Pérez Esquivel y un poco de Justicia – Por Agustín Laje
“Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, dice un
conocido refrán. En el caso de Adolfo Pérez Esquivel, quien en un
reciente asalto fue sustraído de importantes cantidades de dólares y
euros, el famoso dicho debe ser ligeramente modificado: “delincuente que
roba a defensor de delincuentes es prueba de justicia viviente”.
En efecto, no sabemos si Pérez Esquivel es o no un ladrón. Lo que
sabemos con certeza es que si por algo se ha caracterizado su “cruzada
por los Derechos Humanos”, eso ha sido por ponerse siempre del lado de
los delincuentes. Nada nuevo bajo el sol: ¿no es ya un secreto a voces
que los “Derechos Humanos” se transformaron en un instrumento ideológico
en beneficio de la delincuencia organizada y no organizada por igual?
Si no, pregúntenle al parricida Sergio Schocklender.
A Pérez Esquivel los Derechos Humanos le importan un comino. O, mejor
dicho, le importan siempre que se puedan esgrimir en beneficio de
guerrilleros y terroristas de izquierda. Contrariamente, cuando se trata
de contemplar los derechos humanos de las víctimas de organizaciones
armadas de izquierda o de dictaduras comunistas, Adolfo se tapa ojos,
oídos y boca. Y si se atreve a decir algo, será en respaldo no de las
víctimas, sino de los victimarios. Su público apoyo a las dictaduras
castrista y chavista ponen de manifiesto que su lucha no es humanitaria,
sino ideológica.
Cuando murió Fidel Castro, no reparó sobre las miles personas que su
régimen asesinó, encarceló, torturó y exilió, sino que sencillamente se
limitó a brindar sentido homenaje al dictador diciendo que “Fidel dejó
un ejemplo de resistencia revolucionaria”[1] y que su recuerdo “sigue
iluminando el camino de los pueblos”.[2] Respecto de Chávez, también
lloró sentidamente su muerte y, sobre su sucesor, el dictador Nicolás
Maduro, en abril de este año publicó una carta de apoyo para con su
dictadura, en la que responsabiliza a Estados Unidos y a la oposición de
lo que pasa en ese desdichado país carcomido por el socialismo del
Siglo XXI.[3]
Pero veamos, concretamente, apenas dos casos para ilustrar en concreto de lo que hablamos.
El 23 de enero de 1989, la organización terrorista “Movimiento Todos
por la Patria” (MTP) atacó en Argentina los cuarteles militares de La
Tablada, intentando derrocar un gobierno democrático, dando muerte a 11
personas e hiriendo de gravedad a 66. Muchos terroristas fueron
legalmente detenidos, y fue entonces cuando el bueno de Pérez Esquivel
se sumó (junto a Madres de Plaza de Mayo) a la gran campaña de presión
que le terminó arrancando al presidente Fernando De la Rúa una serie de
indultos que liberaron a los terroristas. A la sazón, Adolfo publicaba
una “carta abierta” donde expresaba su “preocupación” por los “presos de
La Tablada” y le pedía en consecuencia a De la Rúa “coraje” para
dejarlos en libertad.[4] Traducido: expresaba su malestar por ver a
terroristas de izquierda tras las rejas y pedía impunidad.
En efecto, Pérez Esquivel había hecho amistad mucho tiempo antes con
los terroristas del MTP, cuando aquél era columnista estrella de la
revista “Entre Todos”, publicación que tal como ha mostrado el
historiador Sebastián Miranda en Los secretos de La Tablada fue la base en torno a la que se organizaron los miembros del futuro grupo terrorista.
“Entre Todos” comenzó a publicarse en noviembre de 1984. Su staff
estaba abarrotado de miembros de organizaciones terroristas ya
desactivadas, como Manuel Gaggero (ERP), Pablo Ramos (Montoneros), Julio
César Urien (Montoneros), Hernán Invernizzi (ERP), Hilda Nava de Cuesta
(ERP), Rubén Dri (FAP y Montoneros), entre otros. El propio jerarca del
ERP y posteriormente líder del MTP, Enrique Gorriarán Merlo, confesará
en sus Memorias que él también estaba detrás de la revista, aunque no figurara su nombre por prudencia.
El hecho fue que algunos años más tarde, muchos integrantes de “Entre
Todos” irrumpirían armados hasta los dientes y a los tiros en el
Regimiento de Infantería Mecanizado 3 de La Tablada. Entre ellos, nada
menos que el mismísimo director de la revista Carlos Burgos, el fraile
Antonio Puigjané, Pablo Ramos, Francisco Provenzano, Enrique Gorriarán
Merlo, Roberto Felicetti, entre otros.
¿Qué hacía el “derechohumanista” Pérez Esquivel escribiendo para
“Entre Todos”? ¿Por qué jamás pidió por las víctimas que dejó la
balacera del MTP? ¿Por qué, en cambio, pidió por la impunidad de los
asesinos? Muy simple: porque los Derechos Humanos son, para Pérez
Esquivel, un instrumento ideológico y nada más que eso.
El otro caso digno de destacar es más reciente. En el año 2012, la
organización peruana MOVADEF, integrada en gran parte por personas
condenadas por terrorismo en Perú, cuyo objetivo es conseguir una
amnistía para el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y para los
terroristas que hoy están encarcelados, publicó videos y fotos donde se
veía a sus miembros compartir una amistosa reunión con un sonriente
Pérez Esquivel.
Diego Rayme, director de MOVADEF filial Argentina, quien además
estuvo cinco años preso en Perú por delitos de terrorismo, brindó pocos
días después una conferencia de prensa en la que aseveró: “Mientras en
Perú te dicen terrorista, acá (en Argentina) los compañeros te dicen
‘luchador social’. Acá los compañeros te atienden. Acá Madres de Plaza
de Mayo te abre las puertas. Acá Pérez Esquivel te firma un documento de
apoyo”. Rayme se refería, en concreto, a la “carta abierta” que aquél
envió al entonces presidente Humala expresándole “preocupación” por los
“presos políticos” de su país.[5]Exactamente el mismo modus operandi que llevó adelante para con De la Rúa y los terroristas del MTP.
Lo curioso es que Pérez Esquivel defina como “presos políticos” a
aquellos que integraron una organización que acabó con la vida de más de
25mil peruanos. Sobre las víctimas de Sendero Luminoso, contrariamente,
no dijo ni una palabra. Claro, éstas no eran presumiblemente de
izquierda.
Los varios fajos de dólares y euros que un grupito de delincuentes le
robó a Pérez Esquivel hace apenas algunas horas probablemente fueron
obtenidos con arreglo al curro de los Derechos Humanos, que tan jugosas
regalías deja. En efecto, a Adolfo no se le conoce otro trabajo que no
sea el de militar políticamente en defensa de los delincuentes, a cambio
de lo cual es muy bien financiado.
Que hoy los delincuentes perjudiquen a este profesional de la defensa
de los delincuentes solo puede interpretarse en un sentido: en el
sentido de que la Justicia todavía existe.
NOTAS:
[1] https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201611261065131910-fidel-perez-esquivel/
[2] https://www.telesurtv.net/news/Perez-Esquivel-Fidel-sigue-iluminando-el-camino-de-los-pueblos-20161126-0022.html
[3] En este enlace se reproduce la publicación de Pérez Esquivel: http://leyendonoticias.com/mensaje-perez-esquivel/1379
[4] Ver Diario Página/12, 28 de diciembre de 2000.
[5] Ver https://www.youtube.com/watch?v=6iy8A3GzbIg
Fuente: http://fundacionlibre.org.ar/2017/09/16/perez-esquivel-y-algo-de-justicia-por-agustin-laje/