¿Quién es usted, Verbitsky? Por Pedro José Güiraldes
“El Perro” ha puesto en pausa su activa
participación en Página 12 tras revelar recientemente, desde allí, una
lista parcial de quienes blanquearon bienes ante la AFIP. Una vez más,
se cumplió lo que sobre él afirmó Rodolfo Galimberti, su compañero en
Montoneros, en 1987: “Ud. pertenece a la raza de los que no se
arrepienten de nada, pero se borran de todo”.
Verbitsky ya había confesado, en 1992: “He sido peronista desde los
13 años. He sido periodista desde los 18. He sido militante peronista
desde los 19 años. He sido militante montonero. He dejado de ser
peronista en 1973 y dejado de ser montonero en 1977. Sigo siendo
periodista”.
Su disposición a prestar servicios por derecha y por izquierda se
manifestó precozmente. En la década de 1960 trabajó simultáneamente para
“Semanario CGT de los Argentinos” y “Noticias Gráficas” de la izquierda
y en la derechista “Confirmado”, entre otros.
En 1974 escapó a Perú, en un avión del gobierno militar peruano,
antes del secuestro de los hermanos Born y de los asesinatos de Juan
Carlos Pérez y Alberto Bosch.
Cobrado el rescate y enviada la mitad de
los 60 millones de dólares a Cuba, vía Lima, volvió a la Argentina, a
fines de 1975. “El Perro” afirma no haber tenido nada que ver con dicha
operación.
Dos personas atestiguaron que pasó el golpe militar del 24 de marzo
de 1976 escondido, por mi padre, en su campo. Allí encontré, en 2015,
los borradores manuscritos de Verbitsky para los discursos de los
Comandantes en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y las memorias
del Instituto Jorge Newbery (IJN), dependiente de la misma, en las que
constan sus contratos con la FAA a través del IJN y los pagos.
Como lugarteniente de Rodolfo Walsh en
Montoneros planificó el atentado del 2 de julio de 1976 en el comedor de
la Superintendencia de Seguridad Federal (SSF), que causó 24 muertos y
60 heridos. Walsh caería peleando el 25 de marzo de 1977. Y de nuevo
Galimberti lo desnuda: “a Verbitsky no le tocaron ni el timbre”.
Otros lo sindican como colaborando con
el Ejército Argentino a cambio de salvoconductos a Cuba para Mario
Eduardo Firmenich, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Perdía y otros jefes
Montoneros.
Un testigo presencial me relató, con
todo detalle, los encuentros de “el Perro” con Leandro Sánchez Reisse,
agente del Batallón de Inteligencia 601, quien terminó liderando una
banda de secuestros extorsivos, durante la dictadura militar.
Simultáneamente,
entre 1977 y 1979, como parte de sus planes presidenciales, tenían
lugar las reuniones de Massera con los jefes montoneros, en Europa. Mi
tía, Elena Holmberg, y el Embajador Héctor Hidalgo Solá, fueron
asesinados por haber informado de las mismas.
Las contraofensivas de 1979 y 1980, a
las que las Tropas Especiales de Infantería de Montoneros fueron
enviadas a una muerte segura, se cobraron las vidas de Francisco Soldati
y del Cabo Ricardo Durán, salvando las suyas Juan Alemann y Guillermo
Walter Klein, suerte que no tuvieron sus custodios, Hugo Cardacci y
Julio Moreno.
Por todo ello, la supervivencia de
Horacio Verbitsky, a cara descubierta, durante la última dictadura
militar, no admite otra explicación que una amplia, efectiva y
determinante colaboración con la misma.
“El Perro” dejó de ser periodista cuando
se convirtió en aliado de los Kirchner, a cuyos gobiernos aportó el
poder simbólico malversado de la causa de los Derechos Humanos y
protección periodística para el saqueo desde Página12, a cambio de manos
libres para la multinacional usurpadora de los DD.HH. que encabeza el
CELS, con la presidencia del propio Verbitsky, y que integran otras
organizaciones.
Desarrollada a partir de 2003 para
llevar adelante los juicios de la venganza por la derrota militar de las
Organizaciones Armadas Revolucionarias (OAR) durante la década de 1970,
la multinacional de los DD.HH. no pudo ser más exitosa. Según las
propias cifras del CELS al 30 de junio de 2017, entre más de 3100
acusados por delitos de lesa humanidad, sólo 27 tenían sentencias firmes
no recurridas ante la CSJN. No obstante lo cual 1144 seguían presos,
511 de ellos con prisiones preventivas de hasta diez y seis años. Muchos
de los prisioneros superan largamente los setenta años y/o son enfermos
terminales, pero no gozan de prisión domiciliaria. Los mismos informes
del CELS daban cuenta de 508 acusados fallecidos, 438 de ellos sin
condena.
Del lado de las OAR, en cambio, no
existen procesados, ni condenados, ni presos y Verbitsky, junto con
Firmenich, último jefe máximo de Montoneros, se beneficiaron con la
prescripción en la causa de la masacre en el comedor de la SSF ya
mencionado, como si los crímenes terroristas no hubieran sido delitos de
lesa humanidad.
“El Perro” ataca a quien se atreva a
poner en duda la cifra de 30.000 muertos y desaparecidos, eso a pesar de
los tres informes oficiales de 1984, 2006 y 2015 que detallan 8.961;
8.368 y 8.631 casos respectivamente, cifras que coinciden con las 8.717
placas del Parque de la Memoria.
Las
leyes de reparación histórica indemnizaron sin discriminar entre
guerrilleros muertos en combate y víctimas del terrorismo de estado y
cada uno de los más de los más de quince mil beneficiarios cobró unos
US$ 250.000. Asimétricamente, las víctimas de las organizaciones
terroristas no recibieron ni reconocimiento, ni justicia, nada.
El protagonismo de la multinacional de los DD.HH. en el caso de
Santiago Maldonado tuvo la impronta de Verbitsky y una única hipótesis
autorizada: “el gobierno de Macri es el responsable de su desaparición
forzada seguida de muerte”. La estrategia se completó con el aporte de
pruebas, pericias y testimonios falsos; presión mediática; acciones
directas violentas y demonización de todo aquello que terminó probando
que la hipótesis santificada era una mentira.
“El Perro”, sigue intentando sacar
provecho político de casos como los de Maldonado, Milagro Sala y Rafael
Nahuel; insistiendo con falsas acusaciones por delitos de lesa
humanidad; adhiriendo solapadamente a proclamas como “Macri, basura, vos
sos la dictadura”; minimizando el accionar del RAM; promoviendo la
violencia callejera y sosteniendo la teoría penal abolicionista.
Pocos parecen haberlo conocido mejor que
Rodolfo Galimberti quien también afirmó sobre el ex periodista: “Tira
mierda sobre todos como si él meara agua bendita”
La suerte del submarino ARA San Juan y
sus 44 tripulantes está echada y resulta imposible no recordar que
Verbitsky ha contribuido con su prédica, como pocos, al desprestigio,
humillación, desarme y reducción hasta la inexistencia de las fuerzas de
defensa argentinas.
“Episodios como el del Jueves son
alentadores”, dijo “El Perro” en su discurso de presentación del Informe
Anual 2017 del CELS, refiriéndose a la violencia golpista del 14 de
diciembre pasado, multiplicada hasta el paroxismo el Lunes 18.
Odios y resentimientos de origen incierto parecen alimentar la
pulsión destructiva de Horacio Verbitsky. Su largo derrotero al servicio
de intereses encontrados confunde, al mismo tiempo que confirma su
habilidad para seguir haciendo el mal, a diestra y siniestra, con total
impunidad.
Si más testigos se animan a hablar, aparecen nuevas revelaciones y pruebas, ¿será la suerte de El Perro terminar siendo acusado, procesado, juzgado y condenado por delitos de lesa humanidad?
Si más testigos se animan a hablar, aparecen nuevas revelaciones y pruebas, ¿será la suerte de El Perro terminar siendo acusado, procesado, juzgado y condenado por delitos de lesa humanidad?
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