jueves, 21 de septiembre de 2017

Pérez Esquivel y un poco de Justicia – Por Agustín Laje






Pérez Esquivel y un poco de Justicia – Por Agustín Laje


“Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, dice un conocido refrán. En el caso de Adolfo Pérez Esquivel, quien en un reciente asalto fue sustraído de importantes cantidades de dólares y euros, el famoso dicho debe ser ligeramente modificado: “delincuente que roba a defensor de delincuentes es prueba de justicia viviente”.
En efecto, no sabemos si Pérez Esquivel es o no un ladrón. Lo que sabemos con certeza es que si por algo se ha caracterizado su “cruzada por los Derechos Humanos”, eso ha sido por ponerse siempre del lado de los delincuentes. Nada nuevo bajo el sol: ¿no es ya un secreto a voces que los “Derechos Humanos” se transformaron en un instrumento ideológico en beneficio de la delincuencia organizada y no organizada por igual? Si no, pregúntenle al parricida Sergio Schocklender.



A Pérez Esquivel los Derechos Humanos le importan un comino. O, mejor dicho, le importan siempre que se puedan esgrimir en beneficio de guerrilleros y terroristas de izquierda. Contrariamente, cuando se trata de contemplar los derechos humanos de las víctimas de organizaciones armadas de izquierda o de dictaduras comunistas, Adolfo se tapa ojos, oídos y boca. Y si se atreve a decir algo, será en respaldo no de las víctimas, sino de los victimarios. Su público apoyo a las dictaduras castrista y chavista ponen de manifiesto que su lucha no es humanitaria, sino ideológica.

Cuando murió Fidel Castro, no reparó sobre las miles personas que su régimen asesinó, encarceló, torturó y exilió, sino que sencillamente se limitó a brindar sentido homenaje al dictador diciendo que “Fidel dejó un ejemplo de resistencia revolucionaria”[1] y que su recuerdo “sigue iluminando el camino de los pueblos”.[2] Respecto de Chávez, también lloró sentidamente su muerte y, sobre su sucesor, el dictador Nicolás Maduro, en abril de este año publicó una carta de apoyo para con su dictadura, en la que responsabiliza a Estados Unidos y a la oposición de lo que pasa en ese desdichado país carcomido por el socialismo del Siglo XXI.[3]






Adolfo Pérez Esquivel sonriente y abrazado con dictadores de la región sobre los que pesan causas de violaciones a los Derechos Humanos

Pero veamos, concretamente, apenas dos casos para ilustrar en concreto de lo que hablamos.

El 23 de enero de 1989, la organización terrorista “Movimiento Todos por la Patria” (MTP) atacó en Argentina los cuarteles militares de La Tablada, intentando derrocar un gobierno democrático, dando muerte a 11 personas e hiriendo de gravedad a 66. Muchos terroristas fueron legalmente detenidos, y fue entonces cuando el bueno de Pérez Esquivel se sumó (junto a Madres de Plaza de Mayo) a la gran campaña de presión que le terminó arrancando al presidente Fernando De la Rúa una serie de indultos que liberaron a los terroristas. A la sazón, Adolfo publicaba una “carta abierta” donde expresaba su “preocupación” por los “presos de La Tablada” y le pedía en consecuencia a De la Rúa “coraje” para dejarlos en libertad.[4] Traducido: expresaba su malestar por ver a terroristas de izquierda tras las rejas y pedía impunidad.

En efecto, Pérez Esquivel había hecho amistad mucho tiempo antes con los terroristas del MTP, cuando aquél era columnista estrella de la revista “Entre Todos”, publicación que tal como ha mostrado el historiador Sebastián Miranda en Los secretos de La Tablada fue la base en torno a la que se organizaron los miembros del futuro grupo terrorista.

“Entre Todos” comenzó a publicarse en noviembre de 1984. Su staff estaba abarrotado de miembros de organizaciones terroristas ya desactivadas, como Manuel Gaggero (ERP), Pablo Ramos (Montoneros), Julio César Urien (Montoneros), Hernán Invernizzi (ERP), Hilda Nava de Cuesta (ERP), Rubén Dri (FAP y Montoneros), entre otros. El propio jerarca del ERP y posteriormente líder del MTP, Enrique Gorriarán Merlo, confesará en sus Memorias que él también estaba detrás de la revista, aunque no figurara su nombre por prudencia.

El hecho fue que algunos años más tarde, muchos integrantes de “Entre Todos” irrumpirían armados hasta los dientes y a los tiros en el Regimiento de Infantería Mecanizado 3 de La Tablada. Entre ellos, nada menos que el mismísimo director de la revista Carlos Burgos, el fraile Antonio Puigjané, Pablo Ramos, Francisco Provenzano, Enrique Gorriarán Merlo, Roberto Felicetti, entre otros.

¿Qué hacía el “derechohumanista” Pérez Esquivel escribiendo para “Entre Todos”? ¿Por qué jamás pidió por las víctimas que dejó la balacera del MTP? ¿Por qué, en cambio, pidió por la impunidad de los asesinos? Muy simple: porque los Derechos Humanos son, para Pérez Esquivel, un instrumento ideológico y nada más que eso.






Los soldados dormían cuando los terroristas ingresaron a los tiros. En la imagen, desconcertados, aquellos se escapan del fuego enemigo.

El otro caso digno de destacar es más reciente. En el año 2012, la organización peruana MOVADEF, integrada en gran parte por personas condenadas por terrorismo en Perú, cuyo objetivo es conseguir una amnistía para el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y para los terroristas que hoy están encarcelados, publicó videos y fotos donde se veía a sus miembros compartir una amistosa reunión con un sonriente Pérez Esquivel.

Diego Rayme, director de MOVADEF filial Argentina, quien además estuvo cinco años preso en Perú por delitos de terrorismo, brindó pocos días después una conferencia de prensa en la que aseveró: “Mientras en Perú te dicen terrorista, acá (en Argentina) los compañeros te dicen ‘luchador social’. Acá los compañeros te atienden. Acá Madres de Plaza de Mayo te abre las puertas. Acá Pérez Esquivel te firma un documento de apoyo”. Rayme se refería, en concreto, a la “carta abierta” que aquél envió al entonces presidente Humala expresándole “preocupación” por los “presos políticos” de su país.[5]Exactamente el mismo modus operandi que llevó adelante para con De la Rúa y los terroristas del MTP.

Lo curioso es que Pérez Esquivel defina como “presos políticos” a aquellos que integraron una organización que acabó con la vida de más de 25mil peruanos. Sobre las víctimas de Sendero Luminoso, contrariamente, no dijo ni una palabra. Claro, éstas no eran presumiblemente de izquierda.






Adolfo Pérez Esquivel visitando a terroristas de MOVADEF

Los varios fajos de dólares y euros que un grupito de delincuentes le robó a Pérez Esquivel hace apenas algunas horas probablemente fueron obtenidos con arreglo al curro de los Derechos Humanos, que tan jugosas regalías deja. En efecto, a Adolfo no se le conoce otro trabajo que no sea el de militar políticamente en defensa de los delincuentes, a cambio de lo cual es muy bien financiado.

Que hoy los delincuentes perjudiquen a este profesional de la defensa de los delincuentes solo puede interpretarse en un sentido: en el sentido de que la Justicia todavía existe.

NOTAS:
[1] https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201611261065131910-fidel-perez-esquivel/
[2] https://www.telesurtv.net/news/Perez-Esquivel-Fidel-sigue-iluminando-el-camino-de-los-pueblos-20161126-0022.html
[3] En este enlace se reproduce la publicación de Pérez Esquivel: http://leyendonoticias.com/mensaje-perez-esquivel/1379
[4] Ver Diario Página/12, 28 de diciembre de 2000.
[5] Ver https://www.youtube.com/watch?v=6iy8A3GzbIg
Fuente: http://fundacionlibre.org.ar/2017/09/16/perez-esquivel-y-algo-de-justicia-por-agustin-laje/