viernes, 22 de mayo de 2020

LA PARADOJA NAC&POP: UN NAZI EN EL NUEVO BILLETE ARGENTINO








La paradoja Nac&Pop: un nazi en el nuevo billete argentino


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La paradoja Nac&Pop: un nazi en el nuevo billete argentino
El gobierno estudia colocar en un nuevo billete de 5.000 pesos, la imagen del Dr Ramón Carrillo, médico santiagueño fallecido en el año 1956 y que fuera homenajeado por Néstor Kirchner, Alberto Fernández y Ginés González García en el salón Blanco en el año 2006.
Fernández, con memoria asociativa, ya que se considera la reecarnación de Néstor, trajo a la memoria a Carrillo y decidió que su cara esté en los nuevos billetes. El problema, es que no se tomaron el trabajo de saber quién fue realmente Carrillo, qué pensaba y lo más importante, cómo admiraba al socialnacionalismo de Adolf Hitler y como seguía la misma doctrina médica de su par Joseph Menguele, para quien los discapacitados, negros, judíos, homosexuales eran seres inferiores, enfermos o despreciables.

Carillo fue un cultor de la eugenesia, disciplina que combina la biología y la política y la cual promueve el mejoramiento de las razas impulsando la reproducción de “los más aptos” en detrimento de “los menos aptos”. La  eugenasia la fue piedra basal del nazismo para concebir el concepto de “raza Aria” y por ende la necesidad de “la solución final”, que llevó al exterminio de más de 6 millones de seres humanos en campos de concentración. Carrillo se inclinaba hacia la búsqueda de “un tipo de argentino ideal”. Cualquier comparación, no es mera coincidencia.
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Luego de viajar por Europa y siendo con neurocirujado destacado en 1954 Carillo le escribe a Juan Domingo Perón (…) “yo estuve en Holanda y Alemania, los cinco años anteriores a la última guerra y me di cuenta, antes de volver a Argentina, que se estaba preparando la guerra de los ‘laboratorios’ donde yo trabajaba sobre fatiga y sobre drogas contra la fatiga, que luego utilizaron las fuerzas blindadas para hacer marchas de cinco y seis días sin dar descanso a la tropa” (…) refiriéndose a las anfetamínicas marchas de la Wehrmacht y los tanques de Guderian, una de las grandes estrategias militares del III Reich alemán. El médico fue miembro de la escuela de Neurobiología argentino-germana.
En 1943 conoció al Coronel Perón en el Hospital Militar donde trabajaba y allí pergeñaron un Plan Sanitario Nacional. Carrillo había quedado impresionado por la oratoria de Hitler, después de presenciar en Alemania un acto de fürer. Recordemos que durante el gobierno de J.D Perón, no fue el único simpatizante alemán que hubo en su gestión. Rodolfo Freude, secretario directo del General, era considerado un agente nazi y fue protegido por el gobierno argentino cuando EEUU pidió su extradición para juzgarlo. También era conocido el amparo y refugio que les daba Perón a los nazis, luego de perder la guerra y un dato no menor era la reuniones del ex capitán de las SS Carlos Fuldner con Perón en la Casa de Gobierno, donde se decidía el listado de nazis que serían rescatados y puestos al resguardo por el gobierno del fundador del partido justicialista.
En ese marco Ramón Carrillo fue el primer Ministro de Salud Pública de la nación argentina y allí nace la denominada “medicina social” del sistema sanitario elaborado por Carrillo, plan que según sus propias palabras “es abarcadora y superior y eminentemente preventiva, cumpliendo así con uno de los más claros objetivos del gobierno nacional de la época: mejorar la raza y producir una población sana y fuerte para la Nación indicaba el médico en plena sintonía con la concepción nazi de la humanidad.
Coincidencia o no, por aquello años apareció en el país Carl Peter Værnet, un mayor de las SS danés que trabajó en el campo de concentración de Buchenwald, bajo las órdenes de Himmler. Este Nazi se dedicó a experimentar con hormonas para curar la homosexualidad y entre los métodos experimentales estaba la castración y la inyección de altas dosis de testosterona y tras matar a 13 personas en Buchenwald, mediante estos “tratqamientos”, se incorporó al Ministerio de Salud de Carrillo y aproximadamente se calcula en unos 4 mil pacientes argentinos, pasaron por su consultorio. Murió en 1965, pero nadie lo investigó.
En esa época apareció el “tren sanitario justicialista Eva Perón”, un invento sanitarista de Carrillo para crear hospitales y recorrer el interior con fondos del IAPI una especie de “fondo fiduciario” de la época donde manoteaban fondos a discreción, durante las campañas de paludismo, tuberculosis, chagas, brucelosis, etc, obteniendo muy buenos resultados, especialmente en el control de la enfermedad en la población infantil.
Carrilo dijo oportunamente: “no puede decirse que lo tendencia a la prostitución sea hereditaria, pero es evidente que ciertas enfermedades o anormalidades que se presentan con frecuencia entre las prostitutas son hereditarias, como la deficiencia mental y las psicopatías. Sin duda alguna, estos hechos hereditarios juegan un gran rol entre las causas de la prostitución“, todo un pensado progresista, como hoy se lo trata de vender a este emulo de Joseph Menguele.
En 1954 Carrillo abandonó la función pública, tras la falta de respaldo que le dio Perón y se fue a trabajar a EEUU. En días de la Revolución Libertadora allanaron su casa y le encontraron compras irregulares de combustibles, motivo por el cual fue denunciado y le pusieron el mote de “el ladrón de nafta”. En 1956 se afinca en Bélem (Brasil) enfermo, sin recursos y con solo 9 meses de vida.
Meses antes de morir escribió “No tengo la certeza de que algún día alcance a defenderme solo, pero en todo caso si yo desaparezco, queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco esfuerzo donde dejé mi vida. Esta obra debe ser reconocida y yo no puedo pasar a la historia como un malversador y ladrón de nafta. Mis ex colaboradores conocen la verdad y la severidad con que manejé las cosas dentro de un tremendo mundo de angustias e infamias“.  
Murió el 20 de diciembre de 1956, sus restos recién fueron repatriados en el año 1972 y más allá de sus aciertos médicos como investigador y sanitarista, su fuerte inclinación hacia la búsqueda de una “raza superior” y la discriminación expresa que hizo de la gente enferma, discapacitados y los homosexuales a los cuales consideraba enfermos hereditarios, como a las prostitutas, lo encarnan como un controvertido médico de inclinaciones nazis, un paradigma ampliamente combatido en el mundo por sus conceptos antihumanitarios y salvajes.
Concluyendo: Hubiera sido mucho mejor preservar los animalitos indefensos en los billetes nacionales y no hacer gala de esta pseudoilogía trucha que los lleva, por un lado a embanderarse con los derechos humanos y por otro lado poner animales mucho más peligrosos como vara visible de nuestra depreciada moneda. (Agencia OPI Santa Cruz)