Tema

Miembros de una célula formada en Ripoll por nueve jóvenes y adolescentes musulmanes de segunda generación, radicalizados por un imán con pasado yihadista y movilizados a favor de Estado Islámico, ejecutaron en agosto de 2017 dos atentados que distaron de ser los ambiciosos y mortíferos actos de terrorismo inicialmente planeados.

Resumen

Los días 17 y 18 de agosto de 2017, separados entre sí por menos de nueve horas, se cometieron dos atentados terroristas en Barcelona y Cambrils. Sus autores, que utilizaron vehículos y cuchillos para ocasionar 16 muertos y cerca de 140 heridos, pertenecían a una célula yihadista formada en la localidad gerundense de Ripoll por 10 individuos, incluyendo cuatro parejas de hermanos y un imán salafista que radicalizó a los demás integrantes. Un análisis basado en entrevistas con expertos antiterroristas de Mossos d’Esquadra, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Centro Nacional de Inteligencia y Audiencia Nacional, complementado tanto por documentos judiciales y policiales como por fuentes secundarias, permite afirmar que los atentados pudieron ser mucho más ambiciosos y letales. Los terroristas tenían previsto actuar mediante furgones cargados con TATP, pero improvisaron al estallar la base de operaciones donde fabricaban el explosivo. Estado Islámico asumió ambos atentados y describió a los terroristas como sus soldados. Aunque la red operativa de dicha organización yihadista ya quiso atentar en Barcelona en 2015, la naturaleza de su relación con la célula de Ripoll es, al día de hoy, uno de los grandes interrogantes del caso.

Análisis

El 16 de agosto de 2017, poco antes de la medianoche, una gran explosión destruyó una casa situada en Alcanar, localidad costera de la provincia de Tarragona. Como resultado de esa explosión, dos hombres que se encontraban en el interior de la propiedad murieron y un tercero, que resultó herido, fue trasladado a un hospital de la cercana ciudad de Tortosa. En un primer momento, las autoridades no sospecharon relación alguna con el terrorismo, pero los tres individuos eran yihadistas movilizados a favor de Estado Islámico como integrantes de una célula más amplia cuyos miembros estaban preparando atentar en Barcelona y quizá en otro u otros lugares.1 La casa de Alcanar era su base de operaciones y el lugar donde estaban produciendo explosivos, más concretamente triperóxido de triacetona (TATP). Esta sustancia cristalina y extremadamente sensible, también conocida como “la madre de Satán”, explotó accidentalmente cuando dos de los yihadistas estaban secando y moviendo parte de la misma.2
Al perder su base de operaciones y el lugar en que fabricaban TATP, otros miembros de la célula modificaron sus planes iniciales e improvisaron atentados mediante el uso de vehículos, al día siguiente, 17 de agosto, en Barcelona y algunas horas después, en la madrugada del 18 de agosto, en Cambrils. Tras esbozar cómo los miembros de la célula alteraron sus planes iniciales para finalmente perpetrar el más devastador atentado en España en más de una década –tras la matanza del 11 de marzo de 2004 en Madrid– este ARI examina la evolución de la amenaza terrorista en Barcelona y el conjunto de Cataluña dentro de su contexto español. Pasa entonces a describir cuanto se conoce acera de la célula constituida en Ripoll que estuvo detrás de los atentados y la naturaleza de sus vínculos con la organización yihadista Estado Islámico. Finalmente, se detiene en reflexionar sobre algunas de las lecciones que pueden aprenderse del fracaso en evitar los atentados.
Este análisis ha sido elaborado a partir de nueve sesiones de entrevistas con profesionales policiales, de inteligencia y judiciales conocedores del caso, las cuales fueron realizadas por los autores entre septiembre y diciembre de 2017, tanto en Barcelona como en Madrid. Entre los profesionales entrevistados hubo responsables de la Policía de la Generalitat de Cataluña o Mossos d’Esquadra (en adelante Mossos), del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) de la Guardia Civil (GC), del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de la Audiencia Nacional.3 Los contenidos de este análisis también se han sustentado en documentos judiciales y policiales existentes no sujetos a secreto de sumario, complementándose con fuentes abiertas.

De furgones con TATP a vehículos sin bombas

El propósito de los terroristas que estaban fabricando TATP era el de llevar a cabo “una acción terrorista de gran envergadura”.4 La explosión en su base de operaciones que frustró esos preparativos, lejos de paralizar a otros miembros de la célula o de conducirlos a entregarse a las autoridades, los galvanizó hacía una actuación alternativa e improvisada. Es posible que esto ocurriera porque anticiparon que era cuestión de tiempo que la policía los identificase después de interrogar a su correligionario hospitalizado en Tortosa o tras comprobar la información relativa al coche y la motocicleta de gran cilindrada que se encontraban aparcados frente a la casa de Alcanar cuando esta se desmoronó. Es asimismo altamente probable que al menos uno de los miembros de la célula se percatara de lo ocurrido en Alcanar y de sus consecuencias cuando, durante la mañana y primeras horas de la tarde del 17 de agosto, los Mossos, habiendo interrogado infructuosamente al individuo herido, trataron de localizar a los usuarios de ambos vehículos mediante llamadas telefónicas. Al menos una de esas llamadas fue recibida hacia las 15:00 horas del 17 de agosto, por un miembro de la célula llamado Younes Abouyaaqoub, mientras este conducía un furgón alquilado por una vía de circunvalación, en un punto situado a una hora del centro de Barcelona.5
Todo indica que, como resultado de esta llamada, Younes Abouyaaqoub decidió cambiar el sentido de su marcha y encaminarse hacia el centro de Barcelona. A partir de ese momento, tanto él como el resto de los miembros de la célula que no se habían visto afectados por la explosión de Alcanar, redirigieron de manera improvisada y descoordinada su iniciativa de atentar. En torno a las 16:30 horas, Younes Abouyaaqoub, que había conducido el furgón hasta la Plaza de Cataluña, se introdujo con dicho vehículo en el popular paseo peatonal de La Rambla, concurrido tanto por barceloneses como por turistas.6 Embistió deliberadamente contra los viandantes, zigzagueando durante varios cientos de metros y tratando de alcanzar al mayor número de ellos. Trece personas murieron en el acto y más de 100 resultaron heridas.7Younes Abouyaaqoub huyó a pie de la escena del atentado caminando a través de un mercado adyacente. Poco después secuestró un coche, amenazando con un cuchillo y apuñalando al conductor hasta ocasionarle la muerte. Luego, con este mismo coche robado, pudo atravesar un control establecido por los Mossos todavía dentro del perímetro urbano de Barcelona y se dio a la fuga.
El coche utilizado por Younes Abouyaaqoub para escapar se encontró posteriormente abandonado en el municipio de Sant Just Desvern, al sur de Barcelona. Cuatro días después, el 21 de agosto, los Mossos recibieron, a través de residentes en la zona de Subirats, información sobre un individuo de sus características que se hallaba en el entorno de esa localidad, a unos 40 km de Barcelona. Una pareja de seguridad ciudadana de los Mossos localizó a Younes Abouyaaqoub en campo abierto. Antes de que los policías abrieran fuego contra él, gritó “Alá es el más grande” y se dirigió corriendo hacia ellos mientras exhibía un cinturón explosivo falso, como los que portaban los terroristas de Cambrils.8 Este falso cinturón era probablemente un ardid para intimidar a quien lo visualizara y también para forzar que la policía le diera muerte, alcanzando así lo que consideraba el martirio y sus correspondientes recompensas en el paraíso.9
Casi nueve horas después del atentado con vehículo en La Rambla, en torno a las 01:15 de la madrugada del 18 de agosto, otro coche con cinco miembros de la misma célula yihadista en su interior arremetió contra viandantes en un paseo peatonal de la localidad costera de Cambrils, en la provincia de Tarragona, a unos 120 km de Barcelona.10 El coche, que estaba a nombre del hermano de uno de esos terroristas, terminó por embestir a un vehículo de los Mossos. Los cinco terroristas salieron del vehículo portando también falsos cinturones suicidas y se abalanzaron indiscriminadamente sobre los transeúntes utilizando grandes cuchillos y un hacha que habían adquirido cuatro horas antes.11 Una persona resultó muerta y varias otras heridas antes de que los terroristas fueran abatidos por un policía.12 Los miembros de la célula habían alquilado un segundo furgón, pero una colisión de tráfico la tarde anterior, cuando uno de ellos se encontraba al volante, impidió que lo usaran, en lugar de o junto al coche que finalmente utilizaron en Cambrils.13
En conjunto, los dos atentados terroristas en Barcelona y Cambrils dejaron un cruento saldo de 16 muertos –sin incluir en este número a los ocho yihadistas abatidos– y unos 140 heridos.14Pero la evidencia disponible indica que la célula terrorista había planeado una operación mucho más ambiciosa y potencialmente mucho más mortífera. Su intención original era la de cargar los dos furgones que habían alquilado con grandes cantidades de TATP junto a bombonas de gas inflamable, convirtiéndolos en vehículos explosivos con los que llevar a cabo un gran atentado o serie de atentados, muy verosímilmente en Barcelona, pero puede que también en otros lugares de España o, como enseguida veremos, de Francia. Parece que los terroristas pretendían utilizar las bombonas de gas para amplificar la explosión. Pero técnicamente es difícil que esto hubiera sido así. Las bombonas podrían de cualquier manera haberse tornado en metralla durante una explosión.
Se sabe que tres miembros de la célula terrorista habían acudido a una agencia de alquiler de automóviles en Sabadell, provincia de Barcelona, el 16 de agosto –horas antes de la explosión en Alcanar– donde alquilaron dos furgones. Uno de estos dos vehículos fue utilizado en el atentado de La Rambla.15 Por otro lado, alrededor de 120 bombonas de butano y propano se hallaban almacenadas en la casa de Alcanar. Entre los escombros del inmueble se encontraron además unos 500 litros de acetona, bicarbonato y aproximadamente 340 litros de peróxido de hidrógeno.16 Se recuperaron igualmente clavos para metralla y pulsadores para iniciar la detonación de artefactos explosivos. Igualmente se encontró un chaleco suicida que por su configuración era claramente viable, aparte de restos correspondientes a otros falsos. Había también restos de TATP. Los terroristas habían empezado a rellenar cilindros metálicos con metralla y parte del TATP que habían producido.17 Todo indica que los miembros de la célula terrorista contaban con suficientes precursores químicos para producir más de 200 kilos de TATP, puede que incluso hasta 250 kilos.
La mayor parte de esos materiales y sustancias precursoras fueron adquiridos los días 1, 2 y 16 de agosto.18 En la tarde del 16 de agosto, horas antes de la explosión en Alcanar, miembros de la célula adquirieron fundas de almohada y bridas en Sant Carles de la Ràpita, provincia de Tarragona, las cuales iban a ser utilizadas para guardar y portar TATP.19 La bandera de Estado Islámico aparecía dibujada con rotulador de color negro, en al menos una de esas fundas. Tanto estas adquisiciones como el alquiler de dos furgones el mismo día sugieren que los terroristas habían previsto inicialmente un atentado o serie de atentados de gran magnitud el 17 de agosto o en la semana posterior. Los dos furgones habían sido alquilados por siete días, a partir del 16 de agosto. Los terroristas estarían esperando contar, como ya hemos indicado, con entre 200 y 250 kilos de TATP para actuar.
Los miembros centrales de la célula yihadista habían designado blancos en Barcelona, pero posiblemente también en alguna otra ciudad. Considerando la letalidad de los recursos acumulados por los terroristas y sus cruentas intenciones, el número de muertos en Barcelona pudo haber sido de centenares si no hubiese estallado accidentalmente su base de operaciones en Alcanar. En una declaración judicial, el único superviviente de esa explosión se refirió a “monumentos e iglesias, como la Sagrada Familia” entre los blancos.20 Este individuo no es considerado por los investigadores conocedores del caso como uno de los principales miembros de la célula y carecería de conocimiento específico sobre los blancos concretos. Sin embargo, la Sagrada Familia era efectivamente uno de los sitios que aparecía marcado, mediante una búsqueda en Google Maps, en un teléfono móvil utilizado por integrantes de la célula, al igual que aparecía el Camp Nou, el estadio del Fútbol Club Barcelona.21

Planes anteriores para atentar en Barcelona

Entre enero de 2013 y septiembre de 2017, las cuatro provincias de Cataluña sumaron el 33% –es decir, 76– del total de yihadistas detenidos (222) o muertos (8) en España.22 No más de un 27% de los musulmanes o personas originarias de países mayoritariamente musulmanes que viven en el territorio español residen en Cataluña.23 Ello apunta a una mayor ratio de extremismo violento entre los musulmanes en Cataluña que en el conjunto de España. Esto parece correlacionarse con la mucho mayor presencia salafista en Cataluña si la comparamos con la que existe en el resto de España. Es elocuente que, en 2016, un tercio de los 256 lugares de culto y centros islámicos existentes en Cataluña estuviese controlado por salafistas, una cifra que además se había más que duplicado respecto a la de 2006.24
La provincia de Barcelona ha registrado algo más de una quinta parte –22%, o 53– de todos los yihadistas detenidos o muertos en España como resultado de su implicación en actividades relacionadas con el terrorismo durante ese mismo período, es decir entre enero de 2013 y septiembre de 2017, aunque no más del 17% de los musulmanes o personas originarias de países mayoritariamente musulmanes que viven en España residen en la provincia de Barcelona.25 A lo largo de ese período de tiempo, que coincide con el de una movilización yihadista sin precedentes en el conjunto de Europa Occidental, la provincia de Barcelona registró 1,6 yihadistas por cada 10.000 musulmanes. En el ámbito de Cataluña, sólo la provincia de Girona denota una tasa mayor, con 1,8 yihadistas por cada 10.000 musulmanes.26
Cataluña ha sido un centro de actividad yihadista desde mediada la década de los 90 del pasado siglo. El primer yihadista detenido en España lo fue en Barcelona en 1995.27 En Cambrils y la cercana Salou es donde Mohammed Atta, asistido por algún prominente yihadista residente en la zona, se encontró con Ramzi Binalbish dos meses antes del 11-S.28 En enero de 2003, una célula relacionada con al-Qaeda fue desmantelada en las provincias de Barcelona y Girona. Sus integrantes preparaban atentados químicos por medio de un producto conocido como “napalm casero” y también se les incautaron teléfonos móviles idénticos a los utilizados en las bombas del 11-M y manipulados de igual modo.29 Precisamente algunos miembros de la red del 11-M huyeron hacia Irak a través de Santa Coloma de Gramanet, en la provincia de Barcelona, donde había una célula adscrita al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM).30
La propia ciudad de Barcelona había sido designada como blanco de un plan terrorista cuando los preparativos para atentar en su red de metro fueron desbaratados en enero de 2008.31 Los detenidos tenían relación con una organización también asociada a al-Qaeda, Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), cuyo portavoz reconoció su responsabilidad en el complot.32 Hasta 11 implicados en el mismo, incluyendo algunos residentes en la ciudad y otros llegados poco antes desde Pakistán, fueron condenados.33 Durante el período posterior al 11-M, en suma, la provincia de Barcelona produjo igualmente una alta proporción de los yihadistas en España. Entre 2004 y 2012, cuatro de cada 10 yihadistas condenados en España residían y fueron detenidos en la provincia de Barcelona.34
Posteriormente, ya en el contexto de la actual movilización yihadista iniciada con la guerra civil en Siria, han sido varios los complots para atentar en Barcelona desbaratados con éxito. En abril de 2015, agentes de los Mossos detuvieron, en tres localidades de la provincia de Barcelona y una cuarta situada en la provincia de Tarragona, a ocho miembros de una célula a la cual pertenecían individuos de nacionalidad marroquí y españoles conversos, inspirados en sus actividades por Estado Islámico, que estaban preparando atentados en la ciudad de Barcelona.35 Pese al carácter algo amateur de esos preparativos, habían obtenido ya una cantidad significativa de precursores químicos necesarios para preparar explosivos y algunas armas.36 Entre sus blancos dentro de Barcelona se encontraban la Plaça de Espanya, el Parlamento de Cataluña y el Estadio Olímpico de Montjuïc.37
Pero la capital de Cataluña no sólo ha estado en el punto de mira de células inspiradas por Estado islámico. Barcelona fue la primera ciudad de Europa Occidental que esa organización yihadista eligió como escenario para un gran atentado. El miembro de Estado Islámico clave en este plan era un marroquí, Abdeljalil Ait el-Kaid, quien residía en la localidad de Torrevieja, provincia de Alicante, antes de trasladarse a Siria en septiembre de 2014 para unirse a Estado Islámico.38 Agentes de la Guardia Civil detectaron la radicalización de el-Kaid y alertaron a las autoridades responsables de la seguridad interior española acerca de su desaparición.39 Pero el-Kaid atrajo también la atención de los Mossos cuando, desde Raqqa, por medio de redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, trató de seducir y reclutar a una joven musulmana residente en Lleida.40 Estas informaciones y otras proporcionadas por servicios de inteligencia extranjeros hicieron que España emitiese una orden internacional de arresto para el-Kaid.
A mediados de 2015, el-Kaid partió de Siria hacia Europa en compañía de otro miembro de Estado Islámico, Reda Hame, de nacionalidad francesa. Hame había viajado a Siria poco antes, pero fue reclutado de inmediato por Abdelhamid Abaaoud –miembro belga de Estado Islámico que después retornaría como cabecilla de la red que llevó a cabo los atentados de noviembre de 2015 en París– para trasladarse a Francia y llevar a cabo un atentado.41 Antes de que Hame partiese hacia Europa, Abaaoud le prometió que recibiría en el Paraíso la recompensa de dos mártires por ejecutar un atentado.42 Es revelador que el-Kaid utilizase exactamente el mismo argumento cuanto intentaba, desde Siria, persuadir a la joven musulmana domiciliada en Lleida para que se decidiese a matar “infieles” en esta última ciudad.43
El-Kaid fue detenido en junio de 2015 en Varsovia, Polonia, a donde había llegado procedente de Estambul.44 Entregado a las autoridades españolas al mes siguiente, el-Kaid fue enviado a prisión por decisión judicial y acusado de delitos de terrorismo.45 Este individuo, en tanto que combatiente terrorista extranjero, había sido entrenado en el uso de armas y explosivos durante su estancia en Siria. Pertenecía a los miembros de Estado Islámico que había reunido en torno a sí el mencionado Abaaoud, quien lo envió como retornado a Europa Occidental, siguiendo órdenes del mando de operaciones externas de Estado Islámico.46 Cuando fue detenido, el-Kaid se hallaba camino de España con una misión para la que Estado Islámico le había asignado fondos y que consistía en preparar atentados en Barcelona.
El propósito era llevar a cabo esos atentados en septiembre de 2015, pero la detención de el-Kaid desbarató los planes. Sin embargo, los miembros de otra red establecida por Estado Islámico consiguieron perpetrar dos meses después los atentados de París.47 Los desbaratados planes para atentar en Barcelona iban a ser similares a los después ejecutados en la capital francesa, implicando terroristas de Francia y Bélgica con quienes el-Kaid iba a vincularse. Al igual que en París, el plan previsto para la capital de Cataluña incluía el uso de rifles Kalashnikov y bombas en espacios concurridos como salas de concierto, áreas de restaurantes y eventos deportivos. Los dos complots eran parte de una campaña de terrorismo en Europa Occidental dirigida por Estado Islámico y que ilustra la importancia del cuadro francófono que, entre los combatientes extranjeros incorporados a sus filas, ha sido más activo en operaciones exteriores.48