lunes, 1 de enero de 2018

Ciriaco Cuitiño 1853 -29 de Diciembre- 2017 Ante un nuevo aniversario de su asesinato

Ciriaco Cuitiño

1853 -29 de Diciembre- 2017

Ante un nuevo aniversario de su asesinato

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   “Nada como esa Federala manera de vivir  y de morir”

                                                                                                             Jorge Luis Borges

 

-I -

La historia falsa te robó la vida,

ya nadie sabe que tuviste una

alboreada en Mendoza, la querida

tierra criolla de altozana luna.

Después de una cuyana despedida

hasta Quilmes te trajo la fortuna

 

y fue tu espada de Teniente, fiera,

y tu mano de Alcalde justiciera.

 

 

Justo en tierras quilmeñas, pendenciera,

una balandra inglesa amenazante

osó desembarcar en la escollera.

Pero allí estabas, con valor rampante

defendiendo el honor de la bandera,

junto al gaucho, al vecino, al vigilante.

 

Desde entonces te vieron las auroras

Jefe de las Partidas Celadoras.

 

 

Tu fama ecuestre galopó las horas

oteando anocheceres y terrenos,

batallón de memorias campeadoras.

Tu destino era el Cuerpo de Serenos

de guardia bajo estrellas bruñidoras,

acechando emboscadas, rayos, truenos.

 

Lo supo Juan Manuel y atando tientos

te confió mazorqueros regimientos.



 

 

- II -

No te faltó el combate a campo abierto

 en el Puente de Márquez o en el Norte,

si  quedaba pendiente algún entuerto

por desfacer de la unitaria cohorte.

Ven tu mano y detrás ven algún muerto,

un degüello o tu daga, sangre y corte.

 

Ni ven la patria traicionada al sesgo

ni tu lanza leal, tu cuero en riesgo.

 

 

 

No ven, mi Coronel, a los arteros

puñales de intenciones alevosas.

Cuando sombríos son los derroteros

sólo nos salva Juan Manuel de Rosas,

alistando tropeles de guerreros

encadenando ríos, aguas briosas.

 

Que el oro gringo nunca te asalarie,

después, no importa, ser de la barbarie.

 

 

-III –

Un día amanecimos derrotados,

sin ceibos ni calandrias ni pendones

rojinegros al viento. Deportados

nos fueron el honor y los varones.

En Caseros murieron fusilados,

¡cuánto dolor en las tribulaciones!

 

Tuvo el responso patrio, luto, incienso,

tu cadalso un cordel rígido y tenso.

 

 

 

Un día, Don Ciriaco de San Telmo,

Adalid de los vivas y los mueras,

la cucarda punzó ya no fue el yelmo,

las tacuaras no fueron más fronteras

y el fogón federal no fue más cuelmo.

Camisa al calzón gaucho te cosieras,

 

pues para un federal, aunque colgado

el pantalón no puede ser arriado.

 

 

-IV -

A viva voz te despediste, recio

como el tronar de férrea sudestada.

El calabozo no encerró el desprecio

hacia el verdugo, y con la voz alzada

llamaste por sus nombres, con aprecio

a cada reo: ¡arriba camarada!

 

Ordenaste el disparo al fusilero

sin vendas ni temblores, altanero.


 

Que en el juicio final no esté el cuchillo,

pedía Borges: la filosa faca

con que montabas a tu fiel tordillo,

bermejo el poncho, roja la casaca.

Creo más bien que Dios izó el cintillo

azul y blanco en la celeste estaca,

 

y le ordenó vivir en recompensa

 en la esquina de Luján y Defensa.



ANTONIO CAPONNETTO