HONOR Y MISERIA EN EL JUICIO POR EL OPERATIVO INDEPENDENCIA
Por Mauricio Ortín
Participé
como miles de argentinos del Operativo Independencia en la provincia de
Tucumán. Todos, soldados, suboficiales y oficiales de las fuerzas
legales, ya en combate, ya custodiando a los civiles, cumplimos con
nuestro deber al derrotar a la Compañía de Monte “Ramón Rosa Giménez”
del Ejército Revolucionario del Pueblo. Han pasado cuarenta años de
aquella patriada, tiempo más que suficiente para que vencedores y
vencidos escriban la historia mirando hacia adelante y no como si
tuvieran los ojos en la nuca. Conviene precisar que fue el Estado
nacional, presidido por el gobierno de María Estela Martínez de Perón,
con la aquiescencia del Congreso, el Poder Judicial, los gobernadores y
todas las fuerzas políticas el que ordenó a las Fuerzas Armadas y de
seguridad aniquilar la subversión en Tucumán. Paradójicamente, casi
medio siglo después, son los mismos actores políticos los que
implementaron una “política de Estado” para perseguir a aquellos que
cumplieron con su anterior “política de Estado” de aniquilar la
subversión.
Párrafo aparte merece el alegato final del fiscal Pablo Camuña. Su esfuerzo retórico está dirigido a condenar al Operativo Independencia como empresa maligna para, luego, deducir la culpabilidad objetiva de los acusados por el mero hecho de haber participado en ese operativo. De allí que las pruebas resulten ociosas y el testimonio del enemigo de los imputados le baste y sobre para pedir perpetua. El alegato de Camuña podría definirse como un mamarracho jurídico “políticamente correcto” a la altura de la cobardía generalizada que atraviesa la sociedad argentina. Para Camuña, "El Ejército, con las unidades sumadas a él o puestas bajo su control, invadió y ocupó la provincia de Tucumán durante un período que llegó por lo menos hasta 1978”. Pero ¿cómo se entiende esto? Acaso, que hay que considerar al Ejército argentino como el enemigo invasor del territorio nacional? ¿Camuña coincide con la tesis de los terroristas? Es más, ¿por qué las FF.AA. ocuparon y ocupan Tucumán y el resto del territorio nacional? ¡Porque éste, todavía, es argentino! El invasor, el que hacia flamear una bandera extraña a la celeste y blanca, el que aliado al Estado cubano pretendía adueñarse de la “cuna de la Independencia” y mutilarla del territorio nacional, fue el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo).
Agrega,
“que no existió una guerra"…. "Vamos a analizar y rechazar la porfiada,
descabellada y por cierto cobarde alusión a la guerra”. Desconozco si
Camuña había nacido cuando se libraron los combates, entre otros, de
Manchalá y Acheral; pero, en caso de haber actuado de buena fe, bien
podría haberse ahorrado semejante dislate poniendo atención a la montaña
de documentación presentada por la defensa o a las declaraciones de los
testigos-combatientes de Manchalá durante el juicio ¿Son “cobardes”,
como dice Camuña, los imputados que hacen “alusión a la guerra para
explicar sus conductas? ¿O son cobardes los guerrilleros que siempre la
reivindicaron y la niegan en los juicios? Repugna escuchar cuando los
Perdía, Mattini, Verbitsky, Anguita y compañía lloran presentándose como
víctimas inocentes.. ¿Habrán sido así de miserables los que no
sobrevivieron? Cuesta imaginarse a un Roberto Santucho patético y
lastimero. Descartado que los subversivos fueron parte argentina del
movimiento hippie mundial, quienes se encontraban de picnic en el monte
tucumano predicando el amor a la naturaleza y la paz del mundo, quedan
sólo dos opciones para definirlos: o fueron soldados peleando (por
extraviada que fuera) su guerra revolucionaria o fueron criminales
seriales, psicópatas o degenerados que asesinaban por el placer perverso
de matar. Ante la duda, y a pesar del deshonor con que los ofenden los
Camuña, prefiero pensar que murieron como ¿valientes? soldados. Pero hay
más, ¿por qué el fiscal habría de perder r semejante oportunidad de
equiparar al Operativo Independencia con el horror nazi de Treblinka, de
igualar a la víctima Ana Frank con el victimario Gorriarán Merlo? Los
judíos europeos fueron asesinados por el “delito” nazi de existir. Es un
agravio y un deshonor al martirio de millones de inocentes el,
siquiera, equipararlos con esos repugnantes seres que no respetaban ni
la vida propia, ni la ajena.
Como broches del alegato, Camuña solicita al Tribunal: 1) que en la sentencia se declare que, durante el Operativo Independencia, no existió “enfrentamiento armado” (no se sabía de la adhesión a la corriente historiográfica estalinista del fiscal) y 2) que los juicios que en su época condenaron a los asesinos del capitán Viola y su hija sean declarados nulos (nadie podrá acusarlo de incoherente). El juicio al Operativo Independencia es, salvando las distancias, como el juicio por crimen de lesa humanidad que podría ¿instruirse? al comando militar que mató a Osama Bin Laden o el que podría abrirse a los 88.000 policías franceses que participaron en la caza y muerte de los dos terroristas que atentaron contra la revista Charlie Hebdó. Como mínimo, sería considerado “Traición a la Patria”.
Las cosas son así y poco o nada se puede hacer para evitar que esos ancianos se pudran en prisión. Más allá de las defensas valientes y brillantes de los abogados defensores tucumanos, no albergo la menor esperanza de justicia por parte de jueces que son fieles a la “política de Estado” antes que a la Constitución Nacional. No soy genocida, ni invasor, ni violador de los derechos humanos por haber sido parte del Operativo Independencia. Al contrario y por eso mismo me debo el reconocimiento de haber estado allí. Guardo celosamente el diploma que acredita mi participación de soldado argentino, que tiene en mi hogar el lugar de honor que se merece…
Como broches del alegato, Camuña solicita al Tribunal: 1) que en la sentencia se declare que, durante el Operativo Independencia, no existió “enfrentamiento armado” (no se sabía de la adhesión a la corriente historiográfica estalinista del fiscal) y 2) que los juicios que en su época condenaron a los asesinos del capitán Viola y su hija sean declarados nulos (nadie podrá acusarlo de incoherente). El juicio al Operativo Independencia es, salvando las distancias, como el juicio por crimen de lesa humanidad que podría ¿instruirse? al comando militar que mató a Osama Bin Laden o el que podría abrirse a los 88.000 policías franceses que participaron en la caza y muerte de los dos terroristas que atentaron contra la revista Charlie Hebdó. Como mínimo, sería considerado “Traición a la Patria”.
Las cosas son así y poco o nada se puede hacer para evitar que esos ancianos se pudran en prisión. Más allá de las defensas valientes y brillantes de los abogados defensores tucumanos, no albergo la menor esperanza de justicia por parte de jueces que son fieles a la “política de Estado” antes que a la Constitución Nacional. No soy genocida, ni invasor, ni violador de los derechos humanos por haber sido parte del Operativo Independencia. Al contrario y por eso mismo me debo el reconocimiento de haber estado allí. Guardo celosamente el diploma que acredita mi participación de soldado argentino, que tiene en mi hogar el lugar de honor que se merece…