sábado, 30 de mayo de 2020

LOS DOS BICENTENARIOS: UNA ENTREVISTA A DON JULIO IRAZUSTA







Los dos bicentenarios: una entrevista a Don Julio Irazusta

Gracias a uno de sus discípulos y ante un nuevo aniversario de la autonomía argentina, publicamos aquí la entrevista radial (inédita hasta hoy) que la Radio de la Universidad Nacional de La Plata, realizara al Dr.  Julio Irazusta, ese historiador olvidado de nuestra patria.
En la misma se comparan dos independencias: la hispanoamericana y la norteamericana.
Esperemos que sea de utilidad para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
PD: La transcripción del audio se encuentra abajo del vídeo.
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Los dos bicentenarios
Julio Irazusta
 Entrevista radial(1)
Radio UNLP – Nos encontramos en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de nuestra Universidad (de La Plata), en momentos en que llega a esta Casa el Profesor Julio Irazusta, ampliamente conocido por sus estudios históricos. Va a inaugurar un curso de pos-grado en la carrera de Historia y en la oportunidad lo va a presentar el Secretario Académico de la Facultad, Profesor Pedro Barcia(2).   
Quisiéramos que el Dr. Irazusta nos hiciera una síntesis, llamémosle radial, de la conferencia que pronunciará hoy sobre Los dos bicentenarios, que, según tenemos entendido, está dedicada al bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y al bicentenario de la creación del Virreinato del Río de la Plata.
Julio Irazusta – Se trata de un paralelo que surgió de mi estudio sobre Tomás de Anchorena como derivación de la investigación que hice sobre Rosas durante diez años y fui descubriendo cosas que nadie mencionaba o tenían en cuenta, a saber: que los rioplatenses tenían, como colonos de España, una visión mucho más clara que los colonos anglosajones de Inglaterra del interés regional del Imperio en que ellos estaban.
Tal era la conciencia que había en el Río de la Plata de los intereses de la región que cuando la Corona hace el Tratado de Permuta con Portugal y abandona los límites de Tordesillas por dos islas perdidas en la boca de un río africano, se subleva toda la Colonia, todas las autoridades civiles, militares y eclesiásticas como un solo hombre en una época en que no habían comunicaciones simultáneas, (o sea) no había concierto previo posible entre toda esa gente que vivía desde La Quiaca hasta Buenos Aires.
Eso quiere decir que los rioplatenses ya desde mediados del siglo XVIII tenían una conciencia plena de lo que le convenía a nuestro país, futura República Argentina. Y se confirma esa conciencia esclarecida del interés regional con la actitud que asumen los colonos del Río de la Plata al fundarse el Virreinato, que en gran parte se fundó por reclamaciones de rioplatenses, constantes desde el siglo XVI, a la Corona para que se defendiera la frontera oriental de esta parte del Imperio, que era la más vulnerable y que siempre estaba acometida por las expansiones portuguesas, como las de los bandeirantes y otras. Era una cosa constante que la Corona (española) había descuidado y que los colonos tenían interés en que se defendiera.
Y a pesar de que la reforma intendencial había quitado al Cabildo de Buenos Aires las facultades que había tenido antes de esa reforma, y por supuesto antes de la fundación del Virreinato, cuando se anuncia la partida de la expedición de Cevallos de España hacia acá, el Cabildo de Buenos Aires,  que era un organismo municipal sin ninguna facultad en materia de relaciones exteriores, reúne el dinero necesario para pagar la expedición de Cevallos. Con creces, porque hay documentos que prueban que fueron repetidas las colectas que se hicieron para pagar la expedición, que superaron en 5 o 6 veces el precio de la apertura del oeste norteamericano que la Corona les cobró a los yanquis y que ellos no querían pagar.
Y por eso entran en el conflicto con la madre patria.
Usted ve que son dos cosas completamente distintas. Ellos no tenían organización general, no tenían un estado central, como fue el Virreinato para nosotros y, además, estaban peleados entre ellos: cuando en la guerra de la Independencia una colonia se pronunciaba por la república los otros se pronunciaban por el Rey. Se odiaban. La autonomía ésa era en realidad más rebelión entre las colonias, entre sí mismas, que autonomía.
Entonces yo quiero mostrar que el Estado Virreinal, con los antecedentes de la esclarecida conciencia de los colonos rioplatenses, era la base de una gran república, lo que no era así en Norteamérica, donde las colonias no tenían estado central, no tenían ejército, no tenían ninguna asamblea general y no tenían intereses comunes y se odiaban entre ellas y si no hubiera sido por la ayuda francesa no tenían recursos de ninguna especie para ganarle a Inglaterra la lucha por la emancipación.
Que no fue (al comienzo) una lucha por la emancipación, como tampoco lo fue acá desde el 25 de mayo. Fíjese que Washington al empezar el conflicto le escribe a un amigo inglés que los que dicen que ellos quieren emanciparse los calumnian, y eso no sería nada porque podría ser equivalente a la máscara de Fernando VII. Pero en realidad, cuando termina la guerra y ese amigo lo felicita por la gloria que le ha cabido en la lucha, él le dice “en realidad yo no merezco estas felicitaciones porque cuando empezamos no queríamos este resultado”.
Así es, más o menos, el tema que voy a tratar con todos los detalles inherentes a las circunstancias de la lucha.
Radio UNLP – La conversación me sugiere una pregunta: ¿Resultaría entonces paradójico que un estado virreinal con la idoneidad y la coherencia política como lo era el del Río de la Plata no se hubiera podido constituir con la misma fuerza republicana con que se constituyen los Estados Unidos de Norteamérica? ¿Qué le sugiere esto?
Julio Irazusta – Ahí interviene la circunstancia histórica, que yo he estudiado en mi libro sobre Anchorena(3) y que como sub-título lleva La emancipación americana a la luz de la circunstancia histórica. Yo sostengo que no fueron los antecedentes raciales, ni los antecedentes políticos e históricos lo que causó la diferencia, sino tres circunstancias decisivas.
La primera es que ellos fueron ayudados y nosotros no. La ayuda europea, es decir, la alianza franco-hispano-holandesa, les dio todo el dinero que ellos no tenían, porque no tenían absolutamente nada, no había nada equivalente en Norteamérica a la riqueza del Potosí, que era sinónimo de riqueza en el mundo; teníamos una moneda metálica, la más sólida de las que había posiblemente en todas partes, y ellos tenían, cuando se iniciaron en la vida independiente, moneda papel depreciada al extremo, cuyos detalles voy a dar en la conferencia.  Y nosotros no fuimos ayudados. Fíjese que el empréstito del 25(4), el famoso empréstito, es posterior a Ayacucho, cuando ya la independencia estaba terminada.
 
La segunda circunstancia histórica es que ellos tuvieron en el comienzo un grupo de gente de gran capacidad política, eran verdaderos filósofos políticos: El Federalista es una de las obras maestras de la materia desde la Edad Media hasta nuestros días, pasando por encima de todos los macaneadores del siglo XVIII llamados filósofos sin ningún motivo. Y nosotros dejamos que la empresa cayera en manos de los ideólogos, empezando por Mariano Moreno, que era un hombre de gran talento literario pero que no había madurado ni siquiera las ideas ajenas y que dijo disparates extraordinarios en comparación con el testamento político de Washington que es una de las cumbres del pensamiento político mundial –cuyos detalles voy a dar en la conferencia.
Y la tercera, que es bastante importante, es que cuando ellos empezaron su vida independiente el centro del poder mundial estaba destripándose en las guerras revolucionarias y napoleónicas, entre Inglaterra y el Continente. Mientras que cuando nosotros empezamos nuestra vida independiente el mundo estaba pacificado. Después de la derrota de Napoleón, el Concejo de las potencias organizó el mundo (el concierto internacional) para cien años de una manera casi perfecta, sin sociedad de naciones ni nada. Siglo en el cual no hubo una sola guerra general, y en consecuencia el mundo tenía todo el tiempo necesario para vigilar la aparición de una fuerza nueva que era muy grande, puesto que nosotros nos independizamos sin la ayuda de nadie, y que había que aplastar en el huevo. Y eso junto con, sobre todo, el manejo de las cosas políticas por los ideólogos, que son la negación de la política, fue el factor decisivo en los diferentes rumbos que hemos tomado.  
Radio UNLP – Dr. Irazusta, muchas gracias por esta exposición suya que dentro de lo conciso, de lo breve, resulta amplia desde el punto de vista conceptual. En nombre de Radio Universidad le agradecemos mucho esta gentileza suya y no dudamos que va a tener muchos oyentes esta noche.  


(1) Radio de la Universidad Nacional de La Plata, 1976. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/36974
(2) Luego sería Presidente de las Academias de Educación y de Letras.
(3) Tomás de Anchorena. Editado por primera vez en 1962.
(4) Se refiere al llamado Empréstito Baring  por un millón de libras, negociado por Bernardino Rivadavia.