domingo, 6 de mayo de 2018

B100- La CONADEP. Su creación .

viernes, 6 de febrero de 2009

 AL CONTINUAR CON LA PUBLICACION DE
"NUESTRA HISTORIA 70"
AMPLIAREMOS HOY CON SUS PARTES DESDEL 91 AL 100

B100- La CONADEP. Su creación .


Boletín de fecha 20 de Junio de 2007
Temas desarrollados
CONADEP , Decreto de su creación .
Constitución Nacional Art 18.
Consideraciones sobre su constitución.
Duda fundamental que el gobierno no explicó.

Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas.(CONADEP). Decreto de su creación.

La creación de esta comisión especial anticonstitucional de hecho, al estar explícitamente prohibida y también por invadir competencia de Poder Judicial, tiene origen en el problema que le planteaban a Alfonsín las organizaciones de familiares y “derechos humanos de los terroristas” que pretendían la formación de una comisión bicameral en el Congreso de la Nación para investigar la desaparición de personas, en razón que allí el partido gobernante no tenía mayoría para imponerlo.
Por ello, el Dr. Alfonsín emitió el Decreto 187/83 del 15 de diciembre, cuya finalidad era la de crear una comisión para identificar a todos los desaparecidos durante el gobierno de facto, satisfaciendo así la presión de los familiares , sus abogados y organizaciones de “derechos humanos de izquierda”. Esta resolución fue inicialmente criticada por las “Madres de Plaza de Mayo” por lo anteriormente expuesto.
Dicho decreto, en su parte resolutiva expresaba en sus principales aspectos:
(…)“Art. 2 - Serán funciones especificas y taxativas de la Comisión las siguientes:
a) recibir denuncias y pruebas sobre aquellos hechos y remitirlas inmediatamente a la justicia si ellas están relacionadas con la presunta comisión de delitos;
b) averiguar el destino o paradero de las personas desaparecidas, como así también toda otra circunstancia relacionada con su localización;
c) determinar la ubicación de niños sustraídos a la tutela de sus padres o guardadores a raíz de acciones emprendidas con el motivo alegado de reprimir al terrorismo, y dar intervención en su caso a los organismos y tribunales de protección de menores;
d) denunciar a la justicia cualquier intento de ocultamiento, sustracción o destrucción de elementos probatorios relacionados con los hechos que se pretende esclarecer;
e) emitir un informe final, con una explicación detallada de los hechos investigados, a los ciento ochenta (180) días a partir de su constitución.
La Comisión no podrá emitir juicio sobre hechos y circunstancias que constituyen materia exclusiva del Poder Judicial.”


Nuestra Constitución dice en su Art. 18: “ Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales o sacado de los jueces designados por ley antes del hecho de la causa.”
El Art 28 ratifica, diciendo: “Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio.”

De las atribuciones conferidas por el Decreto 187/83 surge que la CONADEP era una “comisión especial “con poder de investigación sobre hechos que constituían delitos, que debieron ser “instruidos” ( primera parte del juzgamiento: investigación, recolección de pruebas, constatación de identidades de los presuntos desaparecidos, etc) por el órgano judicial competente y no por personas ajenas al ámbito y carentes de competencia y experiencia en tal sentido.
El maestro Dr Miguel A. Ekemekdjian en su “Tratado de Derecho Constitucional” Tomo I, Ed Depalma, dice: “El concepto clásico de comisiones especiales se halla en los antecedentes históricos tanto nacionales como extranjeros y denota aquellos organismos “ad hoc” creados “ex post facto”, que no tienen un mínimo de margen de independencia frente al gobernante que los creó y cuya finalidad investigativa o punitiva -más o menos encubierta- esta prenunciada aún antes de sustanciarse la causa o que se investigare el hecho”.

Y como si estas anomalías jurídicas fueran poco, los integrante de la comisión en cuestión no tenían – en su casi totalidad – la idoneidad necesaria (conocimiento específico, independencia , objetividad, etc) que exigen las leyes para su cometido.
En el Anexo 1 del decreto mencionado se determinaban los integrantes de la llamada “Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas” ( CONADEP )

1.Colombres, Ricardo
2.Favaloro, René
3.Fernández Long, Hilario
4.Gattinoni, Carlos
5.Klimovsky, Gregorio
5.Meyer, Marshall
6.De Nevares, Jaime F.
7.Rabossi, Eduardo
8.Ruiz Guiñazú, Magdalena
9.Sábato, Ernesto

Los seis (6) miembros restantes serían designados por las Cámaras del Congreso de la Nación

Diputados designó a los legisladores: López, Santiago Marcelino
Piucill, Hugo Diógenes
Huarte, Horacio Hugo

La Cámara de Senadores nunca designó los miembros pertinentes.
Consideraciones sobre su constitución.

Si bien la Comisión debía investigar en general las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la Argentina durante los regímenes militares, conforme lo establece su norma de creación, básicamente debía investigar y esclarecer las detenciones y desapariciones suscitadas. Es decir, debía averiguar el destino y paradero de las víctimas y determinar qué fue lo que ocurrió con ellas.

Por el carácter y función que debía desempeñar esta comisión, era de esperar que la misma fuera integrada por personalidades de espíritu humanista, pluralista, desideologizado y por sobre todo imparcial. Sin embargo el presidente de la CONADEP fue Ernesto Sábato de profesión escritor de dos novelas muy difundidas. Sus colegas relatan que a los 30 años, siendo docente en la Universidad Nacional de La Plata, era un activista a ultranza que aprovechaba su cátedra para realizar proselitismo para el Partido Comunista y en defensa de la sangrienta tiranía stalinista. Era rutinario que iniciara sus clases leyendo el editorial del periódico “Nuestra Palabra”, vocero oficial del PC argentino, a sus alumnos , sobre los que volcaba en forma sistemática su odio por las religiones, tanto católica como judía.

Sábato se manifestó siempre como un hombre antidemocrático. Apoyó todos los golpes de estado comenzando por el de 1955 y finalizando en el del 24 de marzo de 1976. Mantuvo excelentes relaciones perrsonales con los jefes revolucionarios y manifestó públicamente su desprecio por una institución republicana como el Parlamento.
Hilario Fernández Long, otro integrante de la comisión,ex rector de la Universidad de Buenos Aires – UBA y Graciela Fernández Meijide ( “Secretaria de recepción de denuncias”) eran padres de militantes montoneros desaparecidos. Esa pesada desgracia no contribuía naturalmente a brindarles la imparcialidad y estabilidad emocional para desempeñarse en los roles previstos, más aún, estarían comprendidos en lo que se denomina “generales de la ley”.

El rabino Marshall Meyer, además de su condición de extranjero, agregaba una sentencia firme por “corrupción de menores” ( año 1971. Causa 26.176 Juzgado correccional de Capital federal ) que le valió entonces la separación de su cargo por el Consejo Rabínico y su expulsión de las asociaciones de la comunidad judía: DAIA, AMIA y OSA, por “corrupción moral de sus alumnos y homosexual”.
El obispo Jaime de Nevares fue un ferviente adherente al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo desde sus comienzos. Cobijó en su jurisdicción a sacerdotes de esa tendencia que propiciaba métodos violentos y simpatizaba con las organizaciones terroristas, tal el caso de Fray Puigjané militante del “Movimiento todos por la Patria” liderado por Enrique Gorriarán Merlo del PRT-ERP, que unos años después atacara en plena democracia el Regimiento 3 de Infantería sito en La Tablada. De Nevares siete años después de ocurrida la muerte de Monseñor Angelelli (Ver Boletín Nro 49) realiza una falsa denuncia del asesinato del citado, que fue desvirtuada y rechazada por la Cámara Federal de Córdoba.

La periodista Magdalena Ruiz Guiñazú tareas profesionales en medios de la televisión estatal y ocupó cargos de relevancia en los mismos durante prácticamente todo el “Proceso de Reorganización Militar”, sin que haya dado muestras evidentes de preocupación ni formulado denuncias por aquellos problemas que debía tratar la CONADEP, aunque queda claro que estaba en inmejorable posición para hacerlo de haber tenido vocación.

Éstos y otros personeros comprometidos emocional, política e ideológicamente con la izquierda, fueron los que conformaron el elenco de la CONADEP, organismo politizado cuya obra y labor fueron, a partir de entonces, utilizadas y aplicadas a modo de credo religioso.

Vale que el eximio médico cirujano Dr. René Favaloro, hombre íntegro, a poco de andar no vaciló en renunciar a la misma alegando que ésta padecía de: “Falta de ética y de objetividad”. Según Carlos Penelas, su amigo y colaborador por muchos años en distintos cargos jerárquicos de la “Fundación Favaloro”, en un ensayo biográfico del año 2003 titulado “Diario interior de René Favaloro” entre otras cosas decía: “Fui uno de los elegidos a quien el doctor Favaloro leyó en privado su carta ( de renuncia) donde manifestaba profundo desacuerdo, ya que su deseo como miembro de la CONADEP, era investigar las desapariciones, los secuestros y las torturas, no desde 1976, sino a partir de 1973, pues entendía que la triple A, el gobierno peronista y , en particular , su cara visible – José López Rega secretario privado de Perón – fueron el anticipo, el globo de ensayo de la tragedia.” “Me pregunto, una vez más, cómo todo cae en el olvido. No deja de ser sospechoso el vacío anterior y la memoria actual”.

Y razones sobre la falta de ética y objetividad no le faltaban, ya que el informe “Nunca Más” resultante incurrió en otros despropósitos tales como sostener infundadamente que los desaparecidos no eran miembros de organizaciones armadas revolucionarias sino “adolescentes sensibles” o “jóvenes idealistas” o “políticos disidentes”, afirmando que “todos caían en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora de salario, muchachos que habían sido miembros de un centro de estudiantes, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y sociólogos por pertenecer a profesiones sospechosas, jóvenes pacifistas, monjas y sacerdotes que habían llevado la enseñanza de Cristo a barriadas miserables. Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigos.”(…)
Por otra parte si bien el informe “Nunca más” se encargó de llamar a los desaparecidos bajo el tierno apodo de “adolescentes sensibles”, un viejo y elemental principio del derecho dice: “A confesión de parte, relevo de pruebas”. En efecto esta maniquea afirmación fue desmentida y contradecida por el mismísimo Mario Firmenich, máximo líder de Montoneros, quién expresó al periodista Jesús Quinteros las siguientes palabras publicadas el 17 de marzo de 1991. “Habrá alguno que otro desaparecido que no tenía nada que ver, pero la inmensa mayoría eran militantes y la inmensa mayoría eran montoneros. A mi me hubiera molestado muchísimo que mi muerte fuera utilizada en el sentido de que un pobrecito dirigente fue llevado a la muerte. Hombres capaces de elegir su vida y de dejar posibilidades laborales, intelectuales, lo han hecho con conciencia, con pasión, con sacrificio, con patriotismo, con amor al prójimo y todo eso se transformó en una estupidez. No hay derecho”.

Del contenido del mencionado informe y de otras circunstancias hablaremos más adelante , ya que el mismo fue entregado al Presidente Alfonsín, tres meses después del plazo fijado.

Es significativo que no hubiera en la comisión de la CONADEP ningún representante del Partido Justicialista, partido que constituía mayoría en la Cámara de Senadores.

Duda fundamental que el gobierno no explicó.
Al margen de los cuestionamientos ya expresados, y existiendo alrededor de 900 desaparecidos con anterioridad al 24 de marzo de 1976, cuyas denuncias abarcaban los gobiernos constitucionales de Perón y de María Martínez de Perón, no se entiende por qué el Dr Alfonsín no previó que también se investigaran esas desapariciones producidas en el mismo marco de lucha contra el terrorismo. (hoy hay algunas denuncias políticas en la justicia que no se sabe hasta dónde van a ser investigadas)

¿Sería porque los responsables eran dirigentes políticos y no militares? o ¿ Porque esos desaparecidos no merecían que se investigara su destino final?

FIN DEL BOLETÍN Nro 100.-