lunes, 10 de febrero de 2020
SOBRE LAS FALSEDADES DE MONS. SÁNCHEZ SORONDO
Hoy
nos desayunamos con una insólita noticia: el Canciller de la Pontificia
Academia de las Ciencias Sociales, Mons. Marcelo Sánchez Sorondo,
quizás sin querer, adulteró dos venerables textos, el Código Canónico y,
lo que es infinitamente peor, las Sagradas Escrituras.
Por el Padre Federico
Lo hizo al responder las preguntas de una valiente periodista anglosajona que, escandalizada, le había preguntado porqué Mons. Sorondo tiró perlas a los chanchos (Mt 7,6), esto es, porque le dió el Sacrosanto Cuerpo de Cristo a Fernández y a su torpe manceba.
Mons.
Sánchez Sorondo, a pesar de haber sido discípulo del gigante Cornelio
Fabro, gran conocedor del corpus meinvielliano y amigo del padre Alfredo
Sáenz -con quien otrora recorrió media Argentina en un Renault 4
repartiendo folletos contra la “teología de la liberación”-,
hoy, en un lapsus de distracción (debido quizá a un stress causado por
un exceso de actividad científica), y para justificar la comunión de una
fornicaria y un adúltero, invirtió un texto bíblico (1 Cor 4,4) y mutiló el canon 915.
Todo esto en la entrevista que señalamos.
En efecto, mientras San Pablo dice “Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor” (1 Cor 4,4), Sánchez Sorondo cree que San Pablo dice “mi único juez es mi conciencia”, y mientras el Canciller pontificio insiste en que sólo se debe negar la comunión a quien esté excomulgado mediante una sentencia, el canon 915 explícitamente reconoce tres causales para denegar la comunión: “no deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave”.
En efecto, mientras San Pablo dice “Es verdad que mi conciencia nada me reprocha, pero no por eso estoy justificado: mi juez es el Señor” (1 Cor 4,4), Sánchez Sorondo cree que San Pablo dice “mi único juez es mi conciencia”, y mientras el Canciller pontificio insiste en que sólo se debe negar la comunión a quien esté excomulgado mediante una sentencia, el canon 915 explícitamente reconoce tres causales para denegar la comunión: “no deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave”.
No
le pedimos a Mons. Sorondo que sea fiel a las enseñanzas de Meinvielle y
Fabro (lo cual sería un milagro), sino que, al menos, no adultere los textos escriturarios y legislativos.
Pero, nobleza obliga, le agradecemos a Mons. Sánchez Sorondo el haber recordado algo de lo que nadie parece acordarse: Juan Pablo II le daba la comunión a los politicastros aborteros.
Es que, contrariamente a lo que muchos parecen pensar, varios de los
males eclesiales que padecemos son de vieja data, algunos incluso de
época preconciliar, como ser el mandato de Pío XI a que los Cristeros
dejen las armas, el Ralliement de León XIII o la reforma de Bugnini de
la Semana Santa bajo el mandato de… Pío XII.
¡Que el Niño Dios nos bendiga a todos!
Padre Federico, S.E.
¡Que el Niño Dios nos bendiga a todos!
Padre Federico, S.E.
9/2/20, Domingo de Septuagesima
Vínculo: https://secretummeummihi.blogspot.com/
El Padre Federico, sacerdote, es Abogado por la Universidad de Buenos
Aires (UBA), Licenciado y Doctorando en Filosofía (Ateneo Pontificio
Regina Apostolorum, Roma).
Se desempeñó dictando materias en tres Seminarios Mayores.
Escribió varios libros.
Desde enero de 2014, es Misionero en Extremo Oriente.
Actualmente, misiona en la Meseta Tibetana.
Puedes ponerte en contacto con él en maradentrose@gmail.com