miércoles, 21 de junio de 2017

La banda que asoló al país (Nacionalismo Católico NGNP)

La banda que asoló al país 

(Nacionalismo Católico NGNP)

La banda que asoló al país, emerge con su pus político y afloran como hongos los ladrones de “el modelo”


04/10 – 10:20 – Día a día conocemos y nos enteramos, solo a través del periodismo, la pudrición política que ha vivido el país en 12 años y algo más. Desde el corrupto de Scioli, hasta sus mandaderos, han robado la provincia de Buenos Aires en 8 años. Pero esa banda era solo un ala de una estructura aún mayor llamado “Modelo Nac&Pop”, liderada por Néstor y Cristina, que en su conjunto, formaban la Asociación ilícita que representó el kirchnerismo en el país y de cuyas repercusiones comenzamos a saber gracias a periodistas y arrepentidos. (Por Rubén Lasagno).
El domingo Jorge Lanata demostró en simples imágenes cómo virtuales muertos de hambre de hace diez años atrás o un poco más, incluyendo el propio ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli y su mujer, surgieron a la luz del robo, la coima, las transas y la impunidad política y judicial del sciolismo y su régimen de corrupción, que habría proseguido y se hubiera ampliado, en caso de haber ganado en el 2015.

 
Lanata mostró las casas en el Country “Abril” de Tomeo, por ejemplo, comprada al narcotráfico en 4,5 millones de dólares al contado; la mansión de Alberto Pérez (ex jefe de Gabinete bonaerense), otro muerto de hambre que la iba de inocente, y con cara de boludo nos vendía “humildad y confianza” en los programas del TV; de Walter Carbone el financista de la campaña de Scioli y que ayudaba a robar al ex gobernador; la casa fastuosa de Francisco Paco Larcher, el segundo ex de la SIDE, que hasta el 2003 le hacía los mandados a Cristina Fernández, inclusive hay una anécdota de que la entonces senadora, en su momento, le mandó a compar toallitas femeninas a la farmacia de la esquina de su departamento en Buenos Aires; la mansión de Andrés Galera, otro tránsfuga que llevaba los números de Néstor Kirchner y “el grupo” y quien junto con José López es investigado por (como no podía ser de otra manera) enriquecimiento ilícito.
También viven allí, otros muertos de hambres como Silvia Majdalani, actual segunda de la Agencia Federal de Inteligencia y acusada fuertemente por Elisa Carrió de tener vínculos con Larcher, de la cual es vecina. Mauricio Macri la sostiene, porque en el fondo, no es la moralidad lo que hace fuerte a los gobiernos.
Podemos completar la lista con otros muertos de hambre que en el 2003 se fueron de Santa Cruz trepando en la billetera pública y otros que se anexaron oportunamente a partir de ese año. Entre ellos Julio de Vido, Ricardo Jaime, Héctor Icazuriaga, Carlos Zanini, Sergio Berni, Enrique Meyer; las mansiones inexplicables de Rudy Ulloa Igor, Daniel Muñoz, Fabián Gutierrez, Máximo Kirchner, Osvaldo Sanfelice, Ricardo Barreiro, Ricardo Echegaray, Uberti, Raúl Copetti, Lázaro Báez, Cristóbal López, Nelson Periotti y muertos de hambres asociados como (entre otros muchísimos), Daniel Scioli, Luis Delía, César Milani, Luis Morghenstein, José María Olasagasti, Sergio Schoklender, Milagros Sala, Diego Bosio, Luis Lobos, Amado Boudou, Julio Aalak, Sergio Uribarri, Luis Gioja, Jorge Marioto, Florencio Rnadazzo, Roberto Yahuar, Carlos Tomada, Guillermo Moreno, Eduardo Freiler, Arturo Puricelli, Katya Daura, Juan Manzur y podemos seguir infinitamente nombrado el pus kirchnerista.
Cuando me refiero a “muertos de hambre”, es porque todos ellos han sido simples funcionarios públicos en la mayoría de los casos sin actividad privada destacada, quienes se enriquecieron en dicha función por medio de la dádiva, la coima y la corrupción. Nadie se puede hacer millonario en la función pública si no es robando. Nadie puede llegar con una mano atrás y otra adelante a ser Ministro o gobernador y en 10 o 15 años tener una fortuna de 100 millones de pesos si no se quedó con el peaje. Es tan claro y lógico, como que la tierra es una esfera y todos nosotros estamos sobre ella.
La pasarella “Comodoro Py”
En el curso de los próximos 15 días, un conjunto de estos ex muertos de hambre va a desfilar por las escalinatas de Comodoro Py. En unos días nomás y en distintas fechas, lo harán Oscar Parrilli, Katya Daura, Ricardo Jaime, César Milani, Cristina Fernández, Julio De Vido y José López. Ninguno de ellos va por buena persona; van por ser delincuentes, estar atravesados por varias causas y fundamentalmente por haber sido ladrones que se han quedado con los dineros públicos, cuando no, haber actuado de manera directa o indirecta en la consecución de muertes y desastres como en el caso de Jaime, De Vido y de la propia ex presidenta, porque se robaron las inversiones y desmantelaron la seguridad de los trenes, en este caso puntual.


Ayer se conoció otra nueva vertiente de pus kirchnerista: el megafraude de YPF. Tal como lo relata Infobae en su nota, la ex presidenta y Axel, el joven maravilla (otro muerto de hambre) hicieron todo tipo de negocios fraudulentos con cargo al pasivo de todos los argentinos, montados en el demagógico panfleto de la argentinidad al palo. Al menos, es de esperar que todos y cada uno de los presidentes y Directores anteriores y actuales de este negocio trucho de YPF en complicidad con Repsol, sean investigados y vayan presos. Que toda la lacra política adjunta, sufra las consecuencias en las urnas y debe ser el compromiso de los medios libres, no olvidarlos y recordarles a los votantes quiénes son cada uno, cuando aparezcan en una boleta.
El pus Sciolista
En el mismo programa de Lanata, mostraron la corrupción del gobierno provincial de Daniel Scioli, un hombre que ya en el año 2013 dijimos en OPI, por infidencias que nos había realizado un alto político (candidato) nacional, que cuando se descubriera su riqueza, sería comparable (y algunos se animaron a decir, mayor) que la kirchnerista.


También dijimos que el origen de esa riqueza sciolista tenía dos vertientes: el juego y el narcotráfico y que todo eso le llegaba a través de un canal institucionalizado: la policía provincial. Hoy, vemos con absoluta transparencia que aquellos datos eran ciertos, exactos y se correspondían con lo que ahora se sabe, era una matriz de corrupción la cual supo desplegar y aceitar el ex gobernador, que juntaba a los barones del conurbano en “La Ñata” y los atendía cual jefe capo mafia, en veladas de “armonización” y “discusión partidaria”.
Contamos en su momento que Daniel Scioli, tenía hasta los esbozos de las actitudes mafiosas y se las daba de “gran patrón”, y nos relataban en su oportunidad, que cuando se juntaban en las largas jornadas regadas de caro champagne y vinos chilenos, en el quincho de “La Ñata”, el ex gobernador esperaba que llegaran todos y después de estar quince o veinte minutos departiendo en la sala principal, aparecía el hombre fuerte de la provincia y ocupaba la cabecera de la mesa. Tampoco era casual como se repartían los lugares a su alrededor. El ex muerto de hambre Alberto Pérez, obsecuente y complaciente de su patrón, era el encargado de sentar a los aliados en los primeros diez lugares a ambos lados de Scioli y luego el resto era distribuido a su mejor entender. claramente nos manifestaron “Scioli tiene cara de boludo, parece un boludo, pero no es ningún boludo; se roba todo“.
Estos ladrones “todo tiempo” han sido por casi una década los verdaderos vaciadores de la provincia de Buenos Aires, con rutas destrozadas, con muertos por doquier, una inseguridad que te lleva puesto aún hoy donde salir a la calle es una ruleta rusa. Estos enjendros de la corrupción, se asociaron con los kirchneristas y funcionaron como un todo, delinquiendo en todos los frentes, rociando sus campañas con dineros mal habidos, del juego y el narcotráfico. Han sido lo peor de la política argentina en los últimos 100 años y aún hoy, hay que soportar que haya algunos mirando a Scioli como un peronista arrepentido y hablen de CFK con una intención de voto del 30%.
Es indisimulable que en la última década (y también antes, claro) hubo ladrones de toda laya, pero es palpable la ferocidad con la que se tiraron sobre los fondos públicos estos muertos de hambres que pasaron de cobrar un sueldo en la provincia, a vivir en country como Jeques árabes y darse la vida para la que no nacieron.
Como mínimo deberían estar presos y serles confiscados todos sus bienes, pero estamos en la Argentina, tierra de oportunidades sin las hay y para ello basta repasar la historia patrimonial de los muertos de hambre que se fueron de acá en el 2003 y no pueden volver para mostrar lo que acumularon en estos 12 años de robo sistematizado, pensado y ejecutado por el matrimonio, uno de los cuales, el padre de la infamia, goza el inmerecido honor de que una calle céntrica lleve su nombre: Néstor Kirchner, el padre de la criatura y jefe de la banda de muertos de hambre devenidos en ricos y famosos, aunque no por sus virtudes, precisamente. (Agencia OPI Santa Cruz)