Víctimas del terrorismo reclaman en París
La experiencia argentina, en un congreso internacional
Por Mariano De Vedia
Por Mariano De Vedia
Sergio
Alejandro Renó, que tenía cuatro años cuando su padre, el policía
Emilio Renó, fue acribillado por militantes montoneros en julio de
1976, percibe en carne propia la indiferencia del Estado hacia las
víctimas de organizaciones guerrilleras y la desigualdad respecto de
los damnificados por la represión ilegal.
Renó
está casado desde 1997 con Carolina Chamorro, hija de un albañil
desaparecido en octubre de 1976. Ella cobró una indemnización y recibió
todos los derechos, honores y reconocimientos, incluida la inscripción
del nombre de su padre en el Parque de la Memoria. El, en cambio,
acumula reclamos administrativos y judiciales, sin resultado alguno.
El
caso argentino fue expuesto ayer en la presentación del VII Congreso
Internacional de Víctimas del Terrorismo, que reúne hasta pasado mañana
en París a unos 300 damnificados por ataques extremistas perpetrados
en Francia, Gran Bretaña, España, Estados Unidos, Chile, Colombia e
Israel, entre unos 35 países.
La Argentina está representada por el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv),
que preside Victoria Villarruel e intenta defender los derechos de
víctimas de acciones terroristas que nunca fueron reconocidas.
Renó,
de 39 años, compartió un panel con la esposa y el hermano de víctimas
del atentado a las Torres Gemelas, el padre de un joven que murió en el
ataque a Londres de 2005 y familiares de ciudadanos franceses muertos
en Africa, entre otros afectados. "Mi padre era policía bonaerense,
pero estaba de civil, atendiendo un puesto de diarios, cuando fue
acribillado a mansalva en San Justo", relató a LA NACION, vía
telefónica desde París.
Explicó
que su esposa, que lo apoya en su reclamo, cobró en 1999 una
indemnización de $ 240.000 (en bonos), cuando un peso equivalía a un
dólar, y él espera desde hace más de 30 años que "el Estado se acuerde
de nosotros y nos incluya en las políticas de derechos humanos".
Su
historia, dijo, es sólo una de las que padecen miles de víctimas del
terrorismo en la Argentina. "El Estado argentino nos niega
sistemáticamente nuestros derechos y nos discrimina. A los
desaparecidos y sus familias les dio el pleno goce de sus derechos; a
nosotros, no nos otorga ninguno", reclamó. Y, con voz quebrada, lamentó:
"Nuestros padres fueron víctimas. Pero uno es reconocido y el otro
discriminado. Con esa realidad injusta conviven nuestros tres hijos".
El congreso proseguirá hasta el sábado con otros
testimonios y debates sobre el impacto de los atentados terroristas en
las familias de las víctimas, el reclutamiento juvenil en las
organizaciones terroristas y la colaboración y eficacia de los Estados
en la lucha contra el terrorismo, entre otros temas. Comparten la
presidencia honoraria del congreso el presidente de Francia, Nicolas
Sarkozy; el ex premier socialista Lionel Jospin; el ex presidente
español José María Aznar, y los príncipes de Asturias. En ese contexto
quedará constituida la Federación Internacional de Víctimas del
Terrorismo, que presidirá el francés Guillaume Denoix de Saint Marc.
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