Revisando la Historia
BUENO BASTA ‒ YA SE PASARON DE LA RAYA ‒ CON LOS CHICOS NO SE METAN
“Deja que la melosa lengua lama la pompa absurda y el gozne de la servil
rodilla se doble allí donde el lucro pueda seguir a la lisonja”
(W. Shakespeare -“Hamlet”).
Bastantes personas,
dispares entre sí, difunden y ampliamente, la idea de que el estado deplorable
a que hemos llegado, es culpa exclusiva nuestra, por una extraña condición
endémica, caracterizada por individualismo, holgazanería, y capacidad mental
muy reducida, todo esto sin la menor injerencia extranjera. En parte tienen
algo de razón, pero sin olvidar que los afectados por este extraño mal son
escasos, y se encuentran acantonados en los puestos jerárquicos, donde los
colocan los votos de una masa ciega, cuya única fuerza social radica en el
número.
Bien, ese puñado
de individuos se encuentra en sus puestos desde nuestro mismísimo nacimiento en
1810 y no por generación espontánea, sino, como dice Ortega y Gasset en
“Historia como Sistema”, que los hechos de la historia no suceden por
generación espontánea y porque sí, sino que tienen su antecedente; es decir,
que tal cosa sucede hoy porque ayer sucedió tal otra, y que si no fuera de esa
manera, sería prácticamente imposible una ciencia histórica reduciéndose a una
pululación rebelde de sucesos, indómita ante toda sistematización y leyes.
Veamos: dice
Julio González en “Los Tratados de Paz por la Guerra de Malvinas”: “Los
artículos importados siempre fueron inicialmente baratos, porque en Gran
Bretaña y los países del Commonwealth era y es virtualmente esclavo”, siguiendo
que “los soldados derrotados en las jornadas de la Reconquista de 1806 y la
Defensa de 1807 volvieron a Gran Bretaña, pero los mercaderes y permisionarios
del Edicto de Libre Comercio de 1809, quedaron como comerciantes y como
conductores políticos”. Prosigue: “la catarata de artículos importados de Gran
Bretaña en 1810, igual que su equivalente de 1993 ocasionada por el decreto de
Desregulación nº 2284 de 30/10/1991 fueron inicialmente baratos por la razón citada,
determinando una drástica supresión del trabajo de los argentinos, y una
acelerada reducción de sus ingresos laborales. Tal la consecuencia elemental de
la economía del mercado para el rédito empresario internacional”. Y también:
“Junto con las mercaderías inglesas llegaron y se afincaron los mercaderes,
entre ellos, Alexander Mackinnon, quien organizó la British Commercial Room,
cuyas actividades gravitaban, con las características de una invasión
silenciosa y sostenida y una compulsión permanente, razón por la cual el virrey
Cisneros dispuso que los súbditos británicos debían abandonar la ciudad el
18/05/1810 pero, un día antes de la expulsión, arribó la fragata inglesa “Misteltoe”
y comenzó la Semana Mayo con la instalación de la Primera Junta de Gobierno,
cuya integración fue redactada por el mismo Alexander Mackinnon”.
“Poco a poco se
perfilaron en el gobierno dos grupos antagónicos en la política argentina, que
marcan su evolución, un grupo minoritario de unitarios y logistas, donde
militaban liberales y extranjerizantes (en una palabra cipayos), y otro
mayoritario de federales, autonomistas, donde militaban los argentinizantes,
defensores de lo criollo, tradicional, nacional, católico y auténticamente
argentino hispano-cristiano”. “La masonería en la Argentina y en Mundo” -
Aníbal A. Rottjer. Sigue: “el antagonismo de estos grupos ha decidido en el
pasado y decidirá en el porvenir la grandeza o la decadencia de nuestra
Nación”.
Esta división es
suficiente para explicar esa opinión difundida de unas lacras morales
congénitas nuestras, culpa de nuestra decadencia. Aunque en realidad apoya y da
la razón a la idea de Ortega, ya que ejemplifica a la perfección su teoría de
la sistematización de la historia, y no esa de una especie de generación espontánea.
Ese cipayismo encontró luego sus máximos exponentes en Moreno, quien pidió
ayuda al embajador inglés en Río de Janeiro como para oponerse a todo intento
de una restauración cisnerista, insinuándole a la vez el deseo, por parte de la
Junta, de establecer nuevas relaciones mercantiles con la nación inglesa,
estableciéndose luego, el 05/06, según Levene “Historia de la Nación
Argentina”, se establece una nueva escala de derechos a la exportación de
frutos del país, disminuyéndolos en más de un 100%. “El 15/07 se permitió la
exportación de metales preciosos, previo pago de derechos, el 19/07 se declaró
libre la exportación de harinas, etc”. (En “Así fue Mayo” – Federico
Ibarguren).
Pero hay que
esperar a que Rivadavia regrese de Inglaterra donde había concurrido con el
propósito de formar una compañía minera para explotar los yacimientos de
metales preciosos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, para poder
observar en todo su esplendor esas tendencias encontradas en Moreno,
antiargentinas extranjerizantes y
anticatólicas; propias de un utopista e iluso jacobino, característica que me
permiten incluirlo dentro de los jóvenes idealistas aparecidos con vida, aunque
más alto y más blanco, con una trayectoria tan similar a nuestros actuales
gobernantes que hasta regresar de un viaje a un país anglosajón antes de asumir
su cargo, en Octubre de 1825, como es la costumbre actual, generalizada,
seguramente para retirar su “manual del usuario”.
Pero ya es hora
de enfocarnos en la cuestión de las deudas externas y sus consecuencias.
Comencemos con el
primer empréstito, (el de la Baring Bross), contraído por Rivadavia y su ad
later Manuel José García, en 1842, por un millón de libras esterlinas, que se
colocó al 70%, y que la casa Baring descontó, al servicio de dos anualidades de
manera que la Argentina solo percibió 50.700 libras. Este primer empréstito
representa una riqueza que se llevó de Argentina a Inglaterra, en seguida se
retuvieron 70.000 libras “de gastos varios”, en resumen Inglaterra descontó una
suma real de 700.000 y las repúblicas españolas quedaron hipotecadas en
20.890.000 libras. De 1822 a 1826 se efectuaron tres empréstitos hechos de
Inglaterra a las colonias españolas. “La primer arma de la dominación económica
es el empréstito, nuestra deuda se terminó de pagar en 1904 y no sirvió para
nada”. R. Scalabrini Ortiz “Política británica en el Río de la Plata”. Conviene
ahora que nos remontemos al Siglo XVI, época de la oposición entre la Reforma y
Contrarreforma, es decir, entre la “modernidad protestante” anglosajona y
misionismo español y católico, en la opinión de Juan A. Ortega y Medina (en “El
Destino Manifiesto”), conflicto heredado por Estados Unidos. Que justifica su
teoría del predestinado imperialismo, el cual discrimina entre elegidos y
réprobos (hombres, razas y naciones). Tocándonos a nosotros, con toda
Iberoamérica, el lado de los réprobos de esta barrera teológicamente
discriminatoria. No imaginen ni por un segundo los que sustentan la teoría de
la generación espontánea de una endemia de lacras morales que nos endilgan y
que sería la causa de nuestros males.
Veamos: dice Don
Julio Irazusta (“influencia economía Británica en el Río de la Plata”). Que al
finalizar el siglo de oro español, que el Siglo XVIII vio surgir una Inglaterra
pujante, al punto de ambicionar posiciones enormes en América acosta de las
posesiones francesas: exigían inmensos territorios, un monopolio sobre las
pesquerías de Terranova, comercio legal y directo con los súbditos españoles en
las Indias Occidentales, etc. Antes de su muerte, Guillermo III, su ministro
Portland sugirió a Francia el reparto de las Indias españolas. Desde la última
década del Siglo XVI, importantes publicistas, como Jonhatan Swift plantean una
nueva política de extensión en el mar y la creación de “una nueva Roma”, con el
desarrollo del comercio internacional, oportunamente apoyado por los cañones de
la “Royal Navy” todo esto legitimizado por una supuesta vocación de
evangelización de los indios o implantar una regeneración de los mismos, “falsamente
evangelizados” por los españoles y hacerlo por medio de la religión reformada. Todo
lo que podía ensayarse por medio del mercantilismo “comprando las perlas de la
tierra y vendiendo las perlas del cielo”. Y con el apoyo de propaganda
antiespañola, odio que hemos heredado, con los epítetos frecuentes que eran: la
crueldad, la indolencia, la cobardía y el fanatismo españoles.
No permita que lo
engañen más, ya sean traidores arteros y solapados como Alfonsín, o un frívolo
cholulo, fanfarrón e inconsistente, traidor a cuanto pueda traicionarse, como
Menem. Estos personajes han tenido como único prestigio político saber decir “Yes,
Bwana”, cada vez que escuchaban (o creían escuchar) la voz del amo, mientras
vociferaban frente a un micrófono con el consabido fruncimiento de cejas y
perforando el aire con el índice, apretando sin compasión a los de abajo y
aflojando sin vacilar a los de arriba, con la clásica actitud del tornillo. En
fin, nosotros que amamos profundamente a nuestra Tierra y sus Tradiciones, los
vemos como traidores, tal vez ellos no se vean así. Y tal vez tengan razón,
porque sujetos de esta calaña no tienen Dios ni tienen Patria.
La Geopolítica es
la ciencia que estudia el movimiento de los pueblos hacia su grandeza o
declinación. Y desde antes de nuestro nacimiento como Nación estamos sometidos
a una geopolítica agresiva, pragmática, netamente mercantilista y profundamente
anticatólica, que es la anglosajona, que perdura hasta la fecha. Ud. me dirá que
me remonto al tiempo de Ñaupa, que eso es Historia Antigüa y cansadora, tal
vez, pero no se olvide que la Historia es un sistema, que lo que sucede hoy es
consecuencia de otra cosa anterior, que es su antecedente. Algunos datos pueden
aclarar el concepto: 1711 se publica un panfleto en Londres, anónimo, escrito
por “una persona de distinción”, titulado, “una propuesta para humillar a
España”. En el que luego de exponer detalladamente las riquezas naturales, las
vías de comunicación posibles y los sistemas de defensa se propone la invasión
de Bs.As.
En 1877 Sir Cecil
Rhodes, fundador de Rhodesia y su emporio aurífero y diamantero, dirigido por
Anglo American y DE Beers, y también del narcotraficante Chartered Bank de
Asia, escribió su testamento, en el que lega su fortuna al Fondo Rhodes, con el
objeto de establecer un fondo de y para el establecimiento, fomento y
desarrollo de una sociedad secreta, cuyo verdadero fin y objetivo será la
extensión del poder británico por todo el mundo, el perfeccionamiento de un
sistema de emigración del Reino Unido y de colonización por parte de súbditos
británicos a todas aquellas islas donde pueden obtenerse medios de sustento
mediante la energía, el trabajo, la empresa y especialmente la ocupación por
colonizadores británicos de todo el continente de África, la Tierra Santa, el
valle Éufrates, las islas de Chipre y Candia, toda América del Sur, las islas
del Pacífico que no pertenecen todavía a Gran Bretaña y todo el archipiélago
Malayo, las costas de China y Japón, la recuperación final de Estados Unidos
como parte integral del Imperio Británico. Dicha sociedad secreta resultó ser
el RIIA (Royal institue of international Affairs, de dónde sacó Rhodes esas
ideas?, naturalmente de su educación, a la que tanta importancia dan los ingleses,
elevando la suya y degradando la de los países que tienen que caer bajo su
garra, de ahí el desastre en que se ha convertido a la nuestra con la
imposición de la educación sexual, ideología de género, en fin, la cultura de
la muerte, que busca la degeneración de nuestros niños y la destrucción de su
identidad. Al paso que va prefigurando la personalidad de sus futuros posibles
súbditos.
Bien, Rhodes fue
alumno de Oxford y su maestro, John Ruskin, desde 1820, inculcaba a sus alumnos
la idea de que los ingleses eran herederos de una magnifica tradición, pero que
la misma no se podría salvar, a menos que se extendiese a lo largo y ancho del
mundo, y soñó con un Imperio Británico, dirigido por graduados de Oxford,
Cambridge y otras escuelas elitistas.
Y como maniobrar
para lograrlo? por medio de las llamadas Guerras Políticas, que son todas las
acciones no militares destinadas a dividir, engañar, desinformar y someter al
“enemigo”, el objetivo es destruir la República por dentro, imponiendo malas
leyes que provocan miseria, y descontento social. Fundamentalmente, destrucción
de Factores Morales y Psico Sociales y así reducirlos al mínimo posible que no
permita resistencia al régimen de colonización anglosajona.
¿Cuál es el
enemigo del Imperio? algunos ejemplos y una opinión británica pueden ayudar a
aclarar el punto: d. Hipólito Irigoyen, el dr. Arturo Illia y ‒nobleza obliga‒
Isabel Perón no pidieron un centavo de Deuda Externa y fueron derrocados por
golpes militares. La opinión británica resulta ser el Informe de Lord Franks,
publicado en la Falkland Island Review de marzo de 1983: “El gobierno de la
sra. de Perón no puede continuar porque su política económica resulta hostil a
los intereses británicos, no por agresiones a bienes británicos, como por
ejemplo no contraer Deudas Externas. Continúa diciendo: “sino por actitudes
económicas beneficiosas para la Nación”.
De lo dicho se
desprende que los objetivos ingleses apuntan a la destrucción y desunión en
varias áreas: económico, por medio de la imposición de Deudas Externas y
fundamentalmente, cultural, hasta el punto de que puede asegurarse que no
existe proyecto político sin proyecto cultural previo.
Actualmente, el
peso de esta campaña se depositó en la cuestión de la “ideología de género” y
la promoción de la “cultura de la muerte”, homosexualidad, aborto, etc.,
precisamente dicha “ideología de género” busca la destrucción de la persona
consigo misma, es decir,1) la pérdida de la identidad; 2) la destrucción de los
lazos entre los hijos y sus padres. Éstos planes se desarrollan particularmente
en el Standford Research Institute, eslabón de la cadena del Instituto
Tavistock de Londres, en Estados Unidos, este Instituto se ocupa de la
investigación y la manipulación de la conducta, individual y colectiva. La pregunta
que se impone es: ¿Puede existir alguna forma de oponerse a esta invasión? Tal
vez, pero sería para esto imprescindible lograr la unidad del pueblo, que
decidió plantarse ante el atropello, que significa la agresión a sus hijos, y
le haga saber al gobierno que ya ha sobrepasado de lejos la raya, al meterse
con la personalidad y el futuro de los hijos desde la Escuela, y que no está
dispuesto a permitir semejante atropello, precisamente los carteles de
propaganda de “Cambiemos” rezan “Juntos es posible”, exactamente, pero no en el
sentido de esa propaganda política. Se hizo y dio resultado en Méjico,
Colombia, y Panamá. Donde gracias a la decisión masiva de sus pueblos,
utilizando las redes sociales de comunicación se unieron y se hizo saber a sus
gobiernos, que se les negaría colectivamente el voto, único fin único motivo de
ser de estos cipayos, y lo único que les duele ‒lograron la derogación de esas
leyes de “educación”‒ lo lograron como reacción popular ante el intento de la
ONU de imponer la ley 0.61 de educación, directamente en sus escuelas sin pasar
previamente por el Congreso. Si se logra la unión de la sociedad en defensa de
los hijos y se exige la derogación de esas leyes que están transformando
nuestras Escuelas en burdeles, por supuesto, mostrando una unión y una decisión
firme y haciéndole saber al gobierno que efectivamente no van a recibir ni un
solo voto a menos que deroguen esas leyes de educación hay que comunicárselo
para que no les quepa lugar a la más mínima duda y rápido, porque ya no falta
mucho tiempo para que se reinicie el fandango electoral. Y que se enteren
fehacientemente, ni un voto.