A LA LEGIÓN DE CRISTO

El padre Marcial Maciel hace que Theodore McCarrick se parezca el dinosaurio Barney con una mozzetta roja. El fundador de la Legión de Cristo agredió sexualmente a docenas de niños y niñas, hombres y mujeres, que habían sido puestos bajo su cuidado. Tenía al menos cuatro amantes, a quienes mantenía en lujosos apartamentos pagados por la Legión. Engendró varios hijos ilegítimos y dos de ellos también afirman haber sido abusados ​​por su padre.

Por Michael Warren Davis
Un par de años después de su muerte, el Vaticano admitió que Maciel llevó una vida "desprovista de cualquier escrúpulo y auténtico sentido religioso". Era la primera vez que Roma reconocía formalmente los crímenes de Maciel y, sin embargo, la Santa Sede había estado escuchando las acusaciones durante décadas. Maciel disfrutó del favor papal a partir del reinado del papa Pío XII, aunque probablemente no fue hasta finales del pontificado de Juan Pablo II que Roma percibió por primera vez su alboroto. Pero Juan Pablo II desestimó los cargos y siguió colmando a Maciel con elogios.


Benedicto XVI, por otro lado, no estaba convencido de su inocencia. Inmediatamente después de suceder a Juan Pablo, inició una investigación completa de las actividades de la Legión, ordenando a su fundador que se retirara de la vida pública. Maciel se retiró a una comunidad cerrada en Florida, donde vivió con varios de sus discípulos, una de sus amantes y su hija. Pasó sus últimos años descansando junto a su piscina y cuidando su adicción a la morfina. Nunca fue expulsado.

¿Cómo se salió con la suya? Por ahora, sabemos la respuesta muy bien. Maciel poseía esos dos atributos cruciales para convertirse en un exitoso sacerdote depredador: carisma personal y el don para recaudar fondos. Viajó por el mundo recaudando miles de millones de fieles católicos para construir su orden, ocasionalmente enviando grandes "regalos" en efectivo a sus amigos en Roma. Un sacerdote legionario le dijo a Newsweek que Maciel le dio $ 1 millón al entonces monseñor Stanislaw Dziwisz, miembro del séquito de Juan Pablo que se convirtió en arzobispo de Cracovia.

Sin duda, el aliado más valioso de Maciel en el Vaticano fue Angelo Cardinal Sodano, quien se desempeñó como Secretario de Estado del Vaticano y Decano del Colegio de Cardenales. Su Eminencia presentó su renuncia como director del Colegio Sagrado a fines del año pasado, después de que se comprobó que había pasado décadas protegiendo a la Legión. (El papa Francisco aceptó de inmediato, aunque el Vaticano insiste en que renunció debido a su "edad avanzada").
Maciel también estaba respaldado por un pequeño ejército de laicos poderosos. Cuando las acusaciones de mala conducta de Maciel se hicieron públicas, casi todos los "influyentes" católicos en los Estados Unidos, desde George Weigel hasta Mary Ann Glendon, jugaron a su favor. Para mi pesar, el ex editor de Crisis, Deal Hudson, usó nuestras páginas para atacar una revista que informaba sobre las acusaciones, exigiendo que el editor "retirara su artículo falso y se disculpara con el Padre Maciel, los Legionarios de Cristo y los fieles católicos romanos". Y, en la edición de marzo de 2002 en First Things, el padre Richard John Neuhaus elogió a Maciel como "un hombre que combina una fe sin complicaciones, amabilidad gentil, autodisciplina militar y una determinación implacable de hacer lo que cree que Dios lo ha llamado a hacer". Él simplemente no se veía como el tipo de hombre que violaría a los niños, ¿sabes?
Sin embargo, lo era. El hecho de que este hombre que cometió innumerables actos de gran maldad nunca haya sido castigado seriamente por la Santa Sede sigue siendo una mancha oscura en el honor de la Iglesia.
Y esto es solo la punta de ese horrible iceberg. Hace dos meses, la Legión concluyó una investigación interna sobre las perfidia de su propio rango. Hasta ahora, han identificado 33 sacerdotes y 71 seminaristas que se aprovecharon de los niños desde la fundación del instituto. Podemos estar seguros de que esta lista no es exhaustiva, y ni siquiera menciona la cantidad de sacerdotes que se sabe que han tenido relaciones ilícitas con hombres y mujeres adultos.


La Legión solo ha sobrevivido hasta ahora gracias al genio de Maciel por cortejar a los laicos ricos, pero todo ese dinero ahora está atado en demandas. Hace cuatro días, Associated Press publicó una entrevista con una laica llamada Yolanda Martínez, cuyo hijo presuntamente fue víctima de un sacerdote legionario. El niño testificó contra su abusador; La Legión luego ofreció a la familia 15.000 euros para retractarse del testimonio. Sin duda, surgirán más ejemplos de soborno y obstrucción de la justicia antes de que se limpie todo este sórdido desastre.
Claramente, la Legión necesitaba un nuevo comienzo. Y así, a principios de este mes, eligieron al padre John Connor como su nuevo superior general. 
Le deseamos lo mejor, pero parece un ejercicio clásico de futilidad. Cuando el padre Connor fue nombrado director territorial de la Legión para América del Norte en 2014, le dijo al National Catholic Reporter que los nuevos líderes del instituto eran "hombres muy capaces de gobernar que no estaban asociados con el fundador". Hizo hincapié en que "la no asociación con el fundador es un tema muy importante".
Una orden se avergüenza de su propio fundador: ¿puede ser más patético? La Orden de los Frailes Menores tiene a San Francisco de Asís, la Orden de los Predicadores tiene a Santo Domingo de Osma, la Compañía de Jesús tiene a San Ignacio de Loyola, y la Legión de Cristo tiene al Padre Marcial Maciel.

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Las acusaciones contra Maciel comenzaron a salir a la luz en 1997, lo que significa que los Legionarios han estado escandalizando durante 23 de sus 80 años, o una cuarta parte de la existencia del instituto. Y no hay señales de que el escándalo vaya a disminuir pronto. Uno no puede evitar preguntarse cuánto tiempo más puede durar la Legión.
Pero, entonces, ¿por qué deberían continuar?
Desde el principio, la Legión fue criticada por carecer de un carisma: una regla o misión especial. Para establecer una nueva sociedad o instituto religioso, el aspirante a fundador debe demostrar a las autoridades de la Iglesia que su trabajo no puede ser realizado por ninguna orden existente. (Esto también ayuda al Vaticano a garantizar que el peticionario esté actuando por un sincero deber hacia Cristo y su rebaño, que no es solo un megalómano que busca acumular poder y fama dentro de su propio culto a la personalidad).
Cuando la Santa Sede finalmente lanzó una investigación completa sobre la orden, ni siquiera ellos pudieron descubrir qué distingue a la Legión, además de su corrupción institucional masiva, por supuesto. Roma colocó el instituto bajo el control del cardenal Velasio De Paolis, quien débilmente aseguró al Vaticano que "tal vez ya tenía un carisma válido", aunque también informó que los propios legionarios prefieren la frase "patrimonio institucional". No hay patrimonio, sin embargo, sin un pater, y la Legión tiene (con razón) repudiado a su propio padre fundador.
Incluso si "patrimonio" simplemente significa una especie de estilo de vida compartido, eso también parece dudoso. Siguiendo los pasos de Maciel, la Legión siempre ha promovido a sus miembros como jugadores de poder en la Iglesia global. Algunos de estos "sacerdotes mediáticos" son fieles a su vocación, como el padre bloggero Matthew Schneider. Pero, en al menos dos casos notables, estos hombres eventualmente se sintieron llamados a renunciar al sacerdocio y seguir la vida familiar mientras continuaban trabajando en los medios.
Ahora, las razones por las cuales alguien podría optar por abandonar el estado clerical son propias. Eso es entre él, Dios y el Santo Padre. Pero seguramente no es sorprendente que los sacerdotes guapos y articulados que pasan tanto tiempo frente a las cámaras de televisión decidan que prefieren la libertad de un periodista laico ordinario. Se necesita un verdadero santo, como el Venerable Fulton J. Sheen, para resistir las tentaciones de la celebridad; de todos modos, era un televangelista, no un comentarista de noticias para los medios seculares. 
 
Fulton J. Sheen

Fulton J. Sheen

La vida de un pastor y la de un experto son mutuamente excluyentes, y la Legión no hace nada para apoyar a estos hombres en sus vocaciones, alentándolos a pasar tanto tiempo "en el mundo".
El punto es este: incluso si todos los abusadores pudieran ser expulsados ​​y toda la corrupción eliminada, todavía hay un gran vacío espiritual en el centro de la Legión. Ella fue fundada por un hombre que usó su posición para saciar su propia lujuria por sexo, drogas, poder y dinero. Cualquier buen trabajo que la Legión haya hecho fue, al final, simplemente una cortina de humo para la maldad de su fundador; cualquier buen trabajo que podría ser llevado a cabo fácilmente por otras instituciones dentro de la Iglesia: el Opus Dei, o el Instituto Tomista, o literalmente cualquiera, excepto los Legionarios.
Si bien la decisión está finalmente en manos del papa Francisco, sugeriría humildemente que la Legión de Cristo sea suprimida de inmediato. No debería haberse establecido en primer lugar, y el Vaticano tenía razones más que suficientes para disolverlo hace veinte años. Sus muchos buenos sacerdotes no merecen más que las oraciones y la gratitud de los fieles católicos, pero la continua existencia de la Legión como instituto religioso es una vergüenza. Avergüenza a la Iglesia; no tiene otro propósito que recordarle al mundo los crímenes atroces cometidos por el padre Marciel Maciel y sus aliados, y del fracaso de Roma para controlarlos. Puede que no haya justicia en esta vida, pero, por el amor de Dios, al menos cerremos un poco.

Crisis Magazine

CHILDA BRANDOLINO EN MEXICO 1 PARTE

PUBLICADO EL 8-12-19

"SANTA EVITA" PERON

"Santa Evita" Perón - Que no te la cuenten



Hace un par de días que, la Confederación General del Trabajo (CGT) junto con un grupo de sacerdotes pertenecientes al movimiento de “Curas villeros”, ha comenzado a mover el avispero para pedir la apertura del proceso de canonización de Eva Duarte de Perón, esposa del extinto presidente de la Argentina, el Gral. Juan Domingo Perón.

INCORREGIBILIDAD, MENTIRAS E INFAMIAS

INCORREGIBILIDAD, MENTIRAS E INFAMIAS

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jose luis milia

mié., 19 feb. 18:45 (hace 17 horas)


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INCORREGIBILIDAD, MENTIRAS E INFAMIAS




Borges se equivocó cuando con su frase- “…los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles”- individualizó a una facción. En verdad, hubiera estado acertado si esta sentencia hubiera estado referida a la mayoría de los argentinos.

Aceptémoslo, los argentinos somos incorregibles; a lo largo de los últimos años hemos pedido cadalsos públicos para los terroristas pero treinta años después de la guerra los hemos votado para diputados, senadores o concejales; hemos increpado a militares, gendarmes y policías tildándolos de “blanditos” por no matar a muchos más de los que la guerra antisubversiva obligó a eliminar- sin darnos por enterados que esos pedidos de dureza configuraban autoría intelectual- pero cuando un Juez de la suprema corte, Presidente de ella, el único que en ese muladar jurídico merece mayúsculas, dice que a aquellos que fueron condenados por presuntos excesos en la guerra antisubversiva también les corresponde, al igual que a cualquier hijo de vecino el 2 X 1, peronistas, radicales, zurdos y muchos otros bellacos hideputas llenaron la Plaza de Mayo para protestar por esa igualdad.

Esta incorregibilidad argentina es hija de la guaranguería y la prepotencia que el exitismo nacional conlleva, y es un compendio de todos nuestros vicios. Sobran ejemplos: cuando la vicepresidente nos refriega en la jeta su impunidad, mostrándose junto a otros encausados de la banda que dirige, para hacernos ver que ella es una argentina de primera clase para la que no hay leyes ni códigos a cumplir, está mostrando su altísimo nivel de incorregibilidad. Cuando Albertico, luego de vociferar que el legalizará el aborto en Argentina, comulga en el Vaticano de manos de un pollerudo que no puede ignorar esas declaraciones, no hace otra cosa que equipararse- con su burla a los preceptos religiosos  de muchos argentinos- a la mujer que tantas veces en el pasado denostó y con la que ahora se ha asociado en esta nueva fullería nacional.

No obstante, hay veces que la incorregibilidad  se desmadra y se convierte, simplemente,  en infamia. Lo hicieron los obispos de la conferencia episcopal argentina cuando se inventaron un mártir de cartón pintado al cual, pese a la flojera de papeles que presentaba, el papa Bergoglio hizo beato. Hoy también lo quiere hacer el presidente, quizás movido por este ejemplo rastrero, al tratar de conseguir, ¡por fin! Una carta de reconocimiento para el “genocidio” argentino tratando de imponer una ley contra el “negacionismo” de aquellos que saben y no se callan que los 30.000 es una mentira manifiesta.

No está mal, para desasnar ignorantes, recordar como define la Real Academia la palabra genocidio: “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad.”. Esta definición cabe perfectamente para los seis millones de judíos exterminados en los campos de concentración nazis o para el millón y medio de armenios eliminados por el estado turco, pero, ¿cabría esta explicación para asimilar como genocidio la desaparición, muertes por enfrentamientos o simples asesinatos de aproximadamente ocho mil terroristas en los años de la guerra contra la subversión en Argentina? No, ni cuantitativamente, ya que esos ocho mil no dan el tipo para ser algo más que una módica matanza, ni, menos aún, cualitativamente pues no eran ni un grupo racial, ni étnico, ni religioso y menos aún, político ya que entre ellos había diferencias profundas que incluso los llevaron a traicionarse muchas veces. Eran simplemente pistoleros que eligieron la violencia como modo de vida y de expresión política, aunque ahora los sospechosos sobrevivientes se victimicen hoy disfrazándose de “jóvenes maravillosos”.

La infamia de este proyecto presidencial reside en que banaliza el Holocausto y la carnicería sufrida por los armenios y, por extensión, los genocidios que después vinieron. Digamos las cosas como son, ninguno de estos hijos de la gran puta que se buscaron su destino trágico iniciando una guerra tiene un mínimo punto de comparación moral con los judíos asesinados en Auschwitz, Majdanek y el resto de los Konzentrazionenlager o con los armenios que dejaron vidas, sueños y familias en Deir-es-Zor y en los otros veinticuatro campos de la muerte turcos. Querer igualarlos, querer que se diga que en Argentina también hubo un genocidio y por eso obligarnos a que digamos que es verdad la patraña de los 30.000 desaparecidos es más que una burla, es una enorme ignominia.

A pesar de esto y, aunque a estas alturas de la soirée pocos son los que dudan de la deshonestidad moral de la izquierda también es cierto que Albertico- cuyas convicciones tienen la firmeza de un sabayón italiano- probablemente siga adelante con esta felonía y veamos como, con repugnante docilidad, diputados y senadores, de todo el arco político, votan este proyecto.

No olvidemos que el difunto cortabolsas decía que había que estar bien con la izquierda ya que esta daba fueros y, tal como viene la mano, el camino hacia Venezuela no se puede hacer sin ella.

Pehuajó, zona rural. 17/02/2020


JOSE LUIS MILIA



EL GRANO DEL SISTEMA 310: SOMOS EL CAMBIO, NADA CAMBIA

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INTRODUCCIÓN 1:26 
YO ERA LO QUE ERES TU, TU SERAS LO QUE YO SOY 2:18 
LA SITUACIÓN EN CHILE HOY 6:50 
LA VIOLENCIA EN LA SOCIEDAD 16:03 
SOY EL SISTEMA 25:39 
EL SISTEMA Y LA DESPOBLACIÓN 29:18 
MAS DE LA FRONTERA NORTE 34:45 
EL ACUERDO CON EL F.M.I. 40:49 
EL VERDADERO RIESGO 44:29 
LA PANDEMIA 48:08 
MAS DE LA PANDEMIA 50:46 
EL ALIMENTO COMO ARMA LETAL 53:38 
LA SITUACIÓN EN EL SUR 58:33 EL 
MITO DE VACA MUERTA 1:06:05 
LOS INGLESES MARCAN LA AGENDA 1:07:57 
TARJETA ALIMENTARIA, NOS TOMAN EL PELO? 1:09:47
  LA CULTURA 1:11:16
 

El regreso de la mafia de los remedios





El regreso de la mafia de los remedios







Alberto, Manzur y un negocio de 6 mil millones de dólares
Alberto, Manzur y un negocio de 6 mil millones de dólares

La historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda en forma de farsa”, dijo una vez Karl Marx. Y no se equivocó.
Aquella historia conocida como la mafia de los medicamentos está a punto de volver, como hace una década. Incluso con algunos de los mismos personajes.
Es una trama espesa que involucra a funcionarios públicos y empresarios privados, en medio de un negocio millonario relacionado a los remedios.

EL DERRUMBRE DE LOS IMPERIALISMOS


EL DERRUMBRE DE LOS IMPERIALISMOS

La mayor parte de la humanidad,
durante la mayor parte del tiempo,
ha vivido en imperios.
Hermann Kahn - Anthony J. Wiener
"El Año 2000"
Tenemos voluntad de Imperio.
Afirmamos que la plenitud histórica
de España es el Imperio. (...)
España alega su condición de eje espiritual
del mundo hispánico como título de preeminencia
en las empresas universales.
José Antonio Primo de Rivera
Punto 3 de la Norma Programática
de la Falange Española.


Los imperios de la postmodernidad

La Segunda Guerra Mundial tuvo muchos participantes pero, en realidad, solamente dos vencedores: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Ambos con aspiraciones imperiales aunque ambos sin el talento ni las condiciones necesarias para ser un imperio.
El proyecto imperial soviético implosionó por su propia inviabilidad intrínseca. Después de ocupar militarmente varios países y de sojuzgar varias naciones, realmente nunca supo muy bien qué hacer con sus conquistas más allá de la teoría de la dictadura del proletariado. Al final, toda su estructura socioeconómica y política se volvió insostenible porque ni pudo ganar más espacio aparte del logrado por la fuerza de las armas, ni pudo tampoco hacer funcionar el espacio ya obtenido de un modo satisfactorio para sus habitantes.
Lo que pocos han advertido – o han querido advertir – durante los últimos treinta o cuarenta años es que el proyecto imperial norteamericano está transitando muy cerca del borde del mismo precipicio.

Imperio e Imperialismo

Si hay una cosa que deberíamos diferenciar en las construcciones políticas multinacionales es la diferencia histórica entre imperio e imperialismo. El primero es una construcción principalmente política; el segundo es una estructura principalmente económica. Por eso es que los imperios crecen por conquista de provincias, a las que incorporan e integran, mientras que los imperialismos solo establecen colonias a las que invaden y explotan.
El fracaso del proyecto imperial soviético se debió – en forma principal aunque no en forma exclusiva – a que los bolcheviques no consiguieron seguir con la construcción imperial del antiguo zarismo y terminaron tratando de hacer funcionar su proyecto como el imperialismo de un Estado cuya ideología – con sus limitaciones, miopías e inviabilidades – lo llevó a tratar a sus ciudadanos como una masa potencialmente infiltrada de enemigos solo controlables por medio de una policía política y a sus conquistas como colonias potencialmente enemigas solo controlables por medio de tropas de ocupación.
En el caso del proyecto imperial norteamericano la cuestión es algo más sutil pero en esencia también más simple todavía: fieles herederos del criterio económico del imperialismo británico, tan fuertemente imbuidos de la ética protestante calvinista como sus primos ingleses, ya desde sus mismos orígenes los norteamericanos arrancaron con un criterio imperialista en materia de política exterior.
De cualquier manera, lo que no hay que perder de vista es que, tanto los norteamericanos herederos de Adam Smith y David Ricardo como los marxistas rusos herederos de Marx y Lenin, jamás entendieron la enorme diferencia que hay entre imperio e imperialismo.
El espectro político actual, desde la "izquierda" más recalcitrante hasta la "derecha" más testaruda, sigue sin entenderlo hasta el día de hoy.

Síntesis y equilibrio interno

Para especular acerca del futuro del imperialismo norteamericano lo que hay que tener en claro, además de lo ya señalado, es que toda construcción multinacional es capaz de sostener con éxito su posición de poder mientras sea capaz de mantener en armonía las corrientes de energía que fluyen en su interior. Esto no es más que la extensión al área de la política internacional de la función esencial de síntesis que le corresponde a todo Estado en materia de política interior.
El problema está en que el establecimiento y el mantenimiento de esta síntesis armónica se vuelve algo muy complicado en el mundo actual por el concurso de factores tales como la interconexión, la extensión y la heterogeneidad que presenta el mundo globalizado.
Las fronteras "nacionales" se han vuelto muy permeables, en algunos casos hasta están bastante desdibujadas y las dependencias mutuas ya no se hallan tan unilateralmente establecidas como en las épocas de los Imperios tradicionales. Con lo cual, lo que hay que investigar es por qué – como es notorio – el imperialismo dominante tiene cada vez más problemas para hacer funcionar su sistema global de flujo de bienes, servicios y fuentes de energía.

La sustentabilidad del sistema

No es un secreto para nadie que, en un esquema imperialista, las colonias de la periferia están para que el poder central extraiga de ellas precisamente lo que su sistema necesita para funcionar. Pero sucede que la posibilidad de mantener a largo plazo de este flujo de energía de la periferia al centro depende de por lo menos dos factores:
  1. La intensidad y el volumen de la extracción no debe terminar impidiendo el funcionamiento adecuado de las colonias periféricas mismas.  
  2. Además de eso, la sustentabilidad también exige – y no en última instancia – que los bienes extraídos de la periferia colonizada no sirvan solamente para el bienestar hedonista del centro sino también para mantener funcionando el complejo sistema de regeneración y renovación de las fuentes de bienes, servicios y energía de todo el conjunto. 
Si observamos más de cerca la situación en función de estos dos criterios fundamentales, podemos ver que el imperialismo norteamericano, al igual que el soviético en sus últimos años, no solo tiene ya serias dificultades para mantenerse en el largo plazo, sino que se ha vuelto seriamente autodestructivo en virtud de decisiones catastróficamente equivocadas.

El balance de los últimos 70 años

Si hacemos el balance de los últimos 70 años podemos ver que, aproximadamente desde fines de la década del 1970, de pronto comienzan a surgir ciertas extrañas pautas en el funcionamiento del imperialismo norteamericano.
A partir de ese fin de década, la dirigencia imperialista norteamericana empieza a dar por sentado, con cada vez mayor naturalidad y arrogancia, que tiene derecho a inmiscuirse en cualquier parte del mundo, a propósito de cualquier excusa, y que puede hacerlo dejando cínicamente de lado sus propias y vanagloriadas glorificaciones de la democracia occidental.
Paralelamente también se hace cada vez más evidente que, sea donde fuere que los norteamericanos se meten, la situación del lugar invadido infaliblemente empeora en lugar de mejorar.
Ejemplos de esto los hay de todos los colores: el conflicto de Medio Oriente, el armado de la guerra de Iraq-Irán de los años 80, Haití, Somalía, los descalabros de Afganistán, las revueltas en el área de la ex-URSS, la invasión a Iraq, la imposición de principios étnicos arbitrarios en los Balcanes, las consecuencias catastróficas de la "Primavera Árabe"... y sigue la lista.

Las dos Norteaméricas

La cuestión es que tendríamos que entender por qué sucede todo esto. Por de pronto, la causa más probable es que estamos asistiendo al principio de un proceso de desintegración – o al menos de descontrol –del sistema interno que regula el flujo de poder dentro del imperialismo mundial. Las operaciones estratégicas de este poder requieren enormes gastos militares, financieros y administrativos. Estamos hablando de inversiones, no de miles de millones, sino de miles de billones de dólares.
Muchos no lo saben o no se animan a decirlo, pero no solamente las colonias de la periferia adquieren deudas externas prácticamente impagables. El Poder Central norteamericano mismo se va endeudando en forma exponencial y su deuda propia va creciendo a velocidades cada vez mayores.
Aquí lo que hay que tener en claro es que los EE.UU. no constituyen un solo organismo político sino dos. Por un lado tenemos a los EE.UU. como Estado-Nación, igual a muchos otros Estados del planeta. Pero a este Estado-Nación se le superpone en forma simultánea un "Imperio" que lo domina y parasita, siendo que los gastos efectivos corren siempre y solo por cuenta del "Estado-Nación".
Esto es así porque la superestructura imperialista es algo inmaterial desde el momento en que está basada sobre el dinero y, para colmo, sobre un dinero de valor totalmente arbitrario y contingente. Es un dinero que se halla al servicio de múltiples intereses privados sobre los cuales el Estado-Nación no tiene prácticamente ningún control desde el momento en que, tanto la Reserva Federal norteamericana como la cascada de empresas financieras en cuyo interior se toman las decisiones financieras importantes, son todas instituciones privadas.
La existencia de la plutocracia imperialista, que se superpone al Estado-Nación norteamericano y lo domina para canalizar sus energías hacia las aventuras más extravagantes, hasta es negada en forma oficial. Es obvio que resulta relativamente fácil ocultarla cuando su existencia política se esconde detrás de la financiación de los partidos políticos y las campañas electorales mientras sus enormes ganancias solo aparecen en asientos contables y balances bastante fáciles de maquillar. Por ello es que se nos repite a cada paso que ese centro de poder es un "ente imaginario" que solo existiría en las fantasías conspiranoicas de los apóstoles del odio, de los eternos disconformes y, por supuesto, de los fascistas más otros apocalípticos irrecuperables y políticamente incorrectos.
Que existen teorías más o menos conspirativas increíblemente ridículas es algo muy cierto. Pero eso no impide que el poder de la plutocracia internacional, el poder global de los dueños del dinero, sea algo bien real.

El costo insostenible del imperialismo

Sea como fuere, el hecho es que el propio pueblo norteamericano debe llevar sobre sus espaldas, al menos en algún grado, el costo de las aventuras económicas de la plutocracia. Pero esto tiene un límite.
Los Estados Unidos, como nación, pagan por buena parte del enorme gasto militar que representan sus drones, sus bombas atómicas, su electrónica, y sus miles de diferentes clases de armas. Pagan por los inconvenientes surgidos del comercio exterior norteamericano que beneficia a las grandes empresas pero de cuyos beneficios la gente común y corriente a veces casi ni se entera. A veces pagan con la vida de sus hijos cuando alguna operación en Afganistán o en algún otro lado de repente sale mal. En principio al menos, el Estado-Nación norteamericano paga las "operaciones" financieras de la plutocracia.
Pero, como decíamos, eso tiene un límite y los norteamericanos están bastante cerca de él. Y cualquiera con dos dedos de frente en los EE.UU. sabe que eso puede llegar a ser muy peligroso.
Un derrumbe definitivo del "sueño norteamericano" tendría efectos muy traumáticos en la sociedad; especialmente en la clase media y media-alta cuyo ingreso anual está muy por encima del valor real de su producción. Agréguese a esto un detonante como, por ejemplo, un conflicto racial – que es algo siempre subyacente en EE.UU. – y ya tenemos un escenario muy explosivo que puede terminar en cualquier cosa. Sobre todo si tenemos en cuenta la existencia de algo así como 200 millones de ciudadanos armados de los cuales la estadística demográfica nos dice que un 62% serían blancos y un 44% negros.
No hace falta mucha imaginación para prever que una conflagración de esas dimensiones y fuera de control podría llegar a ser una catástrofe colosal.

Los pararrayos

Y la plutocracia lo sabe. Ésa es la clave que nos permite entender a un personaje como Donald Trump. Con Obama intentaron calmar a los afroamericanos. No lo consiguieron demasiado bien: los negros esperaban mucho más de ese presidente y los blancos esperaban mucho menos. Por ejemplo, el sistema de salud promovido por Obama (el llamado "Obamacare") que favorecía a los afroamericanos y a las personas de escasos recursos terminó volteado por el gobierno republicano. En su lugar, Trump reacomodó la economía, bajó el desempleo y le dio un gran impulso al patrioterismo norteamericano.
Lo que hay que entender es que en la política norteamericana de los últimos años, personajes como Obama o Trump ofician de pararrayos. Trump fue diseñado para bajar a tierra la tensión de la población blanca del mismo modo en que Obama fue diseñado para conducir a tierra las tensiones de la población negra. Entre ambos constituyen un buen ejemplo de ingeniería social. La pregunta del millón es por cuánto tiempo se puede hacer funcionar el truco.
Porque este arreglo interno en los EE.UU. no solamente es inestable sino que depende de un modo muy fuerte de la capacidad de extraer de la periferia colonial lo que ya no se puede extraer del cuerpo central so pena de terminar desestabilizándolo por completo. Pero aquí entra a jugar otro problema no menor.

Dólar, colonias y deuda externa

Es un secreto a gritos que el dólar norteamericano está teniendo dificultades para funcionar como "moneda mundial". Todavía mantiene ese status y una parte decididamente sustancial del comercio exterior se lleva a cabo en dólares, pero ya no de un modo indisputado. Es más: resulta notorio como en varios casos – por ejemplo el de Saddam Hussein, o el de Muammar al-Gaddafi – la plutocracia hasta estuvo dispuesta hasta a ir a la guerra para frenar, entre otras cosas, el intento de desacoplar la comercialización del petróleo del dólar norteamericano. Putin en su área está impulsando parte de su comercio fuera del área del dólar y los chinos serán más cautos pero tampoco lo ven con malos ojos. Y demás está decir que buena parte de la animadversión que se cultiva para con Irán responde (también) a esta tendencia.
Frente a esta incipiente huida del dólar la oligarquía plutocrática no ha tenido más remedio que incrementar la presión sobre la periferia para poder seguir garantizando la sustentabilidad de su moneda global. Y una de las mejores herramientas para lograr esto son las monstruosas deudas externas expresadas, precisamente, en dólares. Hay muchos que no lo ven, pero la explicación es bien simple: un país que no tiene una moneda fuerte propia y que está endeudado hasta la coronilla (o incluso más allá) en dólares, no tiene ninguna posibilidad de desarrollar su comercio internacional en una moneda que no sea... el dólar. No hay mucho misterio en eso. ¿Hará falta señalar a la Argentina como ejemplo típico?
La cuestión es que el saqueo cada vez más inescrupuloso de la periferia aumenta progresivamente las tensiones en las colonias. Las respuestas que elaboran las élites plutocráticas para dominar estas tensiones son en muchos casos tan inadecuadas que las situaciones se vuelven patológicas. De este modo, con soluciones carísimas y equivocadas, impuestas en varios casos con extrema brutalidad, lo único que logran es llevar al mundo y a la propia plutocracia a una situación peor que la anterior.  Consecuencia de ello es que, para arreglar de algún modo el desaguisado, tienen que aumentar aún más la intensidad del saqueo de las colonias, lo cual por supuesto genera más tensiones todavía, y todo el macabro círculo vicioso comienza de nuevo.
Y continuará así hasta el día en que se rompa.

La solución: creatividad y realismo

En la Historia es muy difícil hallar algún ejemplo que nos ilustre como se puede salir de un huracán autogenerado de esta clase. Hay que dejar de autoengañarse: no hay modelos para copiar. No hay ideologías para trasplantar. No hay experiencias para imitar. Si queremos salir del laberinto no nos queda más remedio que ser creativos.
Por supuesto que existieron propuestas de soluciones en el pasado y algunas de ellas fueron muy buenas. Pero, seamos realistas. Por un lado y lamentablemente, los ámbitos y los entornos en que se propusieron fueron muy diferentes a los actuales. Y por el otro lado, esas propuestas fueron destruidas y estigmatizadas por los vencedores de las dos guerras mundiales que hundieron al Occidente en la decadencia actual.
También es cierto que a lo largo de toda la Historia Universal hubo muchos huracanes sociopolíticos y económicos pero hasta ahora, ninguno con el volumen, los alcances y los recursos tecnológicos del que hoy asoma en el horizonte. Y no menos cierto es que, así como en todos los casos la decadencia moral precedió siempre a la degeneración completa de todo el organismo político, nadie hasta ahora consiguió evitar el colapso una vez que esa decadencia consiguió instalarse en el poder.
De modo que mirar para atrás no ayuda mucho.
De hecho, en política al igual que en la calle, el espejo retrovisor solo sirve para saber qué dejamos atrás; no para distinguir la mejor forma de salir del embotellamiento.