Un nuevo libro expone la sodomía en los seminarios de Francisco-Bergoglio mientras el Neovaticano se dispone a cerrar muchos seminarios por falta de seminaristas del Novus Ordo

De: Los padres de TRADITIO

El nuevo libro del periodista de investigación Gianluigi Nuzzi deja en evidencia el pecado original del Neovaticano: cuentas secretas, verdades tapadas, chantajes, fue publicado el 9 de noviembre de 2017.

Da pruebas de la sodomía de menores en el Seminario de juniores de Francisco-Bergoglio y los casos desestimados por Josef Ratzinger (más tarde Benedicto). En el libro también están documentados delitos financieros de presbíteros del régimen de Bergoglio. En el banco vaticano sigue habiendo fondos negros secretos a nombre de los “papas” ya muertos.

Es bien sabido por los informes de la policía y los casos judiciales en todo el mundo que demasiados seminarios de la Nueva Iglesia no son más que burdeles homosexuales dirigidos por “obispos” que “prueban la mercancía”. Ahora, el 9 de noviembre de 2017, se publicó un novedoso libro del periodista de investigación italiano Gianluigi Nuzzi, Peccato Originale: Conti Segreti, Verità Nascoste, [Pecado original: cuentas secretas, Verdades tapadas, Chantajes], documentando que la sodomía ha llegado plenamente a la puerta de Francisco -Bergoglio, en su propio seminario menor del Neovaticano.

La documentación de Nuzzi muestra que la sodomía corre desenfrenada en el seminario menor de Francisco-Bergoglio en los grados medio y secundarios, irónicamente llamado el Seminario de Juniores de San Pio X. Nuzzi había entregado personalmente una copia de su libro al fiscal penal del Neovaticano, con documentación que mostraba que al menos uno de los Neoseminaristas que sufrieron delitos sexuales, entonces era menor de edad. Bergoglio, conocido por su locuacidad, permanece, contrariamente a su costumbre, silencioso frente a los cargos.

Nuzzi reproduce documentos de un seminarista que relató cómo un presbítero solía ir a su dormitorio en el seminario de Francisco-Bergoglio para hacerle felaciones , cuando entonces era menor. La Congregación para la Doctrina de la Fe del Neovaticsno, entonces dirigida por Josef Ratzinger, que más tarde sería elegido “papa” en 2005, básicamente desestimó los cargos, tal como era la práctica de Ratzinger en la mayoría de los casos, para que la Nueva Iglesia no se escandalizase ante el conocimiento público de la existencia de presbíteros delicuentes sexuales en la Nueva Iglesia. Francisco-Bergoglio, en lugar de enjuiciar a los delincuentes sexuales en la etapa de su administración, optó por encausar a Nuzzi y a un compañero periodista durante ocho meses en un tribunal del Neovaticano por publicar documentos confidenciales, aunque los cargos fueron desestimados.

Pero los crímenes sexuales no son los únicos crímenes que ocurren en el régimen de Francisco-Bergoglio. Fue la Red TRADITIO la primera que, desde el año 2001, vinculó los delitos sexuales del Neovaticano con sus delitos financieros, calificando los hechos sucedidos de escándalos graves de sexo y malversación del Neovaticano. Nuzzi también documenta que, contrariamente a la promesa de Francisco-Bergoglio a los Neocardenales que lo eligieron, los delitos financieros en su Banco del Vaticano están fuera de control. Nuzzi publicó documentos que muestran que se mantienen fondos secretos multimillonarios a nombre de Pablo VI-Montini (fallecido hace 38 años), Juan Pablo II-Wojtyla (muerto hace más de 12 años) y de sus secretarios privados. [Parte de la información de este Comentario fue aportada por Associated Press.]

Verdaderos católicos, dos días antes de la publicación del libro de Nuzzi, el Neovaticano había anunciado que iba a cerrar los Seminarios con menos de 17-20 seminaristas. No es de extrañar que debido a los deltos sexuales que ocurren en los seminarios de la Nueva Iglesia y debido a la corrompida fe católica que en ellos se enseña, pocos jóvenes desean ingresar. El número de seminaristas en la Nueva Iglesia ha tocado fondo, y de ello resulta la desesperada cháchara de Bergoglio acerca de la instalación de presbíteros casados, diaconisas y sacerdotisas en su Nueva Iglesia para reemplazar a los sacerdotes, a quienes la Nueva Iglesia no ha ordenado desde 1968, cuando el Nuevo Ordinal Protestantizado reemplazó al Sacramento de las Sagradas Ordenes.