Vi luz prendida y entré
“Vi luz prendida y entré”. (Antigua y popular frase que denotaba
ingreso o encuentro sorpresivo; data de las épocas en que había energía
eléctrica.)
Era por todos conocido el hecho de que el deficitario y paupérrimo
servicio de subterráneos semejaba una granada próxima a explotar en las
manos de funcionarios nacionales a quienes, teniendo los antecedentes de
los tristes “accidentes” ferroviarios, no se les ocurrió mejor idea que
desprenderse del servicio y entregarlo al gobierno de la ciudad. De esa
forma, el problema pasaba de manos. Ahora la energía, tema candente si
los hay, cuyo suministro, control y mantenimiento pertenecen a la Nación
a través del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y
Servicios, una de cuyas siete secretarías es la de Energía, de la cual
depende justamente la Subsecretaría de Energía Eléctrica, y pese a que
don Julio De Vido ha cumplido diez años al frente de dicho Ministerio,
se está haciendo dudar a la población nacional acerca de los fundamentos
y justificativos de la “Década Ganada”. En este estado de caos en el
cual el humor social está a punto de volar por los aires, con miles y
miles de ancianos, minusválidos, niños, enfermos, angustiosamente
enclaustrados en sus oscuras habitaciones privados de luz y agua,
imposibilitados de subir y bajar escaleras, con comerciantes que
esperanzados en las ventas de fin de año se empeñaron en la compra de
mercadería que debieron tirar o guardar para las próximas navidades,
todo a causa de los “cortes programados”, se nos hace saber que
“probablemente” le hagan un enérgico reto a las Concesionarias. Me
imagino lo preocupadas que estarán esperando la admonición del Sr.
Capitanich, quien también nos avisó que tal vez transfieran su
innegable, legítima e indelegable responsabilidad en materia energética a
los Gobiernos de la Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Y entonces me
pregunto: Si es que cada una de las gestiones en las cuales el gobierno
nacional ha fracasado -las que, pese al engolado* relato, son muchas –
las entregan a otros desligándose graciosamente de responsabilidad al
respecto, ¿Qué piensan hacer con el Gobierno de la Nación?
El setenta por ciento de la población nacional espera una rápida respuesta, antes de que sea demasiado tarde.
* engolado: ampuloso, fatuo, hueco, vano, pomposo, altisonante,
enfático, pedante, solemne, pretencioso. Antónimos: humilde, sencillo.