Obama viola la Carta de Derechos del pueblo estadounidense
El Presidente Barack Obama
proclamó el 15 de diciembre el “Día de la Carta de Derechos”, y destacó
que las diez primeras enmiendas a la Constitución de Estados Unidos son
“la base de la libertad estadounidense, ya que garantizan nuestros
derechos fundamentales, desde la libertad de expresión, de reunión y de
practicar nuestra fe de la manera que elijamos, hasta las protecciones
que garantizan la justicia en virtud de la ley”, afirmó. Al día
siguiente, el Juez de Distrito de Estados Unidos Richard J. Leon
calificó las políticas de vigilancia de Obama de “casi orwellianas” en
un fallo que determinó que la recopilación masiva de metadatos de
llamadas telefónicas de estadounidenses por parte de la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) probablemente sea
inconstitucional.
Como si eso no fuera suficiente, el
propio grupo de trabajo nombrado por el Presidente para estudiar el
tema, el Grupo de Revisión sobre Inteligencia y Tecnologías de
Comunicaciones, entregó su informe, que fue publicado por la Casa Blanca
esta semana y contiene 46 recomendaciones de cambios.Uno de los
asesores del panel, Sascha Meinrath, del Open Technology Institute, se
mostró escéptico. Meinrath me dijo: “He expresado públicamente mi
preocupación con respecto a la independencia de este grupo. Soy uno de
los 47 expertos en tecnología que envió una carta al Presidente para
decirle ‘un panel de revisión tecnológica debe estar integrado por
personas con pericia tecnológica’. Lamentablemente, mi comentario no fue
tenido en cuenta. También me preocupaba mucho que este panel de cinco
miembros esté enteramente compuesto por personas que forman parte de la
comunidad de inteligencia y funcionarios del gobierno. No creo que sea
posible realizar una revisión realmente independiente de la vigilancia
cuando hay tanta gente vinculada directamente a las instituciones que la
llevan adelante. Y creo que esto es aún peor debido a que el panel de
revisión funciona bajo la órbita de James Clapper, bajo la órbita de la
misma institución que debería estar siendo supervisada en forma
independiente”.
El ex subdirector de la CIA, Michael
Morrell, preside el panel, que depende de la Oficina del Director de
Inteligencia Nacional, dirigida por James Clapper. Es de público
conocimiento que Clapper mintió en una audiencia del Senado sobre este
tema. Cuando el senador demócrata de Oregon, Ron Wyden, le preguntó si
la NSA recopiló los registros telefónicos de millones o de cientos de
millones de estadounidenses, Clapper respondió: “No espiamos a nadie,
salvo para fines legítimos de inteligencia extranjera y siempre
trabajamos dentro del marco legal. Ahora, es verdad que en ocasiones
hemos cometido errores, algunos graves, pero ellos se deben generalmente
a errores humanos o problemas técnicos. Y cuando detectamos errores,
los hemos informado y corregido”. Tras las filtraciones de Snowden,
Clapper reconoció a NBC News que su respuesta fue la forma “menos
mentirosa” de decir “no”.
El fallo del juez Leon está relacionado
con tan solo uno de varios casos presentados después de las filtraciones
realizadas por el ex contratista de la NSA Edward Snowden en el mes de
junio, acerca del amplio sistema de vigilancia mundial que recopila los
datos personales de millones de personas. Otra demanda iniciada en Nueva
York por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU)
contra Clapper, pretende terminar en forma definitiva con la vigilancia
masiva y que se eliminen todos los datos recopilados hasta el momento.
Anthony Romero, director ejecutivo de
la ACLU, dijo que Edward Snowden es un “patriota”, y destacó: “Al haber
denunciado la actividad ilegal del Gobierno, que fue aprobada y
mantenida en secreto durante años por los poderes legislativo, ejecutivo
y judicial, Snowden asumió un enorme riesgo personal en favor del bien
público. Él solo reabrió el debate mundial acerca del alcance y la
naturaleza de la vigilancia del Gobierno en relación con nuestros
derechos fundamentales como individuos”.
El secretario de prensa de Obama, Jay
Carney, reiteró esta semana la postura inflexible de la Casa Blanca con
respecto a la acusación contra Snowden: “No ha habido un cambio de
postura. Ha sido acusado de filtrar información clasificada. Afronta
cargos de haber cometido delitos aquí. Debería ser enviado de regreso a
Estados Unidos, donde será sometido al debido proceso, con las
protecciones correspondientes en virtud de nuestro sistema de justicia,
de las que esperamos que haga uso. Y obviamente estamos presionando a
Rusia y a otros países con respecto a este tema”.
Tras medio año de vivir en Rusia, donde
se le otorgó asilo temporal por un año, Edward Snowden escribió una
carta pública esta semana a la población de Brasil, con la esperanza de
obtener asilo permanente allí. En la carta, Snowden escribió: “Hace seis
meses salí de las sombras de la Agencia de Seguridad Nacional del
Gobierno de Estados Unidos para pararme delante de la cámara de un
periodista…con los ojos abiertos, sabiendo que la decisión me costaría
mi familia, mi hogar y pondría mi vida en peligro. Me motivó la creencia
de que los ciudadanos del mundo merecen entender el sistema en el que
viven”. Y añade: “Mi mayor temor era que nadie escuchara mi advertencia.
Nunca estuve tan contento de haberme equivocado tanto”, afirmó.
El mundo sigue escuchando a Edward
Snowden. Como también dice en la carta abierta: “La cultura de la
vigilancia mundial indiscriminada, expuesta a debates públicos y a
investigaciones reales en cada continente, se está desmoronando”. Una
encuesta reciente sugiere que al menos un 55% de las personas
consultadas considera que Snowden es una persona que reveló
informaciones importantes. A pesar de las encuestas, la presentadora de
noticias de CNN Brooke Baldwin preguntó acerca de la posibilidad de
otorgarle amnistía a Snowden: “La última pregunta: si Edward Snowden
regresara aquí, y mucha gente está en desacuerdo con eso, pero si
regresara aquí y se le otorgara amnistía, ¿qué vendría a hacer aquí?
Porque realmente mucha gente lo odia”.
Adoptada el 15 de diciembre de 1791, la
Carta de Derechos incluye las primeras diez enmiendas a la Constitución.
Al elogiarla y referirse a “nuestros derechos fundamentales”, el
Presidente Obama no mencionó la Cuarta Enmienda, que dice:
“El derecho de los habitantes de que
ellos, sus domicilios, documentos o efectos no se sometan a inspecciones
e incautaciones arbitrarias será inviolable, y no se expedirán al
efecto órdenes judiciales a menos que se basen en una causa probable o
juramento y, en particular, que describan el lugar que deba ser
inspeccionado y las personas o cosas objeto de detención o incautación”.
Quizá el Presidente Obama, que fue profesor de derecho constitucional, debería volver a leer esa enmienda.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro
“Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.