El pasado 25 de mayo, un delincuente con abundantes antecedentes, incluido el de atraco a mano armada contra una embarazada, falleció tras su detención por policías de Minneapolis. Era un negro llamado George Floyd. La difusión de unas imágenes cortadas en las que decía no poder respirar  y el que uno de los policías que lo arrestó tuviera colocada la rodilla sobre su cuello fue aprovechado para desencadenar una ola de saqueos y violencias encabezada por Black Lives Matter.