7. La estrategia gay
Hemos señalado que la mentalidad
anticoncepcionista ha tenido una serie de consecuencias sociales muy
negativas. Una de esas consecuencias es la confusión sexual que ha
generado y que ha resultado en el homosexualismo. Una vez que la familia
se va desintegrando y que el relativismo moral se va difundiendo, las
generaciones jóvenes van perdiendo el sentido del bien y del mal y de la
propia identidad sexual, los roles tradicionales en el hogar son
rechazados o confundidos.
Una cosa debe quedar clara, Vida Humana Internacional se adhiere completamente a la doctrina del Magisterio de la Iglesia Católica que rechaza sin ambigüedades todo tipo de agresión, física o verbal, contra las personas que tienen inclinaciones homosexuales. Toda persona sin excepción posee una dignidad intrínseca que le viene de Dios y que exige el respeto incondicional por parte de todos.
Sin embargo, el Magisterio de la Iglesia Católica, siguiendo también la doctrina de su Fundador, Nuestro Señor Jesucristo, distingue entre el pecado y la persona que comete el pecado. Rechaza al primero e invita a la segunda a la reconciliación con Dios y con los hermanos.
Una cosa debe quedar clara, Vida Humana Internacional se adhiere completamente a la doctrina del Magisterio de la Iglesia Católica que rechaza sin ambigüedades todo tipo de agresión, física o verbal, contra las personas que tienen inclinaciones homosexuales. Toda persona sin excepción posee una dignidad intrínseca que le viene de Dios y que exige el respeto incondicional por parte de todos.
Sin embargo, el Magisterio de la Iglesia Católica, siguiendo también la doctrina de su Fundador, Nuestro Señor Jesucristo, distingue entre el pecado y la persona que comete el pecado. Rechaza al primero e invita a la segunda a la reconciliación con Dios y con los hermanos.
El
Magisterio también distingue entre el acto homosexual, que es intrínseca
y gravemente malo, y la inclinación homosexual, que no es pecado en sí
misma, pero que inclina al pecado y a actos anti-naturales, y que es por
tanto un desorden objetivo. La Iglesia también ofrece todos sus
recursos espirituales y pastorales para ayudar a estas personas, no sólo
a apartarse del pecado y a vivir en la gracia de Dios, sino también a
vivir una vida gozosa y productiva al servicio de Dios, de la Iglesia y
de sus semejantes, en el poder del Espíritu Santo y con el apoyo de sus
pastores y hermanos en el Señor.
Lo que a continuación denunciamos es la actividad homosexual y la promoción de dicha actividad por parte de grupos de homosexuales militantes que rechazan la enseñanza de Dios y de Su Iglesia sobre el precioso don de la sexualidad humana. Sabemos que hay muchas personas con inclinaciones homosexuales que no están de acuerdo con el activismo homosexual o que no les interesa. Aquí sólo nos referimos al pecado del acto homosexual y al homosexualismo militante que tanto daño les está haciendo a los niños, a la integridad de la costumbres, a la familia y a la sociedad en general.
Sin embargo, reiteramos que no nos motiva ninguna animosidad, ni siquiera contra los homosexuales militantes. Sólo rechazamos su equivocada ideología y su dañino e inmoral estilo de vida. Nuestro amor cristiano hacia ellos se expresa por el deseo que sentimos de que conozcan a Dios, rechacen el pecado y vivan una vida feliz en los caminos del Señor. Lo que nos motiva aquí es el deseo de defender la verdad de Dios, la vida y la familia.
En la sección de esta mini-enciclopedia provida dedicada a este tema mostraremos en detalle cómo la evidencia científica no ha demostrado que la homosexualidad sea el resultado directo de causas biológicas, genéticas o neuro hormonales. Lo más que se puede decir es que pudiera existir alguna base genética, hormonal, neurológica o cerebral que predispone a la homosexualidad. Esta pudiera inclinar a unas personas más que a otras al homosexualismo, pero no obligarlas a practicarlo. Los estudios contemporáneos han mostrado que el alcoholismo puede tener una base orgánica que predispone a unas personas más que a otras a ese problema. Sin embargo, sabemos que las personas afectadas son libres de buscar ayuda y curarse. Además, suponiendo que hubiese alguna base genética, biológica u hormonal en la inclinación o comportamiento homosexual, eso no justifica una conducta que, como también veremos en esa sección, es de por sí dañino para el ser humano y para la sociedad.
Es importante darse cuenta de que los grupos de homosexuales militantes están muy bien organizados a nivel regional, nacional e internacional y ejercen una influencia política muy fuerte. Esta feroz actividad militante es posible debido a que son capaces de recaudar millones de dólares anualmente para actividades políticas y al apoyo que reciben de los medios de comunicación.
El 25 de abril de 1993 el movimiento homosexual llevó a cabo una marcha de “orgullo homosexual” en Washington, DC (ya han tenido lugar otras marchas como ésta en otros lugares del país). Durante esa manifestación miles de “parejas” de homosexuales y lesbianas contrajeron “matrimonio” con la ayuda del “Reverendo” Troy Perry, que fundó una iglesia para homosexuales que se ha extendido desde California a todo Estados Unidos y a quince países, incluyendo México, Perú y la Argentina. Este desfile se caracterizó por escenas inmorales, cuya denuncia la mayor parte de los medios de comunicación pasó por alto. Participaron también cientos de sadomasoquistas y transexuales.
Durante la marcha, los activistas en pro del homosexualismo dieron a conocer 7 exigencias generales, en torno a las cuales se agrupan otras 55 demandas específicas. He aquí un resumen de las 7 exigencias generales:
Que se deroguen todas las leyes que prohíben la práctica del homosexualismo.
Que se pueda usar dinero de los impuestos para pagar operaciones de cambio de sexo.
Que se legalicen los “matrimonios” entre miembros del mismo sexo, incluyendo la adopción de niños.
Que se requiera la plena participación de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales en programas de educación, de guarderías infantiles y de orientación escolar.
Que los anticonceptivos y el aborto estén a la disposición de toda persona, no importa la edad.
Que se utilice dinero de los impuestos para pagar la inseminación artificial de lesbianas y bisexuales y que se prohíba la expresión de objeciones al homosexualismo que estén basadas en la religión.
Que organizaciones como los Boy Scouts acepten a homosexuales como directores de patrulla.
En el sistema educativos público de Estados Unidos y de algunos países latinomaericanos, como Colombia, (en El Salvador se está intentando), se han introducido cursos y programas de “educación” sexual, comenzando desde preescolar y kindergarten, que presentan el homosexualismo a niños y adolescentes como un “estilo de vida’" o “preferencia u orientación sexual” más. Por ejemplo, en Estados Unidos, el nombre del programa que persigue estos objetivos se llama “El Proyecto 10". La Asociación Nacional de Educación de ese país le dio un premio a la fundadora de dicho programa, una maestra de escuela que es lesbiana, de nombre Virginiua Uribe. El premio fue a causa de su “liderazgo creativo en pro de los derechos humanos”. Es alarmante saber también que en estos cursos y en las bibliotecas de las escuelas públicas de Estados Unidos se utilizan libros como Heather Has Two Mommys (“Heather tiene dos mamás”) y Daddy's Roommate (“El compañero de cuarto de papá”), sin que lo sepan los padres.
El eufemismo más común que se utiliza para promover el homosexualismo de forma solapada es el “orientación sexual” o “preferencia sexual”. Otro término que se utiliza y que denota toda una ideología, que explicaremos en la sección correspondiente, es el de “perspectiva de género”, ideología que está muy unida al feminismo radical que ya hemos mencionado.
También en Estados Unidos, ciertas organizaciones de homosexuales militantes se han unido a organizaciones proabortistas, como Paternidad Planificada, ara pedir que se ofrezca una “educación” sexual inmoral más extensa. En ella se incluye la “educación sobre el SIDA”, otro tema que aprovechan los activistas homosexuales para promover su estilo de vida en las escuelas, universidades y medios de comunicación.
Varias de las universidades más prominentes de Estados Unidos han introducido cursos, congresos y hasta centros de estudio dedicados al homosexualismo y al lesbianismo, presentándolos como “estilos de vida” tan “aceptables” como el heterosexual.
Otra de las tácticas que utilizan estos grupos de homosexuales militantes es la de tildar a todos los que se oponen a su ideología de “homofóbicos”, de esta manera buscan ridiculizar a sus oponentes para así cambiar la opinión pública. Este término ha sido utilizado también por los medios de comunicación, los cuales se han aliado al movimiento en pro del homosexualismo, tergiversando u ocultando la verdad sobre este dañino e inmoral estilo de vida.
Existe el peligro de que, al legalizarse homosexualismo se lleguen a legalizar también otras aberraciones, como la pederastia y el sadomasoquismo. Una vez que se acepta como “normal” una desviación sexual, otras perversiones también llegan a ser aceptadas. Esta conclusión se sigue, además, de las mismas exigencias de los militantes homosexuales, los cuales quieren que se acepte cualquier tipo de actividad sexual. De hecho el 37% de los homosexuales promiscuos practica el sadomasoquismo. Además, el movimiento homosexual ha aceptado la presencia de grupos sadomasoquistas y de practicantes de la pedofilia, como la Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y Niños o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association) en sus marchas de Washington, D.C. y San Francisco.
América Latina es el blanco de los grupos de homosexuales y lesbianas militantes, no sólo por la influencia de Estados Unidos, sino también de la ONU, que le ha dado status consultivo a la Asociación Internacional de Homosexuales y Lesbianas (ILGA, por sus siglas en inglés).
Es crucial que nos demos cuenta de que el comportamiento homosexual o lésbico ya no es algo que queda en la penumbra. Los grupos homosexuales y lésbicos están promoviendo su ideología y sus actividades entre los niños y los jóvenes. Esa es su principal forma de supervivencia como grupo social. Son nuestros propios hijos los que están en peligro, pues el origen de la homosexualidad se encuentra muchas veces en la seducción del niño o adolescente por parte de un adulto homosexual. De nosotros depende que tomemos en serio este ataque contra la familia y contra nuestros hijos y que lo afrontemos con responsabilidad.
Lo que a continuación denunciamos es la actividad homosexual y la promoción de dicha actividad por parte de grupos de homosexuales militantes que rechazan la enseñanza de Dios y de Su Iglesia sobre el precioso don de la sexualidad humana. Sabemos que hay muchas personas con inclinaciones homosexuales que no están de acuerdo con el activismo homosexual o que no les interesa. Aquí sólo nos referimos al pecado del acto homosexual y al homosexualismo militante que tanto daño les está haciendo a los niños, a la integridad de la costumbres, a la familia y a la sociedad en general.
Sin embargo, reiteramos que no nos motiva ninguna animosidad, ni siquiera contra los homosexuales militantes. Sólo rechazamos su equivocada ideología y su dañino e inmoral estilo de vida. Nuestro amor cristiano hacia ellos se expresa por el deseo que sentimos de que conozcan a Dios, rechacen el pecado y vivan una vida feliz en los caminos del Señor. Lo que nos motiva aquí es el deseo de defender la verdad de Dios, la vida y la familia.
En la sección de esta mini-enciclopedia provida dedicada a este tema mostraremos en detalle cómo la evidencia científica no ha demostrado que la homosexualidad sea el resultado directo de causas biológicas, genéticas o neuro hormonales. Lo más que se puede decir es que pudiera existir alguna base genética, hormonal, neurológica o cerebral que predispone a la homosexualidad. Esta pudiera inclinar a unas personas más que a otras al homosexualismo, pero no obligarlas a practicarlo. Los estudios contemporáneos han mostrado que el alcoholismo puede tener una base orgánica que predispone a unas personas más que a otras a ese problema. Sin embargo, sabemos que las personas afectadas son libres de buscar ayuda y curarse. Además, suponiendo que hubiese alguna base genética, biológica u hormonal en la inclinación o comportamiento homosexual, eso no justifica una conducta que, como también veremos en esa sección, es de por sí dañino para el ser humano y para la sociedad.
Es importante darse cuenta de que los grupos de homosexuales militantes están muy bien organizados a nivel regional, nacional e internacional y ejercen una influencia política muy fuerte. Esta feroz actividad militante es posible debido a que son capaces de recaudar millones de dólares anualmente para actividades políticas y al apoyo que reciben de los medios de comunicación.
El 25 de abril de 1993 el movimiento homosexual llevó a cabo una marcha de “orgullo homosexual” en Washington, DC (ya han tenido lugar otras marchas como ésta en otros lugares del país). Durante esa manifestación miles de “parejas” de homosexuales y lesbianas contrajeron “matrimonio” con la ayuda del “Reverendo” Troy Perry, que fundó una iglesia para homosexuales que se ha extendido desde California a todo Estados Unidos y a quince países, incluyendo México, Perú y la Argentina. Este desfile se caracterizó por escenas inmorales, cuya denuncia la mayor parte de los medios de comunicación pasó por alto. Participaron también cientos de sadomasoquistas y transexuales.
Durante la marcha, los activistas en pro del homosexualismo dieron a conocer 7 exigencias generales, en torno a las cuales se agrupan otras 55 demandas específicas. He aquí un resumen de las 7 exigencias generales:
Que se deroguen todas las leyes que prohíben la práctica del homosexualismo.
Que se pueda usar dinero de los impuestos para pagar operaciones de cambio de sexo.
Que se legalicen los “matrimonios” entre miembros del mismo sexo, incluyendo la adopción de niños.
Que se requiera la plena participación de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales en programas de educación, de guarderías infantiles y de orientación escolar.
Que los anticonceptivos y el aborto estén a la disposición de toda persona, no importa la edad.
Que se utilice dinero de los impuestos para pagar la inseminación artificial de lesbianas y bisexuales y que se prohíba la expresión de objeciones al homosexualismo que estén basadas en la religión.
Que organizaciones como los Boy Scouts acepten a homosexuales como directores de patrulla.
En el sistema educativos público de Estados Unidos y de algunos países latinomaericanos, como Colombia, (en El Salvador se está intentando), se han introducido cursos y programas de “educación” sexual, comenzando desde preescolar y kindergarten, que presentan el homosexualismo a niños y adolescentes como un “estilo de vida’" o “preferencia u orientación sexual” más. Por ejemplo, en Estados Unidos, el nombre del programa que persigue estos objetivos se llama “El Proyecto 10". La Asociación Nacional de Educación de ese país le dio un premio a la fundadora de dicho programa, una maestra de escuela que es lesbiana, de nombre Virginiua Uribe. El premio fue a causa de su “liderazgo creativo en pro de los derechos humanos”. Es alarmante saber también que en estos cursos y en las bibliotecas de las escuelas públicas de Estados Unidos se utilizan libros como Heather Has Two Mommys (“Heather tiene dos mamás”) y Daddy's Roommate (“El compañero de cuarto de papá”), sin que lo sepan los padres.
El eufemismo más común que se utiliza para promover el homosexualismo de forma solapada es el “orientación sexual” o “preferencia sexual”. Otro término que se utiliza y que denota toda una ideología, que explicaremos en la sección correspondiente, es el de “perspectiva de género”, ideología que está muy unida al feminismo radical que ya hemos mencionado.
También en Estados Unidos, ciertas organizaciones de homosexuales militantes se han unido a organizaciones proabortistas, como Paternidad Planificada, ara pedir que se ofrezca una “educación” sexual inmoral más extensa. En ella se incluye la “educación sobre el SIDA”, otro tema que aprovechan los activistas homosexuales para promover su estilo de vida en las escuelas, universidades y medios de comunicación.
Varias de las universidades más prominentes de Estados Unidos han introducido cursos, congresos y hasta centros de estudio dedicados al homosexualismo y al lesbianismo, presentándolos como “estilos de vida” tan “aceptables” como el heterosexual.
Otra de las tácticas que utilizan estos grupos de homosexuales militantes es la de tildar a todos los que se oponen a su ideología de “homofóbicos”, de esta manera buscan ridiculizar a sus oponentes para así cambiar la opinión pública. Este término ha sido utilizado también por los medios de comunicación, los cuales se han aliado al movimiento en pro del homosexualismo, tergiversando u ocultando la verdad sobre este dañino e inmoral estilo de vida.
Existe el peligro de que, al legalizarse homosexualismo se lleguen a legalizar también otras aberraciones, como la pederastia y el sadomasoquismo. Una vez que se acepta como “normal” una desviación sexual, otras perversiones también llegan a ser aceptadas. Esta conclusión se sigue, además, de las mismas exigencias de los militantes homosexuales, los cuales quieren que se acepte cualquier tipo de actividad sexual. De hecho el 37% de los homosexuales promiscuos practica el sadomasoquismo. Además, el movimiento homosexual ha aceptado la presencia de grupos sadomasoquistas y de practicantes de la pedofilia, como la Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y Niños o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association) en sus marchas de Washington, D.C. y San Francisco.
América Latina es el blanco de los grupos de homosexuales y lesbianas militantes, no sólo por la influencia de Estados Unidos, sino también de la ONU, que le ha dado status consultivo a la Asociación Internacional de Homosexuales y Lesbianas (ILGA, por sus siglas en inglés).
Es crucial que nos demos cuenta de que el comportamiento homosexual o lésbico ya no es algo que queda en la penumbra. Los grupos homosexuales y lésbicos están promoviendo su ideología y sus actividades entre los niños y los jóvenes. Esa es su principal forma de supervivencia como grupo social. Son nuestros propios hijos los que están en peligro, pues el origen de la homosexualidad se encuentra muchas veces en la seducción del niño o adolescente por parte de un adulto homosexual. De nosotros depende que tomemos en serio este ataque contra la familia y contra nuestros hijos y que lo afrontemos con responsabilidad.
Harry
Hay es el fundador del movimiento de gays y lesbianas. En 1954 funda la
Sociedad Mattachine [Mattachine Society], donde siete hombres gay se
reunían de forma clandestina en un sótano en Los Angeles. La sociedad
mencionada basó su nombre en un grupo de mimos que en el medioevo
utilizaba máscaras mientras promovían la rebelión contra la monarquía.
Estudio el berdachismo en New Mexico, esto es, la práctica de los
Americanos nativos de criar un “tercer género” [”third gender”] de niños
como intermediarios espirituales entre ambos sexos. El afirmaba que las
personas gay tenían como propósito en la vida ser intermediarios siendo
este el espíritu de la internacional gay.