Aborto y Excomunión (Biblia y Tradición)
Cualquier
político católico quien proporcione su voto con la intención de
legalizar el aborto, o de favorecer las leyes que lo permiten, o de
ampliar o facilitar el aborto, cometen pecado mortal.
No es suficiente, para los políticos católicos sólo declarar que ellos “se oponen personalmente” al aborto.
Si cualquier político católico favorece la despenalización del aborto, a
pesar de haber declarado su oposición personal, tal político comete un
pecado grave por promover el aborto y por haber votado a favor del
aborto legal.
[Se
ha tomado, para la traducción de los cánones y el documento del Papa
Juan Pablo II, las versiones ofrecidas en castellano de la página
oficial del Vaticano, ligas disponibles]Cualquier católico quien obstinadamente
niegue que el aborto es SIEMPRE gravemente inmoral, comete un pecado de
herejía e incurre automáticamente en excomunión.
El derecho canónico y la enseñanza de la Iglesia.
Canon 1398: Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae.Canon 751: 751 Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.Canon 1364 §1: El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el ⇒ c. 194 § 1, 2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el ⇒ c. 1336 § 1, 1 , 2 y 3.
La frase “latae sententiae” indica un juicio
o sentencia que ya se ha adquirido, en otras palabras, una sentencia o
juicio que no necesita de un juicio adicional en el futuro, de alguna
autoridad; se refiere al tipo de excomunión en que se incurre
automáticamente. Se incurre en tal sentencia de excomunión “por el sólo
hecho de haber cometido la ofensa” (CIC 2272) y no requiere en el futuro
de un juicio particular sobre el aso de alguna autoridad competente.
[CIC = Catecismo de la Iglesia Católica]
Apostasía, herejía y cisma son todas las
ofensas por la que se incurre en sentencia de excomunión automática.
Herejía es la obstinación en la negación de alguna verdad de la fe
católica, en materia de fe y moral [o costumbres], la cual ha sido
enseñada por el Magisterio. El Magisterio de la Iglesia repetida y definitivamente ha enseñado que el aborto siempre es gravemente inmoral [es decir, NO HAY EXCEPCIONES]. (CIC 2270 al 2275)
El Papa Juan Pablo II, en Evangelium Vitae, n. 57:
“Por tanto, con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral. Esta doctrina, fundamentada en aquella ley no escrita que cada hombre, a la luz de la razón, encuentra en el propio corazón (cf. Rm 2, 14-15), es corroborada por la Sagrada Escritura, transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.”
.El hacerse practicar un aborto, o abortar.
Cualquier católico quien deliberadamente y
conscientemente se haga practicar un aborto, comete un pecado mortal e
incurre automáticamente es excomunión, según el canon 1398.
Bajo las leyes de las sociedades seculares,
si alguna persona comete un crimen, entonces quien deliberada y
conscientemente auxilie a esa persona, sustancial o esencialmente a
cometer tal crimen es llamada cómplice y también está sujeta a los
castigos que contemple la ley. De manera similar, cualquier católico
quien deliberada y conscientemente proporcione auxilio a cualquier mujer
en procurarse un aborto, también comete un pecado mortal y también
incurre en la misma sentencia de excomunión.
Cualquier católico que sustancialmente
auxilie a otro en cometer deliberadamente el pecado de abortar también
es culpable de grave pecado e incurre en excomunión latae sententiae.
Creer que el aborto es una opción.
Cualquier católico quien obstinadamente
niegue que el aborto siempre es gravemente inmoral, comete un pecado de
herejía. El pecado de herejía también incurre en excomunión latae
sententiae.
Desafortunadamente, algunos católicos
obstinadamente niegan que el aborto siempre es inmoral, y algunos
católicos afirman que el aborto, en determinados casos, puede ser
moralmente aceptable, y algunos católicos afirman que una persona puede,
“sin malicia”, procurarse un aborto. Bajo el Código de Derecho Canónico
de la Iglesia Católica, los cánones 751 y 1364, nos indican que tales
católicos incurren automáticamente en pecado de herejía.
Esta sentencia de excomunión latae
sententiae se aplica a cualquier católico, quien niegue que el aborto es
gravemente inmoral, ya sea que esta negación la haga pública o sea
privada.
La promoción del aborto
Aquellos católicos quienes públicamente
anuncien su negativa y contradigan que el aborto siempre es gravemente
inmoral, o quienes públicamente promuevan el aborto, o quienes
públicamente opinen a favor del aborto legalizado, también cometen un
pecado mortal e incurren en sentencia de excomunión latae sententiae.
Esta sentencia de excomunión también se
aplica a los políticos que sean católicos, así como a aquellos católicos
que se dediquen al análisis político, locutores, escritores o en
general a quienes públicamente hagan patente su error y decir que el
aborto puede ser moralmente aceptable o que debería legalizarse. Esta
sentencia de excomunión también se aplica a aquellos católicos que se
ostenten como teólogos o expertos en la Biblia, pero crean y enseñen que
el aborto no siempre es gravemente inmoral.
Los católicos que promuevan el aborto son
automáticamente excomulgados, por dos razones: la primera, ellos han
caído en pecado de herejía al creer que el aborto no siempre es
gravemente inmoral (cánones 751 y 1364) ; segundo, estos católicos
proporcionan auxilio sustancial a las mujeres para que se hagan
practicar un aborto al influenciar públicamente con la política del
aborto legal y al facilitarles el camino del aborto. Aquellos quienes
proporcionen esta asistencia sustancial, cometen un pecado mortal e
incurren en sentencia de excomunión latae sententiae (canon 1368).
El voto a favor del aborto
Cualquier político católico quien
proporcione su voto con la intención de legalizar el aborto, o de
favorecer las leyes que lo permiten, o de ampliar o facilitar el aborto,
cometen pecado mortal.
Cuando tal voto indica que el político
católico cree que el aborto no siempre es gravemente inmoral, tal
político incurre en sentencia de excomunión automática, bajo los cánones
751 y 1364, debido a la herejía implícita.
Cuando tal voto se da con el propósito de
legalizar el aborto, o que se obtenga más fácilmente, o se amplíen las
opciones para su práctica, tal político incurre en sentencia de
excomunión automática, bajo el canon 1398, así como cualquiera que se
atreva a proporcionar auxilio sustancial o medios a las mujeres para
hacerse practicar un aborto. Los políticos católicos quienes aprueben
leyes que legalicen el aborto, lo protejan, o amplíen las opciones para
su práctica, proveen auxilio sustancial a las mujeres que desean hacerse
practicar un aborto.
No es suficiente, para los políticos
católicos sólo declarar que ellos “se oponen personalmente” al aborto.
Si cualquier político católico favorece la despenalización del aborto, a
pesar de haber declarado su oposición personal, tal político comete un
pecado grave por promover el aborto y por haber votado a favor del
aborto legal.
Lo mismo se aplica a cualquier católico que
de su voto con la intención de legalizar el aborto, o de proteger las
leyes que lo permiten, o de ampliar las opciones para su práctica. Tal
persona comete pecado grave e incurre en sentencia de excomunión
automáticamente por dos razones: la primera, ellos cometen el pecado de
herejía al creer que el aborto puede ser legal y estar a la disposición;
subsecuentemente, los políticos católicos y votantes son requeridos por
la ley moral para continuar promulgando futuras restricciones y
limitaciones al aborto, con la mayor extensión posible y a la menor
oportunidad, para que voten a favor de leyes que penalicen el aborto.