MIGUEL SERRANO Y “EL HOMBRE QUE VENDRÁ”
Artículo publicado en la Revista Sigfrido (Medellín.
Colombia) abril 2017.
Por Dom Pero de Lugo
En el Mundo Tradicional no existían las “ideologías” en su
genérico significado de “doctrina secularizada” aplicada a la política, sino
tendencias fecundas dentro de una “Cosmovisión” propia de cada Raza. Es al
desorganizarse las Comunidades, al perder su identidad, cuando aparecen las
ideologías. De entre ellas, las igualitarias, por ser contra natura aceleran la
desorganización del Mundo: es la “lógica de la Muerte” contra la “lógica de la
Vida”, cuando el equilibrio de ambas es la garantía de la permanencia… Los
intentos de restauración del Mundo Tradicional acontecidos en la Historia han
seguido esa “lógica” integral. Y aunque algunas veces hayan aparentado aparecer
como “ideologías” siempre han afirmado su condición y esencia superadoras de
antagonismos ideológicos. Un estudio más profundo sobre las ideologías se
recoge en mi libro “El Único Paraíso” (Santiago de Chile 2002), cuya segunda
edición, corregida y aumentada, verá la luz en un futuro a través de la Casa
Editora Sigfrido.
La frase atribuida al Führer “quien vea en el
Nacionalsocialismo sólo una ideología política no ha entendido nada”, siendo
cierta o no su autoría, responde a una potente verdad. Los movimientos
políticos se basan en una doctrina, en una ideología dogmática (inmutable o
acomodaticia), y, por tanto, al margen, cuando no manifiestamente en contra, de
la Naturaleza y de la Vida, las cuales se desarrollan y se exhiben en un eterno
devenir. El Nacionalsocialismo no tuvo una doctrina política sino una
Cosmovisión integral, una Concepción del Mundo (Weltanschauung) y de la Vida
comunitaria fundamentada en la Naturaleza, lo cual realmente es una superación
de toda “ideología doctrinaria”, valga la redundancia… Para muestra de ello
tenemos el libro “Leyes de la Cosmovisión Nacionalsocialista” de mi buen amigo
el chileno Carlos Videla Briones (2ª edición Casa Editora Sigfrido, Medellín
2016), si bien, y tal como expresó al que suscribe el propio autor: “este
libro trata exclusivamente sobre las leyes naturales de la Cosmovisión, ni
siquiera sobre la Cosmovisión en su totalidad. La Cosmovisión en su totalidad
incluye más autores de referencia como Wagner, otros aspectos culturales y
sociales “. Esta obra, pues, se circunscribe al ámbito natural y biológico,
siendo la Cosmovisión aún más amplia, abarcando aspectos como el artístico y el
cultural o como el histórico y científico (de una verdadera ciencia pro-vida),
no olvidando nunca que la “realidad visible” o inmanente resulta ser la
necesaria manifestación de la “realidad invisible” o trascendente, ambas
inseparables como partes de un todo (cuerpo-alma-espíritu)…
Hay muchos textos muy válidos, como el mencionado antes, en
los que se recoge el término “ideología” o “ideológico” con un cierto
significado de plasmación explícita de la “cosmovisión”. Aquí podríamos asumir
esto a modo de la formulación o elaboración de prontuarios o breviarios,
“catecismos” (gr. bizant. katēchismós ‘instrucción’) que sirviesen de
referencia al bisoño para, de una parte, iniciarle en el camino hacia la
Cosmovisión integral y, de otra, facilitar la cohesión comunitaria… Para este
uso yo sugeriría mejor utilizar el término “ideario” que no tiene las
connotaciones doctrinarias, sino sólo de exposición de ideas, un ejemplo de lo
cual serían los 25 puntos programáticos del NSDAP.
Aun así, soy de la opinión de que deberíamos primar siempre
el vocablo “cosmovisión” frente a “ideología” (usando en su lugar “ideario”)
para de este modo marcar bien la distancia respecto a las, éstas sí, ideologías
“modernas” aparecidas después de la Revolución Francesa (“derechas” versus “izquierdas”,
con sus correspondientes “ultras”), disgregadoras y corruptoras de la Comunidad
popular. Estamos en pleno conflicto “postmoderno” de empobrecimiento,
degeneración e inversión del lenguaje (como plasmación del pensamiento y del
alma) y para mantener el pensamiento claro y firme no deberíamos hacer ninguna
cesión a la perversión del lenguaje y al neo-lenguaje que pretenden incrementar
la confusión mental, sino recuperar el verdadero sentido de las palabras…
Y ahora, después de esta larga pero necesaria introducción,
podemos concluir que el Nacionalsocialismo fue un movimiento radicado en el
pueblo (Volk) concebido como “comunidad de vida”, con una identidad
diferenciadora y descendiente de ancestros comunes a otros pueblos hermanos. Se
trataba primero de recuperar la identidad amenazada para después, una vez
consolidada, de estimular o favorecer un similar proceso en otros pueblos
hermanos arios, e incluso de distinto origen, para relacionarse con todos ellos
dentro de un orden natural… En este aspecto el Movimiento fue “político” (gr.
politikós ‘relativo a la estructura y relaciones comunitarias’) pero jamás
descuidó el “alimento del alma” fruto de la personal creación anímica del
artista, verdadero puente entre las realidades invisible y visible, entre el
“ser” y el “existir”. En tal aspecto evidenció, cual “Movimiento artístico”, su
condición de más-que-político, de “meta-político”, no tomando esta expresión
con un significado meramente “filosófico” producto del razonamiento
intelectivo, sino más allá aún…
Si bien tenemos documentación (por desgracia incompleta) de
aquello referente a lo “visible”, a lo “político” e incluso a lo “filosófico”
del Nacionalsocialismo, carecemos de la correspondiente a lo “invisible”, a lo
“meta-político”, a lo “meta-físico” (por usar un término no muy de mi gusto) o
“trascendente” que toda Cosmovisión integral debería contemplar. Infelizmente
los centros neurálgicos que seguramente desarrollaban ese aspecto “invisible”
del Nacionalsocialismo, concentrados fundamentalmente en las SS y en el círculo
de estudios de la Deutsches Ahnenerbe (‘herencia ancestral alemana’) no han
dejado constancia de sus avances o descubrimientos o quizás hayan sido
deliberadamente sustraídos por las potencias vencedoras. Pero que no haya
constancia documental de ello no significa que no haya existido…
Miguel Serrano Fernández (Santiago de Chile, 10 de septiembre de 1917 –ibídem, 28 de febrero de 2009) fue un diplomático, explorador y escritor chileno. (Foto del autor, octubre 1997) |
Una Cosmovisión es una “concepción global del universo” y
por tanto exige la contemplación de unos “principios” invisibles plasmados en
unos alcances y resultandos “visibles”. Y esos “principios” están reflejados en
las cosmogonías de nuestros antiguos ancestros que, lejos de ser más brutos,
eran mucho más sabios que nosotros… De seguro el estudio y la investigación de
la historia y de la “pre-historia” en tal dirección impulsarían las múltiples
expediciones alemanas a lo largo y ancho del planeta en busca de conexiones misteriosas
con los ancestros a fin de verificar lo que los clásicos y antiguos nos
transmitieron sobre una existencia mítica y cíclica, legado secularmente
reprimido por una concepción doctrinaria evolucionista y lineal… Aquí entrarían
los “mitos” de Hiperbórea, de la Atlántida, del Hogar Polar Ártico primigenio o
de los Ciclos con las Edades de Oro, Plata, Bronce y Hierro, los Yugas de la
tradición indoaria… Decía Aristóteles que “el mito es un relato engañoso que
responde a la verdad”.
Es cierto que la inmensa mayoría de los nacionalsocialistas
nada sabrían de ello y tampoco les interesaría lo más mínimo pues no todas las
personas tienen las mismas cualidades y, en consecuencia, las mismas
preocupaciones vitales. Hay inquietudes enfocadas más en la “realidad visible”
y las hay, mucho más minoritarias, en la “realidad invisible”. Pero ambos
grupos son complementarios y no deben enfrentarse a riesgo de colapso de la
Comunidad o de quebranto de la Cosmovisión. Y las personas componentes de ambos
son tan necesarias unas como las otras… Así, naturalmente, en el
Nacionalsocialismo histórico hubo diferentes tendencias pero todas, bien
dirigidas, colaboraban en el bien común de la Comunidad popular, integradas en
la Cosmovisión.
¿Cuál es el peligro de escisión comunitaria o de fractura de
la Cosmovisión, entonces y ahora? El peligro estriba en que el primer grupo,
cuyas inquietudes se enfocan principalmente en la “realidad visible”, crea que
debe ser el único integrante del Movimiento y que la “realidad invisible” es
cosa exclusiva de las confesiones religiosas; o que el segundo grupo, enfocado
fundamentalmente en la “realidad invisible”, por falta de dirección, desvaríe y
se entregue a elucubraciones delirantes consecuencia de la confusión
generalizada, y pretendan instaurar una nueva confesión, triste parodia del
“hecho religioso”…
Porque el Movimiento Nacionalsocialista prohibió
expresamente cualquier intrusión de las confesiones religiosas en la política
e, igualmente, la interferencia de la política en las confesiones como tales.
El “hecho religioso” confesional debía mantenerse en el ámbito privado del
individuo y de la colectividad confesional en cuanto tal. Pero eso no excluía
que otras personas, cuyas inquietudes se enfocasen en la “realidad invisible”, pudiesen
cultivar el “hecho religioso” al margen de cualquier religión confesional pero
dentro de la propia Cosmovisión Nacionalsocialista, atendiendo a los
“principios” inmateriales del Cosmos de modo similar a los antiguos pueblos
paganos, sin necesidad de revitalizar religiones ya periclitadas, cuestión
también que importunaba sobremanera a la dirigencia nacionalsocialista como si
fuera una infantil reproducción teatral…
Hoy en día, malogrado el intento restaurador de una
Comunidad tradicional y orgánica nacionalsocialista, y demonizado profusamente
tal intento, sólo hay un modo de mantener la “llama”, de conservar aquello de
lo que el Nacionalsocialismo fue manifestación en el plano “visible”, y es de
un modo formativo y cultivado. Y aquello otro de lo que el Nacionalsocialismo
se supuso originario en el plano “invisible”, deberá preservarse de un modo
estrictamente individual… Y con esto no pretendo decir que no pueda haber
personas que se reúnan asiduamente para el
estudio e intercambio de pensamientos relativos a un determinado autor. Pero de
ahí a fundar una pretendida y artificial “orden iniciática” o una exclusiva
“disciplina esotérica” a cuya cabeza se pongan manipuladores cuya máxima
ambición es tener poder sobre los demás, hay un abismo… Es similar en su
exclusivismo, por otro lado, al intento de desacreditar a cualquier otro autor
porque su Obra no sea explícita o completamente nacionalsocialista, aun cuando
pudiera tener muchos estudios y ensayos muy aprovechables, como es el caso de
Evola, Tilak, Spanuth, el mismo Guénon y tantos otros…
Sé que no voy a ser bien entendido por algunos, que me
malinterpretarán y criticarán mis afirmaciones llevados de modelos mentales
excluyentes de los que no están dispuestos a prescindir. Pero, aparte de mi
“presunta incapacidad” para expresarme, responsabilidad exclusivamente mía, la
responsabilidad del lector, también únicamente suya, es entender lo que desee
entender y no lo que yo pretendo expresar con mejor o peor acierto… Lo dice
fantásticamente Denes Martos (húngaro radicado en La Argentina), del cual
desconozco si es o no lector de Miguel Serrano, en el encabezamiento de su
blog: “Me hago responsable por lo que
digo; no por lo que Usted entiende”.
Y después de esta larga preparación ambiental, ya es el
momento de que aparezca la figura protagonista de este ensayo, Miguel Serrano,
prolífico autor chileno, nacionalsocialista confeso hasta su fin, de cuyo
nacimiento el día 10 de septiembre de este año se celebra el centenario, y cuya
vida consagró fundamentalmente al plano “invisible”, “meta-político” del
Nacionalsocialismo, que él denominó “Hitlerismo Esotérico”, sin descuidar el
plano “visible” en el que fue un apasionado combatiente y un generoso Camarada…
Su “hecho religioso” fue la siempre mentada por él “religión de la amistad”…
Amistad que compartió con todo aquél que se le aproximó desinteresadamente,
fuese cual fuese su modo de pensar, y Camaradería que mantuvo permanentemente
con aquéllos que demostraban su valor, fuese cual fuese su “hecho religioso”,
como el wallon Léon Degrelle, el prusiano Wilfred von Oven y tantos otros…
En Valparaíso, octubre de 1997 (Foto del autor)
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No soy
quien para analizar en profundidad ni la vida ni la Obra de Miguel Serrano pues
todo ello él mismo lo dejó escrito. Una guía perfecta para esto es el libro
“Miguel Serrano. BioBibliografía. La Vida del Hombre”, recopilación practicada
por su viuda, mi gran amiga y Camarada Sabela P. Quintela (EB Libros, Santiago
de Chile 2014). Tampoco debo hablar de mi relación personal con él de forma
indiscriminada; algunas experiencias, ni de forma discriminada… Pero reconozco
que el contacto con su Obra ya en 1982 provocó en mí una gran convulsión, fruto
de la cual obtuve, entre otras cosas, la total comprensión de los
acontecimientos históricos antiguos y modernos, y el entendimiento de lo que se
podría llamar la “meta-historia”, además de una vía personal de
perfeccionamiento dentro de la Cosmovisión Nacionalsocialista en su plano
“invisible”. Por ello fui consciente también de que no todos pueden entender el
modo de concebir el Nacionalsocialismo de Serrano. No digo que los que no
puedan entenderlo carezcan de valor o no puedan ser buenos nacionalsocialistas.
Lo que pretendo decir es que no todo nacionalsocialista tiene por qué compartir
la visión de Serrano, pero al revés sí: todo el que comparta la visión de
Miguel Serrano, la haga suya y la aplique a su singularidad para su propio
camino interior, debe ser nacionalsocialista, si bien pueda haber otros que
simplemente aprovechen algunos aspectos de ella…
Aquí
sólo deseo plasmar, por su significación esperanzadora, el extracto del libro
de Heinz Linge Bis zum Untergang (‘Hasta el hundimiento’) que Serrano recoge al
inicio de su libro “Manú” y cuya última frase asume como subtítulo de esta
obra:
“Es el 30 de abril de 1945, las 15 horas, 15 minutos de la
tarde. Los obuses y la metralla caen sin cesar sobre Berlín y los incendios
entregan la visión de un drama alucinante. Es el Götterdämmerung, el Crepúsculo
de los Dioses. En el interior del Bunker, Adolf Hitler llama a su
Asistente-Jefe de su Servicio Personal, el Sturmbannführer-SS Heinz Linge, y le
comunica que deberá dejar la escena. Entonces Linge le pregunta: “¿Por quién
lucharemos ahora, mi Führer?”. Y Hitler le responde: “POR EL HOMBRE QUE
VENDRÁ…”
Valparaíso, octubre de 1997, con Wilfred von Oven
(agregado personal de prensa del Dr. Goebbels 1943-45) (Foto del autor)
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Sé que hay gente que ha leído a Serrano, lo ha malinterpretado y se ha desorientado. Otros, por caminos “aparentemente” similares, han dado lugar a casos absolutamente extraviados. Pero vuelvo a recordar la frase mencionada antes de Denes Martos, al que desde aquí agradezco su lucidez… Estamos en tiempos de la “gran confusión” en todos los órdenes, también en el Nacionalsocialismo. ¿O hay que echarle la culpa al Führer de las acciones y concepciones de aquéllos que habiendo leído el Mein Kampf la principal y demencial conclusión que sacan es que hay que golpear y exterminar a todo no-blanco, homosexual o drogadicto? ¿Cuántos skins son verdaderos nacionalsocialistas? Sé que la inmensa mayoría de los que se consideran hoy en día nacionalsocialistas no pasarían ni el primer filtro de afiliación en el NSDAP, tanto lectores de Miguel Serrano como no lectores… Es una desgracia, pero es así, son tiempos de confusión y no está un Führer y una dirigencia para poner orden en el asunto… El único que puede poner orden dentro de sí y abandonar la confusión es uno mismo. Y ésa es una gran responsabilidad…
Patética es la imagen de “esotéricos” (que pretenden ver lo
invisible) contra “exotéricos” (que no ven más de dos pasos alrededor y encima
con gafas virtuales); de “serranistas”
(que verdaderamente no lo son) contra “anti-serranistas” (que no saben lo que
son); de “paganos” (que tampoco lo son) contra “cristianos” (que hace falta
muchas tragaderas “vaticanas” para serlo); todos, unos y otros, llenos de
“prejuicios” que se manifiestan al exterior a través de la “exclusiva
exclusividad”… Todos, herederos de la intransigencia y exclusividad bíblicas a
través de tantas generaciones de culturización y adoctrinamiento… Y todos
haciéndole el juego al verdadero enemigo del Mundo y de la Vida… Así que,
resumiendo, soy consciente de que la Obra de Miguel Serrano no es para todos,
que cada uno tiene sus propias cualidades que le impulsan más hacia un aspecto
vital que a otro (concepción individual de la propia vida), pero todos debemos
apoyarnos en lo que nos une y respetar lo que nos distancia, si de verdad somos
Camaradas en el alma y no con la boca…
Tanta
gente que pretende ser “discípulo” o “partidario” de Serrano y se siente
“autorizado” para mezclar su mensaje con sus opuestos, sacando conclusiones
verdaderamente demenciales… Pero, ¿qué le vamos a hacer? Éstos son tiempos de
la “gran confusión”, como ya dije… Lo que no debemos hacer es rechazar una Obra
porque otros la mal utilicen o la tergiversen, al margen de que nuestras
aspiraciones o aptitudes personales pasen o no por el entendimiento del mensaje
de Miguel Serrano… Debemos evitar todo prejuicio y estar por encima de esas
locuras.Yo también sé de alguna que otra “reencarnación” de Serrano, incluso de
quien dice ser la del propio Hitler… Respecto a “amigos personales” de Serrano
hay miles… Sus actitudes no son más que fruto de estados paranoicos dignos de
ser compadecidos, nada más… Quien quiera dejarse engañar, allá él…
El caso
de Chile es especial por ser el país originario de Miguel Serrano. Allí hay otro
problema añadido y es el intento de separar, por un lado, la gran calidad de su
Obra literaria y, por otro, su “personal y excéntrica ideología”, que ya
sabemos lo que se pretende decir con ello, priorizando la primera en detrimento
de la verdadera significación de la segunda, cuando ambos aspectos son
inseparables…
Miguel
Serrano ya dijo clara y explícitamente en vida que él no era un fundador de
ningún partido, ni religión, ni secta, ni disciplina, ni grupo alguno… Sé de
algún grupo que quiso serlo en vida de Miguel Serrano pero él mismo lo
desautorizó. Serrano no quiso jamás que hubiera “serranistas”; quiso que
hubiera “sólo” Hombres y Mujeres, Camaradas en el alma y no con la boca…
Serrano reveló un enfoque del Nacionalsocialismo fundamentado en la condición
de haber sido la manifestación histórica en el siglo XX de la eterna Tradición
Aria ancestral y mítica (en el verdadero sentido de esta palabra), del Mito de
Hiperbórea y de la Leyenda de Thule. ¿Que luego uno quiere quedarse solamente
con esa manifestación histórica y su posible aplicación en el siglo XXI? Es muy
libre de hacerlo, pero que no se pelee con, y denigre a, aquél que quiera
incardinarla en la historia de la humanidad y darle un sentido
“meta-histórico”… Tampoco pretendió provocar un “anti-serranismo” que se
distingue, por un lado, en afirmar sólo el aspecto político e histórico del
Nacionalsocialismo, negando el meta-político y el meta-histórico, y, por otro,
en atacar a Serrano por su “paganismo” y su pretendido “anti-cristianismo”. Y “para
rizar el rizo” criticar o alabar su funeral cristiano, según la posición
“religiosa” del pretendiente a juez supremo… ¡Qué falta de juicio! ¡Qué falta
de respeto por la vida y por la muerte de un Camarada! De un Camarada que
cultivó “la religión de la amistad”…
Sin duda
la Obra de Miguel Serrano está repleta de ataques al cristianismo “oficial”,
“paulino” o como se le quiera denominar. Pero jamás denigró la figura del
Kristos y lo que pudo significar para los pueblos arios. Jamás asumió la
“evangélica” frase “quien no está conmigo está contra mí”, seguramente
insertada como tantas otras y mezcladas con otras más, verdaderamente sabias y
fruto del Conocimiento ancestral ario a través de las escuelas helénicas. Él
como nadie supo desentrañar el mensaje krístico e incardinarlo en la Sabiduría
ancestral y eterna… En ese sentido no animo de ninguna manera a nadie a que lea
a Miguel Serrano si no le sale de adentro, pero sí animo a todos a que de una
vez abandonen sus posibles prejuicios hacia él, como cualquier otro prejuicio
hacia todo lo demás en general…
Ya va siendo hora de parar el conflicto de quién tiene razón
y quién no la tiene. Por desgracia ya no está
Miguel Serrano para responder a las críticas y nadie está autorizado
para hacerlo en su nombre… Así que aquí lo dejo… Muy probable es que la “pelea de patio de
colegio” no desaparezca y muchos se obstinen en no madurar a pesar de las
décadas encima, no obstante he querido mandar, en memoria de Miguel Serrano
cuando se cumple su centenario, un mensaje de Unión en la Lucha “por el Hombre
que vendrá”…
Heil, Miguel Serrano!
Heil, Wilfred von Oven!
Heil, Léon Degrelle!
Sieg, Heil, a tí, Camarada lector!
Dom Pero de Lugo
En Santiago, octubre de 1997 (Foto del autor)
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