Publicado el 12 feb. 2015
La Otra Campana N° 01 - Embajada, AMIA e Israel frente a una Argentina inerme
Santiago Roque Alonso, expone parte de la sorprendente revelación que realizó el ex embajador de Israel en Argentina Itzhak Aviran, en declaraciones vertidas durante una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN) y que fueron reproducidas por distintos medios nacionales e internacionales a partir del 3 de enero de 2014:“Sabemos quiénes fueron y la gran mayoría ya se encuentra en el otro mundo”.
El mismo fiscal Nisman declaró su sorpresa por esas declaraciones y ordenó una declaración testimonial.
El gobierno de Israel negó las afirmaciones de Avirán y las consideró sin sentido. Pero el caso es que las mismas reavivaron la polémica que desató el asesinato en Bagdad del jefe de inteligencia o de operaciones internacionales del partido libanés Hezbollah, Imad Fayez Mugniyah (febrero de 2008), presunto autor intelectual del atentado a la AMIA y uno de los acusados por Nisman y con tarjeta Roja de Interpol.
Sin embargo, ninguno de las decenas de periodistas, habladores y opinadores interesados que son consultados por los medios de comunicación parecieran no tener memoria o ni noticias de dicho hecho.
Inclusive, no habrían tomado conocimiento que a los pocos días del asesinato de Nisman el diario La Naciónpublicó una columna sobre el atentado a Mugniyah, sobre la base de una investigación aparecida en elWashington Post - 30 de enero de este año - bajo el título "La CIA y el Mossad mataron al jefe de operaciones internacionales de Hezbolá".
Santiago Roque Alonso documenta cada uno de los hechos mencionados más arriba.
Frente a esta realidad, no hay dudas que la Argentina y su justicia, en relación a los atentados de la embajada de Israel y de la AMIA, hace el papel de estúpida, y que realmente el ex embajador Aviran dijo la verdad (lamentablemente falleció al poco tiempo).
Por otro lado, frente a estas revelaciones detalladas, resulta cada vez más misterioso el rol del fiscal Nisman y su denuncia de encubrimiento: ¿encubrimiento de personas muertas? ¿una acusación abstracta por haber beneficiado a supuestos acusados que ya se encuentran en el otro mundo?
Mientras tanto y con ese motivo, miles de personas que creen que "Todos somos Nisman" o como un gobernador de que "Todos somos judíos", se aprestan a movilizarse el "18F", utilizando como excusa la máscara del fiscal Nisman y se olvidan que todas las "revoluciones de color" de los últimos años fueron utilizados por "terceras partes o interesados" para iniciar hechos sangrientos, como la terrible guerra civil de Siria, que ha ocasionado miles de muertos y 2 (dos) millones de desplazados y la aparición del también misterioso "Estado Islámico".
Es que para los argentinos la experiencia no existe ni tampoco tiene ningún valor. Se olvidan de la supuesta"quema de la bandera en la plaza de Mayo en 1955" y del posterior bombardeo con motivo del"desagravio" a la misma. O la bienvenida a J. D. Perón en el "Puente 12" en junio de 1973, para no hablar de la alianza de los unitarios con los anglo-fraceses durante 30 años de guerra civil en el Siglo XIX.
Santiago Roque Alonso, expone parte de la sorprendente revelación que realizó el ex embajador de Israel en Argentina Itzhak Aviran, en declaraciones vertidas durante una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN) y que fueron reproducidas por distintos medios nacionales e internacionales a partir del 3 de enero de 2014:“Sabemos quiénes fueron y la gran mayoría ya se encuentra en el otro mundo”.
El mismo fiscal Nisman declaró su sorpresa por esas declaraciones y ordenó una declaración testimonial.
El gobierno de Israel negó las afirmaciones de Avirán y las consideró sin sentido. Pero el caso es que las mismas reavivaron la polémica que desató el asesinato en Bagdad del jefe de inteligencia o de operaciones internacionales del partido libanés Hezbollah, Imad Fayez Mugniyah (febrero de 2008), presunto autor intelectual del atentado a la AMIA y uno de los acusados por Nisman y con tarjeta Roja de Interpol.
Sin embargo, ninguno de las decenas de periodistas, habladores y opinadores interesados que son consultados por los medios de comunicación parecieran no tener memoria o ni noticias de dicho hecho.
Inclusive, no habrían tomado conocimiento que a los pocos días del asesinato de Nisman el diario La Naciónpublicó una columna sobre el atentado a Mugniyah, sobre la base de una investigación aparecida en elWashington Post - 30 de enero de este año - bajo el título "La CIA y el Mossad mataron al jefe de operaciones internacionales de Hezbolá".
Santiago Roque Alonso documenta cada uno de los hechos mencionados más arriba.
Frente a esta realidad, no hay dudas que la Argentina y su justicia, en relación a los atentados de la embajada de Israel y de la AMIA, hace el papel de estúpida, y que realmente el ex embajador Aviran dijo la verdad (lamentablemente falleció al poco tiempo).
Por otro lado, frente a estas revelaciones detalladas, resulta cada vez más misterioso el rol del fiscal Nisman y su denuncia de encubrimiento: ¿encubrimiento de personas muertas? ¿una acusación abstracta por haber beneficiado a supuestos acusados que ya se encuentran en el otro mundo?
Mientras tanto y con ese motivo, miles de personas que creen que "Todos somos Nisman" o como un gobernador de que "Todos somos judíos", se aprestan a movilizarse el "18F", utilizando como excusa la máscara del fiscal Nisman y se olvidan que todas las "revoluciones de color" de los últimos años fueron utilizados por "terceras partes o interesados" para iniciar hechos sangrientos, como la terrible guerra civil de Siria, que ha ocasionado miles de muertos y 2 (dos) millones de desplazados y la aparición del también misterioso "Estado Islámico".
Es que para los argentinos la experiencia no existe ni tampoco tiene ningún valor. Se olvidan de la supuesta"quema de la bandera en la plaza de Mayo en 1955" y del posterior bombardeo con motivo del"desagravio" a la misma. O la bienvenida a J. D. Perón en el "Puente 12" en junio de 1973, para no hablar de la alianza de los unitarios con los anglo-fraceses durante 30 años de guerra civil en el Siglo XIX.