Mata Hari, ¿era argentina?
Por Malú Kikuchi La Caja de Pandora Online
“El temible operario del recontra espionaje”, Maxwell Smart, super agente 86 de Control*
Se llama “Proyecto X” y ha sido denunciado como un sistema de espionaje llevado a cabo por Gendarmería Nacional. Puede que inteligencia del ejército tenga algo que ver con el proyecto. El jefe de la Gendarmería Nacional, Héctor Schenone, admitió la existencia de una base de datos de inteligencia. Si realmente existiera el espionaje, también serían “estudiados”, los movimientos sociales, los sindicalistas no afines al FPV, los opositores, la prensa independiente y los grupos estudiantiles de izquierda.
Es una inadmisible posibilidad, lamentablemente probable. El hecho en sí es terrible y está prohibido por la ley de seguridad interior N° 24.059. Por si no bastare, hay que sumarle la incoherencia. El grado de incoherencia supera con creces la más delirada imaginación.
Primera incoherencia. Si se prueba que el Proyecto X es lo que parece ser, el gobierno nacional está actuando de la misma forma y espiando a las mismos grupos que espiaba el gobierno del proceso nacional, tan estigmatizado, juzgado y condenado por este gobierno.
Segunda incoherencia. Si se prueba que el Proyecto X es lo que parece ser, no existe la más mínima posibilidad de que Schenone lo haya hecho por su cuenta, la FFSS siempre son verticales y obedecen. Acatan ordenes. Antes lo hacían del entonces jefe de gabinete, Aníbal Fernández, a cargo de la fuerza y ahora, de la ministro de seguridad, Nilda Garré.
Tercera incoherencia. Si se prueba que el Proyecto X es lo que parece ser, cómo explicarse que la ayer comandante Teresa, hoy devenida en Dra. Nilda Garré, haya cambiado tanto su visión sobre la vida y “los ideales” que sostenía en los 70 (ella militó en serio, no como otros/as, que fueron exitosos militantes inmobiliarios), y hoy ordene hacer inteligencia sobre personas que piensan, como ella pensaba 40 años atrás.
Una buena. Los espiados, si es que lo son, son mucho más civilizados y menos temibles que los de los 70, no matan, no ponen bombas, no secuestran y no cobran cifras millonarias por los rescates. Y, hasta ahora, los que espían, si es que lo hacen, no desaparecen personas. Afortunadamente, cuarenta años, demasiada sangre y demasiado dolor, no han pasado en vano.
Cuarta incoherencia. Si se prueba que el Proyecto X es lo que parece ser, ¿porqué no sumarle inteligencia, si es que la tienen, para descubrir quién mató a Candela, a Nora Dalmasso, a los 3 “empresarios” de Gral. Rodríguez, y averiguar qué pasó con Marita Verón, con la valija de Antonini Wilson, cómo desapareció Jorge Julio López, y los transportes de Jaime, y los 60kgs de cocaína en Barajas (Madrid, España) y el fenomenal incremento del patrimonio presidencial, y porqué Oyarbide recibe regalos equivalentes a UD$ 250.000, y Ciccone y el vice, y … y …? Demasiado larga la lista.
Quinta incoherencia. Si se prueba que el Proyecto X es lo que parece ser, y le sumamos que la promocionada tarjeta SUBE es nominal, y se obtiene a partir del DNI (en los países del primer mundo las tarjetas de transporte son anónimas), con datos que se pueden cruzar con los que ya tiene la AFIP (que incluyen hasta el color de los calzones de las bisabuelas), más el reciente pedido a las prepagas médicas de informar (siempre a la AFIP, hay que recaudar) sobre los clientes que abonan arriba de los $2.000 mensuales, más las declaraciones de la presidente sobre “la información biométrica digitalizada” que ya está llegando, la intromisión en la vida privada de las personas va a dejar chiquita a la STASI de la ex República Democrática Alemana.
¿Será considerado destituyente recordar y transcribir el artículo 19 de la Constitución Nacional que dice que: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y la moral públicas, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados”? Perdón, pero ¿sigue vigente la Constitución?
Sexta incoherencia. Si se prueba que el Proyecto X es lo que parece ser, enterados por Gendarmería que el trabajo realizado fue posible infiltrando hombres en las agrupaciones sindicales y sociales, haciéndolos pasar por uno de ellos, ¿cuál es la diferencia entre estos gendarmes y el ex capitán de fragata Alfredo Astiz?
Séptima incoherencia. Si el Proyecto X es lo que parece ser y nos remontamos a 1938, donde por ley N° 12.367, sancionada por el congreso de la nación para: “contribuir decididamente a mantener la identidad nacional en áreas limítrofes, a preservar el territorio nacional y la intangibilidad del límite internacional…” y recordamos que se llama Escuela de Gendarmería Nacional “General Don Martín de Güemes”, y su misión es cuidar las fronteras de la patria que hoy son un inmenso colador, por donde pasa cualquier cosa que no debiera pasar, no se sabe si basta con pedirle perdón a Güemes por abandonar las fronteras por las que él luchó, o darle la razón a Platón cuando decía que : “todos los males de la república vienen de que cada cual no se ocupa de lo suyo (La República, libro V).
Pregunta impertinente, pero pertinente. Considerando que lo conocido hasta ahora se basa en informaciones sobre los cortes de ruta protagonizados por delegados de Kraft (septiembre 2009), la CCC, el PTS, el PO, trabajadores despedidos, familiares, amigos, organizaciones estudiantiles y de DDHH, estos cortes, ¿en qué frontera de la patria están? En el mapa de Argentina no figuran. ¿O se nos achicó tanto la patria que la frontera pasa por la Panamericana km 35?
Siete incoherencias, hay más, pero siete es el número de los pecados capitales y se supone que son suficientes. Hablando de pecados capitales, la X del supuesto Proyecto X, ¿no tiene un tufillo a pornografía? La clasificación de las películas, así lo establece. Y de ser cierto lo del espionaje, sería, además de prohibido, obsceno.
Por si acaso, empecemos a conjugar el verbo espiar, que no es simple, no por el verbo que si lo es, sino por la acción: yo no espío, me espían; tu espías o te espían o ambas cosas a la vez; él, seguramente espía. Nosotros somos espiados. Ellos nos espían. Intervienen teléfonos, hakean mails, impiden la aparición de diarios digitales, interfieren radios opositoras (de las muy escasas que quedan), dicen, la gente dice, comenta, hace correr rumores. El jefe de gendarmería empieza a corroborar algunos hechos, que uno creía imaginar.
De todos modos, nada de esto es serio, ni en serio. El Proyecto X se parece a los proyectos encargados por Control al Super Agente 86, Maxwell Smart. ¿O no? Disfrutemos el carnaval, dos días feriados, mucha serpentina, mucho papel picado y sobre todo, mucha careta. Demasiadas caretas.
*Mata Hari, nombre de fantasía de una falsa bailarina javanesa, Margaretha Zelle nacida en los Países Bajos el 7/8/1876 y fusilada por espía en Francia el 15/10/1917.
*”Super agente 86” o “Get Smart” en inglés, fue una exitosa serie televisiva, creada por Mel Brooks entre 1965 y 1970. Una parodia del servicio secreto de los EEUU.